Un Blues

Un Blues
Del material conque están hechos los sueños

3 nov 2015

La viuda de Robin Williams: “No fue la depresión lo que le mató”

Susan Schneider da su primera entrevista y revela que las últimas palabras del actor fueron "buenas noches, cariño"

 

Susan y Robin Williams en el estreno de 'World's Greatest Dad'
Susan y Robin Williams en el estreno de 'World's Greatest Dad'. / CORDON PRESS

Susan Schneider, la viuda de Robin Williams, ha hablado entre lágrimas de su última conversación con su esposo en la primera entrevista que concede tras el trágico fallecimiento del actor, en agosto de 2014 a los 63 años.
"Buenas noches, mi amor", fueron las últimas palabras que le dedicó el intérprete a su esposa antes de fallecer, según relata ella en la revista People. Schneider se ha referido también a La demencia con cuerpos de Lewy (DCL), la enfermedad neurodegenerativa que sufría el ganador de un Oscar por El indomable Will Hunting. "No fue la depresión lo que mató a Robin. La depresión fue uno de los 50 síntomas que tenía y fue pequeño", asegura su viuda. 
"Yo estaba en la cama y él vino a la habitación un par de veces.
 Me dijo 'buenas noches mi amor' y se marchó con su iPad.
Parecía que tenía algo que hacer y pensé: 'Esto significa que está mejorando'. Y esa fue la última vez", ha relatado Schneider en la entrevista a la revista norteamericana. La DCL es la enfermedad neurodegenerativa más común después del alzhéimer y causa fluctuaciones en el estado de ánimo, alucinaciones y deterioro de la función motora.
"Se presenta como un juego de pinball; no sabes exactamente qué estás buscando", dice la pareja del actor.
Los síntomas que sufría Robin Williams a causa de su afección empeoraron en los meses previos a su suicidio.
 "Experimentó ataques de ansiedad que lo paralizaban.
 Una vez, calculó mal al cerrar una puerta y acabó con la cabeza ensangrentada y rigidez muscular y era incapaz de decir qué le había pasado
. Sin embargo, su equipo de médicos no pudieron identificar qué le pasaba hasta que le realizaron la autopsia", cuenta Susan.
Robin Williams en el estreno de 'Noche en el museo'. / CORDON PRESS
Durante aquellos duros momentos, la familia no sabía a quién culpar o cómo solucionar lo que le pasaba al protagonista de El club de los poetas muertos, pero su esposa ha reconocido que ahora sabe que los doctores estaban haciendo lo correcto.
 "Es solo que esta enfermedad era más rápida y más grande que nosotros.
El final era, de igual manera, la muerte", explica. Susan Schneider ha contado que todo este sufrimiento le ha aportado conocimientos para poder ayudar a otras personas que sufran DCL. "Robin era muy consciente de que estaba perdiendo el juicio y que no había nada que se pudiera hacer al respecto
. Pido a Dios que arroje algo de luz sobre la enfermedad que sufren millones de personas y sus familiares con ellos", afirma la viuda.
La tercera esposa de Robin Williams no ha hablado, sin embargo, sobre la disputa por la herencia que mantiene con los hijos del actor.
Aunque parece que ya ha llegado a su fin, la batalla ha sido larga. Zelda, de 26 años, Cody, de 23 y Zak, de 32, —hijos de los dos matrimonios anteriores de Williams reclamaban a Schneider tanto dinero como propiedades y algunos recuerdos que su padre solía coleccionar.
Según explicaron los abogados de ambas partes, Susan Schneider se quedará con la mansión que compartió con la estrella en la zona de la bahía de San Francisco y además percibirá una manutención de por vida.
 La viuda también recibirá un reloj que el actor utilizaba siempre, una bicicleta que compraron durante su luna de miel y los regalos que les dieron en su boda.

Sara Carbonero e Iker Casillas serán padres por segunda vez

La noticia ha sido confirmada por fuentes próximas a la pareja.

 

Sara Carbonero e Iker Casillas están esperando su segundo hijo, según han confirmado a EL PAÍS fuentes próximas a la pareja.
 La noticia será también portada este miércoles de la revista ¡Hola! La periodista y el portero del Oporto son padres de un niño, Martín, que el 3 de enero próximo cumplirá dos años.
La pareja es muy celosa de su intimidad, pero a veces ha hecho excepciones, como cuando Carbonero mostró recientemente en su blog partes de su casa en Oporto o como cuando nació su hijo.
 "Hola. Quiero compartir contigo el momento más importante y emocionante de mi vida: el nacimiento de mi hijo.
 Tras largos meses de espera, Martín ya está aquí. Ha pesado 3,850 kg y tanto él como su madre se encuentran perfectamente y ahora descansan.
Estoy tremendamente feliz de que por fin haya llegado este momento y de que todo haya salido tan bien, sin duda 2014 ha entrado con buen pie.
 Muchas gracias por estar siempre ahí.
 He querido comunicarlo a través de IkerCasillasWorld porque es un medio propio donde os encontráis mis más fieles amigos y seguidores.
 Un abrazo", decía la nota publicada entonces por el deportista en su web.
Martin Casillas Carbonero
Martin Casillas Carbonero, con su amiga Carlota, en una foto publicada por la periodista
La periodista, tras fichar Casillas por el Oporto, ha dejado temporalmente Telecinco. Ahora está metida a empresaria con su compañera de trabajo Isabel Jiménez y su amiga Mayra del Pilar, estilista y diseñadora.
 Tras haber sido imagen de numerosas firmas y agotado existencias con cada una de sus elecciones estilísticas, Sara Carbonero decidió en mayo embarcarse en un proyecto propio, Slow Love, una tienda online multimarca de moda y estilo de vida.
 También está dispuesta a seguir con sus compromisos publicitarios y con su blog en la revista Elle. Sara Carbonero también acostumbra a mostrar en sus artículos el crecimiento de su hijo antes que en cualquier revista.
 Y además suele ganar adeptos redactando recetas de cocina, enseñando su casa o departiendo sobre tareas cotidianas.
Iker Casillas y Sara Carbonero
Iker Casillas y Sara Carbonero, en su casa de Madrid. / CORDON PRESS
La pareja se conoció en la Copa Confederaciones de 2009, pero no fue hasta febrero de 2010 cuando comenzó su relación.
 Ambos han intentado siempre mantenerse alejados de la atención mediática y preservar su relación, aunque en ocasiones ha sido imposible, como cuando en el Mundial el portero besó ante las cámaras a su novia que le entrevistaba.
Ese beso levantó una gran polémica, ya que fue el colofón a un campeonato en el que Carbonero fue vista como un peligro que podía descentrar al portero.
“Ha sido espontaneidad, somos como todo el mundo, gente campechana, normal, de la calle, y lo hemos demostrado”, declaró Casillas sobre el gesto hacia su novia..

Sara Carbonero embarazada
La periodista Sara Carbonero. / CORDON PRESS

Mujeres maduras que tienen claro lo quieren

Siete mujeres con más de 50 años visten su edad con la elegancia y el carácter que dan la experiencia y una gran relación consigo mismas.

Mujeres maduras que tienen claro lo quieren

Siete mujeres con más de 50 años visten su edad con la elegancia y el carácter que dan la experiencia y una gran relación consigo mismas

Mujeres estupendas con 50 años
Marisa Paredes, actriz

«En mi trayectoria profesional, siempre me ha preocupado más la búsqueda de un estilo que seguir los dictados de la moda, como una imposición de tendencias que se renuevan cada temporada.
 Me gustan las mujeres dinámicas, activas y sobre todo pensantes.
 El vestir como una actitud frente a la vida, que define el carácter, imprimiendo la propia personalidad.
Sin olvidar el aspecto lúdico, que permite mostrarse con una cierta flexibilidad, jugando con las distintas facetas de cada una
. Para mí, el verdadero atractivo radica en el autoconocimiento, que por lo general es consecuencia directa de los años y de “haberse vivido”
. Eso hace que, más allá de la frescura de la piel, la madurez se esté convirtiendo en un valor en alza.
 Una apuesta por una mujer real, por encima de agresivas campañas de marketing, estereotipos y el culto a la eterna juventud. Un profundo proceso de aceptación, reconciliación y de fidelidad propio.
 Un saber elegir, porque previamente una lo ha hecho consigo misma.
 Hoy en día, la barrera de la edad se desdibuja, y encontramos a mujeres de 50 años estupendas, ya no solo por lo bien conservadas que están, sino por lo que nos transmiten; ya que no se trata únicamente de ser joven, sino de sentirse joven para soñar, vivenciar y dejar claro todo lo que aún queda por decir. Tienen voz, son como el buen vino».
MARISA PAREDES
«Me estoy dando el gustazo de descansar, que me hacía falta
. Voy al cine, al teatro, veo a los amigos, leo... Y, entre tanto y tanto, viajo a algún sitio (normalmente a Francia) y recojo un premio», nos cuenta la actriz sobre su día a día. Su nivel de exigencia ha aumentado.
 Le da más importancia a su vida y disfruta de su gente. «Si no me ofrecen algo que me estimule mucho, no lo hago.Me apetecería hacer más comedia, lo he dicho mil veces, pero no me hacen caso. Siempre hay sobre mí un prejuicio muy claro». Su imagen de mujer elegante se ha convertido en una especie de sambenito.
 A ella le habría gustado ser la Irene de Carmen Maura en Volver. «Lo que sucede es que, en el caso de Carmen, ella nunca ha sido la gran dama 
. Nunca ha tenido la elegancia por bandera ni ha sido vista con esos atributos. Es una gran actriz, pero más orientada a la comedia».
 Paredes recuerda Motín de brujas, la obra de teatro en la que hacía de limpiadora de oficinas. «Es cuando más me he sentido de otra manera. Y en Entre tinieblas. Pero fue al principio. Después me llegó el glamour, y de eso no me he librado». En la vida diaria, la gente también espera encontrarla siempre impecable. «Me gusta ir al mercado con la cara lavada y un vaquero».
 Y así acude a la sesión. Para ella, la clave para acertar con el estilo a su edad es llevar los años con dignidad, encontrar lo que te sienta bien y no tratar de ser lo que no eres. «Me encantan los trajes sastre y los abrigos clásicos, es lo que llevaría toda la vida».
 No se libra de la típica pregunta sobre cómo envejecer en la industria del cine: «Los prejuicios vienen de Hollywood. ¿Que la imperfección no se pueda considerar belleza? Bueno... depende».


Mujeres estupendas con 50 años
Gádor de Carvajal, arquitecta

GÁDOR DE CARVAJAL
Esta reconocida arquitecta conforma la mitad de Carvajal + Casariego, un estudio con oficinas en España y en Chile.
Hija del ex presidente del Senado José Federico de Carvajal, a mediados de los años 80 fue definida como una de las modelos más prestigiosas de nuestro país (algo que casi nadie conoce hoy en su entorno profesional). Gádor vivió en primera persona el despegue de la moda española, cuando desfilaba para Pedro del Hierro, Jesús del Pozo o Manuel Piña.
 Según confiesa, la moda la ayudó a ser arquitecta, y no precisamente para pagarse los estudios. «Tenía muchas dudas con la carrera, y desfilar me permitió tomar distancia y relativizar».
Su interesante dicotomía profesional nos hace preguntarle por cómo se siente siendo mujer en el terreno en el que se mueve, tradicionalmente de hombres.
 «Es innegable que existe una cierta incomodidad masculina, y hay tensiones añadidas que tienen que ver con el género.
 Una especie de lucha de vanidades».
Sobre su forma de vestir, reconoce que no ha habido transformaciones bruscas:
 «Ha cambiado con mi edad, con mi posicionamiento, pero siempre ha estado definida por mi temperamento. Hay un hilo conductor que domina».
 La moda le sigue gustando: «Me produce un poco de rechazo que haya colecciones tan a menudo. Me interesan los materiales, las cosas bien hechas».
 Tiene claras las claves para ser elegante a cualquier edad: «No es tan importante tener estilo. Uno solo tiene que verse bien y comportarse tal y como es».

Sí, la edad ha cambiado el modo de enfocar su trabajo: «Hasta mi forma de ver». El cuerpo, según la fotógrafa, es un pretexto para conocer al ser humano. ¿Pero lo es también su estética? «Sin duda. La moda es un arte. Lo creo.
 Aunque también pienso que a veces llevamos máscaras. Las personas más elegantes que yo he conocido pertenecían a pueblos primitivos
. En 2000, en Etiopía, me encontré con tribus que no conocían la luz ni la Coca-Cola. Cubrían su cuerpo con cosas tan sencillas como hojas... Era increíble. Aunque parecían desnudos, estaban mucho más vestidos que yo, y con muchísima libertad. La moda es creatividad, pero depende de cómo te la tomes y la cuentes. Si te da felicidad y seguridad, adelante. Ahora, ¿el estilo? Para mí es genético.
 La elegancia viene de los sentimientos, aunque luego se puedan aprender cosas. No depende de que lleves un Prada o un Zara. No es cultural».
 Y se marcha con un sencillo vestido negro, su color fetiche. «Me gusta pasar desapercibida. Aunque también es pura comodidad».
Hay una distinción en su forma de moverse, hablar y mirar; como en esas elegantes mujeres senegalesas que tanto admira. Y sí, tiene razón, la dignidad del ser humano es maravillosa.



Mujeres maduras que tienen claro lo quieren


«Me estoy dando el gustazo de descansar, que me hacía falta. Voy al cine, al teatro, veo a los amigos, leo... Y, entre tanto y tanto, viajo a algún sitio (normalmente a Francia) y recojo un premio», nos cuenta la actriz sobre su día a día. Su nivel de exigencia ha aumentado. Le da más importancia a su vida y disfruta de su gente. «Si no me ofrecen algo que me estimule mucho, no lo hago. Me apetecería hacer más comedia, lo he dicho mil veces, pero no me hacen caso. Siempre hay sobre mí un prejuicio muy claro». Su imagen de mujer elegante se ha convertido en una especie de sambenito. A ella le habría gustado ser la Irene de Carmen Maura en Volver. «Lo que sucede es que, en el caso de Carmen, ella nunca ha sido la gran dama. Nunca ha tenido la elegancia por bandera ni ha sido vista con esos atributos. Es una gran actriz, pero más orientada a la comedia». Paredes recuerda Motín de brujas, la obra de teatro en la que hacía de limpiadora de oficinas. «Es cuando más me he sentido de otra manera. Y en Entre tinieblas. Pero fue al principio. Después me llegó el glamour, y de eso no me he librado».
En la vida diaria, la gente también espera encontrarla siempre impecable. «Me gusta ir al mercado con la cara lavada y un vaquero». Y así acude a la sesión. Para ella, la clave para acertar con el estilo a su edad es llevar los años con dignidad, encontrar lo que te sienta bien y no tratar de ser lo que no eres. «Me encantan los trajes sastre y los abrigos clásicos, es lo que llevaría toda la vida». No se libra de la típica pregunta sobre cómo envejecer en la industria del cine: «Los prejuicios vienen de Hollywood. ¿Que la imperfección no se pueda considerar belleza? Bueno... depende».
Mujeres estupendas con 50 años
Gádor de Carvajal, arquitecta
Foto: Xevi Muntané
GÁDOR DE CARVAJAL
Esta reconocida arquitecta conforma la mitad de Carvajal + Casariego, un estudio con oficinas en España y en Chile. Hija del ex presidente del Senado José Federico de Carvajal, a mediados de los años 80 fue definida como una de las modelos más prestigiosas de nuestro país (algo que casi nadie conoce hoy en su entorno profesional). Gádor vivió en primera persona el despegue de la moda española, cuando desfilaba para Pedro del Hierro, Jesús del Pozo o Manuel Piña. Según confiesa, la moda la ayudó a ser arquitecta, y no precisamente para pagarse los estudios. «Tenía muchas dudas con la carrera, y desfilar me permitió tomar distancia y relativizar».
Su interesante dicotomía profesional nos hace preguntarle por cómo se siente siendo mujer en el terreno en el que se mueve, tradicionalmente de hombres. «Es innegable que existe una cierta incomodidad masculina, y hay tensiones añadidas que tienen que ver con el género. Una especie de lucha de vanidades». Sobre su forma de vestir, reconoce que no ha habido transformaciones bruscas: «Ha cambiado con mi edad, con mi posicionamiento, pero siempre ha estado definida por mi temperamento. Hay un hilo conductor que domina». La moda le sigue gustando: «Me produce un poco de rechazo que haya colecciones tan a menudo. Me interesan los materiales, las cosas bien hechas». Tiene claras las claves para ser elegante a cualquier edad: «No es tan importante tener estilo. Uno solo tiene que verse bien y comportarse tal y como es».
Mujeres estupendas con 50 años
Lydia Delgado, diseñadora
Foto: Xevi Muntané
LYDIA DELGADO
«Tengo menos tiempo para mí», cuenta la diseñadora al hablar sobre su maternidad (tiene un niño adoptado de ocho años). «Pero intento vivir la vida de manera que me siente bien. La experiencia me ha ayudado a entender lo de “quererte a ti misma”. Intento hacer el trabajo de no preocuparme por cosas que en realidad son bastante absurdas, lo cual es muy fácil que pase». Esta actitud vital ha afectado a su forma de crear: «Diseñar es raro, implica estar entre tú y los demás. Ahora procuro hacer más lo que me gusta». En ese enfoque mental se enmarca su nueva pasión, la ilustración (en este momento se pueden ver sus dibujos en la Gerhardt Braun Gallery de Palma de Mallorca).
La explicación: «El dibujo es un mundo mágico, puro, infantil». Un optimismo que enlaza con su opinión sobre cómo debe vestirse una mujer entrada en la madurez. «Es un tema curioso. En otros países hay señoras con una edad que son muy creativas; aquí parece que hay que pasar inadvertida. ¡Tampoco es eso! Hay que lucirse con una cierta alegría, porque la indumentaria es una expresión de ti, de tu mundo interior. Si no dejas que pase nada, ¿qué sucede por dentro? Está bien tener un poco de luz y de creatividad. Hay cosas que te quedan peor (hay que ser realista), pero me gusta más una señora como las de Advanced Style –tan extravagantes, tan maravillosas– que una aburrida. Algunas de las mujeres más topísimas del mundo tienen mi edad».
Mujeres estupendas con 50 años
Isabel Muñoz, fotógrafa
Foto: Xevi Muntané
ISABEL MUÑOZ
Le gusta sentirse sobre unos tacones, aunque hace tiempo que no lo hacía. Isabel es una artesana visual, con dos World Press Photo y obras en museos de Madrid, París o Nueva York, que no pide ver su retrato al acabar la sesión. Simplemente confía. «He disfrutado con los estilistas; son dos artistas porque saben cómo hacerte sentir bien. Y no es lo mismo vestir a una niña de 16 años que a una mujer de 64». No es una fotógrafa de poses. Tiene una importante trayectoria dedicada «a la búsqueda del ser humano» por todo el planeta. Y en esas andaba cuando se implicó en sus últimos trabajos: Álbum de familia, un proyecto sobre los derechos del universo que retrata a varias familias de simios (en la galería Blanca Berlín a partir del 16 de diciembre), y la impactante Mujeres del Congo hacia la esperanza (en Casa de África, en enero), que denuncia el uso de las féminas como arma de guerra. «Yo busco siempre la luz y la esperanza. Creo que luchando se puede conseguir. No hago nada que no me emocione».
Sí, la edad ha cambiado el modo de enfocar su trabajo: «Hasta mi forma de ver». El cuerpo, según la fotógrafa, es un pretexto para conocer al ser humano. ¿Pero lo es también su estética? «Sin duda. La moda es un arte. Lo creo. Aunque también pienso que a veces llevamos máscaras. Las personas más elegantes que yo he conocido pertenecían a pueblos primitivos. En 2000, en Etiopía, me encontré con tribus que no conocían la luz ni la Coca-Cola. Cubrían su cuerpo con cosas tan sencillas como hojas... Era increíble. Aunque parecían desnudos, estaban mucho más vestidos que yo, y con muchísima libertad. La moda es creatividad, pero depende de cómo te la tomes y la cuentes. Si te da felicidad y seguridad, adelante. Ahora, ¿el estilo? Para mí es genético. La elegancia viene de los sentimientos, aunque luego se puedan aprender cosas. No depende de que lleves un Prada o un Zara. No es cultural». Y se marcha con un sencillo vestido negro, su color fetiche. «Me gusta pasar desapercibida. Aunque también es pura comodidad». Hay una distinción en su forma de moverse, hablar y mirar; como en esas elegantes mujeres senegalesas que tanto admira. Y sí, tiene razón, la dignidad del ser humano es maravillosa.
Mujeres estupendas con 50 años






 

Así se crea un imperio vendiendo camisas de cuadros.................................................Brenda Otero

¿Qué tiene la marca Rails para crecer un 300% cada año? Analizamos las lecciones de una firma que ha revolucionado el mercado de un básico en menos de una década.

cover
Beyoncé, Charlize Theron o Gisele Bündchen también se apuntan al imperio de las camisas de cuadros de Rails
 Siete años atrás Jeff Abrams trabajaba en el departamento de marketing de un estudio de animación, concediendo licencias de las imágenes de Tarta de Fresa. Hoy este treintañero de Los Ángeles es el dueño de Rails, una marca de camisas que ha cautivado a famosas como Cara Delevingne, Jessica Alba, Kate Moss, Beyoncé, Olivia Palermo o Kate Hudson, entre muchísimas otras. Se calcula que ha vendido unas 350.000 camisas de cuadros y tiene alrededor de 1000 puntos de venta por todo el mundo. La revista Forbes le ha dedicado un reportaje que presenta a la empresa como una de las superventas en moda contemporánea y apunta a que ha experimentado un crecimiento del 300% año tras año. ¿Cómo lo ha hecho? Estas son algunas de las claves que hicieron de Rails un imperio de la moda básica.

Hay que tener amigos famosos hasta en el infierno


Abrams empezó estampando el logo de la empresa en gorras de lo más sencillitas. Se pateó tiendas y tiendas de Los Ángeles sin éxito. Hasta que a través de conocidos comunes logró que Jessica Alba se cubriera su linda cabeza con una. A partir de ese momento empezó a vender. El empresario mantiene que nunca ha pagado a ningún famoso para que llevase sus artículos, pero no desmiente que haya hecho llegar unos cuantos regalos a celebs y blogueras. Según Abrams el éxito entre influencers se debe a la suerte. Empezó en un buen momento: justo cuando las reputadas publicaciones de moda empezaron a dedicar espacio a los famosos y arrancaba el fenómeno blogger.

 No hay que desanimarse ante los contratiempos


Un novato Abrams envió una tanda de sudaderas para imprimirlas en un taller, pero volvieron mal acabadas y con la tela retorcida. Otro las hubiera descartado, él las puso a la venta. La estrategia funcionó. El actor Matthew Mcconaughey compró una para él y 9 para regalar a sus amigos.

 

La falta de experiencia puede ser una ventaja

El empresario se tiró a la piscina sin saber nada sobre moda ni la industria textil. Su falta de experiencia le animó a lanzarse sin tener ni idea sobre las trabas y dificultades comunes en el sector.

Lo pequeño es hermoso
En una industria cada vez más rápida y atomizada en la que las colecciones abandonan las tiendas en pocas semanas, se agradece saber que temporada tras temporada podemos recurrir a una marca para nuestros artículos favoritos. La estrategia de Rails se centró en hacer bien una sola cosa.  Empezó en pequeño y le ha dado resultados.

Piensa cómo ofrecer la mejor version de cualquier producto
Rails no ha inventado la rueda.
 Pero sus artículos no son cualquier básico amontonado en una cadena de moda pronta. Abrams se dio cuenta que la mayoría de las camisas de leñador estaban fabricadas con algodón rígido, y para su producto desarrolló una mezcla única de tencel y rayon que es suave al tacto y se adapta mejor al cuerpo
. En los detalles está la diferencia.
El 'do it yourself' te hace más sabio

En los inicios Abrams se recorría los Estados Unidos en coche para visitar a las tiendas y comprobar cómo marchaban las ventas en cada estado.
 Estos interminables road trips le otorgaron conocimiento de primera mano sobre el mercado al que se dirigía. “A veces, sobre todo cuando empiezas hay que hacer locuras, ir más allá de lo que hace la gente normal” ha declarado el empresario.

Deja que la gente lleve tus prendas a su manera

Aunque la ropa de Rails vende sin complejos el estilo de vida californiano, su dueño tiene en cuenta que no todo el mundo quiere ir igual.
Abrams vivió en Italia y viajó por Europa con el Interraíl. En su etapa en el continente observó que los europeos vestían de manera distinta a los estadounidenses. Por eso ha diseñado un producto versátil.
 Las californianas llevan la camisa de manera casual y en París las abrochan hasta el último botón y ponen un jersey de cashemere encima.
 Las chicas preppy como Olivia Palermo las combinan con una falda estampada, bolso caro y zapatos masculinos.
El precio ha de ser justo
Las camisas de Abrams cuestan unos 125 euro
s. No están tiradas pero tampoco son tan caras como las de Equipment, otra marca dirigida a los obsesivos de las camisas. No es demasiado exclusivo para la gente de la calle ni demasiado barato para los VIP. Rails ha encontrado un hueco en el mercado que le permite contar con todo tipo de clientes.