Un Blues

Un Blues
Del material conque están hechos los sueños

3 dic 2012

Isadora Duncan, Una Mujer que bailaba la vida, Soy una Mujer Revolucionaria

El 14 de septiembre de 1927 murió en Niza (Francia), la más grande innovadora de la danza del siglo XX. Sorpresivamente, su chal se enredó en la rueda de su automóvil y la estranguló. Tenía 49 años. En 1917, cuando supo de la caída del Zar en Rusia, bailó “con júbilo feroz
. Mi corazón estallaba dentro de mi pecho al sentir la liberación de todos aquellos que habían padecido, que habían sido torturados y que habían muerto por la causa de la humanidad.”

Isadora Duncan nació en 1878 en San Francisco (EE.UU.). Con su hermana Isabel, a los seis años daba clases de danza a sus vecinitos. Años después armó su célebre escuela, que educaba a centenares de niñas. Esa escuela fue su gran obsesión. La sostuvo en distintos países, siempre con terribles problemas económicos. Bailando en los mejores teatros y ante los más grandes artistas e intelectuales del mundo, reyes, otros gobernantes y multimillonarios, reunía dinero que luego se esfumaba en esos proyectos.
Revolucionaria en la danza y en la vida
Isadora Duncan revolucionó el baile, uniendo toda creación musical a la danza individual y colectiva, con toda libertad. También fue atea, defensora de los derechos de la mujer, del amor libre, de Darwin y de Marx. Tenía una inmensa cultura y era enemiga de la educación formal y burguesa, y fundamentalmente de toda opresión. Una anécdota de su autobiografía resume esa sensibilidad. Su primera visita a Rusia fue en 1905. Y quiso el azar que su carruaje se cruzara con el cortejo que el 5 de enero llevaba los cuerpos de los obreros asesinados en San Petersburgo. Cuenta Isadora que “habían sido fusilados porque se presentaron al Zar sin armas para pedirle un auxilio a su miseria y un poco de pan para sus mujeres y niños. […] Si yo no hubiera presenciado aquello, mi vida habría sido otra diferente. Allí, junto a aquel cortejo, que parecía interminable; frente a aquella tragedia, me hice a mi misma el voto de consagrar mis fuerzas al servicio del pueblo y de los oprimidos.”
La muerte de sus dos hijos en 1913 en un accidente, y de un tercero al nacer en 1914, la desgarraron. Durante la guerra interimperialista intentó mantener su escuela en las cercanías de París, hasta que la transformó en hospital.
 Esos años terminaba sus funciones bailando La Marsellesa. En julio de 1916 visitó Buenos Aires, y la oligarquía la rechazó, porque bailó el himno nacional envuelta en la bandera argentina ante estudiantes.
Isadora en Moscú
En marzo de 1921, por primera vez un gobierno la convocó para que instalara su escuela: el de los Soviets. “El gobierno ruso es el único que puede comprenderla. Venga a nosotros. Haremos su escuela.” Isadora respondió “Sí, iré a Moscú, y enseñaré a vuestros niños, sin ninguna condición, salvo la de que me proporcionéis un estudio y el dinero preciso para mi trabajo”. Así se dirigió hacia lo que llamó el Nuevo Mundo.

En esos primeros años, a pesar de las horrorosas penurias provocadas por el esfuerzo de ganar la guerra civil, el gobierno revolucionario practicaba una política de impulso al desarrollo de las artes. Y su criterio era la más amplia libertad de creación (ver recuadro)
. Moscú era un hervidero de artistas rusos, y un polo de atracción hacia el resto del mundo.
De su llegada a Rusia dijo: «No era un Moscú sucio, de calles descuidadas y de vida lánguida, como pretendían determinadas propagandas, sino una población animada y animosa […] los teatros estaban concurridísimos y los museos, que se habían triplicado en poco tiempo, eran muy visitados».**
Isadora se unió por única vez en “matrimonio” (según la legislación soviética de entonces, que ella revindicó), con el joven poeta Sergio Esenin
. Estuvieron juntos dos años. Viajaron por Europa y Estados Unidos.
 Cuando se separaron, ella regresó a Francia
. Esenin se suicidó en 1925 en Leningrado.
En los años posteriores tenía en su repertorio dos danzas fúnebres en memoria de Lenin y una marcha que se llamaba “Con coraje camaradas”, y otras danzas revolucionarias como “El joven guardia” y “La canción del trabajo”.

 Su muerte temprana le ahorró conocer los horrores de la represión de la burocracia de Stalin, que liquidaron por completo aquella libertad y aquella democracia obrera de los primeros años, que le brindaron los bolcheviques.

Buscando una cultura verdaderamente humana
Como artista y en la vida, Isadora rechazó los prejuicios, limitaciones e injusticias de la cultura burguesa y la sociedad de clases. En su danza y en su escuela expresaba la búsqueda de un mundo mejor. “El hombre, la Humanidad, todo el mundo debe bailar”, dijo. Abrazó la causa de la revolución rusa desde esa perspectiva. Decía Trotsky en 1924: “El significado histórico y la grandeza moral de la revolución proletaria residen en el hecho de que está sentando las bases de una cultura que no será ya una cultura de clase sino la primera cultura verdaderamente humana.”. Y para eso se necesitará “la libertad total” en el terreno artístico y “que los niños, todos los niños, estarán bien alimentados, fuertes y alegres […] Todo esto no vendrá sino después de un largo y difícil período de transición, que todavía está ante nosotros”.
Pero no hay que olvidar que a Isadora, toda pasión, por una idea, por un baile, le apasionaban sus amores, hombres guapos y ricos, ella murió afisiada por un enorme Chal, precioso, mientras iba de pie en Un Bugatty, con un gigoló.
Casi yo me etrangulo por imitarla en otro Bugatty conducido por un compañero de Carrera(Universitaria)

Quo Vadis Star Wars?

¿Hacia dónde va Star Wars?

Por: | 03 de diciembre de 2012
Starwars
 
"Difícil de ver. Siempre en movimiento el futuro está"
Yoda, en El imperio contraataca
Star Wars, o como se la conocía hace mucho mucho tiempo, La guerra de las galaxias. Muchos se quedan con la trilogía original, hecha en aquella época entre mediados de los 70 y mediados de los 80 en la que Hollywood reinventó el cine palomitero de calidad con cineastas que lo mismo dirigían que escribían o producían, como el propio George Lucas, Steven Spielberg (Tiburón, Indiana Jones, E.T.), Richard Donner (Superman, Los Goonies…) o Robert Zemeckis (Regreso al futuro).
Un tiempo de efectos especiales sorprendentes y una supuesta ingenuidad muy fresca.
 Luego, una nueva generación descubrió la saga con el cambio de milenio (desgraciadamente de la mano de Jar Jar Binks y una trama política pesadísima), en pleno auge de los efectos digitales, cuando su creador decidió contar la historia de un Darth Vader que poco se parecía a lo que se mostró en la trilogía original. Entre medias, millones de dólares en juguetes, libros, cómics y videojuegos y dos series de animación.
Con la venta de Lucasfilm a Disney, se anunció que la compañía del ratón Mickey producirá nuevas películas de la saga cada dos o tres años, tanto los episodios VII, VIII y IX, que siguen en la cronología galáctica a El retorno del jedi, como películas con nuevos personajes y arcos argumentales
. Disney quiere estrenar la primera en 2015. Cada día surgen nuevos rumores o confirmaciones de quiénes se encargarán de llevar a cabo el proyecto
. Va a dar mucho que hablar, así que en Versión Muy Original, superado el debate de si se deberían hacer estas películas o no (porque se van a hacer y no hay vuelta atrás) hemos decidido hacer un resumen de en qué punto está el asunto a principios de diciembre y hacia donde parece que se encamina.

¿Quién controlará las películas?

Disney, obviamente, que ya supervisa con éxito y en algunos casos con bastante calidad, franquicias como Los Vengadores de Marvel, Piratas del Caribe o Los Teleñecos
. Y por parte de Lucasfilm está al frente Kathleen Kennedy, uno de esos nombres que al espectador no le suena, pero que tiene un bagaje colosal.
 Kennedy, de 59 años, comenzó su carrera como productora con E.T. El Extraterrestre y ha estado involucrada en casi un centenar de películas, entre las que destacan algunas como Poltergeist, Indiana Jones y el templo maldito, Gremlins, Los Goonies, Regreso al futuro, El secreto de la pirámide, El chip prodigioso, ¿Quién engañó a Roger Rabbit?, Parque jurásico, La lista de Schindler, El sexto sentido, Persépolis o Tintín.
 Y George Lucas, que aparte de dirigir la película original se puso también tras las cámaras en todos los filmes de la última trilogía (con críticas bastante negativas), se queda como consultor creativo y no como productor (todos aquellos que odiaron Indiana Jones y el reino de la calavera de cristal se echarán a llorar al recordar que fue Lucas el que constantemente echaba abajo ideas de Steven Spielberg, Harrison Ford y el despedido Frank Darabont). El que no estará es Rick McCallum, productor de Las aventuras del joven Indiana Jones, de las ediciones especiales de la trilogía original de La guerra de las galaxias estrenadas en cines en 1997 y de la trilogía de los tres primeros episodios. Coincidiendo con la venta a Disney, McCallum deja Lucasfilm para producir sus propias películas.
Dudas:
 ¿Hará Disney películas de Star Wars muy familiares o excesivamente juveniles? ¿Llegarán a un punto intermedio para todos los públicos como en la película original?
¿Quién se encargará de desarrollar la historia?
Keshner, Lucas y Kasdan, en el rodaje de 'El imperio contraataca'.
Keshner, Lucas y Kasdan, en el rodaje de 'El imperio contraataca'.
El gran rumor incial fue que Lawrence Kasdan volvería a escribir un guión, como ya hizo en El imperio contraataca y El retorno del jedi.
Y que lo haria para la primera película de la nueva era. Un rumor que hizo que muchos fans dieran saltos de alegría.
 Pero finalmente el encargado, confirmado por Disney y Lucasfilm, será Michael Arndt, guionista de Pequeña Miss Sunshine, Toy Story 3, Los juegos del hambre y el misterioso proyecto de Pixar que todavía no tiene título que dirige Pete Docter (Monstruos S.A.). Pero todo apunta a que efectivamente Kasdan, junto a Simon Kinberg (Sherlock Holmes, X-Men, días del futuro pasado) escribirán y producirán películas para la franquicia, lo que no queda claro es si se centrarán en los epiosdios VIII y IX o abrirán nuevos caminos con algún spin-off, informa The Hollywood Reporter.
  En cuanto a la continuación de la historia, aunque se publicaron las novelas de la Trilogía de la Nueva República que seguían la historia de Han, Luke, Leia y Chewbacca (en las que incluso se atrevían a destrozar el Halcón Milenario), según Eonline, que cita a una fuente de Lucasfilm, la historia será 100% original.
Dudas
: ¿Se atreverán con historias oscuras? ¿Tratarán de recuperar el espíritu aventurero y de puro entretenimiento de los años 70 y 80? ¿Dejarán a un lado chorradas como los midiclorianos o conversaciones como la de Amidala y Anakin en pleno picnic en el campo?

¿Quién se atreverá a dirigir la primera película de la era Disney?
Candidatos no faltan, tanto creados a partir de rumorología cibernética por parte de fans como cineastas que darían su ojo derecho para dirigir una película en la saga que devoraron de pequeños y que se saben al dedillo
. Muchos ya han negado públicamente los rumores (lo cual no quiere decir que tarde o temprano no aparezcan ligados a futuros proyectos de la saga) y otros se dejan querer. Entre los nombres: J.J. Abrams (Perdidos, Fringe y el reinicio cinematográfico de Star Trek), Sam Mendes (suficiente tiene con llevar a James Bond a lo más alto), Kevin Smith (el director que más referencias a Star Wars mete en sus películas y que en THR escribió una columna dando sus consejos para que que Disney no la cague), David Yates (las últimas cuatro películas de Harry Potter), Zack Snyder (Watchmen, 300), Duncan Jones (Moon), Brad Bird (El gigante de hierro, Los increíbles), Josh Trank (Chronicle, una de las sorpresas del año), Guillermo del Toro (aunque su espantada de El Hobbit y los tropecientosmil proyectos en que está siempre metido le descartan casi por completo), Jon Favreau (ya ha hecho para Disney dos películas de Iron Man a través de Marvel Studios), Joss Whedon (Los Vengadores) y un largo etc... Pero el nombre que más ha sonado en los últimos días de noviembre ha sido el del director de Kick Ass y X-Men: Primera generación, Matthew Vaughn.
Dudas: ¿Debe dirigir la pelicula un director que se ha declarado fanático de la saga o alguien totalmente externo como hicieron Irvin Kershner y Richard Marquand en su momento con los episodios V y VI?
¿Qué reparto se inmortalizará entre sables de luz, cazarecompensas y batallas espaciales?
Cast3dEsta es la parte de la que de momento se sabe menos. Y depende mucho de en qué momento cronológico de la saga transcurra la película. Parece lógico que si se continúa la historia donde se quedó en El retorno del jedi vuelvan Harrison Ford (Han Solo), Mark Hamill (Luke Skywalker), Carrie Fisher (Leia) y Billy Dee Williams (Lando Carlissian). Todo sea que aparezcan no como protagonistas sino como portadores del testigo a una nueva generación de personajes. Hamill vería el cielo abierto con una oportunidad así, Dee Williams ya ha hecho público su deseo de volver, parece ser que Fisher dijo en una firma de libros que iba a estar seguro y Ford no le haría ascos. Y tampoco está descartada la posibilidad de que se recuperen sus personajes, pero con un nuevo reparto. Nombres de actores para la lista de rumores y de los que ya han mostrado su interés: Tom Hiddleston (Loki en Thor y Los Vengadores), Robet Pattinson y Kristen Stewart (saga Crepúsculo)  David Tennant (el décimo Doctor de Doctor Who) o Jason Flemyng (del que surgió el rumor de que  Vaughn dirigirá el Episodio VII).
Dudas: ¿Será Luke Skywalker el nuevo jedi sabio al estilo Yoda o Obi Wan Kenobi? ¿Le darán a Warwick Davis un buen papel? ¿Volverá Frank Oz (Yoda) a manejar alguna marioneta y ponerle voz pese a sus veladas críticas a la última película de Los Teleñecos?
¿Seguirá siendo un negocio?
PortadaYa lo es.
Siempre lo ha sido, desde aquellas legendarias colas a las puertas del teatro chino de Hollywood en 1977 hasta la reciente versión Star Wars de los Angry Birds.
 Cientos y cientos de palabras se han dicho desde el anuncio de las nuevas películas.
 Los DVDS y Blu-rays de las seis primeras películas y de la serie de Las guerras clon  se venden como churros. Afrontémoslo, en las nuevas películas (al menos las que continúan en la cronología) no estarán ni Yoda ni Darh vader, pero si Disney se mueve bien creará nuevos iconos, al menos para las nuevas generaciones que descubrirán el universo que Lucas creó hace ya 35 años. Y en glorioso 3D (esperemos que sea un 3D bueno, y no la adaptación que se hizo para el reestreno de La amenaza fantasma a principios de este año).
Star Wars siempre ha funcionado en taquilla y ha recuperado con creces el dinero invertido. Por orden de recaudación:
  • La amenaza fantasma (1999). Con un presupuesto de 88,5 millones de euros recaudó en todo el mundo 791 millones.
  • La venganza de los Sith (2005). Presupuesto: 87 millones. Recaudó: 654 millones de euros.
  • La guerra de las galaxias: Una nueva esperanza (1977). Presupuesto: 8,5 millones. Recaudó: 597 (incluyendo las reposiciones de 1982 y 1997).
  • El ataque de los clones (2002). Presupuesto: 88,5 millones. Recaudó: 500 millones de euros.
  • El imperio contraataca (1980). Presupuesto: 14 millones. Recaudó: 414 millones (incluyendo las reposiciones de 1982 y 1997).
  • El retorno del jedi (1983). Presupuesto: 25 millones. Recaudó: 366 millones de euros.
Eso solo cifras de las peliculas. En ventas de juguetes, DVDS, libros y demás, hay que sumar muchos miles de millones:
  • Juguetes. 9.240 millones de euros.
  • Venta de DVDS y Blu-rays. 3.000 millones.
  • Venta de videojuegos. 2.300 millones.
  • Venta de libros y cómics. 1.400 millones.
  • Otros artículos. 1.000 millones de euros.
[Fuentes: Box Office Mojo, Forbes y Lucasfilm]

También está el negocio de los parques temáticos, como el Star Tours, la atracción que desde hace muchos años Lucas colocó en los parques de Disney. Y el anuncio por parte de George Lucas de que quiere colocar en un parquecito de San Francisco una estatua de Yoda y otra de Indiana Jones.
Dudas. ¿Era John Carter (fracaso en taquilla pero visualmente muy lograda) un ensayo para todo lo que está por venir? ¿Volverán a reeditar por enésima vez las figuras de todas las películas en veinte ediciones diferentes?
¿Y hasta 2015?
No preocupar, la máquina de hacer dinero nunca para.
 Tras el estreno a principios de 2012 de La amenaza fantasma en (cutre) 3D, está previsto que las dos películas siguientes en la cronología se reestrenen en el otoño de 2013, según acaba de publicar Lucasfilm en su página web. El ataque de los clones en septiembre y La venganza de los Sith en octubre. Esperemos que la conversión a las tres dimensiones sea un poco más decente. Y muchos videojuegos: los de Lego, en el móvil con los Angry Birds, la experiencia Kinect Star Wars para X-box, The old republic (la tercera entrega del Knights of the old republic), Clone Wars Adventures o The force Unleashed para Wii.
Y por supuesto, la serie de animación The clone wars.
 Está pendiente conocer más detalles de la anunciada serie de televisión de acción real (situada en el tiempo entre las dos trilogías existentes) que Lucas anunció en 2005, pero igual el acuerdo con Disney ha puesto ese proyecto en la nevera, ya que no se ha vuelto a saber nada. En 2011 Lucas dijo que 50 episodios ya estaban escritos, pero que no se rodarían hasta que hubiera más avances tecnológicos que permitieran rodar la serie sin grandes gastos.
¿Qué no puede faltar? ¿Qué sobra?
Aquí es donde os pedimos vuestra participación. Aparte de las preguntas planteadas anteriormente a lo largo del texto, y partiendo de la base de que las películas se van a hacer, queremos saber vuestra opinión (por favor, con el mayor respeto a los comentarios de los demás lectores). En este blog nos mojamos para abrir el debate:
¿Qué nos gustaría ver en las próximas películas? Una vuelta a las aventuras de la trilogía original, a Han Solo, más cazarrecompensas, menos politiqueo, las dosis de sentido del humor que no funcionaron en la última trilogía y alguna nueva raza de alienígenas bien desarrollada. Y que John Williams se encargue de nuevo con la banda sonora.
¿Qué no nos gustaría ver? Una historia a lo Crepúsculo, tramas ñoñas, que revivan a Darth Vader (le echaremos de menos, pero tiene un gran final en El retorno del jedi), que George Lucas se vuelva loco y quiera volver a tener la última palabra (qué bien hizo dejando la dirección a otras personas en El imperio contraataca y en El retorno del jedi). A Jar Jar Binks.
Los efectos especiales y algunos episodios deberán renovarse, no resisten el paso del tiempo. Incluso el vestuario tipo Comic, hay cosas que se deben dejar en la memoría, cientos de niños que ahoran tendrán entre 35 o 40 años y algunos más, serán los más impactados, sus jjuguetes de esa época eran las naves, los soldados blancos, la espada fosforecente, el casco negro, todoas las naves, era un filón como suplemento de estas películas que a mi me gustaron muchisimo, y no era una niña, pero Lucas, Spielber cambiaron la forma de hacer cine y contar cuentos que no parecieran solo dibujos animados. Spielberg muy dado a muñequitos malos o buenos pero peluches no me acababa ni acaba de gustrme. Si lo hizo E.T. precioso cuento que un niño extraterretre quiera siempre irse a su casa, esas casas que todos los cuentos tienen.
Se nota el paso del tiempo porque E:T: pide un Teléfono, no un Ipod ni un Movil, todo lo que ahora resulta anacrónico, pero ese hilo con los suyos era un Teléfono. El Niño que lo lleva por el cielo a "Su Casa" ya ha hecho otras pelis de Guerras mundiales, ya es como los que lo vieron jugando con E.T. y su hermana que la vida ha arrastrado por otros caminos más dañinos, esa niña que un dia lo descubre.
Bueno por mi parte esperaré a ver lo que ha quedado de mis recuerdos con Indiana Jones por ejemplo....veremos....El Cine es para soñar y tb para refleionar, naturalmente.

2012, ¿El año de la mujer?

2012, ¿El año de la mujer?

Hillary Clinton, Malala y las Pussy Riot, entre las finalistas de la revista Time, que apenas ha reconocido a mujeres desde que empezó a conceder el título de Persona del Año en 1927.

El escritor que no publicó en treinta años Por: Fernando García | 03 de diciembre de 2012


Joseph Mitchell tomando notas en un cementerio
Joseph Mitchell comenzó a escribir para la revista The New Yorker en 1937 sobre la gente corriente de Nueva York. En 1942, publicó El profesor Gaviota, un perfil de Joe Gould, un bohemio que sufría el tormento de la Trinidad: intemperie, hambre y resacas. Pedigüeño de oficio –sableaba a una clientela más o menos fija con lo que él llamaba contribuciones para la Fundación Joe Gould-, explicaba a quien quería oírle que era el autor de la Historia oral, título al que a veces añadía “de nuestro tiempo”, una obra monumental de más de nueve millones de palabras (casi tres veces las que tiene la Biblia). Gould aseguraba que su obra crecía gracias a las cosas que escuchaba a la gente. Escribía sus notas en cuadernos escolares que repartía entre personas de confianza para que los custodiaran.
Los perfiles del New Yorker son retratos literarios. El de Joe Gould salió publicado el día 12 de diciembre de 1942. Pero la historia no termina cuando lo decide el escritor. Mitchell siguió recibiendo visitas de Gould, muchas veces para pedirle una contribución para su “fundación”. El viernes 3 de diciembre de 1943, “a eso de las tres de la tarde, Gould apareció por el New Yorker.
Dijo que había perdido la pluma y que quería pedirme una contribución a la Fundación Joe Gould para comprarse otra”. Esa tarde, en una conversación con un editor al que llamó Mitchell para intentar que Gould publicara su obra, el escritor del New Yorker se dio cuenta de que la Historia oral era una invención de Gould. “¡Dios mío! –dije-. No existe. –Estaba abrumado-. La Historia oral es un invento. No existe”.
Gould falleció en 1957. Mitchell se tomó su tiempo y esperó hasta 1964 para revelar el descubrimiento en un nuevo perfil que tituló El secreto de Joe  Gould. Al final del texto, Mitchell escribió: “Una de las pocas cosas que he aprendido en la vida es que para todo hay un momento y un lugar”. Nunca dejó de ser un reportero ‑escribía y tomaba notas constantemente con un lapicero en papel amarillo de la revista plegado tres veces para formar un rectángulo-, pero no volvió a publicar nuevos trabajos en los 32 años siguientes a la aparición de El secreto de Joe Gould.
Aunque no publicaba nada, Joseph Mitchell continuaba siendo un hombre de costumbres, según lo describe su hija en una reciente entrevista, salía de su casa a las 9 de la mañana para ir a su despacho en el New Yorker y regresaba a las 6 de la tarde. Se levantaba temprano, hacía gárgaras durante un minuto antes de desayunar huevos, zumo de naranja y tostadas con mermelada.
 Llevaba un sombrero Fedora, trajes y hasta la ropa interior de Brooks Brothers, incluso en la granja en verano donde aprovechaba la ropa más usada. Los sábados salía de su casa por la mañana con dos bolsas de la compra para ir a buscar tesoros en los solares de los edificios demolidos. Mitchell falleció en 1996 a los 87 años.
Para hacerse una idea de los hallazgos del escritor entre los escombros su hija dice que, después de morir su padre, se repartieron 240 tenedores entre las dos hermanas.
Aficionando a observar a los pájaros, entusiasta de la arquitectura –le gustaba estudiar las fachadas de los edificios de Nueva York con unos binoculares-, dedicaba algún tiempo de sus vacaciones a repoblar bosques y, como se ha dicho, hurgaba entre los escombros para llevar trofeos a casa tales como cubiertos o pomos de puertas. "Mi padre recogía rascacielos enteros y los metía debajo de la cama", ha explicado su hija Nora Mitchell.
Antes de entrar en el New Yorker, cuando trabajaba para los periódicos, llegaba a escribir tres crónicas en un día. En 1939, su año más prolífico en The New Yorker, según explica el periodista Mark Singer, escribió trece historias.
En 1942 publicó dos, una de ellas El profesor gaviota. El año siguiente solo escribió un perfil y en los veinte años posteriores su ritmo de producción era más o menos de una historia cada dos años.
 Un amigo consideraba que era “lascivo” preguntar por qué no escribió más Mitchell,  creía que la respuesta simplemente era que “escribió lo suficiente ".
De la obra de Joseph Mitchell en España solo se han publicado los dos perfiles de Joe Gould, que Anagrama editó en 2000. El libro salió a la venta por un precio de 1.900 pesetas.
Ese mismo año se estrenó la película El secreto de Joe Gould, dirigida y protagonizada por Stanley Tucci. En mayo de 2010, Quinteto publicó los perfiles en una edición de bolsillo que se podía comprar por 6,95 euros. Los perfiles de Joe Gould no se han publicado en edición electrónica y no es fácil encontrarlos en las librerías.
En realidad, Mitchel publicó alrededor de 2.000 palabras entre los años 1964 y 1996.
 Se trata de los textos que escribió para las solapas, sobrecubiertas y, especialmente, para las notas de autor de Up in the old hotel, en 1992, donde se recogieron las historias que aparecieron en New Yorker entre 1943 y 1964. El libro se convirtió en un éxito. Mitchell, a los 84 años, consiguió su primer best seller.
Ocho años después de la publicación se seguían vendiendo 7.000 ejemplares al año en Estados Unidos.
Up-in-the-Old-Hotel1El pasado mes de julio Vintage Clasics editó en Reino Unido los perfiles de Mitchell, que se venden por 9,99 libras en papel, y se puede conseguir en formato ebook por 9 euros.
 Tal vez sea un buen momento para publicar en España la obra de uno de los mejores periodistas aprovechando las ventajas de la edición electrónica. Mitchell es un buen ejemplo del antihéroe periodístico que poco tiene que ver con la fatuidad de muchos de sus sucesores.
Aburridos del periodismo más barato, ese que vive de las opiniones, merece la pena leer a Mitchell para comprender que existe otra forma de hacer las cosas, más humilde –él se consideraba un humilde periodista y creía que no hacía falta ser una celebridad para que alguien resultara interesante-.
 El escritor no anteponía su propia opinión a la de los personajes que intervienen en la historia.
No juzgaba ni valoraba, se dedicaba solo a contar historias de forma amena para que el lector pueda disfrutar e, incluso, divertirse. Por eso sus obras resultan tan interesantes después de sesenta años.