La familia real británica luce sus sombreros en las carreras de caballos más glamurosas de la temporada .
La época de tocados, sombreros, pamelas y demás complementos capilares está en pleno auge.
Más en esta temporada, cuando su difusión vuelve a momentos de esplendor que no se veían desde hace tiempo.
Ahora, tras las bodas y demás acontecimientos sociales, llega la que cada año se convierte en la celebración fundamental de la decoración de las cabezas femeninas: las carreras de caballos Ascot, en Inglaterra.
El evento conmemora los 300 años de su nacimiento -la reina Ana las inauguró en 1711- y suele tener como invitada de excepción a la familia real británica. Y es que la localidad de Ascot está a 10 kilómetros del castillo de Windsor, propiedad de Isabel II de Inglaterra. De hecho, la reina es una gran aficionada a las carreras de caballos; heredó los de su padre, el rey Jorge VI, cuando este falleció, y ahora posee unos 25.
A la monarca británica se la vio ayer -cuando dio comienzo el evento, que acabará el viernes- en Ascot tocada por un discreto sombrerito verde con una trenza de colores. La acompañaban sus nietas Beatriz y Eugenia, hijas del príncipe Andrés y Sarah Ferguson. Eugenia llevaba un bonete verde y su hermana una pamela rosa palo, unos tocados mucho más sobrios que los que lucieron en la boda de su primo, el príncipe Guillermo.
La que iba exactamente igual que en aquel enlace era Camila.
La esposa del príncipe Carlos repitió vestido, abrigo y sombrero.
Tiempos de ahorro, también para la realeza.
15 jun 2011
Conducir DAVID TRUEBA
Hace poco un amigo de Bilbao me confesó su estupor tras visitar a su madre y que esta se mostrara preocupada por el bajo rendimiento del Ferrari de Fernando Alonso.
"¿Tú no crees que quizá sus ingenieros tendrían que mejorar las prestaciones aerodinámicas?", le preguntó.
Cuando uno escucha algo así se da cuenta de que lo importante para la gente es siempre aquello que los medios consideran que es importante.
Y esa importancia suele venir dictada por la inversión económica en derechos de retransmisión o la potencia de los patrocinadores publicitarios.
Pero hay otras personas al volante a las que podríamos mirar, pese a que compiten en una carrera bien distinta.
Manal Al-Sharif es una mujer saudí que ha liderado una campaña a favor del derecho de las mujeres a poder conducir.
En Arabia Saudí las mujeres tienen prohibido conducir vehículos a motor y ella colgó recientemente un vídeo en las redes sociales donde se la veía conduciendo por la ciudad. Fue detenida por la policía religiosa, pero gracias a su iniciativa otras mujeres están haciendo desafíos similares en un movimiento de protesta motorizado y retransmitido por las páginas web, pese a las prohibiciones y persecución de las imágenes por parte de los censores de la autoridad. La campaña hace un llamamiento para que las mujeres puedan conducir a partir del día 17 de junio.
No hace tanto tiempo la expresión "mujer tenías que ser" destacaba en cualquier discusión de tráfico que tuviera una implicada femenina en nuestro país.
En nuestra infancia, las madres conductoras eran una minoría heroica.
En países donde aún hoy tienen limitado su acceso al transporte público, la dependencia de la mujer para desplazarse físicamente es una muestra palpable de intransigencia religiosa.
Tras las revueltas en los países árabes, la atención de los medios ha decaído para posarse exclusivamente en los excesos policiales o en la abierta lucha armada.
Pero en el silencio mediático, muchas voces ya claman porque las mujeres, que fueron una voz primordial en la caída de los regímenes autoritarios, ahora son reprimidas y apartadas de la primera línea de las reformas.
Esa carrera por los derechos fundamentales quizá no es de fórmula 1 sino que va a velocidad de tortuga. Demasiado lenta para merecer nuestra atención.
"¿Tú no crees que quizá sus ingenieros tendrían que mejorar las prestaciones aerodinámicas?", le preguntó.
Cuando uno escucha algo así se da cuenta de que lo importante para la gente es siempre aquello que los medios consideran que es importante.
Y esa importancia suele venir dictada por la inversión económica en derechos de retransmisión o la potencia de los patrocinadores publicitarios.
Pero hay otras personas al volante a las que podríamos mirar, pese a que compiten en una carrera bien distinta.
Manal Al-Sharif es una mujer saudí que ha liderado una campaña a favor del derecho de las mujeres a poder conducir.
En Arabia Saudí las mujeres tienen prohibido conducir vehículos a motor y ella colgó recientemente un vídeo en las redes sociales donde se la veía conduciendo por la ciudad. Fue detenida por la policía religiosa, pero gracias a su iniciativa otras mujeres están haciendo desafíos similares en un movimiento de protesta motorizado y retransmitido por las páginas web, pese a las prohibiciones y persecución de las imágenes por parte de los censores de la autoridad. La campaña hace un llamamiento para que las mujeres puedan conducir a partir del día 17 de junio.
No hace tanto tiempo la expresión "mujer tenías que ser" destacaba en cualquier discusión de tráfico que tuviera una implicada femenina en nuestro país.
En nuestra infancia, las madres conductoras eran una minoría heroica.
En países donde aún hoy tienen limitado su acceso al transporte público, la dependencia de la mujer para desplazarse físicamente es una muestra palpable de intransigencia religiosa.
Tras las revueltas en los países árabes, la atención de los medios ha decaído para posarse exclusivamente en los excesos policiales o en la abierta lucha armada.
Pero en el silencio mediático, muchas voces ya claman porque las mujeres, que fueron una voz primordial en la caída de los regímenes autoritarios, ahora son reprimidas y apartadas de la primera línea de las reformas.
Esa carrera por los derechos fundamentales quizá no es de fórmula 1 sino que va a velocidad de tortuga. Demasiado lenta para merecer nuestra atención.
El minuto de gloria BORIS IZAGUIRRE
¿Cuánto dura un minuto de gloria?
En una entrega de premios en Pamplona, los príncipes de Asturias son recibidos por casi más vallas de seguridad que personas detrás de ellas. Pero, nunca se sabe donde puede saltar una liebre.
Todo iba sobre ruedas, Letizia repitiendo traje color maquillaje y pelo bien melenado, el Príncipe cediendo protagonismo, las autoridades locales exhibiéndose.
Una licenciada en Derecho, Laura Pérez, les esperaba y logró plantear al heredero la imposibilidad de celebrar un referéndum sobre la Monarquía.
Y todo cambió: por vez primera Letizia desapareció y una mujer anónima ocupó el centro de atención.
El Príncipe se detiene ante la joven, más mayestático que nunca, aunque en uno de los pocos momentos donde le vemos y oímos hablar en la calle.
Habló para defender la Constitución y los plenos derechos que otorga a la institución que representa.
Pérez no ceja, argumenta que la Constitución hace inviable un referéndum, que ella no desea ser súbdita sino ciudadana. Uno de los acólitos presentes le increpa si eso es lo más importante en su vida, ella responde, con su razón, que no es lo único pero que sí es importante plantearse ser ciudadana, dando a entender que el Movimiento 15-M cala hondo más allá de las fronteras de la Puerta del Sol y la plaza de Cataluña.
El breve diálogo empieza a hacerse eterno para el heredero, Pérez aprieta su bufanda arcoíris alrededor de su nada rigurosa melena y entonces surge la frase polémica.
"Desde luego, has conseguido tu minuto de gloria", entona el Príncipe, rigurosamente reconocido como el más preparado de los aspirantes monárquicos.
Pérez consigue lamentarse del comentario -"No, no es lo que pretendía"- y el Príncipe y los suyos se alejan.
Políticamente un caballero jamás resulta fotogénico en ropa interior
"Actuó con poca humildad, su padre no lo habría hecho igual", arrecian los comentarios en YouTube, donde el vídeo ya sobrepasa las 500.000 visitas.
Aunque pareciera que el Príncipe decretaba el minuto de gloria, este funcionó para ambos, los democratizó. "En el futuro todo el mundo tendrá 15 minutos de fama", sintetizó Andy Warhol.
En el incidente en Pamplona, la frase de Warhol adquirió un tono monárquico y también obligatorio. Quieras o no, tienes que aceptar tus minutos de fama.
Y estos reparten esa bendición tanto a la cruz de Cotino, nuevo presidente de las Cortes valencianas, como a la otra cruz, más bien virtual, de los imputados asentados en los escaños del mismo Congreso.
E incluye en su gloria a los manifestantes indignados contra los que carga la policía para dejar en nuestras retinas la sensación de que actos como este, cruces y pistolas, vuelvan a ser familiares.
La gloria tiene un minuto; la fama, 15. Entre ambas, un poquito de infierno. Un congresista demócrata de Nueva York con un apellido favorable a los chistes, Weiner (que es una manera también de llamar a las salchichas), protagoniza un nuevo escándalo de sexo y Twitter. Weiner, casado con una de las manos derechas de Hillary Clinton, esperando un hijo, posee buen cuerpo natural, pecho depilado y entradas en la frente propias de su edad. La unión de tales atributos le invita a fotografiarse en ropa interior, promocionarse entre miniblogueras y chatear hasta el clímax con alguna. ¡Nunca dejará de fascinarnos la ingenuidad de los varones entre su vanidad y su ordenador! Jamás imaginan que el otro lado de la pantalla pueda traicionarles, dejarlos tirados, que esas fotos privadas lleguen a webs de la vigilante extrema derecha.
Weiner se defiende aduciendo que lo que haga frente al aparato no tiene nada que ver con lo que resuelva desde su escaño.
Pero es el ordenador su principal enemigo, que convierte una infidelidad menor en un show mediático.
Huma Abedin, la esposa devenida en protagonista de los 15 minutos de esta trama y aupada al primer lugar de popularidad en Washington, debería haberle advertido que por muy bien definido pectoral que luzca, un caballero jamás resulta políticamente fotogénico en ropa interior. Y mañana reconocer que nada fortalece más a un matrimonio de políticos que una infidelidad humillante.
En una celebración cuajada de minutos de gloria, una marca de whisky convocó la siempre nueva sociedad madrileña en torno a las fotografías de Albert Watson. Apellidos ilustres, que van de la gloria a los 15 minutos, hablaban de Kiko Rivera, nuevo héroe nacional.
Nacido en la fama, virtuoso del minuto de gloria, Rivera mantiene en vilo el país televisivo por si abandona o no Supervivientes.
Y también por su experticia ante la transexualidad.
Tras el reconocimiento por parte de una de las concursantes anónimas sobre su reasignación de género, Kiko espeta: "¡Qué bien hecha estás!". Y luego agrega: "He tenido experiencias con gente como tú y hasta he repetido".
Obviando el prejuicio en el "gente como tú", los cautivos de Rivera están interesados en comprobar si el músculo vaginal es verídico en las reasignaciones.
Pero, ¿los hombres saben realmente cuál es ese músculo? Puede que la vagina haya conseguido expresarse a través de los monólogos, aunque para muchos varones continúa siendo el gran misterio.
Casi tanto como saber cuánto dura un minuto de gloria.
En una entrega de premios en Pamplona, los príncipes de Asturias son recibidos por casi más vallas de seguridad que personas detrás de ellas. Pero, nunca se sabe donde puede saltar una liebre.
Todo iba sobre ruedas, Letizia repitiendo traje color maquillaje y pelo bien melenado, el Príncipe cediendo protagonismo, las autoridades locales exhibiéndose.
Una licenciada en Derecho, Laura Pérez, les esperaba y logró plantear al heredero la imposibilidad de celebrar un referéndum sobre la Monarquía.
Y todo cambió: por vez primera Letizia desapareció y una mujer anónima ocupó el centro de atención.
El Príncipe se detiene ante la joven, más mayestático que nunca, aunque en uno de los pocos momentos donde le vemos y oímos hablar en la calle.
Habló para defender la Constitución y los plenos derechos que otorga a la institución que representa.
Pérez no ceja, argumenta que la Constitución hace inviable un referéndum, que ella no desea ser súbdita sino ciudadana. Uno de los acólitos presentes le increpa si eso es lo más importante en su vida, ella responde, con su razón, que no es lo único pero que sí es importante plantearse ser ciudadana, dando a entender que el Movimiento 15-M cala hondo más allá de las fronteras de la Puerta del Sol y la plaza de Cataluña.
El breve diálogo empieza a hacerse eterno para el heredero, Pérez aprieta su bufanda arcoíris alrededor de su nada rigurosa melena y entonces surge la frase polémica.
"Desde luego, has conseguido tu minuto de gloria", entona el Príncipe, rigurosamente reconocido como el más preparado de los aspirantes monárquicos.
Pérez consigue lamentarse del comentario -"No, no es lo que pretendía"- y el Príncipe y los suyos se alejan.
Políticamente un caballero jamás resulta fotogénico en ropa interior
"Actuó con poca humildad, su padre no lo habría hecho igual", arrecian los comentarios en YouTube, donde el vídeo ya sobrepasa las 500.000 visitas.
Aunque pareciera que el Príncipe decretaba el minuto de gloria, este funcionó para ambos, los democratizó. "En el futuro todo el mundo tendrá 15 minutos de fama", sintetizó Andy Warhol.
En el incidente en Pamplona, la frase de Warhol adquirió un tono monárquico y también obligatorio. Quieras o no, tienes que aceptar tus minutos de fama.
Y estos reparten esa bendición tanto a la cruz de Cotino, nuevo presidente de las Cortes valencianas, como a la otra cruz, más bien virtual, de los imputados asentados en los escaños del mismo Congreso.
E incluye en su gloria a los manifestantes indignados contra los que carga la policía para dejar en nuestras retinas la sensación de que actos como este, cruces y pistolas, vuelvan a ser familiares.
La gloria tiene un minuto; la fama, 15. Entre ambas, un poquito de infierno. Un congresista demócrata de Nueva York con un apellido favorable a los chistes, Weiner (que es una manera también de llamar a las salchichas), protagoniza un nuevo escándalo de sexo y Twitter. Weiner, casado con una de las manos derechas de Hillary Clinton, esperando un hijo, posee buen cuerpo natural, pecho depilado y entradas en la frente propias de su edad. La unión de tales atributos le invita a fotografiarse en ropa interior, promocionarse entre miniblogueras y chatear hasta el clímax con alguna. ¡Nunca dejará de fascinarnos la ingenuidad de los varones entre su vanidad y su ordenador! Jamás imaginan que el otro lado de la pantalla pueda traicionarles, dejarlos tirados, que esas fotos privadas lleguen a webs de la vigilante extrema derecha.
Weiner se defiende aduciendo que lo que haga frente al aparato no tiene nada que ver con lo que resuelva desde su escaño.
Pero es el ordenador su principal enemigo, que convierte una infidelidad menor en un show mediático.
Huma Abedin, la esposa devenida en protagonista de los 15 minutos de esta trama y aupada al primer lugar de popularidad en Washington, debería haberle advertido que por muy bien definido pectoral que luzca, un caballero jamás resulta políticamente fotogénico en ropa interior. Y mañana reconocer que nada fortalece más a un matrimonio de políticos que una infidelidad humillante.
En una celebración cuajada de minutos de gloria, una marca de whisky convocó la siempre nueva sociedad madrileña en torno a las fotografías de Albert Watson. Apellidos ilustres, que van de la gloria a los 15 minutos, hablaban de Kiko Rivera, nuevo héroe nacional.
Nacido en la fama, virtuoso del minuto de gloria, Rivera mantiene en vilo el país televisivo por si abandona o no Supervivientes.
Y también por su experticia ante la transexualidad.
Tras el reconocimiento por parte de una de las concursantes anónimas sobre su reasignación de género, Kiko espeta: "¡Qué bien hecha estás!". Y luego agrega: "He tenido experiencias con gente como tú y hasta he repetido".
Obviando el prejuicio en el "gente como tú", los cautivos de Rivera están interesados en comprobar si el músculo vaginal es verídico en las reasignaciones.
Pero, ¿los hombres saben realmente cuál es ese músculo? Puede que la vagina haya conseguido expresarse a través de los monólogos, aunque para muchos varones continúa siendo el gran misterio.
Casi tanto como saber cuánto dura un minuto de gloria.
La Generalitat destituyó a Semprún del MNAC días antes de morir
El exministro aceptó ser vocal del patronato del museo en abril de 2004 .
El 9 de junio muchas de las necrológicas que se publicaron en la prensa barcelonesa se hacían eco de la muerte del exministro de Cultura Jorge Semprún dos días antes en París, a los 87 años de edad.
En una se recordaba que el escritor y político era miembro del patronato del Museo Nacional de Arte de Cataluña (MNAC), el principal museo catalán.
Pero no era del todo verdad. El Departamento de Cultura de la Generalitat, a cuya cabeza está el exmilitante del PSC Ferran Mascarell, lo había destituido del cargo días antes cuando renovó a sus ocho representantes en el máximo órgano de gobierno del MNAC.
París le dice adiós a Jorge Semprún
Patrick Leigh Fermor, el viajero eterno a Bizancio
La infancia que golpea en el rostro
Semprún reposa ya para siempre en Garentreville
La eternidad, patria de Semprún
Adiós a Semprún
Semprún aceptó ser vocal del patronato del museo en abril de 2004 tras ser nombrado por el primer Gobierno tripartito de la Generalitat de Pasqual Maragall. Caterina Mieras, consejera de Cultura socialista, aseguró que el nombramiento se produjo en reconocimiento por su impulso, cuando fue ministro de Cultura entre 1988 y 1991, a infraestructuras como el Auditorio y el propio MNAC.
La etapa de Semprún a la cabeza del ministerio se recuerda como una de las de mejor sintonía entre la Administración catalana y la central en materia cultural.
Recuerdo de Mascarell
Mascarell, tras conocer el fallecimiento del político aseguró que tenía "una de las miradas más interesantes sobre Cataluña en términos culturales para alguien que no es de aquí". De hecho, Semprún contaba con dos de los máximos reconocimientos que concede la Generalitat: la Creu de Sant Jordi y el Premio Blanquerna que le entregó Jordi Pujol en 2003.
Con la renovación de los vocales del MNAC, la consejería de Mascarell completa el relevo de cargos en los consorcios de los centros culturales en los que participa. Tras las autonómicas cambió sus representantes en el Liceo, Museo de Arte Contemporáneo y Teatre Lliure, pero no en el MNAC, asegurando que posponía el recambio a después de las municipales. Ahora ha cumplido a medias, porque ha mantenido a dos de etapas anteriores: Francesc Xavier Boya, nombrado en el patronato como responsable de política cultural del PSC, y el arquitecto Josep Maria Montaner, propuesto por Iniciativa per Catalunya. Los destituidos no han recibido notificación alguna."Se ha primado en el relevo el que los vocales pudieran asistir a las reuniones.
En el caso de Semprún sus múltiples actividades se lo impedían", fue la respuesta del departamento al cese del escritor fallecido.
El patronato del MNAC se reúne dos veces al año.
Cinco de los seis nuevos vocales nombrados por la Generalitat son personas vinculadas a la Administración catalana: Vicenç Villatoro, director del Instituto Ramon Llull; Maria Josefa Moya, directora de Servicios del Departamento de Cultura; Marian Muro, directora general de Turismo, Joan Pluma, director general de Patrimonio, y Francesc Xavier Solà, secretario general de Cultura.
El sexto es el diseñador de moda Lluís Juste de Nin. "Su nombramiento responde al hecho de que son personas que pueden ayudar a que el MNAC sea un museo nacional que aporte a la sociedad algo más que cultura y turismo", aseguran en el departamento.
Tras los últimos cambios, el patronato está compuesto, aparte del presidente (Narcís Serra) y tres vicepresidentes (Ferran Mascarell, por la Generalitat; Mercedes Elvira de Palacio, por el Estado, y Jordi Carulla, por el Ayuntamiento) por 17 de los 21 vocales posibles -tres del Ministerio (Maria Ángeles Albert, Santos Castro, Enrique Varela), tres del Ayuntamiento (Jordi Martí, Marta Clarí y Maria Eugenia Sánchez), los ocho de la Generalitat, uno de los patrocinadores (Salvador Gabarró), uno de los Amigos del Museo (Miquel Roca) y el vocal nombrado por Serra (Josep Maria Ribot).
Reunión del patronato
Con esta renovación también ha desaparecido la representación que tenía Andorra desde 2008. En diciembre pasado el Ejecutivo de este país acordó abandonar el gobierno del MNAC y replantearse su relación.
A nadie se le escapa la incongruencia que representaba estar a la cabeza de un museo que expone parte del patrimonio de este país.
La próxima reunión del patronato era en julio, pero al coincidir con la constitución del nuevo gobierno de Xavier Trias, es probable que se posponga a septiembre.
Para entonces, CiU habrá sustituido a los representantes municipales socialistas y copará casi todos los puestos de responsabilidad.
Tampoco estará Maite Ocaña, la directora del MNAC desde 2006, ya que su contrato (prorrogado) finaliza el 31 de agosto.
La Generalitat no ha convocado el concurso para sustituirla. La incógnita es saber si, tras los cambios políticos, continuará Narcís Serra como presidente del patronato.
El 9 de junio muchas de las necrológicas que se publicaron en la prensa barcelonesa se hacían eco de la muerte del exministro de Cultura Jorge Semprún dos días antes en París, a los 87 años de edad.
En una se recordaba que el escritor y político era miembro del patronato del Museo Nacional de Arte de Cataluña (MNAC), el principal museo catalán.
Pero no era del todo verdad. El Departamento de Cultura de la Generalitat, a cuya cabeza está el exmilitante del PSC Ferran Mascarell, lo había destituido del cargo días antes cuando renovó a sus ocho representantes en el máximo órgano de gobierno del MNAC.
París le dice adiós a Jorge Semprún
Patrick Leigh Fermor, el viajero eterno a Bizancio
La infancia que golpea en el rostro
Semprún reposa ya para siempre en Garentreville
La eternidad, patria de Semprún
Adiós a Semprún
Semprún aceptó ser vocal del patronato del museo en abril de 2004 tras ser nombrado por el primer Gobierno tripartito de la Generalitat de Pasqual Maragall. Caterina Mieras, consejera de Cultura socialista, aseguró que el nombramiento se produjo en reconocimiento por su impulso, cuando fue ministro de Cultura entre 1988 y 1991, a infraestructuras como el Auditorio y el propio MNAC.
La etapa de Semprún a la cabeza del ministerio se recuerda como una de las de mejor sintonía entre la Administración catalana y la central en materia cultural.
Recuerdo de Mascarell
Mascarell, tras conocer el fallecimiento del político aseguró que tenía "una de las miradas más interesantes sobre Cataluña en términos culturales para alguien que no es de aquí". De hecho, Semprún contaba con dos de los máximos reconocimientos que concede la Generalitat: la Creu de Sant Jordi y el Premio Blanquerna que le entregó Jordi Pujol en 2003.
Con la renovación de los vocales del MNAC, la consejería de Mascarell completa el relevo de cargos en los consorcios de los centros culturales en los que participa. Tras las autonómicas cambió sus representantes en el Liceo, Museo de Arte Contemporáneo y Teatre Lliure, pero no en el MNAC, asegurando que posponía el recambio a después de las municipales. Ahora ha cumplido a medias, porque ha mantenido a dos de etapas anteriores: Francesc Xavier Boya, nombrado en el patronato como responsable de política cultural del PSC, y el arquitecto Josep Maria Montaner, propuesto por Iniciativa per Catalunya. Los destituidos no han recibido notificación alguna."Se ha primado en el relevo el que los vocales pudieran asistir a las reuniones.
En el caso de Semprún sus múltiples actividades se lo impedían", fue la respuesta del departamento al cese del escritor fallecido.
El patronato del MNAC se reúne dos veces al año.
Cinco de los seis nuevos vocales nombrados por la Generalitat son personas vinculadas a la Administración catalana: Vicenç Villatoro, director del Instituto Ramon Llull; Maria Josefa Moya, directora de Servicios del Departamento de Cultura; Marian Muro, directora general de Turismo, Joan Pluma, director general de Patrimonio, y Francesc Xavier Solà, secretario general de Cultura.
El sexto es el diseñador de moda Lluís Juste de Nin. "Su nombramiento responde al hecho de que son personas que pueden ayudar a que el MNAC sea un museo nacional que aporte a la sociedad algo más que cultura y turismo", aseguran en el departamento.
Tras los últimos cambios, el patronato está compuesto, aparte del presidente (Narcís Serra) y tres vicepresidentes (Ferran Mascarell, por la Generalitat; Mercedes Elvira de Palacio, por el Estado, y Jordi Carulla, por el Ayuntamiento) por 17 de los 21 vocales posibles -tres del Ministerio (Maria Ángeles Albert, Santos Castro, Enrique Varela), tres del Ayuntamiento (Jordi Martí, Marta Clarí y Maria Eugenia Sánchez), los ocho de la Generalitat, uno de los patrocinadores (Salvador Gabarró), uno de los Amigos del Museo (Miquel Roca) y el vocal nombrado por Serra (Josep Maria Ribot).
Reunión del patronato
Con esta renovación también ha desaparecido la representación que tenía Andorra desde 2008. En diciembre pasado el Ejecutivo de este país acordó abandonar el gobierno del MNAC y replantearse su relación.
A nadie se le escapa la incongruencia que representaba estar a la cabeza de un museo que expone parte del patrimonio de este país.
La próxima reunión del patronato era en julio, pero al coincidir con la constitución del nuevo gobierno de Xavier Trias, es probable que se posponga a septiembre.
Para entonces, CiU habrá sustituido a los representantes municipales socialistas y copará casi todos los puestos de responsabilidad.
Tampoco estará Maite Ocaña, la directora del MNAC desde 2006, ya que su contrato (prorrogado) finaliza el 31 de agosto.
La Generalitat no ha convocado el concurso para sustituirla. La incógnita es saber si, tras los cambios políticos, continuará Narcís Serra como presidente del patronato.
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