Un Blues

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Del material conque están hechos los sueños

10 jun 2010

FARGOT




Cartel anunciador de Fargot
Miguel F. Ayala. Periodista


Algunas películas matan de aburrimiento, pero otras matan de lo buenas que son. Es el caso de Fargo, de los hermanos Coen, una cinta de 1996 que, siendo pura ficción, arrancaba con el mensaje ‘basada en hechos reales’ y acabó costándole la vida a una joven japonesa, confundida, en principio, por la leyenda de esta cinta sobre dinero, secuestros y muerte -concretamente seis- donde la nieve es casi tan importante como el reparto. Es más, quizá ése sea ‘el personaje‘ que se viene a la cabeza cuando se rememora la película.

A Takako Konishi esa imagen le costó la vida. También quedó impactada por la película cuando la vio, allá en su Tokyo natal. Sobre todo le marcaron dos cosas a sus veintitantos años: el hecho que fuese real -ella creyó la coña de los directores- y la escena en que, antes de desaperecer de manera brutal, el secuestrador Carl Showalter -papel interpertado por Steve Buscemi- entierra, en medio de la nada de un páramo helado, una maleta llena de dinero. Takako se construyó un mapa con los datos que pudo arrancar de la película y, considerando sin ningún género de dudas que había descubierto aquel lugar exacto, viajó a Minneapolis y, en guagua y autostop, alcanzó su destino. Allí, en medio de la nieve real -no la de ficción, utilizada en la película- y no muy lejos del verdadero pueblo de Fargo, acaban encontrando su cadáver una semana después, completamente congelado. ¿De quién es víctima Takako? ¿De ella misma y su imaginación o de la mentira de unos directores de cine? ¡Qué es el cine sino un gran engaño! Una mentira que nos hace reír, llorar, bailar, temblar…

Un documental titulado Esto es una historia real relata la historia de Takako y aporta un dato significativo, aportado por su familia en Japón: la joven mantuvo en su país una relación setimental con un norteamericano, de Minneapolis y casado, que la abandonó para volver con su esposa. ¿Fue entonces Fargo y la ficción que relata el motivo de la muerte de la joven nipona o buscar ese dinero no era más que una excusa para hallar a su amante y, quitándose la vida, dejándose morir en medio de la nieve, hacerle saber cuánto le amaba y lo jodida que estaba sin él?. Unos policías, a los que la joven consultó a su llegada, contaron posteriormente como le habían explicado que la historia era falsa. Que Fargo era una película. Pero la japonesa, se hizo la china.
(Sacado del bLog de Marisol Ayala)

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