Busco surcos y corrientes
que me lleven hasta ti,
a mi búsqueda personal,
a mi relación contigo
y, sobr todo, al tiempo
que no hemos compartido
y que es lo único que tengo
que me lleven hasta ti,
a mi búsqueda personal,
a mi relación contigo
y, sobr todo, al tiempo
que no hemos compartido
y que es lo único que tengo
por lo que te puedo conocer.
No defrauda este torrente verbal
hecho de confianza
en el que realmente se ve,
y en el que la ficción imagina,
tu semblante espejismo,
la desterrada luna
umbría y voluntaria,
hospedaje de nuestros rostros
y de nuestras palabras
en los relatos de la noche.
Cara de luna
que corteja mi muerte,
velo que palidece,
amarga adelfa
que esconde mi temor
de un discurso incansable
de un sueño recuperado
en movimiento e inacabable.
Todo está escrito,
dispuesto y estructurado.
Todo.
Coherencia y deseo.
Todo cabe.
Todo se funde.
Todo se entrelaza
igual que un caleidoscopio
que superpone y entrevera
nuestras vidas
y nuestros mundos,
distintos,
para conmoverlas,
acarreando nuestras almas
más allá de lo visible,
lejos del horizonte
de mi maldita muerte.