Un Blues

Un Blues
Del material conque están hechos los sueños

17 feb 2012

Viejunos todos por Boris Izaguirre

David Beckham, en la nueva campaña de su línea de ropa interior para H&M.
¡Nunca olvidaremos este febrero!
Ante la condena al juez Garzón, uno puede preguntarse si el impermeable que ha vestido todos estos años también quedará inhabilitado. Ese carácter impermeable irritaba en los pasillos del Supremo. Ahora quedamos a la intemperie y Gürtel a cubierto.
 Mejor arropado veremos el sábado 25 a Urdangarin en su primera jornada de juicio.
 Al día siguiente se entregarán los Oscar, y ya se recuerda que nuestra Casa del Rey prefiere dar sus noticias importantes los sábados, así la información llega al lunes menos fresca.
 También se comenta el disgusto que nos daremos cuando se acabe este juicio, se restituya la normalidad y nos quedemos sin tema de conversación.
Ahora todo el protagonismo lo ostenta su defensor, Mario Pasqual Vives, que parece sacado de una oficina de casting de abogados con perfil discreto y tono conciliador.
 Pasqual Vives cree tanto en la inocencia de su defendido que no deja de dar declaraciones cargadas de ese optimismo que a todos nos falta. “Si él ha hecho algo que no es correcto, pedirá disculpas”, afirmó.
 Siempre acompañado de su bufanda roja e indescifrable, Pasqual atiende a todos los reporteros con una simpatía propia de alguien que confía al máximo en el género humano
. Y así habrá departido con la infanta, pese a que nos confesara que la vio “preocupada”. El mundo defensor de Pasqual es correcto, sin estridencias, porque esas se dejan para los salones donde Urdangarin es ese tema que anima y reúne a familias y amigos en un mismo góspel. “Al final… no pasará nada”.
El martes, Arantxa Sánchez Vicario estrena una nueva etapa vital.
 Se hará escritora y además en un género exitoso: la biografía de una carrera triunfal unida al retrato de una familia destruida. Padres supuestamente explotadores, hijas millonarias que se casan en segundas nupcias con novios presuntamente espiados por los padres arruinadores.
 Madres desoladas que emiten comunicados cargados de decepción y listado de enfermedades durísimas.
 Será este el partido más largo de Arantxa y la reafirmación de que en la vida de los deportistas de élite como Sánchez Vicario o Urdangarin, el tiempo, la familia y el dinero conforman un triángulo de peligro con vértices en Bermudas, Belice y Andorra.
Una vez superados todos los juicios, y los sudores fríos, Arantxa e Iñaki, y algunos otros, podrían fundar una institución con ánimo para todo marcada por las siglas de esos paraísos fiscales: la BBA, para gestionar inocencias perdidas.
Febrero para los estadounidenses es el mes de la Super Bowl, el partido final de su liga de fútbol.
Es un juego complicadísimo, los jugadores cada dos por tres hacen cónclaves en la mitad de la cancha, supuestamente para dirimir dónde o cómo lanzar la pelota, o también para hablar de Arantxa y Urdangarin, la BBA y lo conveniente de asegurarse un jurado popular en nuestros tribunales.
 Pero a millones de nuevos espectadores lo que de verdad les interesó fue la actuación en el medio tiempo de Madonna.
Hasta los abdominales de David Beckham anuncia un natural ensanchamiento.           ¡El Photoshop pasa        de moda!
A sus 53 años, Madonna subió el listón y dejó claro que es la figura máxima del pop
. En sus 12 minutos de actuación fue capaz de sintetizar su propia carrera de 30 años, convertir su mayor himno gay, Vogue, en mística para las masas.
 También rindió homenaje al espectáculo como espejo de la historia con una formidable entrada triunfal mezclando elementos de la Cleopatra hollywoodense con el Metrópolis de Fritz Lang.
En esos 12 minutos de Coliseo, Ma­donna mezcló más cosas: la esencia negra y espiritual de Estados Unidos –a través de un góspel incluido en su hit Like a prayer– y el guiño posfeminista a las eternas pomponeras de este tipo de eventos deportivos, el poder de las chicas, porque también ellas son parte de la inmensa iconografía estadounidense.
 Con este mensaje encriptado y evidente, Madonna dejó claro otra cosa: nunca ha necesitado tutela. Se basta a sí misma para crear y sostener una carrera de 30 años y éxitos. Un mensaje para ellas, Soraya y María Dolores: ¡chicas, no es necesario dejarse tutelar por las sotanas! Solitas se pueden conseguir muchas y buenas cosas.
En la Super Bowl también se estrenan anuncios. El más visto ha sido el de la campaña para ropa interior masculina firmada por David Beckham.
 En el anuncio se aprecia que Beckham ya es un hombre maduro. Luce arrugas donde las hay, en el entrecejo, alrededor de los ojos, a cada lado de los labios. Hasta los abdominales anuncian un natural ensanchamiento
. ¡El Photoshop pasa de moda!
 Este mundo raro en el que vamos adentrándonos por la crisis ha conseguido envejecer una de las grandes apuestas del siglo: la forzada y permanente juventud.
Ya gustan menos las frentes lisas y los rostros paralizados por el bótox. Ahora la aceptación, aunque leve, del paso del tiempo es más fácil.
 Hace rato que perdimos la noción de ser naturales, pero con los pechos PIP estallando y las acrobacias de Madonna deprimiendo a sus contrincantes más jóvenes, Beckham, con sus arrugas, nos echa a la cara que hacerse mayor es la tendencia.
Febrero inolvidable y frío.
Así como el abogado de Urdangarin nos orienta con conformarnos con aceptar sus disculpas sin hablar de devolver la pelota, ­Arantxa golpea con la raqueta a su madre, Beckham descubre que el antídoto al envejecimiento es lucirlo.
 Marcando un gol.
 Muere el Photoshop, también la culpabilidad.
Y acaba el partido.

Una boda al estilo Inditex: enigmática, sobria e impenetrable


Marta Ortega y Sergio Álvarez en el concurso de saltos de caballos de Burdeos 2012. / GTRES
No será exactamente uno de esos enlaces que anuncian los amigos en los pasos elevados o en las farolas –“Marta y Sergio ¡se casan!”-, pero tampoco va a ser una de esas bodas del siglo que convocan a miles de personas en la entrada de una catedral o a millones ante las fotos en cuché de los protagonistas, novios e invitados. Marta Ortega, hija del fundador de Inditex, Amancio Ortega, se casa el sábado en una de sus casas, el Pazo de Drozo (Anceis, Cambre), con Sergio Álvarez Moya, en una ceremonia obviamente por todo lo alto, pero no tanto como correspondería a la posición del padre de la novia, la séptima fortuna del mundo.
Consecuentemente, la ceremonia se atendrá al tradicional estilo Ortega, sencillo a la par que discreto (por no decir impenetrable). 
Un hombre que tiene en el banco (es un decir) alrededor de 21.000 millones de euros (más de los que suman en total los nueve que le siguen en la lista de ricos de España, según Forbes) y que cualquier coruñés se puede encontrar paseando, viendo al Dépor en Riazor o en la fila de atrás en el cine.
 Viendo J. Edgar en una de las sesiones de tarde de multicine en centro comercial hace dos domingos, por ejemplo.
 Pero nunca se ha dejado ver en las que fueron, y en parte todavía son, sus actividades profesionales, y que únicamente ha sido fotografiado en público en los concursos en los que participa Marta en Casas Novas, su centro hípico.
Entre los invitados están Ainhoa Arteta y Athina Onassis
Tampoco los novios han crecido en las portadas de las revistas. Marta Ortega Pérez (Vigo, 1983) estudió primero en un colegio concertado y después Empresariales en la Universidad de A Coruña, sin más sofisticaciones formativas que un curso en la European Business School de Londres. 
Hace cinco años, cuando ya era vicepresidenta de dos compañías de inversiones que preside su padre, inició su trayectoria laboral como dependienta en una tienda no identificada del imperio paterno, que completó en China y Europa antes de volver a Arteixo. Sergio Álvarez Moya, que acaba de cumplir los 27, es hijo de un empresario de Avilés que empezó en el sector de las tragaperras y derivó al de la construcción, pero tuvo que empezar cuidando caballos antes de montarlos.
 Cuando la que mañana será su esposa despachaba en la tienda Berskha de Oxford Street, ya era el número uno del ranking de la Federación Española de Hípica, pero no tenía patrocinador
Empezaron a ser pasto de crónica social en sus tres años de relaciones, bajo el glamour y los focos de los certámenes hípicos internacionales.
 En vísperas del enlace, tanto el padre como la novia trabajaban normalmente en la sede de Inditex en Arteixo, aunque ella hacía más visitas de lo habitual a la agencia de viajes que hay en el interior de las instalaciones.
En lo que se refiere a la boda, la discreción es tal que ni siquiera se conoce si la que se celebrará en la capilla de Drozo será una ceremonia civil o religiosa.
 O si el traje de la novia se hará en Inditex con diseño de un amigo, o no (el de él correrá a cargo de la casa: Massimo Dutti). 
Tampoco se ha producido una riada de confirmaciones, ni siquiera de rumores, de la asistencia de invitados de alto copete. Los únicos que se dan por seguros son algunos relacionados con la hípica, como Athina Onassis, habitual de Casas Novas, en donde suele competir su marido, el jinete brasileño Álvaro de Miranda Neto, o Ainhoa Arteta, pareja de otro asiduo del centro hípico de Arteixo, Jesús Garmendia.
 No estarán, pese a compartir deporte –y en el pasado falsos rumores de relación - José Bono (hijo) o Cayetano Martínez de Irujo. 
Tampoco se ha hecho pública la asistencia o no de representantes del mundo del dinero, empezando por los vecinos: de los tres que siguen a Ortega en la lista de ricos españoles según Forbes, dos son coruñeses, Rosalía Mera (su primera esposa) y Manuel Jove.
La carpa instalada en el Pazo de Drozo de Amancio Ortega, lista para la boda. / XURXO LOBATO
Lo sencillo empieza porque la que los entendidos llaman wedding planner (es decir, la que organiza la boda) es, como en la inmensa mayoría de las familias, la madre de la novia, Flora Pérez Marcote, la segunda esposa del empresario, con la que se casó en 2001, precisamente en Drozo (la ceremonia fue civil). Tampoco lo que las publicaciones de lo social llaman “el pazo familiar, en medio de un paisaje idílico”, es precisamente el Castillo de Balmoral.
 De los doce kilómetros que lo separan de A Coruña, diez discurren por ciudades dormitorio o polígonos industriales.
 Está junto al tradicional Camino Inglés a Compostela, en un entorno entre rural y de segunda residencia, que como el resto de los alrededores de la ciudad, vio proliferar entre los siglos XVI y XVIII esas construcciones de las mejores familias.
En un kilómetro de radio de Drozo están los pazos de Anceis (el de mayor abolengo, casi compartiendo muralla), el de Sigrás (una de cuyas últimas propietarias fue Herminia Feijoo-Borrell, nuera del multimillonario mecenas armenio Calouste Gulbenkian), otro propiedad de Pedro Barrié de la Maza, fundador del Banco Pastor, y otro de la familia de la entidad financiera más antigua de España, el Banco Etcheverría.
 En la casa de enfrente de la puerta principal del paso de Drozo, una vivienda aldeana cuidada pero normal, es la de Sergio Lauda Arcay, cuyo hermano emigró a Austria y, según creencia firme en la zona, tuvo un hijo, Nikki, que se dedicó a las carreras de coches.
Amancio Ortega le compró el pazo hace 20 años a Carmen Torrado, hermana del cineasta Ramón Torrado (director de Botón de ancla y Fray Escoba, entre otros filmes de los años 50 y 60).
 También lo intentó comprar Julio Iglesias, asegura el vecino de enfrente, Francisco Meijide, que recuerda ver al cantante entrar y valorar la finca. Sin embargo, el vocalista no superó la prueba titánica de poner de acuerdo a todos los propietarios, objetivo que sí logró Ortega, viajando a donde hiciese falta en su jet privado. El fundador de Inditex disfruta ahora los fines de semana, en familia o con amigos, tanto de Drozo como de los productos de huerta y de granja que produce.
La novia ha estado trabajando hasta última hora en las instalaciones de la fábrica familiar en Arteixo
De todas formas, pese a tanta sencillez, la ceremonia saldrá algo más que en los 50.000 euros que barajaron fuentes pretendidamente cercanas a la familia.
 La carpa que se ha instalado en la finca, después de un trasiego de remolques y trailers que han puesto a prueba las pistas rurales, es más grande que el propio pazo.
 Para concretar o completar las ideas de Flora Pérez, han contratado a ProFirst, una empresa belga especializada en el diseño y realización de eventos. 
El encargado del menú es Marcelo Tejedor, el chef compostelano que ha recuperado recientemente su estrella Michelín, que ya ha encargado en el puerto lucense de Celeiro cien kilos de merluza de calidad suprema o “cuatro anzuelos”, base de uno de sus platos estrella.
 El otro que degustarán los doscientos invitados estimados será caldo de pimientos.
 Los manteles serán de encaje de Camariñas, una labor tradicional de la Costa da Morte (el precio de cada uno equivale a la equipación para toda una temporada en Zara). 
Y el decisivo detalle de las flores está a cargo del francés Thierry Boutemy, considerado el mejor florista del mundo.
La celebración (lo que los expertos llaman la preboda) comenzara esta noche en el salón del Hotel Finisterre, el único de cinco estrellas de la ciudad. 
Para comodidad de los asistentes, prácticamente todo el hotel está reservado para los invitados. 
También para la comodidad de la organización: del hotel saldrá el sábado la caravana de furgonetas (a falta de otra denominación con más glamur) que los conducirá a Anceis.
 La única preocupación es la posible confluencia con las caravanas de vehículos con destino al estadio de Riazor. 
Uno de los principales dolores de cabeza de toda organización nupcial, la lista de bodas, sí que está solventado. No hay. 
Y si de todas formas hay regalos, serán donados a una ONG.

L’hospital Varsòvia, la guerra després de la guerra


Fotograma del documental 'La batalla del Varsòvia'
Algunes petites històries amaguen trets que descriuen tota una època. Com la que narra el documental La batalla del Varsòvia, de la productora valenciana InfoTV. El film recorda l’obertura, l’any 1944, a les acaballes de la Segona Guerra Mundial, d’un centre sanitari a la ciutat francesa de Tolosa. L’Hospital Varsòvia, que duia el nom del carrer on estava situat, el crearen metges republicans espanyols per atendre els ferits de la resistència antifranquista (els maquis) i també els vora 150.000 exiliats que malvivien a la regió del Llenguadoc.
Però, sota aquest fil conductor, del documental es desgranen també l’esgotadora diàspora dels refugiats republicans; la guerrilla dels maquis; les baralles internes del Partit Comunista d’Espanya (PCE) a l’exili; la persecució macarthista o caça de bruixes nord-americana; la Guerra Freda i, com a conseqüència, la tolerància progressiva del règim de Franco per part del món occidental.
En resum, molts anys d’història i moltes històries paral·leles de la postguerra mundial en els 57 minuts que dura el documental, que despús-ahir es va estrenar a València i que es presentarà pròximament a Alacant, Barcelona i Tolosa, entre altres ciutats.
El projecte va nàixer quasi per casualitat fa uns quatre anys. El professor Àlvar Martínez Vidal, de l’Institut d’Història de la Medicina i de la Ciència-CSIC de la Universitat de València, coordinava una investigació sobre el Varsòvia, que l’Editorial Afers va publicar el 2010 sota el títol Exili, medicina i filantropia. L’Hospital Varsòvia de Tolosa de Llenguadoc. 1944-1950. "Vaig voler incloure en el llibre un DVD amb un documental nord-americà inèdit ací, Spain in exile", explica Martínez, "i em vaig posar en contacte amb Juli Esteve [director de la productora audiovisual InfoTV], perquè en fera l’edició i les còpies".
Metges republicans dirigiren un centre de plantejaments progressistes
Spain in exile era un documental propagandístic fet el 1946, acabada ja la Segona Guerra Mundial, pel Joint Antifascist Refugee Comittee amb l’objectiu de recaptar fons per a l’Hospital Varsòvia i altres centres d’atenció als espanyols a França. El film, de 19 minuts de duració, mostrava als ciutadans dels Estats Units les condicions pèssimes en què malvivien els republicans exiliats a França. Hi apareix, per exemple, un "professor valencià que treballa de llenyaire" al sud de França. "És un deute nostre, pendent i antic", afirmava el periodista que presentava el documental.
"Ens va engolosir la història", recorda Juli Esteve, que va proposar a Martínez no només fer les còpies de Spain in exile per al seu llibre disc sobre el Varsòvia, sinó un documental nou, amb el testimoni de supervivents i dels descendents dels protagonistes i amb imatges actuals del centre sanitari. És a dir, contar la història del Varsòvia des del 1944 fins els nostres dies. Així, Martínez i Esteve es convertiren en codirectors i coguionistes de La batalla del Varsòvia, produït per al Museu d’Història de Medicina de Barcelona amb la col·laboració del Memorial Democràtic, les universitats de València, Alacant i Miguel Hernández i Comissions Obreres, entre altres entitats.
Fotograma del documental 'La batalla del Varsòvia'
No voldríem desvelar ací el contingut d’aquest documental que cal veure, però sí oferir algunes claus per a entendre’n el context.
L’Hospital Varsòvia, dirigit per metges republicans, va obrir el 1944 poc després del desembarcament nord-americà a Normandia i l’alliberament de França.
 Les seues prioritats eren la cura dels espanyols procedents dels camps de concentració nazis i l’atenció als guerrillers o maquis, que una volta acabada la Segona Guerra Mundial pensaven que amb l’ajuda aliada es podia seguir combatent cap al sud per fer caure el règim de Franco
. Fou l’anomenada "Operació Reconquista", dirigida pel PCE, a l’octubre del 1944.
Fotograma del documental 'La batalla del Varsòvia'
Algunes petites històries amaguen trets que descriuen tota una època. Com la que narra el documental La batalla del Varsòvia, de la productora valenciana InfoTV. El film recorda l’obertura, l’any 1944, a les acaballes de la Segona Guerra Mundial, d’un centre sanitari a la ciutat francesa de Tolosa. L’Hospital Varsòvia, que duia el nom del carrer on estava situat, el crearen metges republicans espanyols per atendre els ferits de la resistència antifranquista (els maquis) i també els vora 150.000 exiliats que malvivien a la regió del Llenguadoc.
Però, sota aquest fil conductor, del documental es desgranen també l’esgotadora diàspora dels refugiats republicans; la guerrilla dels maquis; les baralles internes del Partit Comunista d’Espanya (PCE) a l’exili; la persecució macarthista o caça de bruixes nord-americana; la Guerra Freda i, com a conseqüència, la tolerància progressiva del règim de Franco per part del món occidental.
En resum, molts anys d’història i moltes històries paral·leles de la postguerra mundial en els 57 minuts que dura el documental, que despús-ahir es va estrenar a València i que es presentarà pròximament a Alacant, Barcelona i Tolosa, entre altres ciutats.
El projecte va nàixer quasi per casualitat fa uns quatre anys. El professor Àlvar Martínez Vidal, de l’Institut d’Història de la Medicina i de la Ciència-CSIC de la Universitat de València, coordinava una investigació sobre el Varsòvia, que l’Editorial Afers va publicar el 2010 sota el títol Exili, medicina i filantropia. L’Hospital Varsòvia de Tolosa de Llenguadoc. 1944-1950. "Vaig voler incloure en el llibre un DVD amb un documental nord-americà inèdit ací, Spain in exile", explica Martínez, "i em vaig posar en contacte amb Juli Esteve [director de la productora audiovisual InfoTV], perquè en fera l’edició i les còpies".
Metges republicans dirigiren un centre de plantejaments progressistes
Spain in exile era un documental propagandístic fet el 1946, acabada ja la Segona Guerra Mundial, pel Joint Antifascist Refugee Comittee amb l’objectiu de recaptar fons per a l’Hospital Varsòvia i altres centres d’atenció als espanyols a França. El film, de 19 minuts de duració, mostrava als ciutadans dels Estats Units les condicions pèssimes en què malvivien els republicans exiliats a França. Hi apareix, per exemple, un "professor valencià que treballa de llenyaire" al sud de França. "És un deute nostre, pendent i antic", afirmava el periodista que presentava el documental.
"Ens va engolosir la història", recorda Juli Esteve, que va proposar a Martínez no només fer les còpies de Spain in exile per al seu llibre disc sobre el Varsòvia, sinó un documental nou, amb el testimoni de supervivents i dels descendents dels protagonistes i amb imatges actuals del centre sanitari. És a dir, contar la història del Varsòvia des del 1944 fins els nostres dies. Així, Martínez i Esteve es convertiren en codirectors i coguionistes de La batalla del Varsòvia, produït per al Museu d’Història de Medicina de Barcelona amb la col·laboració del Memorial Democràtic, les universitats de València, Alacant i Miguel Hernández i Comissions Obreres, entre altres entitats.
Fotograma del documental 'La batalla del Varsòvia'
No voldríem desvelar ací el contingut d’aquest documental que cal veure, però sí oferir algunes claus per a entendre’n el context.
L’Hospital Varsòvia, dirigit per metges republicans, va obrir el 1944 poc després del desembarcament nord-americà a Normandia i l’alliberament de França. Les seues prioritats eren la cura dels espanyols procedents dels camps de concentració nazis i l’atenció als guerrillers o maquis, que una volta acabada la Segona Guerra Mundial pensaven que amb l’ajuda aliada es podia seguir combatent cap al sud per fer caure el règim de Franco. Fou l’anomenada "Operació Reconquista", dirigida pel PCE, a l’octubre del 1944. Uns 4.000 guerrillers envaïren el nord de la península amb la intenció d’establir la seu del govern republicà a la Vall d’Aran. Però, l’operació va fracassar: 50.000 soldats i guàrdies civils els esperaven en una frontera ben protegida pel govern franquista. A més, els dirigents comunistes estaven dividits (Santiago Carrillo estava en contra de l’operació) i els països aliats no s’hi van voler involucrar.
Molts anys d'història i moltes històries de la postguerra en 57 minuts
Tot i la seua ràpida i improvisada creació, l’Hospital Varsòvia va arribar a ser el centre sanitari més modern de Tolosa, perquè "els altres hospitals de la ciutat semblaven quasi medievals", comenta Martínez. I ho va ser, sobretot, gràcies al finançament de civils nord-americans, especialment de la comunitat dels unitaris, un corrent cristià protestant de caire progressista, humanista i antipurità, que crearen l’Unitarian Service Comitee per distribuir l’ajuda.
Van ser els unitaris els que col·laboraren en la producció del documental Spain in exile, i els que dotaren l’hospital de tot tipus d’instruments i medecines. En el documental també es parla d’una misteriosa nord-americana que va donar una part de la seua fortuna al Varsòvia. "Es deia Harriet Marple", explica Martínez, "però no he pogut saber-ne res més".
Tot l’equip mèdic era espanyol, on predominaven els catalans. Era l’hospital de referència per als exiliats a tot França, i a més pioner en la investigació i la pràctica de la medicina social, atés que, una volta convertit en hospital civil, es va dedicar a tractar les malalties endocrines provocades pels vuit anys de fam i patiment, les afeccions venèries o les causes de la mortalitat infantil. Amb el pas del temps, fou també capdavanter en cures pal·liatives, part sense dolor, planificació familiar i assistència social a grups desfavorits.
Els altres hospitals de la ciutat semblaven medievals"
Però, als Estats Units, durant la Guerra Freda, el Comité d’Activitats Antiamericanes, en la coneguda com a "caça de bruixes", va interrogar els membres de la Joint Antifascist Refugee Comittee i els unitaris que hi col·laboraren. Molts d’ells van ser acusats de comunistes i empresonats, i l’ajuda civil nord-americana al Varsòvia va arribar a la fi el 1948. Era l’any en què el bloc comunista creixia amb la integració de Txecoslovàquia i Hongria, i quan l’augment de la tensió entre els dos bàndols es va manifestar amb el bloqueig soviètic de Berlín.
Poc després, el 1950, els Estats Units ja havien establit relacions diplomàtiques amb Madrid. Espanya fou tractada com a aliada en la lluita anticomunista per motius geoestratègics. El govern de França va ser pressionat perquè perseguira les cèl·lules de resistència comunista espanyoles al seu territori, i al setembre d’aqueix any, de matinada i en secret, la policia francesa va detenir 276 espanyols, entre ells l’equip mèdic de l’Hospital Varsòvia, en la coneguda com a Operació Bolero-Paprika (paprika és el nom que rep en molts països el nostre pebre roig mòlt).
Els detinguts iniciaren així un nou exili en ser deportats a colònies franceses en uns temps que, pretesament, eren de pau.
Però, l’hospital no va tancar: un grup de metges del Partit Comunista Francés, encapçalats pel doctor Ducuing, encetaren una lluita legal que va durar cinc anys, i mitjançant la Societé Nouvelle Hôpital Varsovia, una associació sense ànim de lucre, aconseguiren la titularitat del centre per a continuar la seua tasca social. Aqueixa és La batalla del Varsòvia que dóna títol al documental d’InfoTV.
 Al barri de Saint-Cyprien de Tolosa, on està situat el centre sanitari, els immigrants magrebins i subsaharians han substituït els exiliats espanyols, però la filosofia del centre, ara sota el nom d’Hôpital Joseph Ducuing, continua sent la mateixa.
Cal destacar en el documental una imatge especialment colpidora, que potser avui no cridaria l’atenció: la d’una dona, la cirurgiana Maria Gómez, operant en el Varsòvia el 1946. Tot un símbol del desenvolupament professional femení iniciat duran la II República i que el franquisme va truncar.
Uns 4.000 guerrillers envaïren el nord de la península amb la intenció d’establir la seu del govern republicà a la Vall d’Aran. Però, l’operació va fracassar: 50.000 soldats i guàrdies civils els esperaven en una frontera ben protegida pel govern franquista.
 A més, els dirigents comunistes estaven dividits (Santiago Carrillo estava en contra de l’operació) i els països aliats no s’hi van voler involucrar.
Molts anys d'història i moltes històries de la postguerra en 57 minuts
Tot i la seua ràpida i improvisada creació, l’Hospital Varsòvia va arribar a ser el centre sanitari més modern de Tolosa, perquè "els altres hospitals de la ciutat semblaven quasi medievals", comenta Martínez.
 I ho va ser, sobretot, gràcies al finançament de civils nord-americans, especialment de la comunitat dels unitaris, un corrent cristià protestant de caire progressista, humanista i antipurità, que crearen l’Unitarian Service Comitee per distribuir l’ajuda.
Van ser els unitaris els que col·laboraren en la producció del documental Spain in exile, i els que dotaren l’hospital de tot tipus d’instruments i medecines. En el documental també es parla d’una misteriosa nord-americana que va donar una part de la seua fortuna al Varsòvia. "Es deia Harriet Marple", explica Martínez, "però no he pogut saber-ne res més".
Tot l’equip mèdic era espanyol, on predominaven els catalans.
 Era l’hospital de referència per als exiliats a tot França, i a més pioner en la investigació i la pràctica de la medicina social, atés que, una volta convertit en hospital civil, es va dedicar a tractar les malalties endocrines provocades pels vuit anys de fam i patiment, les afeccions venèries o les causes de la mortalitat infantil. Amb el pas del temps, fou també capdavanter en cures pal·liatives, part sense dolor, planificació familiar i assistència social a grups desfavorits.
Els altres hospitals de la ciutat semblaven medievals"
Però, als Estats Units, durant la Guerra Freda, el Comité d’Activitats Antiamericanes, en la coneguda com a "caça de bruixes", va interrogar els membres de la Joint Antifascist Refugee Comittee i els unitaris que hi col·laboraren. Molts d’ells van ser acusats de comunistes i empresonats, i l’ajuda civil nord-americana al Varsòvia va arribar a la fi el 1948. Era l’any en què el bloc comunista creixia amb la integració de Txecoslovàquia i Hongria, i quan l’augment de la tensió entre els dos bàndols es va manifestar amb el bloqueig soviètic de Berlín.
Poc després, el 1950, els Estats Units ja havien establit relacions diplomàtiques amb Madrid. Espanya fou tractada com a aliada en la lluita anticomunista per motius geoestratègics.
 El govern de França va ser pressionat perquè perseguira les cèl·lules de resistència comunista espanyoles al seu territori, i al setembre d’aqueix any, de matinada i en secret, la policia francesa va detenir 276 espanyols, entre ells l’equip mèdic de l’Hospital Varsòvia, en la coneguda com a Operació Bolero-Paprika (paprika és el nom que rep en molts països el nostre pebre roig mòlt).
 Els detinguts iniciaren així un nou exili en ser deportats a colònies franceses en uns temps que, pretesament, eren de pau.
Però, l’hospital no va tancar: un grup de metges del Partit Comunista Francés, encapçalats pel doctor Ducuing, encetaren una lluita legal que va durar cinc anys, i mitjançant la Societé Nouvelle Hôpital Varsovia, una associació sense ànim de lucre, aconseguiren la titularitat del centre per a continuar la seua tasca social. Aqueixa és La batalla del Varsòvia que dóna títol al documental d’InfoTV.
 Al barri de Saint-Cyprien de Tolosa, on està situat el centre sanitari, els immigrants magrebins i subsaharians han substituït els exiliats espanyols, però la filosofia del centre, ara sota el nom d’Hôpital Joseph Ducuing, continua sent la mateixa.
Cal destacar en el documental una imatge especialment colpidora, que potser avui no cridaria l’atenció: la d’una dona, la cirurgiana Maria Gómez, operant en el Varsòvia el 1946. Tot un símbol del desenvolupament professional femení iniciat duran la II República i que el franquisme va truncar.

Excelente cine de época en la danesa ‘Un asunto real’ por Boyero

Un fotograma de 'Un asunto real'
El creador más puro e impresionante que tuvo el cine danés, un tal Carl Theodor Dreyer, no dejó discípulos en su universo y lenguaje intransferibles, aunque es probable que el sueco Bergman viera muchas veces sus películas
. Lars von Trier no se ha limitado a imponer su transparente sello en sus insólitas y provocadoras películas, independientemente de que a veces me provoque admiración y en otras el ataque de nervios, sino que también se inventó el movimiento Dogma, que a pesar de la fe perruna que imponen las iglesias, descubrió algún director heterodoxo y con talento.
Y existe una realizadora danesa, Susanne Bier, dotada de un notable poder de comunicación para expresar con complejidad los sentimientos en historias de gente herida, constatable en Después de la boda, Brothers, Cosas que perdimos en el fuego y En un mundo mejor.
Del director danés Nikolaj Arcel no tenía referencias y tampoco creo haber visto su nombre entre la parroquia del gurú Trier. A estas extenuantes alturas de la grisácea Berlinale que anuncien una película danesa ambientada en el siglo XVIII y que relata intrigas palaciegas, inicialmente no te anima a dar saltos de alegría. Sin embargo la sorpresa es importante.
 En Un asunto real te resulta imposible desentenderte de lo que ves y escuchas en la pantalla, pasa muy deprisa a pesar de su larga duración, tiene el aroma del mejor cine de época, es junto a la alemana Bárbara lo más estético, duro y emotivo que me ha ofrecido la olvidable sección oficial.
Nicolaj Arcel rueda con el pulso de un clásico una terible historia
Nikolaj Arcel rueda con el pulso de un clásico la terrible historia de una arruinada noble inglesa que acepta casarse con el rey de Dinamarca, individuo violento, desquiciado y patético al que una corte corrupta maneja políticamente mientras que le ríe sus salvajes excentricidades.
 La aparición de un médico prusiano, que no solo cura al monarca sus males físicos y atenúa los psicológicos, sino que gana su confianza y su amistad hasta el extremo de que este le imponga como jefe de gobierno, supondrá una peligrosa revolución para los intereses de los aristócratas.
 Ese presunto advenedizo resulta que es un exponente modélico de las aspiraciones del siglo de las Luces, comprende y ama la Ilustración, sus autores de cabecera son Voltaire, Rousseau y Diderot, va a prohibir la censura, pretende que el pueblo también pueda acceder a las vacunas contra las muchas modalidades de la peste y a la sanidad gratuita, restringirá los brutales impuestos que los campesinos deben de pagar a la corona, abolirá la institucionalizada tortura, recortará los privilegios de los nobles, se convertirá en la bestia negra del oscurantismo, las tradiciones más injustas y el inmovilismo egoísta. Su autoridad será plena mientras que el ciclotímico rey siga enamorado de su humanista Rasputín.
 El problema insalvable radica en que este político idealista y pragmático se enamora de la reina y es correspondido por ella. Todo está dispuesto para la conjura y la venganza de los ricos contra el audaz e ilustrado forastero que pretendía alborotar el sagrado estado de las cosas.
 Los asuntos del corazón van a hacer vulnerable a la revolución, habrá una sucesión de tragedias en las que los humillados villanos utilizarán la mezquindad y la estratégica manipulación de la plebe.
POR EL PUEBLO SAHARAUI. Hijos de las nubes, el documental dirigido por Álvaro Longoria y producido por Javier Bardem, se presentó ayer en la Berlinale. Bardem, que también conduce el filme, dijo: “Vemos el Sáhara como la llama que encendió la primavera árabe”, e insistió en el sufrimiento de este pueblo olvidado. / ANGELIKA WARMUTH (AFP)
Esta triste historia está narrada con inteligencia, complejidad y sutileza, sin recurrir al melodrama ni al maniqueísmo facilón, con fuerza visual y expresiva.
No sabemos si el guión se permite demasiadas licencias sobre la verosimilitud histórica, pero su desarrollo de esta batalla perdida entre el poder absolutista y la razón, entre la conservadora oscuridad y la sed de justicia es apasionante.
La calidad de Un asunto real es la milagrosa excepción en otra jornada muy pobre.
La película alemana Mercy, dirigida por Mathias Glasner, empieza con la huida existencial de un matrimonio en crisis a la larga noche polar de Noruega.
Esa oscuridad ambiental que dura meses no creo que sea la geografía más adecuada para salir de la depresión, pero lo peor es que el tenebroso estado de ánimo de esa pareja no provoca la menor empatía en el espectador.
 Los personajes son tan agobiantes y antipáticos como la negrura permanente del paisaje que les rodea.
 Y cuando pasan los meses y comienza a aparecer la luz, tampoco sirve para que se ilumine tu anterior modorra. Otra película tan espesa como inútil, pero preferible en cualquier caso a la inenarrable pesadez y confusión que acompaña a la húngara Just the wind.