Un Blues

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Del material conque están hechos los sueños

7 sept 2013

Se estrena la película "La piedra de la paciencia", adaptación de la novela de Atiq Rahimi

El próximo 6 de septiembre se estrena en España La piedra de la paciencia, adaptación cinematográfica de la novela homónima, que fue galardonada con el premio literario más prestigioso de Francia, el Goncourt, y publicada por Siruela.

Su autor, el escritor franco-afgano Atiq Rahimi, ha dirigido la cinta, que está protagonizada por la actriz Golshidteh Farahani (Pollo con ciruelas, Encontrarás dragones).
En la mitología persa, sangue sabur, «la piedra de la paciencia», es una piedra mágica a la que uno le cuenta sus desgracias, sus sufrimientos, sus miserias, para confiarle todo lo que no nos atrevemos a revelar a los demás. La piedra escucha, absorbe como una esponja todas las palabras, todos los secretos, hasta que un buen día explota. Y ese día, uno queda liberado.
En esta novela, localizada «en alguna parte de Afganistán, o en cualquier otro lugar», la piedra de la paciencia es un hombre tendido en un colchón en el suelo, en estado vegetativo a causa de una bala alojada en la nuca. A su lado, su mujer reza por él, le atiende y le habla, mientras en las calles pasan los carros de combate y se suceden los disparos. No sabe si puede oírla, pero la mujer le reprocha haber consagrado su vida a la Guerra Santa, y le desvela, llena de rabia y desesperación, lo que nunca se atrevió a decirle: sus deseos, miedos y frustraciones, y sus secretos más ocultos. La piedra de la paciencia explotará.
Escrita en un lenguaje bellísimo, poético y descarnado, La piedra de la paciencia, es un grito contra la sinrazón de las guerras, el fanatismo y la opresión a las mujeres en cualquier parte del mundo.
Atiq Rahimi (Kabul, 1962) estudió en el Liceo franco-afgano de Kabul, y luego Literatura en la universidad de esa misma ciudad. En 1984, la guerra le obligó a refugiarse en Pakistán, desde donde pidió y obtuvo asilo político en Francia. A partir de entonces vive y trabaja en París. Una vez en la capital francesa, realizó el doctorado de Comunicación Audiovisual de La Sorbona.
 Por su versión cinematográfica de Tierra y cenizas, que también dirigió, recibió el Premio de la mirada hacia el futuro en el Festival de Cannes 2004 y por la novela
 La piedra de la paciencia (Siruela, 2009), el Premio Goncourt 2008. Siruela también ha publicado de este autorLaberinto de sueño y angustia y, recientemente, Maldito sea Dostoievsi.

¡Vuelve la media!.........Boris Izaguirre


Susana Díaz, en el Parlamento andaluz durante su investidura. / julián rojas

No hay nada que fascine más a la moda que el regreso de otra moda anterior
. En la moda todo vuelve, las patas de elefante en los pantalones, los bolsos de Chanel con cadena dorada. Las décadas se reestudian cada 20 años, la ropa se reactiva a través del revival mientras seguimos sin saber cuál es la diferencia entre retro y vintage
. Salvo las hombreras, que se resisten por alguna patología poco analizada, la moda es esa gran vampira que jamás se cansa de retroalimentarse.
 Y cuando creíamos que las medias correrían igual suerte que las hombreras, aparece Susana Díaz, la nueva heroína socialdemócrata, y en su puesta de largo como heredera del santo Griñán, baja las escaleras del Parlamento andaluz con falda corta y medias.
Son cosas de la primera semana de septiembre
. Como los “visitantes” borrados del disco duro, durísimo, del ordenador del señor Bárcenas probablemente por otros visitantes del mismo partido.
 O los 31 parados que bajaron la tasa de desempleo en agosto, uno por día.
 Como la millonaria llegada de Gareth Bale, el segundo fichaje más caro del club, con su cara de niño bueno y su relamido gesto de ofrecer un corazón hecho con sus manos al marcar un gol hecho con sus pies.
O la petición de vestir chistera en la boda religiosa de Fran Rivera, cuando él luce una melena azabache sin ninguna cana al aire
. Todo eso ha quedado turbado por las medias de la nueva presidenta de la Junta de Andalucía.
 Es cierto que a las mujeres profesionales les disgusta que se analice su vestimenta, pero es que Díaz ha hecho una declaración de principios enseñando piernas robustas y pies bien asentados, paso firme y tacón estable.
 Al igual que Cospedal, Díaz favorece la combinación blanco y negro, porque su política es un juego de damas. Y el estilo, un juego de detalles.
 Y allí están, protectoras, las medias transparentes gris claro con trama de topitos negros de Díaz, que muchos han querido comparar a salpicaduras de los ERE.
Una vez que arriesgas así, no necesitas paracaídas. Díaz las coordinó con unos zapatos peep-toe, que enseñan dos dedos del pie en su punta.
 Al vestirlos con medias, ha conseguido que se les llame Pepi-toes. “No hay nada más sorprendente que mostrar los dedos con media y, encima, con las uñas esmaltadas”, me comenta airada una anfitriona al teléfono. Pero eso a Díaz no la amilana
. Ella se ha propuesto aniquilar la corrupción y devolverle a la media su santo y seña.
“La media estaba prácticamente olvidada. Tanto aquí como en América. Salvo Beyoncé, que jamás se la quita.
 La tendencia es piel muy hidratada y la falda un poquito más larga cuando las rodillas hablan más de la cuenta”, agrega una conocida presentadora. Pero Díaz sabe lo que hace, como buena política asume que así enviará el mensaje correcto: lo preocupante no es el tren inferior sino lo que soportan los hombros desnudos bajo un blazer.
Ojo, Susana Díaz, la media es muy traicionera. ¡Cuidado con ella! Genera polémica y puede fastidiar, y mucho, la foto.
“Cualquier rayito de luz las delata con brillos y queda poco renovadora”, explica una fuente que prefiere permanecer anónima.
 Por eso las damas de la lista de las más elegantes invierten horas y muchos cuidados en escogerlas y preservarlas. Es casi más complicado que formar un buen equipo de Gobierno autonómico
. Pero todos entendemos que eso no es lo que más te preocupa ahora que debes plantarle cara a tu verdadera rival política y estética, la jueza Alaya. Ella, con sus trolleys justicieros.
  Tú, con tus pantys bien puestos.
Por un ratito, las medias de Díaz nos permiten alejarnos de esos otros topitos de atención.
 Es posible que el caso Urdangarin se traslade al Tribunal Supremo de Valencia a cambio de imputar a los excelentísimos señor Camps y señora Barberá, y terminar allí sus días mientras observamos en la tele la bella comodidad del achocolatado exilio de los Urdangarin Borbón en Suiza. Tal y como debe ser un exilio. Parece que verse rodeado de fotógrafos irritó al duque mientras pisaba los adoquines de su nueva ciudad, pero las imágenes ilustran que vivirán en una zona noble de la villa donde murió asesinada Sissy Emperatriz. En realidad no es un exilio, es como un premio.
 Van a vivir en la propiedad de los herederos de Ferdinand de Saussure, padre de la lingüística moderna, quien nos convenció de que la palabra, el signo lingüístico, tiene dos caras inseparables: el significante y el significado. Igual que los duques de Palma.
Llevarán, por fin, esa vida de ricos, comprando quesos orgánicos en los mercadillos, observando crecer los manzanos durante la primavera, acudiendo a los conciertos de la Filarmónica en el Victoria Hall. Caminando lento en las tardes de sol. Muchos en la televisión han declarado estupor ante estas imágenes, pero en realidad no habría que alarmarse tanto, hay un cierto ejercicio de transparencia en ellas. Constatan que aunque la justicia es igual para todos, los privilegios siguen siendo de unos pocos.
Pasados unos meses de adaptación, a lo mejor el duque decide probar suerte otra vez con sus empresas y abre un pequeño despacho de quesos o chocolates suizos orgánicos y recupera sus sueños empresariales que en España, pues, no supimos entender.
 Un final sano y feliz para todos.

La semana de Doña Letizia

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La Princesa de Astruias, en Barcelona.FOTO: GtresonlineLa Princesa de Astruias, en Barcelona.FOTO: Gtresonline
10/05/10.- Mis teléfonos empezaron a sonar insistentemente la semana pasada en cuanto aparecieron las nuevas fotografías oficiales de los Príncipes de Asturias en Internet.
 Cuando las publicó la prensa peluqueríl el miércoles, ya se colapsaron.
Las personas que me llamaban querían saber: a) qué me parecían, b) de quién era la ropa que llevaba la princesa, que les sonaba a repetición, y c) si Santa Photoshop había hecho uno de sus milagros para embellecer a la pareja regia.
Para cuando di mi opinión en 'A la última', el programa de Marta Robles de Telemadrid en el que llevo siete años colaborando, los miembros de la prensa rosa conocían todas las respuestas, ya que habían podido ver a Doña Letizia y preguntárselo personalmente en el almuerzo de entrega del Garbanzo de Plata.
Además, todos estaban rendidos a su pies, ya que después de un discurso de aceptación muy animado saludó a los ciento y pico comensales uno a uno. La Princesa les habló de sus supuestas extensiones, de los 'brackets' que tantos ríos de tinta han hecho correr, de sus hijas y de muchos temas más.
Doña Letizia no ha parado últimamente: cuando no inaugura una fábrica de quesos, recibe garbanzos/joya, entrega premios varios o asiste, guapísima por cierto, a cumpleaños de 'royals' con su sufrido aunque favorecedor traje de noche azul de Felipe Varela
. Todo acapara mucho espacio en la prensa rosa, que sabe que es un fenómeno mediático que hace vender ejemplares.
Pero esta semana que empieza no tiene actividades de ningún tipo, según nos informa Casa Real.
Las que sí las tienen son las Infantas Elena y Cristina, la segunda aprovechando que está en España y para acallar los rumores de separación de Iñaki Undangarin, siempre ausente en viajes de negocios.
A medida que se acerca la fecha de la boda de Victoria de Suecia, aumenta la curiosidad y el 'suspense' por saber qué llevará Doña Letizia para las festividades de la víspera y la ceremonia en sí, cuando tendrá que rivalizar en chic con las consortes de los herederos a cuatro tronos europeos y varias mujeres y novios de 'royals' destronados.

La última noche de JFK y Jackie Kennedy


John F. Kennedy y Jacqueline Kennedy, en Dallas en 1963, momentos antes de que el presidente fuese asesinado.

Una nota publicada en la prensa local en la que se describía con detalle la suite 850 del hotel Texas en Fort Worth hizo saltar las alarmas. ¿Una habitación con vistas a un aparcamiento era lo mejor que se podía ofrecer a la joven y sofisticada pareja presidencial?
 En apenas cinco días, el crítico de arte Owen Day y Ruth Carter Johnson —hija del magnate Amon Carter— reunieron 16 piezas y montaron una pequeña exposición en la suite en la que JFK y Jackie acabarían pasando su última noche
. Las obras procedentes de museos y de varias colecciones que decoraron por la habitación han vuelto a quedar reunidas en la exposición Hotel Texas: an art exhibition for the President and Mrs. John F. Kennedy, que hasta el 15 de septiembre permanecerá abierta en el Museo de Arte de Dallas y en octubre viajará al Museo Amon Carter de Arte Americano en Fort Worth.
Esta curiosa exposición ha marcado el arranque de la fiebre en torno a JFK que se desatará este otoño, para rendir homenaje al 35º presidente de EE UU, el más popular en la historia de este país, cuya mística no ha flaqueado desde su fatal asesinato.
 En el Newseum de Washington DC, más de 300.000 personas han visitado otra muestra de fotografías de Kennedy. Jóvenes, estilosos y ricos, el aura de la pareja presidencial no se ha perdido, a pesar de —o precisamente por— que solo un tercio de los estadounidenses de hoy vivieron bajo aquella Administración.
En 1963, el primer presidente católico de EE UU, el joven y carismático John Fitzgerald Kennedy que había traído aire fresco a la Casa Blanca e inspirado el arranque de un prometedor periodo en EE UU, se preparaba para la campaña de reelección.
 En el viaje a Texas asistiría al homenaje al congresista demócrata Albert Thomas, pondría orden entre las revueltas facciones de su partido y, de paso, recaudaría fondos en cenas, como la prevista en Austin a 100 dólares el cubierto
. El viaje de tres días terminaría en el rancho de su vicepresidente, Lyndon B. Johnson.
Jackie, alejada de los focos desde que en agosto diese a luz a un bebé prematuro que murió al nacer, le acompañaría en lo que sería su primer viaje a Texas.
 Pero todo quedó fatalmente truncado por dos disparos cuando saludaban desde un descapotable que recorría las calles de Dallas.
 Dos horas antes, JFK había realizado su última llamada para expresar su agradecimiento a los organizadores de la exposición en Fort Worth y le había pasado el teléfono a su esposa, que dijo haberse quedado prendada de los cuadros.
El homenaje de recuerdo por la tragedi ha estado distorsionado por el miedo a revivir el pasado"
La distribución de la suite 850 contaba con un salón, dos baños, un dormitorio y otra habitación con ventanas a la calle, y allí se colocaron con mimo las obras de arte que debían agradar a la pareja presidencial.
 Colgaron cuadros de Van Gogh y Monet —era conocida la debilidad de Jackie por el impresionismo—, de americanos como Prendergast y Hartley, así como esculturas de Picasso y Moore
. Los documentos gráficos de aquella instalación, vídeos y grabaciones de aquel último viaje acompañan hoy la muestra.
En Texas se reservaron 150 habitaciones para el presidente y su comitiva y fue irónicamente por motivos de seguridad por lo que JFK quedó instalado en esa modesta suite con una sola puerta. JFK y su esposa llegaron hacia la medianoche del 21 de noviembre, y ante las puertas del hotel Texas les aguardaban más de 3.500 personas.
 Al día siguiente había organizado un desayuno con otras 2.000, antes de tomar el Air Force One hacia Dallas, a 10 minutos
. A las 12.30, el presidente caía abatido por dos disparos sobre el regazo de su esposa.
El 50º aniversario de aquel magnicidio que marcó una era en EE UU y que ha generado cientos de teorías, plasmadas en una apabullante bibliografía y filmografía, fue un brutal despertar, el fin de una inocencia, cuyo eco aún cala hondo en la cultura estadounidense
. Entre reediciones y nuevos libros, se calcula que 150 títulos sobre la vida, los amores, la familia y la muerte de Kennedy llegarán a las librerías este otoño
. Uno de los primeros en salir ha sido These few precious days: the final year of Jack and Jackie, de Christopher Andersen, en el que queda confirmado que Marilyn Monroe llamó a Jackie a la Casa Blanca para decirle que su esposo la iba a abandonar.
Dallas celebrará el 22 de noviembre el primer acto de homenaje a Kennedy desde su muerte con un concierto ante 5.000 personas en la Dealey plaza de Dallas, junto al Sixth Floor Museum, el museo dedicado a la tragedia Kennedy, que ocupa el edificio desde el que Lee Harvey Oswald disparó.
 “La perspectiva de Dallas sobre la conmemoración de la tragedia ha estado distorsionada durante mucho tiempo por el miedo a revivir el pasado”, apunta el organizador de la exposición Hotel Texas, Olivier Meslay.
Parkland, una película con Tom Hanks, repasa aquellas últimas horas.
 Las cadenas televisivas han preparado decenas de documentales —de hasta cuatro horas— para el aniversario.
 Un nuevo libro a cargo del periodista Philip Shenon se adentra en la comisión Warren, que investigó el asesinato del presidente. Y en el Museo de Dallas han optado por revisar esa última noche y a aquella efímera exposición.
 Una nueva mirada pública a aquella muestra privada que, sin saberlo, despidió al 35º presidente de EE UU.