La Candelaria y la lluvia
Desde las cabañuelas -verdadero tesoro etnográfico- al almanaque Zaragozano, la predicción a la larga del tiempo meteorológico es parte de la cultura popular, que en Estados Unidos tiene su máxima expresión en el Día de la Marmota. Nuestros campesinos tomaban más a corto plazo el día de la Candelaria (2 de febrero) como referencia: "Si para La Candelaria llueve, el invierno atrás nos viene; si para La Candelaria no llovió, el invierno se acabó", que debe ser una variante del dicho catalán que dice. "Si la Candelaria plora la primavera flora, pero si no plora, ni flora ni plora." Es decir, que se supone que hoy, Día de La Candelaria, hay que estar atentos, porque si llueve vendrá más agua detrás y puede ser todavía un invierno lluvioso; pero si no cae una gota, se acabó lo que se daba, y si no hay agua, no hay floración ni primavera. En las últimas décadas la predicción del tiempo ha avanzado muchísimo, con la ayuda de los satélites de observación y las aplicaciones cibernéticas en situaciones similares. Pero aun así, hasta para el más experto meteorólogo resulta muy difícil precisar si dentro de una semana va a llover, a hacer viento o a llenarse al aire de calima. Sin embargo, a los viejos campesinos, que son como marineros de tierra adentro, las variaciones del tiempo meterologíco no los cogen por sorpresa. A medida que avanza la tecnología disminuye la tradición, pero de alguna manera esas predicciones se basan en comportamientos del clima, lo cual viene a ser lo mismo que comparar modelos informáticos, pero usando solo la memoria. Miremos, pues, al cielo a ver si cae hoy alguna gota, porque el agua de lluvia este invierno no nos ha frecuentado. Y hace falta.
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