Un Blues

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Del material conque están hechos los sueños

19 dic 2010

Los intelectuales y la política

Los intelectuales y la política



Hace más de cincuenta años, la influencia de los intelectuales con renombre era tremenda en la vida política. Había un índice de analfabetismo pavoroso, pero se leía en alta voz en las barberías, las tardes de costura y en las naves donde trabajaba mucha gente. Con que una persona supiera leer era suficiente. Ahora hay más medios y por eso la influencia es casi nula. Un ejemplo es el artículo de Ortega Delenda est monarchía que fue el pistoletazo de salida para la II República. Eso hoy no sería posible.



Siempre se ha hablado de los intelectuales y el poder, luego ese debate se circunscribió a épocas de elecciones y ahora ni siquiera se plantea. Hay quien confunde el poder con la política, y quien mezcla ambas con la corrupción intelectual, la venta del alma y la adicción al chocolate del loro. Eso sucede cuando el poder cree que trata con verdaderos intelectuales, falsarios en su mayoría como mascarones de proa del poder.







Habría que plantearse y contestar algunas preguntas. El poder en una democracia es el ejercicio legítimo de la voluntad mayoritaria, la política una actividad mental y social en la que todos estamos imbuidos y el intelectual es aquella persona que tiene la capacidad de crear opinión, aunque sus méritos no sean mayores que los de otros que carecen de audiencia. Todo esto no tiene por qué ser corrupto, aunque a veces lo sea. Pasa lo mismo que con cualquier actividad humana; puede haber un profesor corrupto que aprueba o suspende a su alumnado por razones ajenas a las académicas, o un médico, un taxista, una enfermera o un labrador que transgredan la ética.



¿Quiere esto decir que todos los profesores, médicos, enfermeras, taxistas y labradores son corruptos? Claro que no, pues la corrupción como la virtud, la desidia o la decencia tienen que ver con la persona, no con las características de lo que hacen. Es evidente que hay actividades corruptas por naturaleza, pero en las demás hay de todo, y no tienen por qué ser más corruptas que otras la política o la intelectualidad cuando está el poder de por medio.



Bertolt Brecht fue un gran autor que siempre estuvo luchando por sus ideales, apoyó el régimen de la República Democrática Alemana y hasta dirigió una serie de actividades teatrales que estaban subvencionadas por el gobierno de Berlín-Este. Es un caso en el que la política, el poder y el intelectual respiran el mismo aire. Si eso sucede en Occidente se le mira con lupa, pero hay que pensar que si el Partido Comunista francés hubiese gobernado en París seguramente Sartre habría colaborado con él. José Martí creyó en la independencia cubana y murió en la guerra de hace más de un siglo, pero si hubiese sobrevivido es probable que hubiese estado junto al poder cubano, y sería corrupto si se hubiese vendido a la dependencia norteamericana, porque habría cambiado de caballo en plena carrera.





La deducción es evidente: un artista o un intelectual debe ser independiente, es decir, debe ser honesto consigo mismo, con sus ideas y su manera de concebir la sociedad en que vive. Esto nada tiene que ver con el poder, sino con la reflexión y la creación. Y no hay corrupción en el artista o creador que en determinado momento ejerce una acción política, porque es la suya, porque coincide con su manera de pensar. Y ahí termina toda relación, pues si esto se hace en función de beneficios personales que puedan lograrse posteriormente empieza a entrarse en el callejón sin salida de la corrupción. Entonces sí. Hay, además, creadores e intelectuales que se mueven en la política activa, más allá de la reflexión o la crítica, y esto se ha visto más en América, donde grandes creadores fueron diputados, embajadores e incluso presidentes: Rubén Darío, Pablo Neruda, Octavio Paz, Rómulo Bethencourt... Vaclav Havel, autor dramático, fue presidente de la República Checa, Rafael Alberti, Carlos Barral, Ortega y Gasset, Pérez Galdós y tantos otros fueron diputados, y Federico García Lorca recorrió media España promocionando el teatro clásico con su "Barraca", pagada por el gobierno de la II República. ¿Eran corruptos y pesebristas todos estos?






Por ello, hay que ser cuidadoso, porque casi siempre son más corruptos quienes esperan calentarse a cualquier sol, y no acabo de fiarme de los artistas e intelectuales que dicen a boca llena que la política no va con ellos. Claro que va, los intelectuales son tan políticos como los diputados, y si no que se dediquen a otra cosa, pero hay que ser coherente y consecuente (las dos cosas no son lo mismo aunque lo parezcan), pensar en colectivo y no acercarse al poder para medrar sino para sacar adelante un proyecto, siempre que coincida con la idea que el intelectual tiene. Los que no quieren saber nada de política son los que sólo piensan en sí mismos y esa es la mayor corrupción que existe.


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(Este trabajo fue publicado el pasado miércoles en el suplemento Pleamar de la edición impresa de Canarias7)


Emilio González Déniz

OBRAS DE LEZAMA LIMA

Muerte de Narciso. (poesía) 1937

Juego de las decapitaciones (cuento)

Patio morado (cuento)

Coloquio con Juan Ramón Jiménez. 1938

Enemigo Rumor. (poesía) 1941

Aventuras Sigilosas. (poema) 1945

La Fijeza (poesía). 1949

Arístides Fernández. (ensayo) 1950

Analecta del Reloj. (ensayos) 1953

La expresión americana. (ensayo) 1969

Tratados en La Habana. (ensayo) 1958

Dador. (poesía) 1960

Antología de la poesía cubana. 1965

Órbita de Lezama Lima. 1966

Paradiso, novela 1966

Los grandes todos. (Antología)

Posible imagen de Lezama Lima. 1979

Esfera imagen. Sierpe de Don Luis de Góngora

Las imágenes posibles. (ensayo) 1970

Poesía Completa. 1970

La cantidad hechizada. (ensayo) 1970

Introducción a los vasos órficos 1971

Las eras imaginarias (ensayo) 1971

Obras completas. 1975

No me gustaba Colombia. (Ensayo) 1977

Oppiano Licario. novela inacabada, aparecida póstumamente en 1977

Fragmentos a su imán (poesía) 1978

Lezama Lima.

Ignoro si fue un sueño, pero creo que estuve en la casa de José Lezama Lima en el otoño habanero de 1990. Era mediodía, y había en la calle una luz lechosa, muy propia de aquella ciudad y muy propia del sonido de las páginas de Paradiso, esa novela que parece el eco insistente de un asmático del Caribe, una voz llena de frutos abiertos recientemente, como algunos poemas de Severo Sarduy, como algunas de las páginas más melancólicas de Guillermo Cabrera Infante. O como algunos versos de Eliseo Diego o algunas metáforas desesperadas de su hijo Eliseo Alberto. Estaba allí, en esa casa, el espíritu despojado del gran hombre atado al humo de sus puros; las paredes estaban limpias, en efecto despojadas, acaso salvajemente despojadas; pero es imposible destruir del todo las paredes blancas de los poetas, así que por allí se podían ver sus huellas, las suelas de sus zapatos grandes, el rumor de los pies silenciosos que vienen portando un ataúd imposible para aquel gordo insuperable. Poco a poco ese sueño se va tiñendo de muebles, de sillas de rejillas en las que él se balancea, lanza una mano al aire para disipar el humo, éste le entra por sus ojos blancos y asombrados, cansados, el asma es el compañero cruel de sus noches, y el tabaco es el testigo que ve subir y bajar el pecho en una sucesión de angustias verticales.
 O está de pie o se ahoga, así que se sienta en esa silla de rejilla que ya tampoco está en la casa. La han vaciado, han vaciado la casa, quién se llevó la casa, quién quiso llevársela; nadie responde en La habana, te ponen una mano en el hombro y siguen caminado por la sombra del silencio risueño de los cómplices; han querido vaciar de memoria hasta la pared del fondo, donde tenía algunos de sus cuadros más queridos, pero aquí está también la melancolía de ese cuadro.
 Este rincón está lleno de Lezama, como si fuera una huerta que él hubiera señalado desde que nació para ser, eternamente, un siglo y otro, una huerta poblada de palabras. Góngora y él, de charla perpetua en un mar sombrío.
Por Juan Cruz.

18 dic 2010

Diciembre negro para la mujer

Un nuevo asesinato machista eleva a 70 las víctimas mortales por la violencia de género, 14 más que en todo 2009 - Este mes hubo un feminicidio cada tres días .
Este año va camino de pasar a engrosar la lista de los más negros de la violencia machista. En lo que llevamos de 2010 son ya al menos 70 las mujeres asesinadas por sus parejas o ex parejas -las autoridades tienen otros tres casos en investigación-. Además, diciembre se está convirtiendo en un mes particularmente triste. En solo 17 días se han registrado cinco víctimas mortales, una cada tres días. Y la policía sigue buscando a la joven desaparecida el domingo en Madrid, después de que el jueves se hallase ahorcado a su ex novio. En todo 2009 fueron 56 las asesinadas por los machistas, una cifra que ahora parece un espejismo, y ante la que los expertos se plantean qué ha vuelto a fallar.




Igualdad atribuye el repunte al "debate neomachista" y a un efecto imitación

Preocupa el repunte de las víctimas menores de 30 años -son ya 16-, un colectivo en el que se habían reducido los crímenes hasta hace un par de meses, y en el que parecían haber calado las campañas de prevención y denuncia pero en el que se han cebado varios de los últimos crímenes. También es alarmante el incremento de los suicidios o las tentativas de ello por parte de los agresores. El 17,1% de los asesinos machistas se quitó la vida tras su crimen y el 22,8% lo intentó; frente al 37,5% o el 30,3% que se suicidó o lo intentó en 2009 y 2008, respectivamente.



Entre las causas del repunte está el "debate neomachista de la victimización de las mujeres" junto a la polémica de las denuncias falsas, opina Miguel Lorente, delegado del Gobierno para la Violencia de Género. También observa un posible efecto imitación o paso a la acción y la existencia de una bolsa de maltrato que no termina de emerger en forma de denuncia.



El último caso se produjo ayer en Santa Maria de Palautordera (Vallès Oriental, Barcelona). Allí, Francisco L. C., de 35 años asesinó a su esposa, Rosa María García Venteo, de 43 en su casa. Tras matarla, el agresor intentó quitarse la vida varias veces. Al no conseguirlo se presentó en la comisaría de la policía local de Sant Celoni y confesó el homicidio. Eran las seis de la mañana. El hombre estaba malherido, así que fue trasladado y atendido en un centro sanitario, donde permanece bajo custodia judicial.



El cuerpo de la víctima no presentaba signos externos de violencia de arma blanca o de fuego, así que la autopsia determinará la causa de la muerte, según los Mossos. Tampoco la mujer había denunciado a su pareja por malos tratos, según las autoridades. Sin embargo, la familia de la víctima asegura que Francisco L. C. era un hombre "violento" y "muy celoso". "En una ocasión [el agresor] rompió la televisión y, en otra, el aire acondicionado. Teníamos miedo de que un día el golpe se lo diera a ella", explicó Mercedes Sánchez, una prima de la víctima. A pesar de esto la familia no denunció nunca.



Y como Rosa María, otras 50 asesinadas este año no había denunciado a sus verdugos. Algo ante lo que las autoridades parecen no tener aún respuesta. "Ha mejorado la respuesta judicial, pero, a pesar de ello y de que puede mejorar más, la justicia actúa cuando ya se ha producido la violencia", sostiene Inmaculada Montalbán, presidenta del Observatorio de la Violencia de Género del Consejo General del Poder Judicial, que insiste en que se debe incidir en la prevención para evitar estas situaciones.



Las más de 100.000 denuncias al año y 145.000 condenas dictadas en los cinco años de Ley Integral de Violencia de Género no han bastado para evitar los 398 crímenes machistas que se han producido desde 2005. "El cambio no ha llegado a cada uno de los rincones y a aquellos que más necesitan cambiar, que son los maltratadores", opina Lorente. Da un dato: además de las 70 fallecidas este año se han producido al menos otros 17 casos de agresiones machistas graves sin resultado de muerte. Sin embargo, sostiene que a pesar de la gravedad del análisis del año, la ley ha logrado mucho: "Sin la normativa estaríamos hablando de más de diez muertas al mes, sin ninguna duda".



Lorente, al igual que la ministra de Sanidad Política Social e Igualdad, Leire Pajín, asegura que la polémica sobre las denuncias falsas está haciendo un "flaco favor" a las víctimas de esta lacra. "Ese debate alimenta la violencia y provoca que quien ya está en una situación así sea más violento", considera.



Igualdad también estudia el factor "imitación o paso a la acción" como uno de los factores a considerar en estos crímenes y al que dar respuesta: asesinatos cometidos dentro de una misma comunidad en días muy seguidos, o que emplean la misma arma o siguen el mismo patrón. Un elemento que parece, además, tener particular impacto en los agresores de menor edad.



"Es preocupante que aparezcan en los jóvenes patrones de dominio y sumisión que creíamos patrimonio del pasado", analiza Montalbán. "Y eso no hace más que reforzarnos en que hace falta más trabajo en ese ámbito preventivo y educativo". Son muchas las mujeres que han logrado salir de una situación de violencia. Que han sobrevivido y que han comenzado una nueva vida. Pero las 70 asesinadas por los machistas revelan que las campañas aún no funcionan. Y que no bastan.