Los selfis tomados desde drones manejados por el fotografiado ganan fama en Internet.
La propia fundación, que había recomendado meses antes, sin demasiado éxito, autofoto, se rindió ante la “fuerza de penetración en el lenguaje común” del vocablo.
Pero, mientras las abuelas de los más remotos pueblos posaban para sus móviles, y sus nietos comenzaban a llamar monopods a los palos extensibles para retratarse, una nueva moda, de momento minoritaria, iba extendiendo un nuevo barbarismo.
Llegan los dronies, nada menos que selfis tomados desde drones manejados por el propio fotografiado: la última extravagancia de la vanidad impulsada por la tecnología más innovadora.
Uno de los primeros que se publicó en la web fue desde la cuenta @dronie, que promociona el festival de creatividad Cannes Lions, a mediados del año pasado.
Desde entonces han centralizado su campaña promocional en imágenes desde el aire y su timeline está lleno de los dronies más divertidos.
Álex Chacón (o como a él le gusta llamarse: el rey del selfi) es un texano popular en Internet desde que publicó el vídeo de autofotos más "épico" de la historia, una compilación de imágenes de su viaje en moto desde Alaska hasta a Argentina.
Este mes lo ha vuelto a hacer, pero con un dron. Contactado por la asociación Inspired Cities, Chacón promociona el turismo en Veracruz, México, con algunos de los dronies más divertidos hasta ahora.
“El 2014 fue el año del selfi y el 2015 será el año del dron.
No sé si el dronie llegará a ser tan popular porque no todo el mundo puede manejar un robot volador, pero sí es algo único, así que llamará la atención”, asegura por teléfono desde Austin, Texas, el chico que tiene unos 5.000 seguidores en Twitter.
La dificultad está en que, en lugar de tener solo cuatro direcciones (arriba, abajo, izquierda, derecha) como los helicópteros con mando a distancia, estos inventos pueden volar sobre sí mismos, dando giros de 360 grados y hacer piruetas no siempre fáciles de ejecutar .
Para adiestrar a los posibles pilotos, —y en un intento por convertir a estos aparatos en juguetes comunes— la tienda española Juguetrónica está montando una escuela de vuelo, que podría ponerse en marcha a mediados de año.
En la tienda recomiendan empezar con un modelo como el Sky Walker, que se vende por unos 80 euros.
Aunque no trae cámara, su diseño protege las hélices y evita que se rompa al caer. Fernando Navarro, del departamento de marketing de la tienda, dice que tienen modelos desde 40 euros, aunque uno de los más populares es el Drone VCam HD, que sí trae cámara, y que cuesta más de 100 euros.
“En Navidad teníamos que reponerlo en las estanterías constantemente”, cuenta Navarro, y agrega que a principios de enero se les habían agotado.
La actual legislación española es muy restrictiva con los drones usados con fines comerciales o profesionales y más permisiva cuando se utilizan con finalidad lúdica.
De hecho, en este último caso se consideran aparatos de aeromodelismo y están regulados por las normas de la Real Federación Aeronáutica Española y de las distintas comunidades autónomas. Según estas reglas, solo se pueden volar en áreas determinadas, nunca por encima de los 100 metros, alejados de grandes grupos de gente y fuera de las ciudades.
Sin embargo, Enrique Rodda, director de arte de la tienda, sugiere que la norma se aplica con cierta laxitud: “Hay dos clases de policías: el que te dice que no se puede volar y el que te pregunta dónde lo has comprado”, dice entre risas.
Gracias a la campaña municipal protagonizada por Chacón, Veracruz ahora se publicita como la "capital mundial del dronie" y exhibe en su web los vídeos compartidos por sus visitantes.
No es, sin embargo, el único lugar inmortalizado desde el aire por algún internauta vanidoso.