Un Blues

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Del material conque están hechos los sueños

5 sept 2013

Un error judicial amenaza con dejar sin vivienda a una jubilada de 75 años

La orden de embargo corresponde a una finca inexistente.

La jubilada Encarna Pérez no puede contener las lágrimas.
 Sufre achaques de ansiedad desde que el pasado año se enteró de que el juzgado de Primera Instancia número 5 de Llíria (Valencia) sacó a subasta su vivienda.
 Su piso de 75 metros en Valencia donde reside desde hace dos décadas se precipita al desahucio por un error.
 El inmueble carece de cargas y fue comprado al contado en 1989.
 Pero la lenta maquinaria judicial se empecina en ignorarlo, según su familia. “Sufro una pesadilla. ¿Por qué me hacen esto?”, se queja entre sollozos la víctima, de 75 años, que teme quedarse en la calle en los próximos días por un inexplicable embrollo burocrático.
La esperpéntica historia de Encarna arrancó en septiembre del pasado año.
 La jubilada recibió entonces la carta de un subastero interesado en ver su vivienda para pujar por ella.
 Tras la sorpresa, la familia confirmó en el Servicio Común de Notificaciones y Embargos de Valencia, un órgano que depende del Juzgado Decano, que el inmueble había salido a subasta.
 La orden se refería a un piso situado en el inexistente número 34 de la avenida Doctor Waksman (Encarna vive en el 36). “Acreditamos con las escrituras y los recibos del Impuesto de Bienes e Inmuebles (IBI) el error, y así se transmitió al juzgado de Llíria.
 Nos dijeron que estaba claro que todo era fruto de una confusión”, recuerda el abogado de la familia, Manuel Morales.
El destinatario de la carta del desahucio era un constructor
El segundo capítulo de la “pesadilla” asomó el sábado pasado
. Una carta fechada el 20 de agosto apareció en el buzón de Encarna
. Fue encontrada “por casualidad” por su hija que visitó la vivienda para regar las plantas.
 Su madre pasaba unos días de vacaciones en Zaragoza.
 La misiva recogía una notificación del juzgado que avisaba del desahucio de la vivienda a las 10.45 horas de ayer.
 Acudirían la policía y el cerrajero.
 La carta reposaba en el buzón de la jubilada pero se dirigía al verdadero deudor, un constructor de Alberic. La familia, asustada, activó la maquinaria para no perder en tres días un piso valorado en 150.000 euros. Contactaron con la Plataforma de Afectados por la Hipoteca (PAH) y su abogado volvió a acreditar el error ante el Registro de la Propiedad de Valencia y el juzgado de Llíria.
 De nuevo, esgrimieron las escrituras y los recibos del IBI.
Los funcionarios no desahuciaron este miércoles a Encarna, que fue arropada durante toda la mañana por su familia para evitar el posible shock.
 Su hija no descarta nuevos episodios de este “kafkiano” asunto.
La jubilada, que cobra una pensión de 500 euros, ya se ha gastado 300 en notarios y registros para acreditar que la casa que reclama el Banco Financiero y de Ahorros (BFA), matriz de Bankia, no es la suya. La mujer da por perdido el dinero. Y confía en que el trance del que su hija le informó hace unos meses finalice pronto.
 “No hay derecho. ¿Por qué a mí?”, afirma desconcertada.
Su familia insiste en que el embrollo responde a la falta de verificación del número de la calle. “¿Por qué cuesta tanto hacer bien el trabajo cuando se trata de echar de su casa a una persona?”, se queja el abogado Morales, que sugiere otra pregunta: “¿Cómo realizó el perito el informe previo a la subasta? ¿A través de Google?”
 El letrado dice no haber conocido nunca “un caso tan sangrante” como el de Encarna. “Hay presuntos profesionales que con este error ya han ganado 6.000 euros en honorarios”, remarca.
El abogado de la anciana se pregunta si cuesta tanto hacer bien el trabajo
La hija de la propietaria, Mari Luz Sepúlveda, se planteaba ayer el peor de los escenarios.
 “¿Qué pasa si no llegamos a ver la última carta? ¿Y si viene un señor que dice que ya ha comprado la casa”.
La oficial del juzgado de Primera Instancia número 5 de Llíria aseguró a este periódico que el caso 693/2008, que es como se denomina el expediente de la subasta de Encarna Pérez, era responsabilidad de su compañero, el secretario del juzgado, que se incorporará de sus vacaciones el próximo lune.
 Entretanto, Encarna sigue llorando.

 

Cospedal: “El presidente me informó de la reunión para la salida de Bárcenas”


Cospedal, Rajoy y Arenas. / PAUL HANNA (REUTERS)

La secretaria general del PP, Dolores de Cospedal, reconoció al juez Ruz que el presidente del partido, Mariano Rajoy, le informó de la reunión de marzo de 2010 en la que se trató de las “condiciones de salida” del extesorero de la formación conservadora Luis Bárcenas
. Tras preguntarle el magistrado sobre ese encuentro, Cospedal dijo: “Yo tuve conocimiento tiempo después, pero bastante tiempo después. No sé si me atrevería a decir que por lo menos ocho meses o así, pero tiempo después”
“¿Y quién le puso en conocimiento de esa reunión?”, le inquirió Ruz

“El presidente”, afirmo Cospedal.
El magistrado le preguntó a continuación el objeto del encuentro, que se celebró en el despacho de Rajoy. Esta fue la respuesta de Cospedal:
 “Las condiciones de salida y de dejar su puesto de tesorero”.
La número dos del partido afirmó al juez no conocer “exactamente” esas condiciones.
 “Yo ni estuve en esa reunión ni tuve ninguna relación con él”.
Esta es parte de la declaración de tres horas como testigo que prestó la secretaria general ante Ruz el pasado 14 de agosto y a cuya transcripción ha tenido acceso EL PAÍS.
Cospedal negó de forma rotunda las anotaciones de los papeles de Bárcenas, la contabilidad secreta del extesorero del PP, que le afectan directamente
. En las cuentas manuscritas, Bárcenas anta dos pagos de 7.500 euros a Cospedal en julio y octubre de 2008.
 "De ninguna manera, eso no es verdad.

 Precisamente por la publicación de esos datos y por las declaraciones de esta persona yo le tengo puesta una demanda a Luis Bárcenas".
 Esta acción judicial se extiende también a este periódico, que publicó por primera vez la contabilidad secreta el pasado 31 de enero.
También negó haber recibido de Bárcenas 25.000 euros en julio de 2009 y otros 25.000 en marzo de 2010, como aseguró el extesorero, actualmente en prisión, en su última declaración ante el juez el pasado 15 de julio
. "En ambos casos son falsas"
. Y añadió: "Desde que se conoció la aparición de lo que se ha conocido como trama Gürtel -la investigación sobre la corrupción en el PP- tuve una entrevista con el señor Bárcenas (...) para ponerle de manifiesto que yo veía que tenía que abandonar su cargo (...) Después de esas reuniones sobre marzo o abril de 2009 yo no he vuelto a tener un contacto con este señor".
En esa declaración, Cospedal se desvinculó también de cualquier control al tesorero del partido.
"Ni llevaba, ni llevo, ni llevaré la gestión directa de los ingresos, gastos ni de las donaciones”, sostuvo.
 Al igual que ya declararon sus antecesores en el cargo Francisco Álvarez-Cascos y Javier Arenas, Cospedal se desvinculó de toda la gestión económica: "Siempre se ha hecho de la misma manera, las donaciones que pudiera haber en el Partido Popular, o cuando una persona quería realizar una donación, se dirigía al tesorero".
También rechazó Cospedal cualquier tipo de supervisión del tesorero:
 "No, porque no tiene porqué, no tiene porqué
. El tesorero es nombrado en congreso a propuesta del presidente, exactamente igual que el secretario general, por lo tanto no hay una dependencia jerárquica del tesorero respecto al secretario general
. Al menos en el PP no la hay", aseguró.
Cospedal negó rotundamente haber tenido conocimiento de una contabiildad paralela en seno del PP, asi como el pago de sobresueldos y pagos en dinero negro y sin tributar.
 Bárcenas había manifestado en su declaración como imputado el pasado 15 de julio que todos los secretarios generales, Cospedal incluida, habían conocido esas prácticas:
 "Lo niego tajantemente, y es falso". También rechazó tener conocimiento de que en el PP se ingresaran donativos por encima de los límites de la Ley de Financiación de Partidos.
 "Nunca tuve conocimiento de tal cosa (...) estatutariamente no nos corresponde esa función".
En un momento del interrogatorio, la secretaria general aseguró que es “completamente falso” que Bárcenas se pusiera en contacto con ella para gestionar la recepción de una donación de 200.000 para el partido de la constructora Sacyr a cambio de la concesión de la contrata de recogida de basuras de Toledo.
“¿No le solicitó usted al señor Bárcenas que por parte de la empresa Sacyr se le recibiera para interesar una donación a favor del partido?”, preguntó Ruz
“Jamás no. A mí no me hacía falta que el señor Bárcenas me pusiera en contacto con una persona a la que yo ya conocía”, contestó la secretaria general popular
“¿No lo reconoce de ninguna manera?”, insistió el magistrado
“No, no, de ninguna manera. Es que es todo falso”, zanjó Cospedal.
La número dos del PP tuvo que explicar los detalles sobre el fin de la relación laboral de Bárcenas con el partido. El juez Ruz le preguntó sobre una reunión que el extesorero había mantenido con el vicesecretario Javier Arenas en diciembre de 2012 en la que el ejecutivo expresó la necesidad de resolver la relación laboral después de que la Audiencia Nacional hubiera hallado sus cuentas ocultas en Suiza. Cospedal negó haber tenido conocimiento de este encuentro y sostuvo lo siguiente: “Bárcenas no pudo plantear terminar una relación laboral porque la relación laboral había terminado, había terminado”. Sin embargo, a preguntas de un abogado, reconoció posteriormente que Bárcenas estuvo en nómina y dado de alta en la Seguridad Social “hasta diciembre de 2012 o enero de 2013”.
Cospedal contó al magistrado que a Bárcenas se le mantuvo en nómina tras dejar el cargo de tesorero como una forma de abonarle la indemnización por despido:
 “La indemnización que se pacta, y así me lo trasladan a mí, se pacta que se le va a pagar de forma fraccionada y esa forma fraccionada consiste en pagarle una nómina, y por lo tanto en esa nómina está dado de alta en la Seguridad Social
. Y lo es pues hasta diciembre de 2012 o enero de 2013”.

4 sept 2013

‘Top models’ de alta costura


Davinia lleva abrigo y vestido de raso de seda y lamé de alta costura de Manuel Pertegaz, año 1958. Cartera de mano metalizada y sandalias doradas de Roger Vivier y anillo de oro de Ramon Joiers. / Outumuro

La defensa de la moda como espejo de su tiempo tiene en el nacimiento del prêt-à-porter uno de sus caballos ganadores. ¿Cómo calificar si no un sistema capaz de reformularse por completo para adaptarse a una revolución social y gene­racional como la de los años sesenta?
 La moda, que es una de las pocas manifestaciones físicas de un fenómeno tan imposible de aprehender como el cambio, fue capaz de responder a una nueva sociedad con una construcción completamente distinta de su modelo.
Hasta los años cincuenta, la moda era un sistema que producía sobre pedido.
 Los creadores proponían diseños a una clientela que les encargaba los trajes a su medida y solo entonces se confeccionaban. Todo el asunto era caro, exclusivo, elitista, minucioso y lento. En los años sesenta, tales conceptos eran el enemigo a batir y la moda lo entendió con una velocidad muy acorde con los tiempos. Los diseñadores empezaron a fabricar modelos en serie que la clientela podía llevarse en el momento y a un precio mucho más asequible. De ahí el nombre: prêt-à-porter significa “listo para llevar” en francés.
Yves Saint Laurent, el más rebelde de los costureros de la era dorada de París, abrió en 1966 su primera tienda dedicada a este nuevo negocio. Pero la idea ya llevaba años en prueba de forma menos ruidosa. En Estados Unidos, por supuesto, pero también en París.
El historiador y crítico de arte Josep Casamartina i Parassols sostiene que ya en 1952 Hubert de Givenchy empezó a comercializar “piezas sueltas en serie”.
Casamartina es el comisario de una exposición que sigue el rastro de ese prêt-à-porter en Barcelona.
 Se trata de la continuación de una muestra anterior que se detenía en la producción de alta costura de la ciudad.
El proyecto La edad de oro de la alta costura recaló, entre 2010 y 2011, en el Palau Robert de Barcelona, en el Museo del Traje de Madrid y en el de Teruel. Hasta el próximo febrero, las mismas piezas establecen un diálogo con las de Cristóbal Balenciaga en el museo dedicado al creador en Getaria (Gipuzkoa).
Antes del ‘prêt-à-porter’, los americanos ya nos compraban el diseño y lo reproducían”, dice Berhanyer
Han sido las cifras de visitantes las que han alentado esta segunda parte. Barcelona ‘prêt-à-porter’ 1958-2008 se puede ver en el Palau Robert hasta marzo
. Presenta 300 trajes en tres rotaciones, ya que el objetivo es descubrir firmas olvidadas. “Se trata de hablar de nombres que han desaparecido”, explica Casamartina.
“Es la crónica de un tiempo y un lugar. A veces, los diseñadores quieren donar el vestido más espectacular del desfile, pero a mí me interesa lo que la gente llevaba de verdad”.
 En estas páginas, conocidas modelos españolas posan con trajes de esta colección textil –presentados en las dos muestras– que ilustran la desaparición de la exquisitez de la alta costura en favor de la modernidad de lo listo para llevar.
 El abandono de la artesanía por lo industrial.
El caso de Cristóbal Balenciaga, que cerró su taller en 1968 antes de sucumbir al nuevo orden en su oficio, es uno de los más citados para explicar que el tránsito dejó sus víctimas. Pero hubo más. Aunque Pedro Rodríguez mantuvo abiertas sus tres casas hasta 1979, “ya no reconocía como suyo el entorno que le rodeaba”, según la historiadora de moda Silvia Rosés.
 “Cuando el prêt-à-porter no existía, los americanos ya nos compraban los diseños originales y los reproducían por tallas”, defendía Elio Berhanyer en una entrevista en El País Semanal en 2011. “Los españoles vendíamos mucho con ese sistema. Pertegaz y yo, desde aquí, y Balenciaga, desde París”.
La implantación de un impuesto de lujo que en 1974 dobló los precios de los trajes es citada por Casamartina y Berhanyer como uno de los principales motivos que asfixiaron a las casas de costura y dificultaron una transición de los diseñadores hacia el prêt-a-porter que fue más armónica en Italia o Francia. Berhanyer, a diferencia de Balenciaga, trató de reconvertirse a la confección en serie, con resultado irregular. En los setenta mantuvo una buena producción, ya que el volumen de su negocio con Iberia (vestía a las azafatas) le permitía trabajar con un fabricante sólido
. Cuando el contrato con la aerolínea se terminó, empezó un lento declive que acabaría en 2010 con el cierre de su taller. A pesar de ello, una de las anécdotas favoritas, y más repetidas, de Berhanyer se refiere a ese prêt-à-porter con el que mantuvo una relación ambivalente.
Un día, alguien le advirtió alarmado de que en París habían inventado una máquina que iba a traer la ruina para todos los modistas: “Meten un dibujo, entra una señora y sale vestida”, le explicaron. “Lo han patentado: ¡se llama Petra Porter!”.

La fiesta continúa en el festival de Venecia