Un Blues

Un Blues
Del material conque están hechos los sueños

7 jul 2013

El primer golpe de calor ha llegado esta tarde.

El primer golpe de calor ha llegado esta tarde.
 Los aviones que se aproximan por el este al aeropuerto avanzan con la proa levantada, muy lentos. Ayer todavía reparaba en que con la proximidad del verano las floraciones de los árboles dejan el color encendido y se extiende la vainilla de los aligustres, aunque todavía el palo rosa conserva su amarillo y en un olmo del parque, de los pocos que se han salvado de la podredumbre, he visto esta mañana pequeñas tinturas liláceas.
Ni una nube en el cielo
. El mundo se desangra (¿alguna vez ha dejado de hacerlo?), Egipto, norte de Nigeria; la prensa ya no habla de Siria, siempre girando sus focos y olvidándose de lo que relató apenas ayer.
 Algunos libros de Cioran han vuelto a caer en mis manos, libros que en su tiempo leí y años después salieron por la puerta de casa, porque el aburguesamiento en el abismo del apátrida se me hacía insoportable, insoportable su agonía puesta en escena, su amenaza estética de muerte, melodramática, su mercantilismo, en fin.
Pero volviendo a determinadas observaciones, de nuevo sentimos que nosotros nos quedamos asomados a la sangre helada de un Leopardi, de un Pessoa, de un Scott-Fiztgeral cuando proclama the crack-up. No ha habido más avance. 
Nos mantenemos en esos bordes procurando un consuelo. 
Y viene Cioran a llamar la atención de la esterilidad de las abstracciones.
Ciertamente, una vez conocidos los bordes, unos empuñan las armas y ponen la vida sobre el filo.
 O bien otros, renunciado al mundo, se dedican a adecentar un lecho desde el que intentarán que les lastime lo menos posible el olvido
. Otros se quedan cincelando frases, nombrando los objetos y los gestos cotidianos, como Azorín.
 Todos preparando el bello cadáver.
 
Del Diario Virtual de Jose Carlos Cataño

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