Leidy Yaneth Vásquez
Hipatia
Si Cirilo, santo de estrecha visión,
hubiera presentido como yo
que las conchas marinas,
calientes y jóvenes, son estrellas azules
que al rasgar la piel nos transfiguran
en rincones de luz,
tal vez no me habría condenado
a este vagar circular por anaqueles cósmicos;
tal vez Alejandría no sería
la pira ardiendo eternamente
en mi vientre vacío,
ni él sería tan despreciable
como a esta hora en la que los hombres
de siglos venideros,
los que presiento en las noches
cuando me embriago
y me danzan en sueños,
lo maldicen…
yo tampoco sería la llama viva
que te alcanza a esta hora
mientras abres el libro de la vida y lees:
Soy inmortal, nací para este momento.
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