La presidenta de Argentina, Cristina Fernández, comenzó a operarse esta mañana de su hematoma craneal
en la porteña Fundación Favaloro
. La Casa Rosada había anunciado el día anterior que la operación se iniciaría a las ocho de la mañana.
A las 7.35 (12.35, hora peninsular española), Fernández entró en el quirófano y minutos antes de las ocho y media comenzó a ser operada, según informaron diversos medios argentinos
. Pasadas las nueve de la mañana, el Gobierno difundió un comunicado en su página Web donde confirmaba que la presidenta estaba siendo intervenida.
La duración prevista de la operación era entre 90 minutos y dos horas.
El plan inicial era anestesiarla de forma general, rasurarle el cabello en la zona de la cabeza en que se localiza el hematoma y drenarle el hematoma a través de un orificio en el cráneo.
Durante las próximas 72 horas se recomienda reposo absoluto y a partir del tercer o cuarto día lo más probable es que la paciente pueda moverse sin mayores problemas.
La intervención se decidió de forma sorpresiva después de que el domingo a las 19:30 de la tarde Fernández sintiera hormigueo en el brazo y una pérdida leve y transitoria de fuerza
. Eso hizo que un equipo médico de la Fundación Favaloro se desplazara el domingo a la residencia presidencial de Olivos.
La decisión de operarla tomó por sorpresa a la mayor parte de los miembros del Gobierno. Incluso el vicepresidente, Amado Boudou, después de firmar el acta del traspaso, compareció ante la prensa sin saber que la presidenta estaba ingresando en el hospital para operarse al día siguiente. Boudou manejaba la información que se había hecho pública el sábado por la noche:
Cristina Fernández debía guardar reposo durante 30 días porque se le había detectado un hematoma en el cráneo
. Y en todo momento, Boudou habló si la presidenta sólo estuviera reposando.
“Ella está tomando su descanso, que necesita.
Y muchacho, por otro lado, que se merece de corazón por el esfuerzo que hace todos los días”. Sin embargo, a esa hora de la mañana ya se había despejado una planta de la Fundación Favaloro y la presidenta llegaba a las 13.10 para operarse al día siguiente.
Desde dentro del coche se vio una imagen de Cristina Fernández poco usual, con la cara libre de maquillaje y unas manchas rosáceas producto de una patología similar a la psoriasis que Fernández padece en la piel.
Desde la oposición, los primeros mensajes emitidos en la noche del sábado fueron de apoyo y solidaridad. Pero, a medida que avanzaban las horas y se desconocían más detalles sobre los síntomas de la enfermedad, así como la fórmula de Gobierno que se iba a escoger durante los 30 días de reposo, comenzaron a surgir las críticas.
El alcalde de Buenos Aires, el conservador Mauricio Macri, señaló el lunes:
“Estamos preocupados y todos deseamos que la presidenta se recupere rápidamente
. También sentimos un enorme nivel de incertidumbre porque no se está dando toda la información que se debería.
Los médicos deberían dar una conferencia de prensa y a través de los medios saber qué es lo que sucede”.
. La Casa Rosada había anunciado el día anterior que la operación se iniciaría a las ocho de la mañana.
A las 7.35 (12.35, hora peninsular española), Fernández entró en el quirófano y minutos antes de las ocho y media comenzó a ser operada, según informaron diversos medios argentinos
. Pasadas las nueve de la mañana, el Gobierno difundió un comunicado en su página Web donde confirmaba que la presidenta estaba siendo intervenida.
La duración prevista de la operación era entre 90 minutos y dos horas.
El plan inicial era anestesiarla de forma general, rasurarle el cabello en la zona de la cabeza en que se localiza el hematoma y drenarle el hematoma a través de un orificio en el cráneo.
Durante las próximas 72 horas se recomienda reposo absoluto y a partir del tercer o cuarto día lo más probable es que la paciente pueda moverse sin mayores problemas.
La intervención se decidió de forma sorpresiva después de que el domingo a las 19:30 de la tarde Fernández sintiera hormigueo en el brazo y una pérdida leve y transitoria de fuerza
. Eso hizo que un equipo médico de la Fundación Favaloro se desplazara el domingo a la residencia presidencial de Olivos.
La decisión de operarla tomó por sorpresa a la mayor parte de los miembros del Gobierno. Incluso el vicepresidente, Amado Boudou, después de firmar el acta del traspaso, compareció ante la prensa sin saber que la presidenta estaba ingresando en el hospital para operarse al día siguiente. Boudou manejaba la información que se había hecho pública el sábado por la noche:
Cristina Fernández debía guardar reposo durante 30 días porque se le había detectado un hematoma en el cráneo
. Y en todo momento, Boudou habló si la presidenta sólo estuviera reposando.
“Ella está tomando su descanso, que necesita.
Y muchacho, por otro lado, que se merece de corazón por el esfuerzo que hace todos los días”. Sin embargo, a esa hora de la mañana ya se había despejado una planta de la Fundación Favaloro y la presidenta llegaba a las 13.10 para operarse al día siguiente.
Desde dentro del coche se vio una imagen de Cristina Fernández poco usual, con la cara libre de maquillaje y unas manchas rosáceas producto de una patología similar a la psoriasis que Fernández padece en la piel.
Desde la oposición, los primeros mensajes emitidos en la noche del sábado fueron de apoyo y solidaridad. Pero, a medida que avanzaban las horas y se desconocían más detalles sobre los síntomas de la enfermedad, así como la fórmula de Gobierno que se iba a escoger durante los 30 días de reposo, comenzaron a surgir las críticas.
El alcalde de Buenos Aires, el conservador Mauricio Macri, señaló el lunes:
“Estamos preocupados y todos deseamos que la presidenta se recupere rápidamente
. También sentimos un enorme nivel de incertidumbre porque no se está dando toda la información que se debería.
Los médicos deberían dar una conferencia de prensa y a través de los medios saber qué es lo que sucede”.