Un Blues

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Del material conque están hechos los sueños

8 jul 2013

El embarazo de Sara Carbonero, la mejor noticia para Casillas

La pareja decidió no anunciar que iban a ser padres hasta que concluyera la Copa Confederaciones para minimizar la atención mediática.

Iker Casillas y Sara Carbonero. / CORDON

Para Iker Casillas el año 2013 ha dejado de ser uno de los peores años de su vida para convertirse en el más feliz
. El portero del Real Madrid espera su primer hijo junto a la periodista Sara Carbonero para el próximo mes de diciembre. Con la noticia de que hay un bebé en camino, queda en segundo plano una temporada futbolística marcada por una tensa relación con el que ha sido su entrenador, José Mourihno, una lesión en la mano que le mantuvo tres meses de baja, muchas jornadas en el banquillo.
 Casillas se confiesa feliz porque desde hace tiempo deseaba ser padre. Cuando el año pasado por estas fechas algunos medios de comunicación aseguraban que la pareja estaba planeado casarse, él no negaba.
 Su círculo más íntimo sabe que se siente unido a Sara Carbonero, su novia desde 2010, sin que haya un papel por medio, que en realidad el plan que tenían era ser padres.
La pareja supo a primeros de mayo que iban a tener un hijo pero decidieron guardar el secreto durante un tiempo.
 Querían estar seguros de que el embarazo iba bien e intentar que la noticia no afectara mucho su vida cotidiana
. Así que Iker siguió con sus compromisos deportivos: concluyó la temporada con el Madrid y se fue con la selección a Brasil para la Copa Confederaciones
. Mientras, Sara Carbonero continuó con su trabajo como periodista en Telecinco y por sus obligaciones profesionales también estuvo en Brasil para informar de La Roja.
 Pero esta vez Carbonero no ocupó una posición a pie de campo durante los partidos, se sitió en el puesto de comentaristas junto a Kiko Narváez y Manu Carreño. Periodistas que acompañaron a Carbonero durante su estancia en Brasil aseguran que en ningún momento sospecharon que estuviera embarazada.
 Su figura no denota significativos cambios y, además, su manera de vestir ha permitido ocultarlos, ya que ella suele llevar ropa bastante suelta.
 Con este estilo singular, Carbonero se ha convertido en todo un icono de moda para las adolescentes y en un reclamo para las firmas de ropa.
La pareja decidió comunicar la noticia a su íntimos pocas horas después de regresar de Brasil y antes de comenzar sus vacaciones.
 Ellos confían en que cuando regresen la atención mediática haya disminuido.
Este año Iker Casillas y Sara Carbonero se han mudado a la casa que se han hecho en la lujosa, elitista y discreta urbanización de La Finca, a la afueras de Madrid. Las Casas Torres. Allí esperan la llegada de su primer hijo.
 Sus amigos no descartan que en algún momento haya boda.

 

Tilda Swinton enarbola la bandera arco iris frente al Kremlim

La actriz protesta contra ley rusa que permitirá sancionar la información sobre "relaciones sexuales no tradicionales".

Tilda Swinton, en Moscú, durante la protesta.
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No hay duda de que Tilda Swinton, ganadora de un Oscar, es una actriz comprometida.
 Lo ha demostrado en más de una ocasión. Su último gesto ha sido fotografuiarse enarbolando la bandera del arco iris frente al Kremlim de Moscú en defensa de la comunidad de lesbianas, gay, bisexual y transgénero (LGBT), que vive asediada de Rusia.
 La imagen se ha convertido en un fénomeno en viral en las redes sociales. "En solidaridad desde Rusia con amor”, declaró la actriz tras este gesto.
La Duma rusa acaba de aprobar casi por unanimidad (436 votos en una cámara de 450 diputados) la ley que permitirá sancionar la información sobre "relaciones sexuales no tradicionales", es decir, no se podrá dirigir a menores informaciones sobre la homosexualidad
. Frente al edificio ha habido hoy martes por la mañana manifestaciones de los activistas en favor de los derechos de gais y lesbianas y la policía ha efectuado cerca de 30 detenciones
. Los gais han sido perseguidos y golpeados por representantes de grupos ortodoxos radicales.
"Diputados, proteged al pueblo de los degenerados", se leía en una de las pancartas frente a la Duma Estatal de Rusia (cámara baja del Parlamento) donde apenas sin discusión se ha aprobado ley que prohíbe la propaganda de la homosexualidad entre los menores de edad.
 En otra pancarta había dos fotos, una de un desfile militar de soldados eslavos, todos con el mismo gesto marcial, y otra de un desfile de gais.
"¿En qué desfile participarán nuestros hijos?", se preguntaba en el cartel.
Además, el pasado 18 de junio, Putin firmó una ley según la cual las parejas homosexuales extranjeras no podrán adoptar niños rusos
. La prohibición se extiende también a los solteros de los países donde se ha legalizado el matrimonio entre personas del mismo sexo.
 Las nuevas restricciones han sido propuestas después de que una serie de países europeos adoptara leyes de unión homosexual.
Estas limitaciones a la adopción por parte de extranjeros se aprueban seis meses después de que entrara en vigor la ley que puso fin a la entrega de niños rusos a los estadounidenses.
 Pero si la llamada ley Dima Yákovlev (en recuerdo del niño ruso que pereció al ser olvidado por sus padres adoptivos en un auto a pleno sol) tenía en realidad motivaciones políticas y era una respuesta al acta Magnitiski promulgada en Washington, que castiga a funcionarios rusos relacionados con la violación de derechos humanos, las motivaciones de las nuevas restricciones son exclusivamente homófobas.
Rusia no permite el matrimonio entre personas del mismo sexo y las marchas del orgullo gay están prohibidas.
Otras celebridades también se han sumado a este movimiento en defensa de la comunidad  gay como Madonna y Lady Gaga.

 

7 jul 2013

El primer golpe de calor ha llegado esta tarde.

El primer golpe de calor ha llegado esta tarde.
 Los aviones que se aproximan por el este al aeropuerto avanzan con la proa levantada, muy lentos. Ayer todavía reparaba en que con la proximidad del verano las floraciones de los árboles dejan el color encendido y se extiende la vainilla de los aligustres, aunque todavía el palo rosa conserva su amarillo y en un olmo del parque, de los pocos que se han salvado de la podredumbre, he visto esta mañana pequeñas tinturas liláceas.
Ni una nube en el cielo
. El mundo se desangra (¿alguna vez ha dejado de hacerlo?), Egipto, norte de Nigeria; la prensa ya no habla de Siria, siempre girando sus focos y olvidándose de lo que relató apenas ayer.
 Algunos libros de Cioran han vuelto a caer en mis manos, libros que en su tiempo leí y años después salieron por la puerta de casa, porque el aburguesamiento en el abismo del apátrida se me hacía insoportable, insoportable su agonía puesta en escena, su amenaza estética de muerte, melodramática, su mercantilismo, en fin.
Pero volviendo a determinadas observaciones, de nuevo sentimos que nosotros nos quedamos asomados a la sangre helada de un Leopardi, de un Pessoa, de un Scott-Fiztgeral cuando proclama the crack-up. No ha habido más avance. 
Nos mantenemos en esos bordes procurando un consuelo. 
Y viene Cioran a llamar la atención de la esterilidad de las abstracciones.
Ciertamente, una vez conocidos los bordes, unos empuñan las armas y ponen la vida sobre el filo.
 O bien otros, renunciado al mundo, se dedican a adecentar un lecho desde el que intentarán que les lastime lo menos posible el olvido
. Otros se quedan cincelando frases, nombrando los objetos y los gestos cotidianos, como Azorín.
 Todos preparando el bello cadáver.
 
Del Diario Virtual de Jose Carlos Cataño

Mujeres que hablan de sus vidas....................Rosa Montero

Cuando las mujeres hablan de sí mismas, resulta que están hablando de la vida de todos.

La buena noticia es que, en el transcurso de las cuatro o cinco últimas generaciones, el mundo ha dado un salto gigantesco hacia la superación del sexismo, cambiando de manera drástica (al menos, en Occidente) unos modos de vida milenarios
. La mala noticia es que, sí, en efecto, el machismo aún perdura. Y además, ese machismo es una ideología en la que se nos educa a todos, hombres y mujeres, de manera que nosotras también caemos como moscas en las trampas sexistas.
Por ejemplo, lo dije hace ya años y lo he repetido varias veces, pero es una de esas obviedades que por desgracia hay que remachar, porque siguen ocurriendo: me desespera que, cuando una autora escribe una novela protagonizada por una mujer, todo el mundo piense que está hablando de mujeres, mientras que cuando un hombre escribe una novela protagonizada por un varón, todo el mundo piensa que está hablando del género humano.
 Y lo peor es que en este reduccionismo machista participan también muchas lectoras; montones de mujeres que creen que, por poner un personaje principal femenino, estás hablando específicamente de “nosotras”. Pues no.
 No es verdad. Al menos, no es verdad para mí.
 Yo no tengo ningún interés en hablar de mujeres; quiero hablar del género humano, pero es que la mitad de ese género humano es femenino.
 E incluso, si en mis libros aparece en algún momento una referencia a las limitaciones sociales que pudo encontrar una mujer por el sexismo, con ello también estoy hablando de los hombres, porque los varones participan en esa situación sexista, también es cosa de ellos
. Es un juego a dos, en fin, cosa que entendemos perfectamente cuando leemos una novela sobre los magnates de la industrialización y los obreros, por ejemplo
. Pero con las mujeres, ay, con las mujeres seguimos sin verlo tan claro.
Se me han venido de repente a la cabeza todas estas ideas sobre literatura y machismo porque acabo de leer, uno detrás de otro, tres libros de mujeres que acaban de publicarse y que, curiosamente, son todos de alguna manera autobiográficos.
 Y resulta que, cuando empecé a publicar narrativa hace 34 años, en nuestra sociedad, mucho más sexista por entonces, corría el despectivo tópico de que las autoras solían escribir novelitas testimoniales en las que contaban sus pequeñas vidas.
 Hablar de lo personal en una mujer, en fin, era sinónimo de insustancialidad y de nadería literaria. Mientras que a los varones que utilizaban recursos biográficos eso jamás se les tuvo en cuenta.
Si en mis libros aparece una referencia a las limitaciones sociales que pudo encontrar una mujer, también hablo de los hombres, también es cosa de ellos
Una prueba innegable de que hemos mejorado y de que la torpe estructura del sexismo, que es una jaula que nos apresa a todos, se sigue derrumbando día tras día es que hoy ese tópico ya no tiene apenas defensores.
 Así que ahora podemos disfrutar más libremente de textos tan bellos como los que han redactado estas tres mujeres al hilo de sus vidas
. El primero, y más clásico, dicho en el sentido mejor de la palabra, es Tiempo de inocencia, de Carme Riera (Alfaguara), unas memorias de niñez escritas con esa maravillosa elegancia y esa madurez expresiva que son el sello distintivo de la autora
. Un libro con amor y humor, envuelto en un punzante aroma de nostalgia. “Inventamos la literatura para escribir sobre cuanto hemos perdido”, dice Carme.
 Estoy de acuerdo con ella, aunque no sólo; también creo que escribimos para intentar otorgarles al mal y al dolor un sentido que en realidad sabemos que no tienen.
Otro libro personal y conmovedor es Un comunista en calzoncillos, de la argentina Claudia Piñeiro (Alfaguara)
. Es probablemente el más original de los tres, una mezcla de relato corto y memoria biográfica, con añadidos que forman una especie de rompecabezas y que se pueden pegar a lo que estás leyendo en el orden que quieras (muy cortazariano) y con fotos preciosas de la infancia de la autora.
Lleno de intimidad, de emoción y, a la vez, paradójicamente, de ficción.
Y por último está el libro de Laura Freixas Una vida subterránea (Errata Naturae), que es nada más y nada menos que su diario íntimo de los años 1991 al 1994, publicado ahora casi sin retocar.
 Y este texto, aunque no sea el más original, sin duda es el más sorprendente, porque en España no tenemos apenas tradición de este tipo de memorialismo de altura, sincero y al mismo tiempo literario, y mucho menos escrito por una mujer.
Un texto que sorprende por su autenticidad, que se lee con fascinación y cuya degustación sólo puede ser enturbiada por el morbo de saber a qué famoso se está refiriendo cuando critica a alguien oculto bajo siglas. O sea: cuando hablan de sí mismas, las mujeres pueden ser así de apasionantes
. Porque resulta que también están hablando de la vida de todos.