Un Blues

Un Blues
Del material conque están hechos los sueños

24 jun 2014

El Guaje ya es leyenda................................................................. L. MARTÍN

Villa, en el banquillo tras ser sustituido. / Alejandro Ruesga

El 25 de junio de 1950, España jugó contra Estados Unidos el primer partido del Mundial de Brasil, también en Curitiba, donde ayer se enfrentó a Australia.
 Aquella tarde, hace hoy 64 años, la selección española empezó perdiendo y no fue hasta el minuto 83 cuando empató Igoa.
 En un arranque de furia, dos minutos después marcó Basora. En el 89, Zarra, el mítico Telmo Zarraonaindia, cerró la goleada.
 Sucedió aquello en el estadio Durival de Brito y Silva, más conocido como Vila Capanema, donde jugaba el Ferrocarril, un equipo que ya no existe.
Lo que sigue en pie es el campo y está apenas a 200 metros del Arena da Baixada, donde ayer Villa rindió tributo a Zarra, marcó su gol número 59 con la selección, se convirtió en el cuarto español en marcar al menos un gol en tres Mundiales —antes fueron Salinas, Hierro y Raúl— y colgó el 7 de la selección haciendo lo de siempre, marcando un gol.
 El asturiano lleva nueve en los Mundiales, uno más que Maradona.
La selección perdió su estrella en Brasil sin acabar la primera fase
Incomprensiblemente, Villa no había jugado todavía un minuto en lo que va de torneo.
 Contra Australia, pegado a la banda izquierda, jugó solo 55 minutos y en ese rato hizo más por el equipo que Diego Costa en dos partidos, y fue escogido el mejor del partido
. Sustituido, el mayor goleador de la historia de España se retiró abatido y cabizbajo al banquillo, donde sus compañeros, puestos en pie, acompañaron su lento camino hasta el saludo con Mata, que le suplió, con aplausos.
La cara de Villa era un poema.
 Encajó mal el cambio y aunque el hecho de que el doctor Cota se acercara a él cuando se sentó en el banquillo hizo dudar de que su enfado podía tener que ver con una lesión, lo cierto es que Villa no pidió el cambio.
Sus lágrimas podrían entenderse como de impotencia o el dolor por haber disputado su último encuentro con La Roja o no poder alcanzar los 60 goles.
Villa intenta esquivar la entrada de un rival. / ALEJANDRO RUESGA
Del Bosque explicó la decisión, que resultó un tanto sorprendente, dado que todo el mundo sabía que El Guaje dejaba la selección
. El seleccionador se limitó a decir que había sustituido a Villa “para agilizar el medio campo”. Villa tocó 25 veces el balón, dio 19 pases buenos, remató dos veces a puerta y una fue gol, según la FIFA, pero no quiso entrar en consideraciones sobre la sustitución.
“Jugar ha sido una alegría enorme.
 Después de los dos primeros partidos queríamos despedirnos dando la cara, intentando hacer un buen partido y ganándolo y así ha sido”, dijo Villa.
“Me voy contento del primer gol y nos vamos tristes porque aspirábamos a estar bastante tiempo aquí”.
El hombre que en Sudáfrica, con cinco goles, llevó a España a la semifinal, dejará un vacío enorme en la selección, más allá de su capacidad para destrozar redes.
 “Juego en la selección española desde que tengo uso de razón y si por mí fuera lo haría hasta los 55. Pero soy consciente de que es imposible seguir, que no se puede.
 Además, he tomado la decisión de irme al New York City y voy a estar sin competir unos meses.
 En esas circunstancias es normal que acabe aquí. Trabajaré como siempre, pero hay que ser realista”, dijo el asturiano al recoger el premio como mejor jugador del partido.
Del Bosque solo alistó a cuatro titulares que jugaron contra Holanda
Villa jugó este lunes su último partido con La Roja, el que suma 97, y deja de legado 59 goles.
 Nadie ha marcado más goles que él.
 Por eso Pedro le señaló como “el mejor”.
 El último gol fue, además, histórico: desde el 1 de julio de 1982, en el Calderón, no se marcaba un gol de tacón en un Mundial
. Lo logró el austriaco Bruno Pezzey contra Irlanda del Norte. La jugada, como ocurrió en el segundo gol, de Torres, comenzó con el sabor de un pase de Iniesta, que ayer repartió caramelos
. El de Fuentealbilla habilitó la llegada de Juanfran, que debutó en el Mundial y jugó un gran partido. El alicantino llegó hasta la línea de gol y dio un pase de la muerte que no desaprovechó El Guaje, puro instinto.
Villa, tras el abrazo con sus compañeros, se besó el 7 impreso en la camiseta.
Llegarán más goles y los primeros, curiosamente, serán en Australia, donde jugará un par de partidos con el Melbourne City antes de que en febrero eche a andar el New York City
. De hecho, oficialmente ha fichado por el conjunto australiano. “Se tiene que sentir muy orgulloso. Ha marcado una época. Es irrepetible”, le reconoció Mata.
En Curitiba empezó su historia España en 1950 y la terminó ayer. 64 años después, volvió a marcar tres goles.
 A 200 metros de donde marcaron Igoa Basora y Zarra, lo hicieron Villa, Torres y Mata. El Guaje se va, pero su leyenda es eterna.
En Realidad El Mundial es como el cuento de Blancanieves, cada jugador encierra una madrastra en él, pero un dia llega que Blancanieves es la más guapa.....y no es que la madrastra sea fea pero envejece y empieza a odiar a una joven muy bella hasta desearle la muerte, no creo que "El Príncipe sea Del Bosque o quizás si...

23 jun 2014

Del ‘chandalismo’ ilustrado al ‘denim’ reinventado............................................... Borja Bas


Un modelo del desfile de Bottega Veneta en Milán para primavera/verano 2015. / MATTEO BAZZI (EFE)

Amanecer a las puertas de un recinto donde los asiáticos sacan fotos a los europeos y los europeos a los asiáticos da una pista de dónde se centra hoy el juego de la moda
. Esta estudiada coreografía a pie de calle previa a cada desfile de la semana de la moda de hombre de Milán para el verano 2015, apuntalada por la creciente proliferación de fotógrafos de streetstyle a la caza del mejor look, encuentra una cierta traslación entre la concurrencia de las pasarelas.
 Se escenificaba a la perfección en el desayuno previo que Bottega Veneta ofrecía a las afueras de su sede: buena parte de los presentes adoptaba un look oscuro más propio de la noche, a pesar de ser las nueve de la mañana.
Quizás desde esa consciencia, Tomas Maier partía para la emblemática firma de marroquinería del negro y el azul oscuro para enseguida trasladarnos a otro verano más apetecible, de colores lavadísimos: celeste, verde agua, lima, rosa y toda la gama que va del blanco al beis con los grises contados
. En sus amplias bermudas de napa, sus jerséis de cashmir grandotes, sus pantalones de chándal holgados cogidos con goma bajo la rodilla había mucho de eso que los franceses llaman nonchalance y que podríamos reclamar como sana despreocupación o chandalismo ilustrado.
 Tan redondo todo que casi lograba restar protagonismo a las mochilas y bolsas insignia de la casa, en su clásico trenzado de piel, que reforzaba en los modelos (todos con cintas en la cabeza) ese aire de recién salidos de la academia de danza.
Un listón muy alto que solo la apabullante puesta en escena de Salvatore Ferragamo podía tratar de desbancar
. Su nota de prensa hablaba del "paseante moderno"
. Un hombre que en el solvente temperamento de Massimiliano Giornetti, su director creativo, traslada el pragmatismo estadounidense al temperamento italiano
. El talento de Mister Ripley resonaba en toda la colección, particularmente en los juegos de saharianas y bermudas.
 La efectiva convivencia de múltiples marrones y grises redoblaba su impacto gracias a la variedad de tejidos texturizados.
Porque vender y entretener no tiene por qué estar reñido.
En Calvin Klein Collection no quedaba lugar a dudas
. Que sonara la IDM de mediados de los noventa de Orbital tenía de todo menos de casual.
 Minimal techno con adornos melódicos para minimal nude con aderezos coloristas en PVC de colores ácidos (naranja, amarillo, rojo).
 Había una intención evidente de huir de la alargada sombra del heroin chic que esgrimió la marca en esa década en la elección de modelos más torneados para lucir sus camisetas sin mangas superpuestas, sus shorts sobre pantalones ciclistas coronados por camisas abotonadas hasta arriba y chaquetas de vestir cruzadas o las "sudaderas" galácticas de plástico solo aptas para otros rincones de la galaxia.
 Las botas de leñador llevadas al terreno deportivo, un apunte a esgrimir para cualquier otro momento del año.
El riguroso cierre en negro de la última decena de looks reparaba en la comercialidad de una firma insobornable.
Uno de los modelos de Bottega Veneta para la semana de la moda de hombre de Milán. / Vittorio Zunino Celotto (Getty Images)
Tod's anunciaba el día antes el fichaje como director creativo de Andrea Incontri, uno de los talentos emergentes de una semana de la moda que va asumiendo la necesidad de encontrar aires nuevos.
 El objetivo: reforzar el ready-to-wear.
"Queremos dar a nuestros clientes un rango mayor de producto", decía el presidente de la marca, Diego Della Valle, que paseaba por la presentación repartiendo apretones de manos a diestro y siniestro.
 Concebida como una performance, los modelos paseaban por tres salas distintas atrezzadas a la manera de un sofisticado salón de casa, interactuando relajadamente entre sí y con el público.
 La máxima novedad: la traslación de los estampados de camisas y pantalones al gominno (o mocasín de goma) marca de la casa.
 Desde el Ferrari de coleccionista plantado en el hall a los fotogramas de películas clásicas proyectadas en las paredes se quiso plasmar el cliente al que se dirige: clásico pero atemporal, elegante pero osado, con poderío pero terrenal.
En el polo opuesto, Prada.
 La intelectualización que Miuccia confiere a sus colecciones posibilita que cada temporada nos replanteemos los límites de lo que queremos vestir
. En esta ocasión, plantó una piscina de agua teñida de azul klein para que la rodearan chicos y chicas entregados al sueño del "otro denim es posible".
 La idea, desarrollada en los modelos de ambos sexos por igual, nos trasladaba a un mundo donde el corte de cualquier prenda (un abrigo largo, un pantalón de vestir, una falda) adquiere la máxima exquisitez y magnetismo a través del tejido más democrático del mundo.
 La música de Psychic TV, el grupo liderado por Genesis P-Orridge apuntalaba esta declaración de intenciones: el cantante y su mujer, la difunta, Lady Jaye, se sometieron a varias operaciones de cirugía estética para parecerse el uno al otro. Pandrogenia lo llaman.
 No hace falta ponerse tan elevadas cotas para disfrutar de una osada reinterpretación estilística.
 Ahí estaba el mensaje implícito: si se puede hacer a partir de algo tan básico como el vaquero, imaginen con el resto del armario.

Y todo es un "Totum Revolutum"........El Supremo confirma los dos años de cárcel para Pantoja, que evita la prisión


Isabel Pantoja, el 6 de junio de 2014, en la estación de Atocha. / EUROPA PRESS

El Tribunal Supremo ha confirmado la condena a dos años de cárcel por un delito de blanqueo de capitales a la cantante Isabel Pantoja y ha rebajado la pena del exalcalde de la localidad malagueña de Marbella Julián Muñoz y de su exmujer Maite Zaldívar.
 Con esta decisión, el alto tribunal evita el ingreso en prisión de la tonadillera al establecer que, además de no tener antecedentes penales, cometió un único delito de blanqueo y este no fue continuado.
 La sentencia confirma la procedencia ilícita del dinero que la entonces pareja del exalcalde de Marbella utilizó en la operación de compra de un apartamento en el Gran Hotel de Guadalpín y del chalet Mi gitana.
Este último fue ocupado en régimen de alquiler por la pareja desde julio de 2003 hasta el 20 de abril de 2004, fecha en la que se formalizó la compra
. La Audiencia remarca que, "si bien esta operación de la compra del Chalet “Mi Gitana” fue algo más sofisticada por aparentar una mayor licitud a través de la concesión de un préstamo hipotecario por la entidad Banif, lo cierto es que era a través de la amortización de ese préstamo como pretendía el acusado blanquear el dinero ilícito con la colaboración de la acusada”.
El Supremo destaca en la sentencia que Isabel Pantoja conocía que "el dinero de Julián Muñoz que ingresó en sus cuentas bancarias y con el que operó en la adquisición de valiosos bienes procedía de las actividades delictivas en las que se hallaba implicado su compañero sentimental.
 Y es que no podía obtener otra conclusión de los datos relativos a la actuación pública del acusado y de su grupo político, y del hecho que fuera un funcionario público que habría de vivir, en principio, de un sueldo oficial sin olvidar tampoco el mayor nivel de conocimiento sobre su persona que tenía que reportarle su vínculo sentimental y la convivencia diaria que arrastraba consigo".
En su argumentación el Supremo desestima todos los argumentos de la defensa de la tonadillera para apreciar el delito en la conducta de Pantoja y advierte de que, aún tomando los cálculos más favorables del perito propuesto por la defensa, "resultaría de todo punto insuficiente para justificar los ingresos en efectivo realizados en esa anualidad (2003) en cuentas privativas y de sus sociedades, que ascendieron a 603.459 euros
. La Sala concluye que parte de los ingresos de 2003 de la tonadillera, tanto en sus cuentas privadas como en las de sus sociedades, "son de origen desconocido y no justificado". Isabel Pantoja, que en todo caso, "es consciente de la maniobra de ocultación y de lo irregular/ilegal de su actuar", según el Supremo.
Como resumen, el Supremo destaca el aumento de ingresos en efectivo en las cuentas privativas de Isabel Pantoja en 2003, que ascendió a 293.000 euros, superior a sus ingresos totales de los siete años anteriores
. Respecto a Maite Zaldívar, la sentencia subraya que "era conocedora de que el dinero de su esposo, del que se separó en junio de 2003, procedía de actos delictivos directamente relacionados con su actividad política como concejal y alcalde Marbella".
La Sala de lo Penal ha reducido de tres años y tres meses de cárcel a dos años y medio la condena de Zaldívar y ha aminorado de siete años a seis años y medio de cárcel la pena de Julián Muñoz.

Ante el riesgo de otra España rota........................................................... José Sámano

El amargo partido de despedida contra Australia (18.00), en un clima de idilio quebrado, puede suponer el fin de una idea de selección y de los jugadores que la llevaron a la cima.

Pesados todos conque esta Selección ya no sirve, hay que tirarla, de nada vale los partidos que han ganado , La roja no es buena....Que pena me da los Abriles que han ganado si de partidos nunca se sabe, La Roja por dios tan campeona pero ya no eres buena....Ay!!!! La roja...

 

Del Bosque observa a sus jugadores en Curitiba. / Alejandro Ruesga

En la historia de la selección española cuesta rastrear un partido tan amargo como el que hoy tendrá que tragarse con Australia.
 Un marrón para todos, una cruz para los que jueguen y los que no, los que se retiran y los que se quedan.
 Nadie está a salvo de comerse el sapo, ni siquiera aquellos que llevaron a España a un pedestal, quienes tampoco tendrán un adiós en paz. Para su desgracia y la del fútbol español, hasta el legado está en serio riesgo
. Quebrado el idilio con los marcadores, según la territorialidad o camiseta de cada cual, de repente abundan las sospechas.
Como el fútbol es amnésico, los cainitas se arman hasta los dientes sabedores de que el éxito no es eterno y cuando creen que ya pueden cantar victoria basurean y revuelven en el lodo.
Seis años en la cumbre quizá no hayan servido para fumigar las arcaicas telarañas españolas
. Los oportunistas resistían agazapados y como simples espectadores de resultados se arman de razones para abrir viejas heridas, las que durante tanto tiempo impidieron el despegue de la selección, sometida al periscopio de madridistas, azulgrana, rojiblancos y de los que se apropian de las banderas.
 Entonces, en las cavernas, la selección era solo eso, una selección de futbolistas que despertaba suspicacias por doquier, no un conjunto de babélica procedencia pero familiarizado por una idea deportiva y un objetivo común, como el que hoy se despedirá en Curitiba.
La Roja se convirtió durante un tiempo en un verdadero símbolo vertebrador
En un país que siempre fue un monocultivo de los clubes, la Roja se convirtió durante un tiempo en un símbolo vertebrador, en un equipo en sí mismo en el que cabían la Terrassa de Xavi, la Tolosa de Alonso, el Madrid de Casillas y la Asturias de Villa.
 La selección se hizo civil y la aupaba un manto social sin caspa ni cutreríos patrios.
 Por fin, España se asemejaba a la inmensa mayoría de selecciones, donde no hay ampollas entre el City y el United, o el Inter y el Mila
n. Por una vez, España no estaba sujeta al esgrimista duelo permanente entre el Barça y el Real Madrid, a las miradas torticeras de los militantes de uno y otro sobre tal o cual culpable, tal o cual convocado o el cromosoma nativo de cada uno.
 La gente estaba feliz con su selección, brindaba por sus logros y los jugadores, de cualquier rincón o equipo, pusieron todo su empeño a favor de una causa general: el prestigio del fútbol español y el orgullo de todos sus seguidores, sin distinción.
 Todos por igual mostraron a la selección la misma fidelidad que a sus clubes.
 No puede ser de otra manera cuando ya son muchos los que desde distintos puntos del mapa han llegado a los 100 partidos internacionales.
Casillas controla el balón durante el entrenamiento. / ALEJANDRO RUESGA
Ahora, tras el derrape final en Brasil, comienzan a surgir rancios brotes del pasado, los que, por ejemplo, apuntan a la yugular del seleccionador porque no ha sido lo madridista que se le supone, porque ha sido demasiado complaciente con los barcelonistas, porque ha ninguneado a no sé quién o ha sido más bonachón de lo que era conveniente.
 Subyace de nuevo lo peor de una España no tan remota, como si Del Bosque hubiera tenido que ser un entrenador sectario con un látigo al vuelo.
 Con sus buenos modales, el técnico se limitó a seguir con buen tino la propuesta más convincente que había en el fútbol español, la de un Barça que triunfaba.
 Pero solo era un principio futbolero. Ir más allá conduce a la demagogia, de la que nunca han participado ni los internacionales madridistas, cuya gloria en estos tiempos ha sido tan indiscutible como los de sus colegas culés y otros muchos.
 Pero no han faltado los que han visto con desafecto que también se ensalzaran los méritos de los que no son de su equipo doméstico.
 Como si se vieran traicionados por la piña en torno a la Roja.
Seis años en la cumbre quizás no han podido fumigar las arcaicas telarañas
A Del Bosque, hombre educado, recto, dialogante y responsable, se debe en gran parte que el grupo haya estado cohesionado y, lejos de sus muchos aciertos y algunos errores, que el comportamiento por lo general haya sido modélico, por mucho que estos días se atice la hoguera por unas palabras de Alonso o un peto de Cesc.
En toda familia hay enredos, más si pintan bastos.
Y no digamos entre las celebridades del fútbol. “Yo pienso en todos los jugadores, ellos solo en sí mismos”, dijo ayer Del Bosque al comentar el incidente con Fàbregas, pulgoso por no haber jugado lo que deseaba y displicente en el entrenamiento del pasado sábado.
 Las palabras del míster revelan que fue cocinero antes que fraile y que llegado a un punto si tiene que dar un tirón de orejas a quien fue su ariete falso preferido, se lo da.
 Sin paños calientes, sin remilgos.
Vuelve la idea de que Del Bosque debía haber sido un tirano con el látigo al vuelo
Al técnico, por supuesto, se le podrá discutir y discutir desde lo futbolístico, pero no su papel esencial en la convivencia y buen devenir de un equipo que queda para la historia por sus podios y por la saludable diversidad de sus principales protagonistas.
 En la retina quedará imborrable aquel abrazo efusivo e interminable entre Casillas y Puyol, símbolos vitalicios en sus clubes, tras la semifinal con Alemania en Sudáfrica.
 Donde algunos quieren imponer su intransigencia,
Del Bosque solo ha tirado de sus tolerantes convicciones.
Si deja el cargo será porque se lo llevan las penitencias establecidas en el fútbol, no por ventajismos u ojerizas.
 En la victoria y en la derrota, nada mejor que la España Fútbol Club de todos los colores, plural, aperturista y mosquetera.