Un Blues

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Del material conque están hechos los sueños

4 ene 2013

CRÍTICA DE 'LA NOCHE MÁS OSCURA' Pasen, vean, escuchen y juzguen

Carlos Boyero.

No hay sombra de manipulación en la reconstrucción de la caza de Bin Laden que dirige Kathryn Bigelow.

Jessica Chastain, como la agente de la CIA protagonista de 'La noche más oscura'

Intentar reconstruir la realidad desarrollando temas recientes que han marcado la Historia, se presta a la exaltación patriótica, a una dosis razonable o excesiva de convenciones, a la mitificación de los héroes y la demonización de los villanos, a la vendible moralina y a la receta para que el gran público salga muy contento de la sala con el justo y agradecible triunfo del bien sobre el mal.
Ni a los habitantes del limbo hace falta explicarle las razones morales que convierten en puro horror la masacre de civiles en el imborrable ataque terrorista del 11- S.
 Pero nadie podrá negar la perversa imaginación y la devastadora eficacia de los cerebros que planificaron aquel espanto, la osadía altamente victoriosa de pretender embestir cuatro secuestrados aviones comerciales conducidos por kamikazes contra las Torres Gemelas, el Pentágono y la Casa Blanca, los símbolos supremos del poder económico, militar y político en Estados Unidos.
Y resulta tan inexplicable como bochornoso que el ilimitado poder, supuesta información y torrenciales recursos de la CIA y del FBI no previeran y frustraran ese desastre.
Es problemático que Hollywood realice alguna vez una superproducción contando planificación, desarrollo y ejecución del 11-S, de esa herida salvaje, física y emocional, difícilmente cicatrizable que recibió Estados Unidos.
 A cambio, están creando películas que retratan victorias espectaculares de la CIA.
 En Argo cuentan el rescate de diplomáticos estadounidenses en el Teherán gobernado por Jomeini
. En La noche más oscura el largo proceso para encontrar al esfumado Bin Laden y matarlo.
En un planteamiento simplista, pero también ajustado a la realidad, el espectador podría encontrarse con una historia en la que los buenos, baluartes de la democracia, persiguen y cazan al temible malvado que planifica matanzas de inocentes en cualquier lugar del planeta
. Pero es muy probable que durante la película, además de compartir la tensión en la que viven sus personajes, también se sienta revuelto.
 Y al acabar, al pensarla, cada uno sacará sus propias conclusiones sobre lo que ha visto y oído.
 Ni sombra de maniqueísmo ni de manipulación por parte de su inteligente e inquietante autora.
Kathryn Bigelow, esa directora con pertinaz vocación de contar historias duras protagonizadas por el riesgo y la violencia, en posesión de auténtico sentido del cine y contrastado talento para introducirte en lo que narra, utiliza en esta ocasión un tono cercano al documental, ausente de clichés y de convenciones, retratando situaciones y personajes que además de contener incómodos datos (es comprensible el mosqueo de las autoridades de su país ante las filtraciones y los informantes de primera mano que han posibilitado un guion tan fiel a la realidad) resultan permanentemente creíbles.
También incómodos.
Me explico
. Los cazadores del demonio torturan a sus siervos, aseguran a sus presas: “Te voy a causar mucho dolor si no me cuentas lo que sabes”.
 Con la sagrada intención, por supuesto, de evitar atentados
. La protagonista, una mujer obsesionada legítimamente con destruir al monstruo, se siente alterada la primera vez que contempla el uso cotidiano de esa abyección que los pragmáticos consideran necesaria. Después, se acostumbrará
. Y el torturador profesional también puede reconocer que es un trabajo que acaba agotando, que necesita durante un tiempo volver a vestirse de traje y corbata y ocupar un aséptico despacho
. Pero a los mirones ser testigos de ese hábito practicado en las cárceles ocultas nos puede poner muy nerviosos.
 Ese desasosiego, acompañado de hipnosis, permanece en la extraordinaria parte final reconstruyendo el clandestino asalto en la noche de Pakistán a la guarida del ogro.
 Hay implacables órdenes de matar sin preguntar.
 Y el ogro y sus acompañantes tienen familia, hay mujeres y niños en medio de ese infierno. Lo definen cínicamente como daños colaterales.
El último plano, con esa cazadora desolada y arropada por la bandera de su país después de haber triunfado en su sagrada meta, es tan complejo como todo lo que nos ha estado describiendo Kathryn Bigelow con frialdad de cirujano
. De acuerdo, mataron al perro
. Pero, ¿se acabó la rabia?

 

3 ene 2013

El sonido del Mar y el silencio del Volcán son el....

©José Carlos Cataño
El sonido del mar y el silencio del volcán son el día entero impresionantes.
 Con marea baja o con pleamar. Con cabrilleos y penumbras de esmeraldas líquidas. 
Con coronaciones de espumas efímeras que la brisa se lleva en brazos para dejarlas caer sobre las flores más sencillas de los más humildes, anónimos matorrales. 
Y así la vida pasa, entre otra y ola, cediendo por entre sus momentáneos silencios o sus estrépitos constantes, sus fulgores y sus encandilamientos.
De qué me asombro, asomándome todo el día de una punta a otra a los arrecifes, a los charcos desbordados, a uno de los cuales ha ido a parar un globo amarillo de anoche, mirando una y otra vez hacia la estampa del volcán, que solo una vez ha mostrado el cráter, envuelto en cendales y rodeado de los azules más desvaídos, como más desmayados, como más en tránsito hacía renovadas y mayores distancias.
Y tal vivencia, que de repente, en un despiste, te lleva a sentir el fragor que llega hasta el balcón como una tormenta o como el paso atronador de un tren de mercancías, solo se ha visto interrumpida con las primeras páginas de la novela de William Styron Tendidos en la oscuridad.
Lo cual me ha llevado a pensar, sorteando, ya digo, solo por un momento, la magnificencia del océano y el volcán vigilante, cuánto nos ha golpeado el gusto las tendencias modernas, la narrativa al uso, toda esa papilla de consumo rico en fibra y bajo en calorías.
 Cuánta suntuosidad, en cambio, cuánta fuerza impregnada de todos los sentidos, en la abertura de la novela de Styron. ¿Podrá leerse cosa igual en la novela actual?


Del Diario Virtual de Jose Carlos Cataño



(Martes, 1 de enero de 2013)

Lady Di, un güisqui y un joven anónimo: la imagen prohibida

La foto fue tomada días después de su compromiso con el príncipe Carlos.

 

La foto inédita de Diana de Gales, cuando tenía 19 años

Pocos sabían de su existencia.
 Fue considerada todo un escándalo en su época, tanto que el Daily Mirror decidió no publicarla. Pero ahora ha salido a la luz.
 Es la foto prohibida. Su protagonista, Lady Di, una joven de 19 años de la que poco se sabía entonces pero de la que se investigaba todo porque acababa de comprometerse con Carlos de Inglaterra, el heredero al trono británico.
 Pero ahora no solo se ha difundido por medio mundo si no que además se puede comprar en una subasta on line anunciada el jueves.
 La venta tendrá lugar entre el 17 y el 24 de enero.
La imagen, en blanco y negro y de 20x25 centímetros, fue tomada a principios de los años 80.
En ella aparece la que luego sería princesa tumbada en un sofá junto a un joven desconocido que está leyendo un libro
. Ella mira tímidamente a la foto. Junto a la pareja hay una botella de güisqui.
 La foto contiene la advertencia de “no publicar” escrita con rotulador sobre la imagen. Esta peculiaridad, a juicio de los expertos, la da mayor valor.
En el revés del documento hasta ahora inédito figura la fecha en que fue tomada: 26 de febrero de 1981. Es decir, dos días después de que la Casa Real británica anunciara su compromiso con Carlos de Inglaterra. De esa época es famosa también la foto de Diana saliendo de su casa con una falda que le juega una mala pasada al convertirse en transparente por culpa del sol.
Bobby Livingstone, de la casa de subastas RR Auctions of Amherst, en New Hampshire, ha explicado que la imagen prohibida procede del fondo privado Caren Archive, que adquirió hace siete años los archivos fotográficos del tabloide británico Daily Mirror.
“La prensa enloquecía detrás de Diana, pero el Daily Mirror no iba a publicar esa foto suya en una cómoda posición con otro hombre que no fuera el príncipe Carlos, con el que acababa de comprometerse dos días antes”, dijo.
Según Livingstone, una imagen de este tipo debería venderse por unos 1.000 dólares (algo más de 750 euros), pero las palabras “No publicar” aumentarán previsiblemente su valor en el mercado.
Diana falleció con 36 años en un accidente de coche en París en agosto de 1997, un año después de divorciarse del príncipe Carlos pero su leyenda continúa.

Autopsia El blog “Autopsia” es una mirada. Sólo una mirada y las palabras que deja como rastro para volver.

Lo más sexy

Por: | 03 de enero de 2013
SEXY-BETTY BOOP
Al final de cada año
se ponen de manifiesto los principios olvidados del comienzo de ciclo y se intenta hacer resumen de todo, como si la vida misma fuera un resumen plasmado en los recuerdos y olvidos que permanecen.
Quizás eso hace que lo que negamos de palabra se ponga de manifiesto en la práctica, y que cuando nos encontramos ante el límite del abismo decidido de cada final de año, busquemos el rescate que nos diga que ha merecido la pena llegar hasta ahí, y que ese último paso puede ser una salida, más que una entrada al nuevo año.
Y quizás por ello abundan los resúmenes de todo, como si la sociedad fuera una aulario y los medios de comunicación los aventajados niños y niñas que nos hacen su redacción sobre “un año en la vida”.
 Todo se resume, las conversaciones en mensajes Whatsapp, las historias en los 140 caracteres de Twitter, las palabras devaluadas en imágenes revalorizadas… Por eso, hoy por hoy no hay resumen que se precie que no contenga imágenes, bien sea en formato fotográfico o en video, aunque al final cada uno tenga que poner las palabras con la imaginación para que el relato tenga sentido.
Este año, junto a los habituales resúmenes con los mejores goles del año, las mejores canastas, los mejores puntos de tenis, los conflictos más impactantes, las catástrofes que llamamos naturales, aunque muchos resultados estén propiciados por lo artificial de lo humano… han aparecido dos resúmenes en las ediciones digitales de los diarios más seguidos que me han llamado la atención, uno hacía referencia a las "imágenes más sexys" y el otro a las "imágenes más indiscretas".
 Y me han llamado la atención porque a pesar del uso genérico de “imágenes”, sólo aparecían mujeres sexys y sus imágenes indiscretas.
Es cierto que hay otras recopilaciones con los “hombres más sexys o más guapos”, como también las hay de mujeres específicamente, pero cuando la noticia era el genérico de las “imágenes más sexys y más indiscretas”, sólo han aparecido las de mujeres.
Y no es casualidad, puesto que el significado de la imagen de la mujer es distinto al de la imagen del hombre
. Ya lo comenté en parte en otro post (“Hombres desnudos” http://blogs.elpais.com/autopsia/2012/11/hombres-desnudos.html), y mientras que la imagen de un hombre expuesta en un anuncio, calendario, exposición... no tiene significado añadido salvo el de su anatomía y los estímulos que pueda generar, también los "concupiscentes", por supuesto, la imagen de una mujer, con independencia de esos estímulos, parte del significado histórico de su cuerpo como objeto y provocación, especialmente para la tranquilidad habitada por los hombres, que ve rota su armonía y su equilibrio con la irrupción de la mujer, bien en imagen o en persona.
Sólo hay que ver, por ejemplo, la distinta reacción social ante los anuncios de la campaña de Desigual, que muestra a las mujeres expresando sus ideas y deseos sobre la sexualidad, y los spots del desodorante Axe, donde las mujeres sucumben ante un hombre que no necesita hablar de sus ideas y deseos para que todo el mundo lo entienda.
Y la cuestión que plantea esta situación es doble.
 Por un lado nos encontramos con que la imagen cosificada de las mujeres sigue presente a pesar de todo lo avanzado, y por otro, si aceptamos que ese sentido como objeto no existe y sólo es un residuo de una idea ya superada que algunos mantenemos, la cuestión es por qué no aparecen de la misma forma las imágenes de los hombres sexys e indiscretas.
 Esta ausencia nos demuestra el verdadero significado de la aparición de las imágenes de las mujeres, que no sólo aparecen por partir de la idea de objeto, sino que además lo hacen para satisfacer a quien demanda esas imágenes desde una cierta legitimidad, que son los hombres. 
 Las mujeres no pueden o no deben hacerlo, al menos abiertamente.
Y sobre este esquema gira la vida y sus trampas, que llevan a que muchas mujeres busquen el reconocimiento a través de la aceptación y la admiración de los hombres por medio de su imagen, y a que luego los hombres las cuestionen por usar su imagen para conseguir el reconocimiento, y las critiquen por ser incapaces de alcanzar lo que ellos consiguen sin la ayuda de su cuerpo y de su imagen.
Recuerdo hace ya algunos años la primera vez que se hizo un striptease en mi pueblo.
Fue un striptease masculino y femenino.
Cuando mis amigos me lo contaron meses después al volver a vernos me dijeron: “Primero salió el cachas...  luego salió la guarra”. 
Ese es el significado para la sociedad: “el cachas y la guarra”.