Un Blues

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Del material conque están hechos los sueños

9 jun 2014

Las bases de Podemos se enfrentan a sus fundadores para exigir democracia interna............................ José Precedo



I Encuentro de los Círculos Podemos de Andalucía. / García Santos

Podemos, el movimiento político que irrumpió en las elecciones europeas con 1,2 millones de votos y cinco escaños, es una bomba de relojería
. Los promotores de la organización están duramente enfrentados a los "círculos", las asambleas de ciudades y barrios que reúnen a sus bases y ayudaron a estructurar el partido desde su nacimiento hace unos meses
. Anoche, el choque se escenificó en una durísima asamblea en Madrid de cuatro horas y media en un semisótano del barrio de Legazpi vinculado desde siempre a los movimientos sociales.
 En ese bajo que apilaba a la entrada 14.000 carteles para dar las gracias a sus votantes, el llamado Círculo de Organización citó a estrechos colaboradores de Pablo Iglesias (ausente este fin de semana por un viaje personal fuera de Madrid, según explicó su equipo) y representantes (dos por cada una) de todas las asambleas de Madrid.

Durante la larguísima reunión, el politólogo y escritor Juan Carlos Monedero, hombre de confianza de Pablo Iglesias, profesor cómo él y miembro de su comité de campaña, alertó del peligro de un “golpe de Estado” dentro de Podemos y acusó a algunos simpatizantes de pretender que el movimiento se convierta en la “izquierda de Izquierda Unida” hasta hacerlo irrelevante.
 Ha habido otras decisiones conflictivas –como colocar la cara del profesor universitario omnipresente en las tertulias televisivas como logo del partido contra el criterio de algunos militantes de a pie- pero la mecha que ha prendido el enfrentamiento entre los creadores de Podemos y sus asambleas ciudadanas ha sido la decisión del comité de campaña (Iglesias y su núcleo de colaboradores) de anunciar por carta y en rueda de prensa la pasada semana unas elecciones internas para este jueves y viernes a través de Internet en las que elegir a un equipo de 25 personas para diseñar la asamblea fundacional donde se decidirán las estructuras (y todo lo demás) de Podemos a finales de otoño.
Pablo Iglesias había explicado el pasado jueves en el Círculo de Bellas Artes a los medios de comunicación su idea de componer un grupo de técnicos que recogerían las propuestas de las bases para estructurar el cónclave fundacional de Podemos.
 Y, qué el mismo presentaría una lista con dirigentes de su confianza (entre las que citó a uno de sus más estrechos colaboradores, Luis Alegre).
 El anuncio causó perplejidad en la mayoría de Círculos de Madrid, la ciudad donde nació Podemos, puesto que se trataba de una elección de 25 personas a través de una votación por Internet y cerrada, de forma que la candidatura con más apoyos obtendría todos los puestos en el citado comité. Sin listas abiertas ni posibilidad de integración.
Monedero dice que hay un golpe de Estado para controlar la organización desde fuera
El malestar entre las asambleas de Madrid se fue fraguando a lo largo del fin de semana por varias razones: la fundamental, que la práctica interna contradice el discurso hacia fuera del partido
. Pero también porque cualquier aspirante a presentar candidatura disponía solo de seis días para diseñar un equipo.
 Y sobre todo porque la decisión no venía respaldada por ninguna votación: lo que estaba previsto desde abril es un acto el próximo sábado para que portavoces de los círculos de toda España debatan abiertamente sobre el futuro de la organización.
La convocatoria sigue abierta a la espera de que se fije el lugar (se ha reservado el Lope de Vega a la espera de ver si se puede reprogramar en algún espacio de la Universidad Complutense.
Anoche todo ese malestar se desbordó en el quinto punto del orden del día de ese semisótano del centro de Madrid, donde se congregó un centenar de personas
. Uno tras otro, los círculos de la capital fueron atacando la última propuesta de quienes gestaron el movimiento
. Representantes de Podemos en distritos como los de Vallecas, Rivas, Moncloa, Arganzuela, Hortaleza, Usera, Chamartín o Fuencarral donde ha ido creciendo durante los últimos meses la organización compitieron en descalificativos contra el anuncio de Pablo Iglesias. Incluso los portavoces de los territorios partidarios de dar un voto de confianza a los creadores de Podemos, un éxito electoral con pocos precedentes en la historia reciente de España, admitieron que fallaron las formas y que Podemos debe mejorar en transparencia.
 Defendieron estas posiciones los círculos de La Latina, Moratalaz, Móstoles y, con más vehemencia, San Blas, todos en la capital madrileña, cuna del movimiento.
A medida que se sucedían las intervenciones, el debate se fue enconando. Hubo incluso algún grito protestando por “la falta de democracia”.
 La discusión fue a más y Monedero llegó a enseñar la puerta de la organización a los más críticos que acusaban a Iglesias de tener un discurso puertas afuera que no se compadece con algunas prácticas internas.
 “A lo mejor esto tiene que romper, a lo mejor hay dos modelos incompatibles dentro de Podemos, algunos quieren convertirlo en un partido de delegados [por los representantes de los Círculos] y en un partido viejo[…]
Si seguimos con estos discursos puede suceder que ocurra como con el 15-M, éramos radicalmente democráticos, pero radicalmente inoperativos”, aseguró la mano derecha de Pablo Iglesias.
En su último turno, Monedero fue todavía más lejos: confesó que la votación para el grupo de notables llamados a preparar la asamblea fundacional de Podemos ni siquiera entusiasma a quienes la han propuesto.
 Y soltó la bomba: la decisión trata de frenar una supuesta conspiración para intentar hacerse con su organización desde otro partido
. La mayoría de presentes dieron por hecho que acusaba a Izquierda Anticapitalista. “La idea de las listas no nos parece muy sensata pero hay gente conspirando para quedarse con Podemos y no nos da la gana.
 Gente con responsabilidades en otros partidos ha mandado correos a los simpatizantes dando instrucciones de qué hacer el día 14 [en la asamblea que pretende acoger a simpatizantes llegados de toda España]”. La explicación causó estupor en la mayoría de los presentes –muchos pidieron la palabra- pero la asamblea terminó ahí.
 Antes, Monedero explicó que trasladaría a Iglesias y la comisión de campaña la petición defendida por una abrumadora mayoría de los presentes de aplazar la elección del equipo de trabajo para la asamblea que definirá el futuro de la organización en octubre.
 La votación prevista en principio para este jueves y viernes está en el aire.

"Los círculos no son democráticos"

La tensión del encuentro de anoche en ese local del madrileño barrio de Legazpi la resumió el propio Monedero con sus últimas palabras:
 “Hoy no me merece la pena estar en Podemos, lo que me pide el cuerpo es mandar al carajo esta reunión y que os vaya bonito”.
 Mientras otros dirigentes de la órbita de Pablo Iglesias como Luis Alegre (uno de los que componen la candidatura de los 25) trataron de tender puentes y ejercer una cierta autocrítica sobre todo basada en los “problemas de comunicación de Podemos”, Monedero acusó de falta de falta de legitimidad a las asambleas ciudadanas
. Tras pedir a sus simpatizantes (todos en la reunión se trataron con familiaridad y abundó el “compa” para referirse a unos a otros) lamentó que ni siquiera el espectacular resultado de los comicios europeos haya matizado las críticas internas.
“Entendimos que algo de confianza nos merecíamos con 1,2 millones de votos”, lamentó. Luego pasó al ataque y ajustó cuentas con los portavoces más acerados.
 Y dejó una frase que cayó como una losa sobre la mayoría de los presentes: “Los círculos no son democráticos”.
Lamentó que en sus votaciones (como las que formularon para oponerse a la propuesta de Pablo Iglesias y su equipo y pedir primarias abiertas también para el grupo de los 25) todas las asambleas cuentan igual a pesar de que algunas suman muchos más miembros, que las decanten muchas veces los miembros que tienen más facilidades para acudir a las reuniones y que no siempre sus portavoces defiendan lo que se aprueba desde abajo.
 “Queréis hacer de los círculos el órgano de decisión de Podemos, pues planteadlo así”, dijo, dando a entender que el conflicto obedece básicamente a una pugna por el control de la organización.
Durante todo el encuentro (en el que están erradicados los aplausos pero abundó esa agitación de manos para demostrar conformidad con el que interviene que hicieron famosas las asambleas del 15-M) algunos miembros de la comisión organizadora trataron de poner paz y buscar una vía intermedia entre el discurso de Monedero y el de los portavoces de los círculos
. Sin demasiado, éxito
, Podemos encarrila una semana crucial con un ambiente interno irrespirable y un enorme malestar por abajo que amenaza con propagarse desde Madrid a otras ciudades por esa autopista de las redes sociales que sirve para amplificar sus mensajes
. Lo admitieron varios de los que intervinieron anoche a viva voz en sus turnos de palabra:
“Me voy de esta reunión asustado”.
Bueno está que se den cuenta que no solo funciona la Buena Voluntad ni las asambleas y concentraciones.
Un Partido es muy complicado de organizar, y quizás solo lo intuían, así aprenden que hay luchas internas en diferentes direcciones, que todos quieren ser el nº1, pero claro que no es así, cumplió en la espontaneidad de las manifestaciones, en crear un grupo político y ver que eso forma parte de un engranaje de gobierno, pero no lo pueden hacer solos de momento.
Habrá alianzas que no gusten a todos, habrá muchas cosas que irán aprendiendo, como por ejemplo que ese muchacho Pablo Iglesias irá aprendiendo que muchos querrán ahora estar en su lugar....
Mucho camino queda, especialistas serios, gente de otros partidos de los que puedan sacar enseñanzas, sobre todo organizarse, y no vivir a golpe de consigna, todo requiere mucha fuerza, pero nunca digan:No puedo más y aquí me quedo...no, ustedes digeron Podemos así que la carrera de fondo ya ha empezado, no se queden atrás , tendrán apoyo , tendrán confianza....si un dia pudieron ahora deben poder más.....nadie dijo que fuera fácil....

Bambi, la artista callejera que las 'celebrities' adoran....................................................................Iñaki Laguardi

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Dos retratos de Angelina Jolie y Amy Winehouse.
Foto: vía bambistreetartist.com
"La gravedad de los escenarios y ritos de la alta cultura son sustituidos por el desenfado", sentenciaba el pasado sábado el pintor Alberto Corazón en las páginas de EL PAÍS.
 Sin duda, un diagnóstico certero de esa cultura contemporánea que prefiere divertirse y olvidar la solemnidad –la misma que este verano celebra el arte pop en el museo Thyssen-Bornemisza de Madrid o se rinde ante artistas callejeros como Banksy–.
 El último acto de la fiesta de entronización de los iconos populares lo lleva a cabo Bambi, el seudónimo que desde hace meses intentan capitalizar los famosos de Hollywood.
Nadie sabe cuál es su rostro ni su identidad, pero sus personajes en dos dimensiones van camino de convertirse en más populares que la Coca-Cola. Bambi, graduada en arte por la Central Saint Martins College of Art (Universidad de las Artes de Londres), es la nueva artista de moda.
 Hay quienes ya la conocen como la hermana pequeña de Banksy, su homólogo callejero de Bristol y azote del capitalismo –también millonario gracias a él–. Comparten técnica, estilo y la misma aversión por dar la cara, aunque sus discursos son ligeramente diferentes.
 A Bambi le apasiona la cultura pop, la retrata sin complejos y hace negocio con ella. Esta artista londinense empezó a expresar su genio hace cinco años, y desde entonces su escalonado ascenso se ha desarrollado gracias al padrinazgo de actores, cantantes y otras celebridades.
Curtida en las calles más gastadas del distrito de Islington, en la capital británica, sus obras se han revalorizado sobremanera desde que Angelina Jolie, Rihanna o Brad Pitt se declararon fervientes seguidores de su trabajo.
 ¿Su último encargo? El regalo de boda de Kanye West a Kim Kardashian. "Kanye quería algo majestuoso y a la vez muy Kim", explicó Leonard Villa, agente de Bambi, al diario Daily Mirror. Si lo consiguió o no, las redes sociales lo tienen muy claro
. Cuando se filtró la imagen hace dos semanas muchos aplaudieron la factura gráfica del trabajo pero no así su título. West lo llamó My Queen Kim, perfect bitch (Mi reina Kim, la zorra perfecta), una obsecenidad que en el argot rapero tiene una connotación más afectuosa, según aclaró el cariñoso mecenas.
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Interpretación del cartel de la película 'Rebelde sin causa' adquirida por Brad Pitt y retrato de Kim Kardashian.
Foto: Facebook (Bambi Street Artist)
Bambi retrata a los protagonistas más mediáticos de la sociedad actual y algún mito reciente: Angelina Jolie, Cara Delevingne, Amy Winehouse...
 Sus obras se pueden adquirir a través de coleccionistas privados y por la Globe Gallery, su galería de cabecera. La firma Hyde Image Limited se encarga de certificar la autenticidad de sus trabajos, muchos de ellos ejecutados en paredes de la calle que la gente hace suyos como buenamente puede
. Cuando crea sobre soportes más ortodoxos, los rostros populares hacen cola. Hace unos meses Brad Pitt adquiría una obra de Bambi para su hijo Pax.
 En ella aparecía Justin Bieber emulando a James Dean en el cartel de la película Rebelde sin causa. Como el actor estadounidense, Adele también se hizo con un bambi con motivo de su vigésimo cuarto cumpleaños. Robbie Williams –que pagó 20.000 euros por un trabajo–, Harry Styles y Rihanna son otros de los famosos que han sucumbido a los encantos pop de Bambi.
En noviembre del año pasado expuso por primera vez en una galería. La exhibición en la londinense Walton Fine Arts Gallery atrajo a decenas de coleccionistas y medios de comunicación, y supuso su bautismo oficial en el mercado del arte
. Lo que en otras partes del planeta supondría una apuesta osada, en Londres no lo es tanto
. En los últimos tiempos la ciudad vive una auténtica revolución del street art: King Robbo, Otto, Teddy, Pyrex o el propio Banksy son algunos de los numerosos genios del spray que se dedican a adornar sus calles
. Pero Bambi, la única fémina en su género que ha concitado tanto interés, ha conseguido que Hollywood se rinda a sus pies.
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La cantante estadounidense Beyoncé.
Foto: vía bambistreetartist.com

Quemado vivo................................................................................................. José Manuel Calvo

Michael Ignatieff dejó su cátedra para intentar cambiar la política canadiense y salió escaldado.

 

Ignatieff saluda a una vecina en Etobicoke (Toronto) durante la campaña electoral de 2006 / J.M.C.

“Voy a ser un político diferente. Voy a cambiar las reglas”.
Pues no.
 Lo intentó, pero no pudo.
El que iba a cambiar las reglas era Michael Ignatieff (Toronto, 1947), y lo aseguraba con un ardor muy apropiado para los 11 grados bajo cero de una mañana de sol brillante en Etobicoke, un barrio de Toronto, en enero de 2006.
 Hacía la campaña puerta a puerta para conseguir un escaño en el Parlamento de Canadá. Lo logró; cinco años después se estrelló.
 Cuenta todo, bien contado, en poco más de 200 páginas (Fuego y cenizas. Éxito y fracaso en política)
Después del puerta a puerta tenaz y solitario —seis voluntarios y un periodista; cierto afecto en los vecinos, algunos apoyos animosos; pero también hostilidad e indiferencia—, Ignatieff se reponía con pizza, ya fría, en el cuartel general de la campaña:
“Lo que nunca te dice nadie sobre la política es lo exigente que es, físicamente.
 Esto es lo más cansado que he hecho en mi vida; es como subir a lo alto de una montaña”.
El problema no fue subir; el problema fue despeñarse sin haber llegado a la cima. ¿Un político diferente?
 Desde luego, muchas cosas fueron distintas en la aventura de este intelectual de prestigio que había abandonado a finales de 2005 su cómoda posición de enseñante en Harvard para lanzarse a la conquista del escaño; después de conseguirlo, quiso dirigir el Partido Liberal, la columna vertebral de la historia política de Canadá.
 No pudo al primer intento —con los liberales ya en crisis debido al ímpetu del conservador Stephen Harper, que había ganado las elecciones del 23 de enero de 2006—, pero el fracaso de Stephen Dion como líder de la oposición llevó a Ignatieff a sustituirle y pelear años más tarde por el puesto de primer ministro.
La pelea acabó fatal: en 2011, con Ignatieff a la cabeza, el Partido Liberal sufrió la peor derrota de su historia.
¿Qué pasó? Además de los errores cometidos, Ignatieff lo resume así: “Perseguí el fuego del poder y contemplé cómo la esperanza quedaba reducida a cenizas”
. Canadá, seguramente para su desgracia, se quedó sin un político que quería ser diferente; el resto del mundo, para su fortuna, recuperó a un intelectual de enorme talla que escribió meses después Fuego y Cenizas, la confesión de cómo y por qué un intelectual se deja llevar por un mundo ajeno; de las equivocaciones y de las enseñanzas —para él, para otros— que extrae.
 Entre ellas, la de que hay que ir a la política, estar en la política, hacer política.
 No como él, claro, pero contarlo después de haberlo vivido es el servicio público que presta Ignatieff.
¿Cómo se le pudo ocurrir a alguien tan inteligente querer hacer carrera en su país, en el que no había vivido los últimos 30 años, y que eso no fuera utilizado en su contra, primero por sus compañeros de filas y después por sus rivales? ¿Nadie le advirtió a este descendiente de ruso y canadiense que los ucranios de Etobicoke —el 6% de la población del barrio— se la tenían jurada?
 ¿Creyó que se iba a librar del trazo grueso derivado de su libro El mal menor, que para algunos era —con gran disgusto por parte de Ignatieff— una especie de justificación de la tortura?
¿Fue tan ingenuo como para pensar que a los votantes les iba a impresionar su excelente biografía de Isaiah Berlin?
Portada de Fuego y cenizas. / Editorial Taurus
Ignatieff perdió en Etobicoke en 2011; el partido pasó a ocupar la tercera posición nacional con 34 miserables escaños, menos de la mitad de los ya malos resultados de 2008, cuando logró 77. ¿La culpa? Suya —“los votantes suelen castigar a los políticos que consideran que están jugando al oportunismo o cambiando de chaqueta; yo parecía estar haciendo ambas cosas”—, de sus asesores de imagen —“nunca había vestido tan bien en mi vida y, al mismo tiempo, nunca me había sentido tan vacío por dentro”—, del partido y su desconexión con la sociedad —“todo lo que escuchábamos era el sonido de nuestra propia voz”—, de los electores —“rara vez recuerdan lo que hiciste por ellos”— y de la política
: “Ya no se atacan las ideas o posturas de un candidato, se ataca lo que el candidato es”.
Fuego y cenizas sirve a mucha gente.
 Al ciudadano normal (porque eso existe, ¿no?), al político profesional y al que quiera dedicarse a la política (la duda es mayor en este caso)
. Al ciudadano normal le interesa saber cómo es eso de dejarse arrastrar por una mezcla de idealismo y vanidad, caer en manos de los profesionales del aparato y salir trasquilado.
Una gran experiencia vital.
El político debe, todavía más, tomar nota.
 Dejando de lado la ingenuidad y un pelín de arrogancia del autor —fracasé porque soy un buen intelectual, viene a decir, como Cicerón, Maquiavelo, Max Weber—, hay reflexiones de oro
. Alguna llega a destiempo: qué útil hubiera sido para algún candidato a las europeas este párrafo: “Al entrar en política debes renunciar a la espontaneidad, a uno de los placeres de la vida: decir lo primero que se te viene a la cabeza. Si quieres sobrevivir, debes colocar un filtro entre tu cerebro y tu boca”.
Y qué sensato el aviso: “Las maniobras políticas de última hora no suelen evitar el naufragio de una nave que se está hundiendo”.
Para el que quiere dedicarse a la política son las últimas reflexiones, las que superan las cicatrices de amargura y escepticismo que deja la derrota (“nada te va a causar más problemas en política que decir la verdad”) y vuelven a los inspiradores del fuego: John Kennedy, al que imitaba el acento y las poses; Pierre Trudeau, el hombre que diseñó en buena medida el Canadá moderno; las protestas contra la guerra de Vietnam…
 Hay momentos en los que lo que le ocurre a uno es, sencillamente, esto: “Sentir que estabas vivo, que tenías 21 años y que el activismo de tu propia generación podía ser tan poderoso te llenaba de felicidad”.
No pienses, dice Ignatieff —¡a pesar de todo lo que te he contado!—, que la política es solo un juego sucio
. Abrázala, deja de lado tu inocencia, no sucumbas al cinismo: eres el guardián de la democracia, de las instituciones, estás ahí por la gente. “Intenta no olvidar el asombro que sentiste el primer día, cuando tomaste posesión de tu escaño y entendiste que fueron los votos de la gente corriente los que te llevaron hasta allí”.
Y, sobre todo, olvídate de las cenizas, quémate en el fuego de la pasión: atiende la llamada.
Eso importa mucho más que el éxito o el fracaso.

Fuego y cenizas. Éxito y fracaso en política. Michael Ignatieff. Traducción de Francisco Beltrán
Taurus. Madrid, 2014. 256 páginas. 19 euros (electrónico, 9,99)

8 jun 2014

Una historia de España (XXVI)..................Arturo Pérez Reverte

Una historia de España (XXVI)

Habíamos quedado en que el burocrático Felipe II, asesorado por su confesor de plantilla, prefirió ser defensor de la verdadera religión, como se decía entonces, que de la España que tenía entre manos; y en vez de ocuparse de lo que debía, que era meter a sus súbditos en el tren de la modernidad que ya pitaba en el horizonte, se dedicó a intentar que descarrilara ese tren, tanto fuera como dentro. Dicho en corto, no comprendió el futuro.
 Tampoco comprendió que los habitantes de unas islas que estaban en el noroeste de Europa, llamadas británicas, gente hecha a pelear con la arrogancia desesperada que les daba la certeza histórica de su soledad frente a todos los enemigos, formaban parte de ese futuro; y que durante varios siglos iban a convertirse en la pesadilla constante del imperio hispano (la famosa pesadilla que se muerde la cola, que diría Belén Esteban).
 A diferencia de España, que pese a sus inmensas posesiones ultramarinas nunca se tomó en serio el mar como camino de comercio, guerra y poder, y cuando quiso tomárselo se lo estropeó ella misma con su corrupción, su desidia y su incompetencia, los ingleses -como los holandeses, por su parte- entendieron pronto que una flota adecuada y marinos eficaces eran la herramienta perfecta para extenderse por el mundo.
 Y como el mundo en ese momento era de los españoles, el choque de intereses estaba asegurado. América fue escenario principal de esa confrontación; y así, con guerras y piraterías, los marinos ingleses se pusieron a la faena depredadora, forrándose a nuestra costa.
 Esos y otros asuntos decidieron a Felipe II a lanzar una expedición de castigo que se llamó Empresa de Inglaterra y que los ingleses, en plan de cachondeo, apodaron la Invencible: una flota de invasión que debía derrotar a la de allí, desembarcar en sus costas, hacer picadillo a los leales a Isabel I -para entonces los ingleses ya no eran católicos, sino anglicanos- y poner las cosas en su sitio.
 Prueba de que siempre hemos sido iguales es que, a fin de que los diversos capitanes, que iban cada cual a lo suyo, obedecieran a un mando único, se puso al frente del asunto al duque de Medina Sidonia, que no tenía ni puta idea de tácticas navales pero era duque.
 Así que imaginen el pastel. Y el resultado.
 La cosa era, sobre todo, conseguir el abordaje, donde la infantería española, peleando en el cuerpo a cuerpo, era todavía imbatible; pero los ingleses, que maniobraban de maravilla, se mantuvieron lejos, usando la artillería sin permitir que los nuestros se arrimaran.
 Aparte de eso, los rubios apelaron todo el rato a una palabra (apenas pronunciada en España, donde tiene mala prensa) que se llama patriotismo, y que les sería muy útil en el futuro, tanto contra Napoleón, como contra Hitler, como contra todo cristo; mientras que a los españoles nos sirve poco más que para fusilarnos unos a otros con las habituales ganas.
 El caso es que los súbditos de Su Graciosa resistieron como gatos panza arriba, y además tuvieron la suerte de que un mal tiempo asqueroso dejara a la flota española hecha una piltrafa.
 Donde sí hubo más suerte fue en el Mediterráneo, con los turcos
. El imperio otomano estaba de un chulo insoportable.
 Sus piratas y corsarios -ayudados por Francia, a la que inflábamos a hostias un día sí y otro también, y por eso nunca perdía ocasión de hacernos la puñeta- daban la brasa por todas partes, dificultando la navegación y el comercio.
 Así que se formó una coalición entre España, Venecia y los Estados Pontificios; y la flota resultante, mandada por el hermano del rey Felipe, don Juan de Austria, libró en el golfo de Lepanto, hoy Grecia, la batalla que en nuestra iconografía bélica supone lo que para los ingleses Trafalgar o Waterloo, para los gabachos Austerlitz y para los ruskis Stalingrado.
 Lo de Lepanto, eso sí, fue a nuestro estilo: la víspera, aparte de rezos y misas para asegurar la protección divina, Felipe II aconsejó a su hermano que, entre los soldados y marineros de su escuadra, «los que sean cogidos por sodomíticos, instantáneamente sean quemados en la primera tierra que se pueda».
 Pero Juan de Austria, que tenía otras preocupaciones, pasó del asunto. 
En cualquier caso, Lepanto fue la de Dios
. En un choque sangriento, la infantería española, sodomitas incluidos, se batió ese día con su habitual ferocidad, machacando a los turcos en «la más alta ocasión que vieron los siglos». 
El autor de esa frase fue uno de aquellos duros soldados, que combatió en un puesto de gran peligro y resultó herido grave.
 Se llamaba Miguel de Cervantes Saavedra, y años después escribiría la novela más genial e importante del mundo.
 Sin embargo, hasta el día de su muerte, su mayor orgullo fue haber peleado en Lepanto. 
(Continuará)