Un Blues

Un Blues
Del material conque están hechos los sueños

6 jun 2013

Fallece a los 91 años la actriz Esther Williams, la sirena de Hollywood

Esther Williams, en un momento del rodaje de 'Pagan Love Song' (1950). / AP

La actriz Esther Williams ha muerto hoy en Beverly Hills, California, a la edad de 91 años, según declaró su portavoz a la agencia Reuters.
La intérprete fue nadadora profesional, además de una de las actrices más cotizadas del cine estadounidense de los cuarenta y cincuenta. Por ello, se le conocía también como la sirena de Hollywood. Protagonizó películas como Escuela de sirenas, Juego de pasiones, y La hija de Neptuno.
Nacida el 8 de agosto de 1921 en Los Ángeles, en su juventud Williams fue una campeona de natación, hasta que fue descubierta y fichada por MGM. Precisamente con esta agencia se estrenó en las grandes pantallas en 1942 con el personaje de Sheila Brooks en la película Andy Hardy's Double Life.

Vestida de Mar

EL TIEMPO

El tiempo se volvió frágil:
palpó con suavidad
las palabras en Morse que le dejaban los días
sobre un túmulo
de barbaries y sangre.
Y toda la tierra tembló bajo la mirada de los muertos.
El tiempo se volvió
dueño y señor de las gargantas rotas,
del trasvase de miserias,-agua y lodo-que poblaban
el horizonte gris de miles de grupúsculos humanos.
Y el aire lloró tanto que arrasó miles de lágrimas.
El tiempo se tornó grillete de la ilusión
dentro de los ojos que soñaban utopías en colores diferentes.
Y un alambre de púas separa nuestras soledades…
Lola Bertrand

Las horas de la esperanza

Hope_by_MichelRajkovic

Leidy Yaneth Vásquez



Hipatia

Si Cirilo, santo de estrecha visión,
hubiera presentido como yo
que las conchas marinas,
calientes y jóvenes, son estrellas azules
que al rasgar la piel nos transfiguran
en rincones de luz,
tal vez no me habría condenado
a este vagar circular por anaqueles cósmicos;
tal vez Alejandría no sería
la pira ardiendo eternamente
en mi vientre vacío,
ni él sería tan despreciable
como a esta hora en la que los hombres
de siglos venideros,
los que presiento en las noches
cuando me embriago
y me danzan en sueños,
lo maldicen…
yo tampoco sería la llama viva
que te alcanza a esta hora
mientras abres el libro de la vida y lees:
Soy inmortal, nací para este momento.

A la caza del ‘best-seller’ en la selva del Retiro.

Caseta en la Feria del Libro de Madrid. / Samuel Sánchez

Arqueología, medicina, alto ejecutivo farmacéutico y guionista de cine. Esa es la ruta que siguió Glenn Cooper antes de convertirse en el penúltimo del selecto club de autores de best-sellers globales.
 Y sin mucho ruido, pero con una legión ya de seguidores: cinco millones de lectores por seis libros en solo tres años, medio millón en España.
Cooper (White Plains, Nueva York, 1953), que se ha encontrado con sus lectores de la Feria del Libro de Madrid, publicó en 2009 su primera novela, La biblioteca de los muertos, primera parte de una trilogía que continuó con El libro de las almas y que acaba de cerrar con El fin de los escribas (Grijalbo), un thriller en el que unas personas heredan el don de saber la fecha de nacimiento y muerte de la gente. El estadounidense no es tan mediático como otros recién llegados al grupo de los superventas como la australiana Kate Morton y la británica E. L. James, dos de las escritoras preferidas en la Feria, pero su corte de seguidores avanza a un ritmo apabullante. Y eso que él empezó muy tarde, pasados los 50 años.
Los sellos deciden la estrategia y buscan las fórmulas.
Glenn Cooper
Glenn Cooper se refiere a cada una de las etapas que ha vivido como “obras de teatro” en las que ha querido encontrar diversión. Parece honesto en su búsqueda. ¿Por qué la literatura, ya pasados los 50? Trabajaba en una gran compañía de 30.000 empleados y comencé a sentirme atado a una rueda de molino. Me pareció que escribir sería una actividad muy distinta, que me ayudaría a liberar mi tensión y al principio lo intenté con guiones. El primero fue terrible… Después fui mejorando, pero de 20 guiones en 20 años ¡solo vi convertido uno en película! (risas). Cuando me decanté por la novela fue como volver a casa, daba más lugar para la reflexión”.
Aunque a gusto con su condición de superventas, Cooper reclama diferenciarse del lote. Un club de autores cuyos libros son traducidos a multitud de idiomas y desarrollan una vida global, con desigual acogida entre la crítica y los seguidores. Son historias que hablan de temas que apelan a los lectores, y con tramas de mayor o menos complejidad, en las que se repiten ingredientes de éxito. Tienen su espacio muy visible en la feria los ya clásicos de ventas astronómicas como Ken Follet con El invierno en el mundo (Plaza & Janés), John Grisham con Theodore Boone. El acusado (Montena), la veterana en títulos románticos Danielle Steel con Tiempo prestado (Plaza & Janés), y una de sus sucesoras, Nora Roberts, con Polos opuestos (Random House); también la irlandesa Marian Keyes con Helen no puede dormir (Plaza & Janés).
Los expositores también recogen la generación de la antepenúltima hornada best-seller tipo Dan Brown, Inferno (Planeta), Katherine Scholes y La reina de la lluvia (Planeta), C. S. Sansom y Dominación (Ediciones B) y Brad Thor con Misión Cervantes (Martínez Roca). La penúltima generación best-seller viene encarnada por E. L. James y su Cincuenta sombras de Grey (Grijalbo), Sherrilyn Kenyon de Sed de venganza (Plaza & Janés), Kate Morton y El cumpleaños secreto (Suma de letras) y Cooper con El fin de los escribas.
El escritor Glenn Cooper. / Carlos Rosillo
Cooper era consciente de que el género que elegía, el thriller, le iba a dar más posibilidades de convertirse en best-seller. Lo hace sin prejuicios porque, además, es el tipo de literatura que él prefiere como lector. “Si escribes poesía, será muy difícil que puedas ganarte la vida. Hay géneros más llamados a triunfar, como ahora la novela erótica, la ciencia ficción o la de adolescentes. Si tienes la suerte de convertirte en best-seller, se crean ciertas expectativas que hay que cumplir. Mientras esté cómodo, estaré cómodo en el mercado”.
Tres años largos le han servido para conocer los mecanismos y las recetas del mercado editorial. “Los primeros que deciden la estrategia son los editores. Sus expectativas deciden lo que va a ser publicado, ellos buscan las fórmulas. Sucede como en Hollywood: si una película tiene éxito, intentarán repetirla”. Dan Brown se convierte en este punto de la conversación en una tercera presencia. “Su fórmula ha provocado una ola de imitaciones… De vez en cuando, aparece alguien que hace algo distinto, que introduce un nuevo tipo de paradigma…” Y no lo duda cuando define su espacio. “Me gustaría pensar que mis libros no solo entretienen, algo que también busco, sino que ayudan a plantear preguntas más ambiciosas, aunque yo no sea un filósofo, ni un profesor de universidad. Que no hacen el recorrido habitual de los thrillers de un héroe que supera obstáculos hacia un final feliz, la resolución del puzle, como sucede con Dan Brown. Serían los thrillers “del hombre que piensa”. Cooper afirma que le gusta investigar a fondo sus temas, e incluso para alguno de ellos ha llegado a comprar 300 libros.
Cooper busca llegar a más lectores e interactuar con ellos a través de las redes sociales. “Si alguien me envía un mensaje, trato de responder en una hora. Sé que a algunos escritores les gusta aislarse en una burbuja, pero ese no es mi caso. Me parece pretencioso”.
En su próxima trilogía estará presente Cataluña. Será una búsqueda moderna del Santo Grial.