La familia real británica luce sus sombreros en las carreras de caballos más glamurosas de la temporada .
La época de tocados, sombreros, pamelas y demás complementos capilares está en pleno auge.
Más en esta temporada, cuando su difusión vuelve a momentos de esplendor que no se veían desde hace tiempo.
Ahora, tras las bodas y demás acontecimientos sociales, llega la que cada año se convierte en la celebración fundamental de la decoración de las cabezas femeninas: las carreras de caballos Ascot, en Inglaterra.
El evento conmemora los 300 años de su nacimiento -la reina Ana las inauguró en 1711- y suele tener como invitada de excepción a la familia real británica. Y es que la localidad de Ascot está a 10 kilómetros del castillo de Windsor, propiedad de Isabel II de Inglaterra. De hecho, la reina es una gran aficionada a las carreras de caballos; heredó los de su padre, el rey Jorge VI, cuando este falleció, y ahora posee unos 25.
A la monarca británica se la vio ayer -cuando dio comienzo el evento, que acabará el viernes- en Ascot tocada por un discreto sombrerito verde con una trenza de colores. La acompañaban sus nietas Beatriz y Eugenia, hijas del príncipe Andrés y Sarah Ferguson. Eugenia llevaba un bonete verde y su hermana una pamela rosa palo, unos tocados mucho más sobrios que los que lucieron en la boda de su primo, el príncipe Guillermo.
La que iba exactamente igual que en aquel enlace era Camila.
La esposa del príncipe Carlos repitió vestido, abrigo y sombrero.
Tiempos de ahorro, también para la realeza.
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