Hablando de desprópositos en esas "cosas" que salpican las ciudades y se hace llamar Arte Urbano, dónde todo cabe, esculturas extrañas con nombres propios, horteras que suelen gustar, camino del Sur, hay una plaza con un juego de café imitando a Miró eso dicen, tazas enormes y cafetera a juego más bandeja, que es la plaza.!!Un horror!
Hace unos años, no muchos ,empezaron a contruir "algo" en una plaza para tal fin.
Está muy cerca del Hospital Dr. Negrín y cada dia pasabamos por allí elucubrábamos que demonios iban a hacer, hablamos de una pista para aterrizaje de helícopteros, ya que hay enfermos de otras islas que vienen aqui, según avanzaba la obra, porque duró y duró su contrución, decíamos si serían aparcamientos subterráneos.
Aquello iba tomando forma y a mi me parecía una grapadora gigante y así pasan los dias y yo desesperando, quizás, quizás...
Pues un dia se termina y eso que parecía una Grapadora resulta que era una inutilidad de funciones y de estética, era una Fuente. Como tenemos tanta agua pues eso nos jincan una Fuente, pero no para ahí la cosa.
El escultor-Arquitecto o amañao que se le ocurrió, no conto que era una zona ventosa y claro el viento sacaba el agua hacía un lado.
Tachannn!! a los 7 dias como el contorno de hormigón era de hierro estaba toda ferrugienta, un no sé qué, que todavía sigue y a veces cortan el agua, y el despróposito está ahi. Pues todavía no sé el lumbreras que hizo ese diseño.
10 jun 2010
FARGOT
Cartel anunciador de Fargot
Miguel F. Ayala. Periodista
Algunas películas matan de aburrimiento, pero otras matan de lo buenas que son. Es el caso de Fargo, de los hermanos Coen, una cinta de 1996 que, siendo pura ficción, arrancaba con el mensaje ‘basada en hechos reales’ y acabó costándole la vida a una joven japonesa, confundida, en principio, por la leyenda de esta cinta sobre dinero, secuestros y muerte -concretamente seis- donde la nieve es casi tan importante como el reparto. Es más, quizá ése sea ‘el personaje‘ que se viene a la cabeza cuando se rememora la película.
A Takako Konishi esa imagen le costó la vida. También quedó impactada por la película cuando la vio, allá en su Tokyo natal. Sobre todo le marcaron dos cosas a sus veintitantos años: el hecho que fuese real -ella creyó la coña de los directores- y la escena en que, antes de desaperecer de manera brutal, el secuestrador Carl Showalter -papel interpertado por Steve Buscemi- entierra, en medio de la nada de un páramo helado, una maleta llena de dinero. Takako se construyó un mapa con los datos que pudo arrancar de la película y, considerando sin ningún género de dudas que había descubierto aquel lugar exacto, viajó a Minneapolis y, en guagua y autostop, alcanzó su destino. Allí, en medio de la nieve real -no la de ficción, utilizada en la película- y no muy lejos del verdadero pueblo de Fargo, acaban encontrando su cadáver una semana después, completamente congelado. ¿De quién es víctima Takako? ¿De ella misma y su imaginación o de la mentira de unos directores de cine? ¡Qué es el cine sino un gran engaño! Una mentira que nos hace reír, llorar, bailar, temblar…
Un documental titulado Esto es una historia real relata la historia de Takako y aporta un dato significativo, aportado por su familia en Japón: la joven mantuvo en su país una relación setimental con un norteamericano, de Minneapolis y casado, que la abandonó para volver con su esposa. ¿Fue entonces Fargo y la ficción que relata el motivo de la muerte de la joven nipona o buscar ese dinero no era más que una excusa para hallar a su amante y, quitándose la vida, dejándose morir en medio de la nieve, hacerle saber cuánto le amaba y lo jodida que estaba sin él?. Unos policías, a los que la joven consultó a su llegada, contaron posteriormente como le habían explicado que la historia era falsa. Que Fargo era una película. Pero la japonesa, se hizo la china.
(Sacado del bLog de Marisol Ayala)
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