Lo más sexy
Al final de cada año se ponen de manifiesto los principios olvidados del comienzo de ciclo y se intenta hacer resumen de todo, como si la vida misma fuera un resumen plasmado en los recuerdos y olvidos que permanecen.
Quizás eso hace que lo que negamos de palabra se ponga de manifiesto en la práctica, y que cuando nos encontramos ante el límite del abismo decidido de cada final de año, busquemos el rescate que nos diga que ha merecido la pena llegar hasta ahí, y que ese último paso puede ser una salida, más que una entrada al nuevo año.
Y quizás por ello abundan los resúmenes de todo, como si la sociedad fuera una aulario y los medios de comunicación los aventajados niños y niñas que nos hacen su redacción sobre “un año en la vida”.
Todo se resume, las conversaciones en mensajes Whatsapp, las historias en los 140 caracteres de Twitter, las palabras devaluadas en imágenes revalorizadas… Por eso, hoy por hoy no hay resumen que se precie que no contenga imágenes, bien sea en formato fotográfico o en video, aunque al final cada uno tenga que poner las palabras con la imaginación para que el relato tenga sentido.
Este año, junto a los habituales resúmenes con los mejores goles del año, las mejores canastas, los mejores puntos de tenis, los conflictos más impactantes, las catástrofes que llamamos naturales, aunque muchos resultados estén propiciados por lo artificial de lo humano… han aparecido dos resúmenes en las ediciones digitales de los diarios más seguidos que me han llamado la atención, uno hacía referencia a las "imágenes más sexys" y el otro a las "imágenes más indiscretas".
Y me han llamado la atención porque a pesar del uso genérico de “imágenes”, sólo aparecían mujeres sexys y sus imágenes indiscretas.
Es cierto que hay otras recopilaciones con los “hombres más sexys o más guapos”, como también las hay de mujeres específicamente, pero cuando la noticia era el genérico de las “imágenes más sexys y más indiscretas”, sólo han aparecido las de mujeres.
Y no es casualidad, puesto que el significado de la imagen de la mujer es distinto al de la imagen del hombre
. Ya lo comenté en parte en otro post (“Hombres desnudos” http://blogs.elpais.com/autopsia/2012/11/hombres-desnudos.html), y mientras que la imagen de un hombre expuesta en un anuncio, calendario, exposición... no tiene significado añadido salvo el de su anatomía y los estímulos que pueda generar, también los "concupiscentes", por supuesto, la imagen de una mujer, con independencia de esos estímulos, parte del significado histórico de su cuerpo como objeto y provocación, especialmente para la tranquilidad habitada por los hombres, que ve rota su armonía y su equilibrio con la irrupción de la mujer, bien en imagen o en persona.
Sólo hay que ver, por ejemplo, la distinta reacción social ante los anuncios de la campaña de Desigual, que muestra a las mujeres expresando sus ideas y deseos sobre la sexualidad, y los spots del desodorante Axe, donde las mujeres sucumben ante un hombre que no necesita hablar de sus ideas y deseos para que todo el mundo lo entienda.
Y la cuestión que plantea esta situación es doble.
Por un lado nos encontramos con que la imagen cosificada de las mujeres sigue presente a pesar de todo lo avanzado, y por otro, si aceptamos que ese sentido como objeto no existe y sólo es un residuo de una idea ya superada que algunos mantenemos, la cuestión es por qué no aparecen de la misma forma las imágenes de los hombres sexys e indiscretas.
Esta ausencia nos demuestra el verdadero significado de la aparición de las imágenes de las mujeres, que no sólo aparecen por partir de la idea de objeto, sino que además lo hacen para satisfacer a quien demanda esas imágenes desde una cierta legitimidad, que son los hombres.
Las mujeres no pueden o no deben hacerlo, al menos abiertamente.
Y sobre este esquema gira la vida y sus trampas, que llevan a que muchas mujeres busquen el reconocimiento a través de la aceptación y la admiración de los hombres por medio de su imagen, y a que luego los hombres las cuestionen por usar su imagen para conseguir el reconocimiento, y las critiquen por ser incapaces de alcanzar lo que ellos consiguen sin la ayuda de su cuerpo y de su imagen.
Recuerdo hace ya algunos años la primera vez que se hizo un striptease en mi pueblo.
Fue un striptease masculino y femenino.
Cuando mis amigos me lo contaron meses después al volver a vernos me dijeron: “Primero salió el cachas... luego salió la guarra”.
Ese es el significado para la sociedad: “el cachas y la guarra”.
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