Las colecciones de Ailanto y Ángel Schlesser recuerdan que no
Hoy en la moda no solo se requiere imaginación para concebir una colección. También para comercializarla. Si alguna vez existieron, hace tiempo que se acabaron las fórmulas fáciles y mucho más, las mágicas. Los hermanos Iñaki y Aitor Muñoz, de Ailanto, han iniciado una colaboración con el grupo estadounidense Urban Outfitters para vender algunos vestidos de primavera como trajes de novia. Ellos niegan que esta extraña e imprevista entrada en el mercado nupcial haya tenido influencia en la temporada otoño/invierno 2012. Pero es posible que la experiencia del que vive la moda como un asunto adulto sea en parte responsable de la certera propuesta que hoy han presentado el certamen Mercedes-Benz Madrid Fashion Week. A partir de un estudio de la chinoiserie, componen ropa minuciosa en sus acuarelas de perlas y nenúfares y en la construcción narrativa de la silueta. Si la inventiva de la juventud es impulsiva; la de la experiencia puede ser mucho más precisa.
Desde luego, los caminos que se toman ante la crisis son inescrutables. Amaya Arzuaga ha clausurado su tienda de Madrid y ahora vende en comercios multimarca y en internet. Ese dato, unido al cierre de la fábrica de su madre en Lerma, ha dado pie a especulaciones. “Son asuntos independientes”, asegura. “Relacionar las dos cosas ha sido un invento. Por supuesto, seguimos funcionando. Y ahora que el taller de mi madre ya no nos confecciona el punto, estudiamos abrir uno propio”. Para la cuarta presentación de la línea AA, Arzuaga ha incorporado por primera vez prendas de la colección principal, que presenta en París desde 2010. “Lo he hecho a petición de los clientes y porque en esta ocasión las dos propuestas tienen un concepto similar”. Aunque AA se supone más accesible, Arzuaga insiste en llevarla a una abstracción que, a ratos, agota. Resulta más original cuando ensaya gestos sencillos, como sisas escotas en chaquetas de punto.
Juanjo Oliva lleva varias temporadas tratando de encontrar su fórmula comercial. Hace un año probó con el prêt-à-porter y seis meses después recapituló para volver a la confección a medida. Hoy ha ensayado una tercera vía. Ha fichado con El Corte Inglés para diseñar una línea que se comercializará a partir de abril. A la vez, quiere continuar con su taller por encargo e impulsar una colección intermedia, que es la que ha presentado hoy. Oliva ofrece su peculiar interpretación de prendas como la cazadora Perfecto o la trenca. Aunque cuesta reconocerlas: la una convertida en un abrigo de doble faz con volante y la otra realizada en lúrex.
Desde luego, si alguien había vuelto barajar esa genial idea de que Penélope Cruz se convirtiera en embajadora de la moda española y desaparecieran de un plumazo todos nuestros problemas, puede esperar sentado. Incluso, más que antes
. La cantidad de pieles que se han visto en las dos primeras jornadas de Mercedes-Benz Fashion Week Madrid combinan regular con su recién estrenado cargo como portavoz de PETA.
“Dale la espalda a las pieles”, reza un cartel protagonizado por Cruz que decora Nueva York y que viajará a las semanas de la moda de Londres y Milán. Justo lo contrario de lo que parecen querer los diseñadores.
Roberto Torretta y Ángel Schlesser se han mostrado particularmente juguetones con las pieles.
El primero las ha teñido en degradado en voluminosos abrigos y el segundo ha coincidido con Oliva al aplicarlas en los bolsillos.
En Andrés Sardá se usan hasta en el tirante de un sujetador. ¿Tiene algo de huida hacia adelante esa defensa de la más lujosa materia prima? Podría ser.
Pero lo que la colección de Schlesser recuerda es que no hay mejor estrategia que la más obvia: diseñar ropa que la gente quiera ponerse.
Desde luego, los caminos que se toman ante la crisis son inescrutables. Amaya Arzuaga ha clausurado su tienda de Madrid y ahora vende en comercios multimarca y en internet. Ese dato, unido al cierre de la fábrica de su madre en Lerma, ha dado pie a especulaciones. “Son asuntos independientes”, asegura. “Relacionar las dos cosas ha sido un invento. Por supuesto, seguimos funcionando. Y ahora que el taller de mi madre ya no nos confecciona el punto, estudiamos abrir uno propio”. Para la cuarta presentación de la línea AA, Arzuaga ha incorporado por primera vez prendas de la colección principal, que presenta en París desde 2010. “Lo he hecho a petición de los clientes y porque en esta ocasión las dos propuestas tienen un concepto similar”. Aunque AA se supone más accesible, Arzuaga insiste en llevarla a una abstracción que, a ratos, agota. Resulta más original cuando ensaya gestos sencillos, como sisas escotas en chaquetas de punto.
Juanjo Oliva lleva varias temporadas tratando de encontrar su fórmula comercial. Hace un año probó con el prêt-à-porter y seis meses después recapituló para volver a la confección a medida. Hoy ha ensayado una tercera vía. Ha fichado con El Corte Inglés para diseñar una línea que se comercializará a partir de abril. A la vez, quiere continuar con su taller por encargo e impulsar una colección intermedia, que es la que ha presentado hoy. Oliva ofrece su peculiar interpretación de prendas como la cazadora Perfecto o la trenca. Aunque cuesta reconocerlas: la una convertida en un abrigo de doble faz con volante y la otra realizada en lúrex.
Desde luego, si alguien había vuelto barajar esa genial idea de que Penélope Cruz se convirtiera en embajadora de la moda española y desaparecieran de un plumazo todos nuestros problemas, puede esperar sentado. Incluso, más que antes
. La cantidad de pieles que se han visto en las dos primeras jornadas de Mercedes-Benz Fashion Week Madrid combinan regular con su recién estrenado cargo como portavoz de PETA.
“Dale la espalda a las pieles”, reza un cartel protagonizado por Cruz que decora Nueva York y que viajará a las semanas de la moda de Londres y Milán. Justo lo contrario de lo que parecen querer los diseñadores.
Roberto Torretta y Ángel Schlesser se han mostrado particularmente juguetones con las pieles.
El primero las ha teñido en degradado en voluminosos abrigos y el segundo ha coincidido con Oliva al aplicarlas en los bolsillos.
En Andrés Sardá se usan hasta en el tirante de un sujetador. ¿Tiene algo de huida hacia adelante esa defensa de la más lujosa materia prima? Podría ser.
Pero lo que la colección de Schlesser recuerda es que no hay mejor estrategia que la más obvia: diseñar ropa que la gente quiera ponerse.