Un Blues

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Del material conque están hechos los sueños

27 oct 2015

La vida de Isabel Presley un año después de la muerte de Miguel Boyer


 Si, es la misma.




  Isabel Preysler: así ha cambiado su muerte un año después de quedarse viuda 
I sabel Preysler ha vuelto a ser La Reina de Corazones al lado de Marío Vargas Llosa.
A media mañana del 29 de septiembre de 2014, comenzaba a circular la noticia: tras más de un año encerrado en casa tratando de hacer su vida con la mayor normalidad tras padecer un ictus, Miguel Boyer había fallecido.
En ese momento, los focos se dirigieron hacia Isabel Preysler que se convertía, de manera autómatica, no solo en la 'viuda de España', sino, además, en la mujer a la que buscaban los 'flashes' para comprobar su gesto de dolor.
Hoy, cuando se cumple un año justo de esa muerte, Isabel sigue siendo noticia, pero por motivos muy distintos
. Aquella viuda que padecía la pérdida de su marido, se ha convertido en la protagonista de la historia de amor sobre la que más se ha escrito este verano: la que está escribiendo del brazo de Mario Vargas Llosa.
Preysler ya no está recluida en su chalé, como hizo todos esos meses de enfermedad de su marido. Sale, entra y presume de ese hombre que la vida ha colocado a su lado y al que ha moldeado a su gusto -véase pinchando aquí-.
Vuelve a ser la reina del papel cuché, a protagonizar portadas y ha conceder entrevistas previo pago haciendo alarde de su nuevo amor. Un año después de aquellas imágenes oculta tras unas gafas de sol con gesto doliente, Isabel vuelve a ser La Reina de Corazones.
Y todo esto tras declarar en su paso por 'El Hormiguero' hace unos meses que no se veían enamorándose de nuevo...

Vamos hacia la III Guerra Mundial?

El barco navega dentro de un área cercana a las islas Spratly, cuya soberanía reclama Pekín.

El 'Lassen' en unas maniobras anteriores / AFP (REUTERS/LIVE)

La Marina de Estados Unidos envió este lunes un buque de guerra a navegar en los alrededores de una islas artificiales construidas por el Gobierno de Pekín en el mar del sur de China, según funcionarios citados por medios de comunicación estadounidenses.
 El buque, equipado con misiles, navegó dentro de aguas territoriales reclamadas por Pekín. Supone uno de los mayores desafíos de Washington al creciente expansionismo chino en esa zona.
El comandante Bill Urban, portavoz del Pentágono, declinó comentar sobre asuntos “específicos de la operación”, pero confirmó que EE UU “está llevando a cabo operaciones rutinarias en el mar del sur de China acordes a la ley internacional”. “Fuerzas de EE UU operan a diario en Asia Pacífico, incluido el mar del sur de China”, dijo a última hora del lunes en un comunicado remitido a EL PAÍS.
El Gobierno chino, que considera la defensa de esos islotes una de las prioridades de su política militar, trata de establecer exactamente si el buque estadounidense entró dentro de lo que considera sus aguas territoriales
. "Si es verdad, aconsejamos a EE UU que lo piense dos veces antes de actuar", ha declarado el ministro de Exteriores chino, Wang Yi, durante la celebración de un seminario en Pekín. Wang instó a Washington a "no actuar de manera imprudente y no crear problemas de la nada".
Horas antes, la Casa Blanca y el Departamento de Estado habían defendido el derecho de EE UU a actuar. 
“No tienes que consultar a ninguna nación cuando estás ejercitando tu derecho a la libertad de navegación en aguas internacionales”, dijo el portavoz del Departamento de Estado, John Kirby, en una rueda de prensa. En los últimos meses, EE UU también ha justificado en la defensa de la libertad de navegación el envío de navíos militares al golfo de Adén, frente a la costa de Yemen.
El buque estadounidense navegó dentro de un área a 12 millas náuticas de distancia de las islas Spratly, cuya soberanía también reclama Filipinas. EE UU ya navegó en esa área en 2012 pero entonces las islas no estaban construidas. Es la primera vez que lo hace desde el inicio del proceso de levantamiento de las islas a finales de 2013.
La medida supone uno de los mayores desafíos de Washington al creciente expansionismo chino en esa zona
Las 12 millas de distancia determinan por ley el territorio marítimo de un Estado. Según la convención de ley marítima de la ONU, ese límite no es aplicable a islas levantadas sobre arrecifes previamente sumergidos, lo que lleva a EE UU a subrayar que cumple la ley.
La primera potencia mundial teme que la segunda potencia tenga fines militares en la construcción de islas en aguas que reclaman desde hace tiempo media docena de países, y ubicadas en una concurrida y estratégica zona de tráfico marítimo comercial. Pekín esgrime que las islas tendrán principalmente objetivos civiles, pero también finalidades militares indefinidas.
Con el envío del buque, EE UU busca mandar un mensaje de firmeza a China. El Gobierno de Barack Obama ha hecho del viraje a Asia una de sus prioridades geoestratégicas y ha criticado las reclamaciones marítimas chinas. La entrada del destructor en aguas en disputa llega un mes después de que se reunieran en Washington Obama y su homólogo chino, Xi Jinping. Xi dijo entonces que China no tenía “intención de militarizar” las islas.
En mayo, aviones estadounidenses sobrevolaron los alrededores de las islas pero sin penetrar el límite de 12 millas
. En 2013, dos bombarderos estadounidenses volaron en otra zona que se disputan China y Japón. China también ha hecho movimientos provocadores: en septiembre buques chinos navegaron dentro del límite de 12 millas en los alrededores de unas islas estadounidenses y rusas frente a la costa de Alaska.
Desde 2012 China ha incluido las islas en disputa en el mar del Sur de China, a distancias de hasta 1.300 kilómetros de la costa continental, en sus "intereses nacionales básicos"
. En mayo pasado anunció un giro en su estrategia militar para poner el énfasis en la modernización de su Marina y en la defensa de las aguas abiertas, no únicamente el territorio continental.

 

Las fascinantes rubias de Alfred Hitchcock ..................................................... Noelia Núñez


"En 'La ventana indiscreta' el fetichismo rubio se despliega apoteósicamente, en el interior de un sistema afectivo y artístico sobre el que Donald Spoto, el documentado biógrafo de Hitchcock, propone una juiciosa aclaración
: 'Con su belleza fría y elegante, su pasión interior, su mente despierta (y la sumisión total a su dueño), Grace Kelly era la encarnación de los fantasmas personales y profesionales del cineasta […] la actriz más colaboradora que conoció nunca'.
Esto explica sin duda la tranquila euforia que nos invade por entero a lo largo del desarrollo de la historia". "Su ocupación de la pantalla, su perfección ansiogénica, la exhibición de la lencería íntima hacen balbucir al fotógrafo, cuya herida no le impide radiografiar, con una mezcla de éxtasis y de fastidio, los magníficos secretos de esta anatomía que descubre su etérea y última prenda
: 'Tu ropa interior que no pesa ni doscientos gramos… ¡Cien gramos!'.


Las fascinantes rubias de Alfred Hitchcock


Serge Koster recorre en 'Las fascinantes rubias de Alfred Hitchcock' (Periféricas) a las musas platinas del británico.
Así explica su obra: "Estrellas de la pantalla (...) cuyo 'fundamento' es la carne que no se ve.
 Vamos a estar en compañía de algunas de las criaturas del Maestro. Ancianas o difuntas, hoy las actrices que las encarnaron para poblar nuestra mitología no son más que las evanescentes presencias de nuestra máquina fantasmática. (...)
Si el cine hollywoodiense creó las estrellas de los años treinta, me parece incuestionable que fue Alfred Hitchcock uno de los que más contribuyó a darles una dimensión mítica".
"Si hay un enigma en las películas de Alfred Hitchcock, es el gran enigma que provoca el sexo femenino:
 ¿qué mirada, qué caricia, qué sueño nos trasmite ese enigma?".
 

Kim Novak en 'Vértigo'


"Fueran cuales fueran los caprichos de Alfred Hitchcock, decepcionado por la deserción de Vera Miles, Novak, lejos de deslucir su colección de rubias (cuya encantadora esbeltez contrasta con su opulencia carnal), la adorna con esa sensación que te invade ante una mujer poco hecha para el gusto de uno y, sin embargo, turbadora.
Es extraño que el Maestro no se diera cuenta de la analogía de las situaciones: se esfuerza por modelar a la actriz de acuerdo con su idea del personaje del mismo modo que James Stewart se empeña en recrear 'una mujer a partir de la imagen de una muerta'.
 Kim Novak cumple su misión: con la ambivalencia de un temperamento en el que la distinción y la animalidad se alían de una manera embriagadora, encarna a la perfección a Madeleine, rubia fría y mortífera, y luego a Judy, pelirroja escultural y espontánea, que une en una misma mirada (en la que se lee el pánico de sentirse sacrificada) a las fuerzas letales del desdoblamiento, de la perdida de sí y de la caída".


Eva Marie Saint en 'La ley del silencio'


"Los mejores expertos son los del mismo oficio. ¿Quién mejor que Proust podía analizar a Racine o a Baudelaire?
 ¿Qué mejor interlocutor que François Truffaut podía desear Hitchcock?
El primero lo ha comprendido todo del segundo cuando declara considerarle 'no solamente como un especialista del suspense, sino también como un especialista del amor físico en el cine'.
En el cine: no confundir con la reproducción de la realidad biográfica.
 No es extraño que sin tocarlas muestre a sus mujeres bajo una iluminación inédita.
 Lo comprobamos con la metamorfosis de Eva Marie Saint: silueta ingrata y anodina en 'La ley del silencio', esa película bastante sospechosa en la que Elia Kazan trata de la delación al final del maccarthismo.
 La vemos aquí, cinco años después, en 1959, integrada en la banda sublime de las rubias aduladas".
 

Tippi Hedren en 'Los pájaros'


"Él quiso inmiscuirse en su intimidad, ella le cerró su corazón y todo lo demás. ¿Hemos vuelto a ver muchas veces más a este raro ejemplar en una pantalla? '
Ex modelo, belleza clásica', anuncia el dossier de prensa, 'rubia de inmensos ojos verdes y con un porte de reina', ¿qué pasó con Tippi Hedren para que todo el mundo conspirara contra ella, empezando por aquellos que la consideraban groseramente sólo un sucedáneo de Grace Kelly?". "Hitch el charlatán, ¿debe ser leído y escuchado literalmente? Esta mezcla de locuacidad, de reticencia. Este dédalo de pistas indicadas con mayor o menor claridad. Estas historias de moños, de bragas, de bragueta, de rubias elegantes y depravadas. La visión de 'Vértigo' ya nos puso en antecedentes: el sexo de la mujer obsesiona al maestro de la cámara. Una hendidura ha de estar abierta o cerrada. 
Abierta, preferentemente, en la imaginación. Pero querer abrirla en la realidad contra la voluntad de la mujer es pura locura. Esta metáfora marca el principio tanto de 'Los pájaros' como de 'Marnie la ladrona'. Su omnipresencia demuestra que el Maestro cuida a su criatura al mismo tiempo que  a sus fantasmas".
 


26 oct 2015

Los fotógrafos que tejieron la historia de la moda............................................... Elsa Fernández-Santos

Una exposición en el Museo Balenciaga reúne 86 imágenes de 50 autores clásicos que cambiaron el curso del género.

Mai-Mai, con un vestido de Fortuny. Imagen de George Platt. (1934)

La historia es legendaria: Martin Munkácsi no sabía una palabra de inglés cuando la editora de Harper’s Bazaar Carmel Snow le contrató para la revista.
 Corría el año 1933 y el joven fotógrafo húngaro llegó a Long Island para una producción de ropa deportiva y bañadores que protagonizó Lucile Brokaw, una it girlde la época, hija del patinador olímpico Irving Brokaw
. Cuando llegaron a la playa, el fotógrafo no sabía explicarse mientras la chica se moría de frío. Envuelta en una capa de gasa que desesperada le arrebató a Carmel Snow, Lucile Brokaw se puso a correr por la playa interpretando como pudo los gritos del fotógrafo, que sin mediar palabra la animaba a moverse libre y a su aire.
 Un instante de confusión gracias al cual Munkácsi captó la imagen, lejos de la quietud del estudio, más cerca de las nuevas emociones femeninas, que cambiaría el curso de la fotografía de moda.
La foto es una de las 86 obras que a partir del próximo viernes y hasta el 31 de enero colgarán en las paredes del Museo Cristóbal Balenciaga, en Getaria, Gipuzkoa, en la exposición About fashion, realizada a partir de los fondos de la coleccionista española Lola Garrido en colaboración con diChroma photography.
Lucile Brokaw en una imagen de Martin Munkácsi. (1933) / Martin Munkácsi
Garrido, que lleva años adquiriendo fotografía de moda, compila el trabajo de 50 clásicos, algunos apenas vistos en España. De Munkácsi a otros gigantes del género como Willy Maywald, George Hoyningen- Huene, Horst P. Horst, Germaine Krull, Alfred Eisenstaedt, Norman Parkinson, Helmut Newton, Cecil Beaton, Edward Steichen, Irving Penn, Louise Dahl Wolfe, Marcus Leatherdale, Inge Morath, Diane Arbus, Lillian Bassman, F.C. Gundlach, Cathleen Naundorf, William Klein o Frank Horvat.
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Mientras hoy los fotógrafos de moda son celebridades lo cierto es que los que revolucionaron el medio llegaron ahí para ganarse la vida, y fue esta necesidad la que transformó la historia.
 Su curso, imparable en los últimos años, ha sido lento y a veces dramático.
Erwin Blumenfeld llegó a Estados Unidos huyendo del nazismo, su sangre dadaísta bombearía las portadas más míticas del Vogue, una audacia artística impensable en la actualidad.
 El caso de Munkácsi fue más sombrío.
 Arruinado, mendigó por comisiones de sus fotos en Harper’s Bazaar.
 De poco le sirvió que Richard Avedon confesara que la foto de la chica de la playa había sido una obsesión para él desde que la vio con 11 años o que Cartier-Bresson le debiera su vocación a otra imagen en movimiento del húngaro: la de unos niños negros bañándose desnudos en la orilla del mar. Sus archivos se perdieron después de su muerte, en 1963, y tuvieron que pasar décadas para que su figura fuese reivindicada.
Lilly Dache en una imagen de Alfred Eisenstaedt. (1937) / Alfred Eisenstaedt.
“Yo empecé comprando fotografía de moda en movimiento, no de estudio”, recuerda Lola Garrido, que en el Museo Balenciaga reúne cinco trabajos del húngaro y que en el último año ha expuesto una selección de sus fondos en el Pushkin de Moscú o dentro de los Encuentros de Arlés.
Me interesa la gran fotografía de moda pero reconozco que menos su evolución”, continúa la coleccionista
. “Hemos ido de la elegancia, de la búsqueda de belleza, ilusión y deseo que marcaron los años de posguerra, a un chic sucio, que es más contemporáneo y propio de los tiempos, pero que a mi no me interesa.
 La imagen de la mujer como muñeca o prostituta, o eso que yo llamo la estética del defecto, el gusto por lo friki y feista, donde la culpabilidad juega un papel muy importante, tampoco.
 Para mí queda Peter Lindbergh, que es el Irving Penn contemporáneo.
 Con él sí recupero la emoción.
 Trata a las mujeres como mujeres y lo hace desde el amor”.