Hace 50 años se filmó la producción de David Lean que convirtió la ciudad en Moscú.
Bonifacio Saavedra, de 85 años, fue uno de los cerca de quinientos bolcheviques que cantaron La Internacional en 1965 en Madrid.
Tenía un papel como figurante en Doctor Zhivago, la adaptación cinematográfica de la novela homónima sobre la Revolución Rusa.
El director británico David Lean eligió España para rodar la mayor parte de la película.
En el barrio de Canillas se levantó la calle moscovita donde transcurre la primera parte de la cinta. Saavedra llevaba viviendo 10 años en esa localidad cuando empezó el rodaje.
La productora Metro-Goldwyn-Mayer empleó a los vecinos como extras, fontaneros o técnicos.
Este año se cumple el 50 aniversario de la filmación de una de las 10 películas con mayor recaudación en la historia, según el libro Guinness de los récords.
La producción montó en 1965 un Kremlin y una Torre de San Nicolás junto al cementerio de Canillas
. La casa de Yuri Zhivago, el protagonista de la película, estaba en el otro extremo.
Se había levantado cerca de lo que hoy es una estación de servicio, a la altura del número 90 de la calle de Silvano.
“Nos pagaban 1.500 pesetas al día fijo.
Más 1.000 si hacía calor.
Y otras 1.000 si dormías a la intemperie”, cuenta Saavedra.
“Una noche de verano podías irte a casa con 3.500 en el bolsillo”, agrega.
El sueldo mínimo profesional de un actor figurante era de 75 pesetas.
El rodaje comenzó en diciembre de 1964 y terminó en octubre de 1965
. Filmaban durante la madrugada. Después de siete horas recibían un pago extra.
“A los figurantes profesionales nos apreciaban más.
Los otros solo querían mirar a los actores y a las cámaras”, cuenta Saavedra, que había elegido Canillas para vivir porque estaba cerca de los principales estudios de cine de la época. Estudios CEA, donde se filmaron los interiores de Doctor Zhivago, quedaba a dos kilómetros. Sevilla Films, a 3,5. Allí se rodó El Cid (1961), protagonizada por Charlton Heston y Sofía Loren.
En los estudios Chamartín, que estaban a cuatro kilómetros, se hizo La caída del imperio romano (1964). Saavedra trabajó en cada película como figurante.
Una de las escenas más recordadas de Zhivago es la concentración de trabajadores que cantan La Internacional en una calle de Moscú.
“La mayoría de la figuración del cine era gente que no tenía trabajo porque había sido de izquierda”, asegura Saavedra.
Todos los actores cantaron en esa secuencia el himno que representaba la unidad del comunismo internacional.
“El 80% de los figurantes había sido militares republicanos durante la Guerra Civil”, afirma el actor. La policía intervino y la escena se tuvo que repetir entonando un pasodoble, añade.
Saavedra ha visto la película más de cinco veces.
Nunca ha podido reconocerse entre la multitud de personajes.
“Mi trabajo era que no se me viera”, señala con seguridad.
Mira la pantalla de su televisor y dice que podría estar en uno de los grupos del andén derecho.
Un tren llega a la antigua estación de Delicias.
Está disfrazada de terminal rusa. Omar Sharif y Geraldin Chaplin se percatan del arribo.
Los cientos figurantes se levantan, todos pugnan por subir a los vagones.
Bonifacio Saavedra tomará el tren que deja Moscú.
Tenía un papel como figurante en Doctor Zhivago, la adaptación cinematográfica de la novela homónima sobre la Revolución Rusa.
El director británico David Lean eligió España para rodar la mayor parte de la película.
En el barrio de Canillas se levantó la calle moscovita donde transcurre la primera parte de la cinta. Saavedra llevaba viviendo 10 años en esa localidad cuando empezó el rodaje.
La productora Metro-Goldwyn-Mayer empleó a los vecinos como extras, fontaneros o técnicos.
Este año se cumple el 50 aniversario de la filmación de una de las 10 películas con mayor recaudación en la historia, según el libro Guinness de los récords.
La producción montó en 1965 un Kremlin y una Torre de San Nicolás junto al cementerio de Canillas
. La casa de Yuri Zhivago, el protagonista de la película, estaba en el otro extremo.
Se había levantado cerca de lo que hoy es una estación de servicio, a la altura del número 90 de la calle de Silvano.
“Nos pagaban 1.500 pesetas al día fijo.
Más 1.000 si hacía calor.
Y otras 1.000 si dormías a la intemperie”, cuenta Saavedra.
“Una noche de verano podías irte a casa con 3.500 en el bolsillo”, agrega.
El sueldo mínimo profesional de un actor figurante era de 75 pesetas.
El rodaje comenzó en diciembre de 1964 y terminó en octubre de 1965
. Filmaban durante la madrugada. Después de siete horas recibían un pago extra.
“A los figurantes profesionales nos apreciaban más.
Los otros solo querían mirar a los actores y a las cámaras”, cuenta Saavedra, que había elegido Canillas para vivir porque estaba cerca de los principales estudios de cine de la época. Estudios CEA, donde se filmaron los interiores de Doctor Zhivago, quedaba a dos kilómetros. Sevilla Films, a 3,5. Allí se rodó El Cid (1961), protagonizada por Charlton Heston y Sofía Loren.
En los estudios Chamartín, que estaban a cuatro kilómetros, se hizo La caída del imperio romano (1964). Saavedra trabajó en cada película como figurante.
Una de las escenas más recordadas de Zhivago es la concentración de trabajadores que cantan La Internacional en una calle de Moscú.
“La mayoría de la figuración del cine era gente que no tenía trabajo porque había sido de izquierda”, asegura Saavedra.
Todos los actores cantaron en esa secuencia el himno que representaba la unidad del comunismo internacional.
“El 80% de los figurantes había sido militares republicanos durante la Guerra Civil”, afirma el actor. La policía intervino y la escena se tuvo que repetir entonando un pasodoble, añade.
Saavedra ha visto la película más de cinco veces.
Nunca ha podido reconocerse entre la multitud de personajes.
“Mi trabajo era que no se me viera”, señala con seguridad.
Mira la pantalla de su televisor y dice que podría estar en uno de los grupos del andén derecho.
Un tren llega a la antigua estación de Delicias.
Está disfrazada de terminal rusa. Omar Sharif y Geraldin Chaplin se percatan del arribo.
Los cientos figurantes se levantan, todos pugnan por subir a los vagones.
Bonifacio Saavedra tomará el tren que deja Moscú.