Un Blues

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Del material conque están hechos los sueños

21 feb 2015

Si Cayetana de Alba levantara la cabeza.......................................................Mábel Galaz

Pidió por escrito a su familia que permaneciera unida, pero al cumplirse tres meses de su muerte su viudo hace vida aparte, su hijo Carlos maneja en solitario la Casa y una de sus nueras quiere anular su matrimonio.

Alfonso Diez junto al duque de Huescar Carlos Fitz- James Stuart.

Cuando se cumplen tres meses de la muerte de Cayetana de Alba, la gran aristócrata española y un referente de la vida social, pese a las recomendaciones que dejó escritas en su testamento para que su familia permaneciera unida han sucedido algunas cosas que no le gustaría ver si levantara la cabeza: cambios en la gestión de su Casa, la situación en la que se halla su viudo, el enfrentamiento de su hijo Cayetano con su exmujer y hasta una investigación de Hacienda.
 Asuntos que los Alba intentan manejar con discreción. En este tiempo de luto, tanto los seis hijos de la duquesa de Alba —Carlos, Alfonso, Jacobo, Fernando, Cayetano y Eugenia— como su viudo se exponen lo menos posible ante los medios, y, menos aún, hacen declaraciones.
 Y eso que no faltan ofertas. A Alfonso Díez le han hecho suculentas invitaciones para que hable de los últimos días que vivió junto a la aristócrata y sobre todo para que explique en qué situación económica se ha quedado tras salir de la Casa de Alba.
 Pero Díez guarda silencio.
 No ha salido de su boca ni una palabra desde que dio las gracias a todos por el cariño demostrado a su esposa en su funera
l. Si fue discreto en vida de Cayetana, más lo está siendo en su ausencia, aunque ello no significa que esté parado en defensa de sus intereses.
Mucho se ha hablado del testamento que dejó la aristócrata pero poco se sabe de la parte que le ha podido corresponder a su viudo
. Sus hijos solo han aclarado que casi todo ya se repartió en vida de ella.
 Ocurrió hace tres años, antes de que Cayetana se convirtiera en señora de Díez
. Así que una vez que el legado de la Casa de Alba estuvo blindado solo quedaba por decidir a quien iría el patrimonio más personal de la duquesa
. Ahí es donde comienzan las cábalas.
Imagen de Cayetana Fitz James Stuart fotografiada por Richard Avedon para la portada de 'Harper` s Bazaar' en 1959.
Antes de Navidad, un mes después de la muerte de la aristócrata —ocurrida el pasado 20 de noviembre— se abrieron sus últimas voluntades, en las que hay un apartado para el viudo. Díez, funcionario de profesión, dejó su trabajo para casarse y trasladarse a vivir a Sevilla.
 Ya entonces se habló de que su esposa dispuso una cantidad para él cuando ella no estuviera —aunque no hay confirmación de la pensión de 3.000 euros de la que se ha hablado— pero, según algunas fuentes consultadas, el testamento no está del todo claro por lo que sus abogados están en plena negociación con los hijos de la que fue su esposa.
El único bien que Díez recibió en vida fue una casa en Sanlúcar de Barrameda que la duquesa le regaló y que lleva muchos meses en obras de rehabilitación.
 Pero parece que él no tiene la intención de habitarla y la ha puesto en venta.
 El viudo vive ahora en Madrid, donde mantuvo su piso de soltero, y lo hace arropado por sus hermanos.
 En diciembre sacó sus cosas del palacio de Las Dueñas, la residencia sevillana que compartió con la duquesa.
 La casa la ha heredado Fernando, el hijo mayor del ahora duque de Alba, Carlos, y la intención del nuevo jefe de la familia es abrirla al público
. Carlos está ya marcando su territorio.
 Si hasta la muerte de su madre gestionaba la Casa de Alba con la ayuda de su hermano Cayetano, ahora este ha dejado la tarea que le encomendó su madre.
“A partir de ahora cada uno de nosotros nos dedicaremos a lo nuestro”, ha dicho el menor de los varones.
Cayetano Martínez de Irujo, el menor de los hijos varones de la duquesa. / JORGE GUERRERO (AFP/Getty Images)
Cayetano, además de emprender un nuevo rumbo profesional, se enfrenta a una revisión de los términos de su divorcio
. La que fue su esposa, Genoveva Casanova, quiere la nulidad de su matrimonio para poder iniciar una nueva vida con su actual pareja, el exministro José María Michavila, hombre de férreas creencias religiosas.
 Cayetano quiere aprovechar este momento de cambios y en juego está, entre otras cosas, la vivienda que paga a su exesposa en una de las mejores zonas de Madrid y el internado británico en el que estudian los hijos de la pareja.
 El convenio que firmaron Cayetano Martínez de Irujo y Genoveva Casanova contó con el respaldo de la duquesa, que siempre mantuvo excelentes relaciones con quienes fueron sus nueras.
Cayetano ha sido uno de los Alba que en términos más elogiosos ha hablado sobre el viudo. “Siempre mantendré una relación de afecto y cercanía”, ha dicho.
 Ellos, que desconfiaron tanto de Alfonso Díez, se han deshecho en adjetivos por las atenciones que brindó a su madre el tiempo que permaneció junto a ella.
 Fernando se ha expresado en términos similares.
 Pero el tiempo pone distancias y Díez está cada vez más alejado de los Alba, no así de los amigos que Cayetana dejó en Sevilla. Curro Romero y Carmen Tello están pendientes de él como le prometieron a la aristócrata.
En estos tres meses sin la duquesa también ha aflorado un asunto con claroscuros.
 Los inspectores de la policía encontraron el nombre de Cayetana de Alba en un par de documentos de entre los incautados en la Operación Emperador, caso en el que se investiga una trama para blanquear dinero liderada por el empresario chino Gao Ping.
 No fue una sorpresa que apareciera un nombre conocido: Gao Ping y su organización trabajaban con empresarios y aristócratas españoles
. Los papeles estaban fechados el 19 y 20 de abril de 2010, y reflejaban dos transferencias de una cuenta del banco Lombard Odier de Ginebra a un ciudadano chino, que para más señas era el padre de Gao Ping.
 A cambio del dinero enviado a China, la duquesa recibía una cantidad parecida en España y así evitaba todo movimiento de dinero en bancos nacionales.
 El hallazgo supuso el conocimiento de que tenía una cuenta en Suiza no declarada.
 La investigación patrimonial sobre todos los bienes y cuentas de la duquesa que estaba efectuado la Agencia Tributaria sigue activa y aún puede afectar a sus herederos.

 

20 feb 2015

La hora final

La hora final

Estremecedora producción y tremendo alegato contra la inutilidad de la guerra y la estupidez de los hombres que solo hacen uso de ella, en perjuicio del resto de la humanidad para resolver sus insignificantes diferencias.
La película es un bien resuelto drama llevado por un Stanley Kramer en plena forma, para hacer producciones cinematográficas de gran calidad artística y comercial contando con un elenco de actores que ya estaban consagrados dentro del star system de Hollywood.
Basada en la novela "On the Beach" escrita por Nevil Shute en plena época de La Guerra Fría, la película posee la virtud de advertir sobre el peligro que supone el uso intencionado o accidental de las armas de destrucción masiva, y que por desgracia sigue siendo un tema de plena actualidad mientras exista la posesión de tales armas por parte de países beligerantes que se atribuyen el derecho de hacerse con el control, con la excusa de otorgarnos una supuesta seguridad que ni ellos mismos nos pueden dar frente a otros.
Una gran historia lleno de momentos inolvidables con un estupendo Gregory Peck y una maravillosa Ava Gardner que posteriormente también tuvo su remake en formato televisivo en el año 2000 en una producción dirigida por Russell Mulcahy.
Interesante reflexión la que nos ofrece Stanley Kramer sobre el fin de la humanidad a mano de la misma humanidad. El hombre que pone fin al propio hombre mediante la guerra nuclear. El último sitio en llegar la radioactividad es Australia. Allí se concentran los últimos supervivientes de la humanidad. Allí intenta vivir una vida normal, con la esperanza de que no les llegará la radioactividad.
La película es toda una reflexión sobre el desastre que podría hacer el hombre con tan solo “apretar un botón”. La película se muestra bastante neutral a la hora de culpar a ninguna nación en concreto. Se habla de una supuesta tercera guerra mundial, pero nunca se llega a explicar el por qué ni el cómo ni los principales implicados. El gran responsable es el hombre mismo; la inteligencia del hombre le llevó a construir un arma mortífera que traería la destrucción del mundo.
Es una película llena de escenas maravillosas. Se compaginan la ternura de una pareja con su hija, con escenas de máxima angustia como la del marine que decide “auto suicidarse” quedándose en la asolada ciudad de San Francisco contaminada por la radioactividad.
Maravillosa la interpretación de Fred Astaire como el alcohólico científico. También la interpretación de Gregory Peck y Ava Gardner que casi le roban protagonismo a la propia historia. Y discreta la interpretación de Anthony Perkins.
Son soberbias las últimas escenas de la desolada Australia, como también las de la soledad de San Francisco, con sus empinadas calles solitarias... Y ante esa hora final de la humanidad, queda una pregunta volando en esa soledad de las grandes ciudades del mundo: ¿Quién fue el “ganador” de esta guerra? ¿Para que quiere ahora la “victoria”? ¿De qué le sirvió la guerra?
Es un filme apocalíptico pero encarado más como un sentido drama que como una convencional cinta de acción con supervivencia. Ésa es la característica distintiva de esta película, que nos muestra mucho el aspecto psicológico y anímico de los personajes que esperan día a día que el mundo se acabe por completo debido a la contaminación nuclear.
El pánico nuclear de la guerra fría estuvo sobredimensionado. Así de claro. Probablemente el mundo nunca estuvo más seguro que con la política de bloques, la bipolaridad y la disuasión nuclear de las superpotencias. Hoy ya no es así, y la situación de peligro es mayor que antes, aunque en cualquier caso no existe, repito, no existe, ninguna posibilidad de guerra nuclear total, sí de bombas sucias radioactivas por parte de algún grupo terrorista.

Isabel Preysler presenta My Cream

Isbel Preysler pasa por un buen momento: My Cream, su línea de cosméticos, acaba de ponerse a la venta y ha querido celebrarlo donde nació la idea, en su propia casa.
 Radiante y enfundada en un traje chaqueta blanco y negro (alguien le pregunta si lo ha hecho a propósito para ir conjuntada con el packaging de la marca), Isabel nos recibe en su salón para contarnos cómo nació y creció la idea y cómo se cumplió, finalmente, este sueño.

 Isabel Preysler.
Foto: Gonzalo Machado.
Isabel Preysler se ha implicado al máximo en todo el proceso de creación de My Cream.
Por razones evidentes, todo el mundo teorizaba sobre qué cremas usaba Isabel y así fue como se le ocurrió crear su propia línea de cuidados. Isabel inaugura nuestro encuentro con ella en su casa de Madrid respondiendo a una pregunta obligada, ¿cómo nació la idea de crear su propia firma de cosméticos? Sus hijas Tamara y Ana, nos confiesa, fueron quienes la animaron a emprender el proyecto, tras un tiempo difícil para todas ellas, la muerte de Miguel Boyer.
Tras renunciar a grandes ofertas de firmas cosméticas y perfumes que le ofrecían ser el rostro de nuevos productos y junto a sus hijas, Isabel comenzó a buscar laboratorios y a hacer pruebas -en sus propia piel, en la de sus hijas, en la de amigas...- hasta, poco a poco, dar con el producto final.
 Entre risas, bromea sobre su exigencia y los mil y un cambios que introdujo y nos cuenta que uno de los requisitos que le puso al laboratorio fue que el producto final debía tener aroma a peonía, poco común en cosmética pero del que, dice, adora su frescura..
El grado de implicación de Isabel se percibe en las anécdotas que nos cuenta: desde el proceso de negociación con los proveedores de su hija Ana, que se encarga de la parte financiera del negocio y que, según su madre, es peleona, hasta cómo escogió el logo y la tipografía, para la que en primer lugar, tomó como referencia la de la firma Porcelanosa, que le encantaba.
 Isabel Preysler.
Foto: Gonzalo Machado.
Sus hijas Ana y Tamara se han implicado al máximo en la creación de la firma.
Isabel sorprende por su cercanía: nos pregunta si nos gusta el frasco de las cremas, nos cuenta lo aplicada que ha sido siempre su hija Ana -ha salido al padre, dice- y se ríe cuando se escucha, en el piso de arriba, a Tamara.
 Nos dice que está todo el día al teléfono (con el Hello, hello, añade).
 Y nosotros, que casi nos imaginamos veraneando con ella en Marbella, no podemos resistirnos a preguntarle sobre su ritual beauty, ya que, sea el que sea, le funciona a las mil maravillas.
Nos responde con una amplia sonrisa que su secreto es la limpieza del rostro a conciencia, para la cual no usa cepillo -al contrario que sus hijas, nos cuenta, y nos pregunta si eso va bien- y que, tras ella, se aplica una crema ligera por las mañanas. Le encanta el Sol y no se priva de tomarlo, apunta, aunque luego tenga que luchar contra pequeñas manchas -tan pequeñas que nos resultan totalmente imperceptibles
-Nos cuenta incluso que en su época junto a Julio Iglesias, que amaba los baños de sol, por las noches parecía que sus vestidos iban solos dada la tonalidad de su piel.
 El desparpajo de una de las mujeres sobre las que más páginas se han escrito en las revistas de nuestro país es solo comparable a su belleza, y solo nos falta preguntarle dónde guarda los Ferrero Rocher (nos ofrece deliciosos zumos de frutas y frutos secos).
En el número de marzo de TELVA podrás descubrir todos los secretos sobre la reina de corazones, que, además, ¡hoy cumple años!
 Isabel nos concedió una entrevista en exclusiva para hablar de su línea My Cream, que se compone de tres productos: un serum regenerador anti- aging, una crema anti-aging efecto luminosidad y un contorno de ojos y labios revitalizante anti-aging, ya está a la venta en farmacias y online y según la propia Isabel, la luminosidad y la hidratación que aportan como tratamiento global son sus puntos fuertes
. Y, además, se trata de una apuesta económica (su precio oscila entre los 44 y los 47 euros por producto) y de textura ligera.

Marlon Brando, en sus propias palabras............................................................. Irene Crespo

El documental ‘Listen to me, Marlon’, estrenado en Sundance, repasa la vida del actor

Está contado por el mismo intérprete, en cientos de horas de grabación inéditas.

 

Marlon Brando, en 'El último tango en París'.

A Marlon Brando no le gustaba hablar de él, no le gustaba hablar de su vida
. Fue una de las mayores estrellas que ha tenido el cine y probablemente una de las más secretas con su intimidad.
 Sin embargo, el documental Listen to Me, Marlon, estrenado en el pasado Festival de Sundance, descubre que al actor sí le gustaba hablar de él, sí le gustaba hablar de su vida.
 Eso sí, sólo con él mismo.
Listen to me, Marlon (Escúchame, Marlon) es la frase con la que empezaba sus grabaciones de autohipnosis que practicó durante los últimos años de su vida, recluido en su casa de Los Ángeles, luchando contra el dolor personal.
 Estas sesiones son sólo una parte de las más de 200 horas de grabaciones nunca escuchadas hasta ahora a las que el director Stevan Riley tuvo acceso cuando le encargaron desde la cadena Showtime el documental.
“Sabía que este material existía, pero no sabía cuánto había”, contó Riley en Sundance. “Marlon conservó todas estas cintas en un búnker fuera de su casa
. No guardaba nada de recuerdos en la casa, porque lo tenía todo ahí fuera.
 Había también muchísimo material escrito y audiovisual. Es increíble, porque él apenas hizo entrevistas”.
Cuando empezó a investigar en la vida de Brando, Riley leyó todas las biografías, entrevistas y comentarios de gente que le había conocido a lo largo de su vida
. Conoció incluso a parte de esa gente, y de lo que cada uno le contaba se encontraba con una versión distinta de Marlon Brando.
“Me di cuenta de que había compartimentado tanto su vida y de que unas relaciones no tenían que ver con las otras –explica el director–. Fue lo que me llevó a darle voz a la única persona verdaderamente cualificada a revelar la esencia y el alma de Brando: el mismo Marlon Brando”.
Un fotograma de 'Listen to me, Marlon'.
Además de las autohipnosis, Brando guardaba cintas de conversaciones privadas (tenía micrófonos escondidos en todas las habitaciones de su casa), grabaciones que hacía mientras preparaba sus personajes, sesiones de meditación y diarios de recuerdos y opiniones sobre compañeros de profesión (“Coppola es un capullo”, dice en un momento).
 Todas ellas componen una ventana a su alma que él mismo había ido desvelando poco a poco en sus papeles.
 El Kowalski de Un tranvía llamado deseo, por ejemplo, fue el personaje que más le superó, “tenía una bestia en su interior”, cuenta en el documental, una bestia a la que no quería parecerse porque le recordaba a su padre, maltratador, que les abandonó a él y a su madre, cuando Brando tenía 11 años.
Riley no ha utilizado el documental para desvelar secretos de la vida de este icono, ni desatar nuevas polémicas, sino sólo para “quitarle la máscara” y descubrir al verdadero Marlon Brando.
 “Quería que fuera una experiencia que lleves contigo, no sólo hechos.
Quería que fuera Marlon compartiendo su vida”, explicaba.
Por eso, el filme arranca con la cabeza parlante del actor que él mismo mandó digitalizar en los años ochenta, para después continuar con un repaso a “todas las edades de Brando: Marlon, el niño de Nebraska; Marlon, el actor; y Marlon, el hombre mayor mirando atrás en su vida desde su retiro de Mulholland Drive”; y también está Marlon, el comprometido con los indios y la población negra, y Marlon, el padre y su episodio más doloroso, cuando su hijo Christian mató al novio de su medio hermana, Cheyenne, que después acabó suicidándose, un capítulo al que Riley le dedica bastante tiempo
. En todos ellos, el director usa únicamente la voz del actor sobre imágenes de sus películas o entrevistas televisadas que, claramente, mostraban otro Brando muy diferente al que escuchamos.
Su madre, para quien se convirtió en actor, y a la que recuerda con dolor por su alcoholismo; y Stella Adler, su querida profesora con la que aprendió que “la interpretación consistía en encontrar la verdad”, son las personas a las que Marlon dedica sus mejores palabras.
 Mientras, carga contra la fama y todo lo relacionado con la industria del cine, los politiqueos que despreciaban el arte; su padre y el rodaje de Rebelión a bordo
“Mi peor experiencia”, reconoce–.
Hacia el final del documental, el actor dice: “Voy a tener un micrófono especial en mi ataúd, para que cuando me despierte ahí dentro, a dos metros bajo tierra, diga ‘hazlo de otra manera”.
 Deseo casi cumplido. De una forma más magnética, que macabra, Marlon Brando, fallecido hace 10 años, habla desde el pasado y es el espectador el que acaba hipnotizado con su voz y el descubrimiento del hombre que vivió detrás del icono.