Los Mossos desalojan la ‘rave’ de Llinars tras 40 horas de fiesta ilegal
La tardía reacción de la policía provoca un nuevo enfrentamiento entre los socios del Gobierno catalán
“¡Estamos escuchando música, tenemos todo el derecho, no hay peleas!”, grita una mujer con los pechos al aire a los policías antidisturbios que han irrumpido este sábado a mediodía en la nave abandonada de Llinars del Vallès (Barcelona) para poner fin a rave que se prolonga desde Nochevieja.
La mujer hace aspavientos y sigue gritando a los Mossos, mientras el centenar de personas que aún tiene ganas de fiesta permanece a la expectativa del inminente desalojo.
Los agentes han empezado a identificar a los participantes y a comunicarles la sanción correspondiente por saltarse las prohibiciones para frenar la expansión del coronavirus.
A las 12 horas, una excavadora ha retirado las piedras que los asistentes a la fiesta ilegal habían colocado a la entrada de la nave y ha franqueado el acceso a la policía. Agentes antidisturbios de los Mossos han tomado posiciones en el interior de la nave. Allí se celebra, al menos desde las 21 horas del 31 de diciembre -hora en que la denunciaron los vecinos de la zona-, una fiesta ilegal sin ningún tipo de medida de seguridad sanitaria: no hay mascarillas, ni por supuesto distancia social, solo música electrónica y decenas de furgonetas aparcadas en el solar de la fábrica abandonada.
Los Mossos calculan que un total de 400 personas han podido participar en la fiesta, que se ha prolongado durante al menos 40 horas.
Durante este tiempo, la policía catalana ha estado presente en el perímetro de la nave y han identificado a las personas que la abandonaban.
Pero han
optado por no desalojar para evitar incidentes graves. Esa inacción a lo
largo de más de un día y medio, en plena pandemia, ha abierto un nuevo
enfrentamiento en el seno del Gobierno catalán.
Momento del desaloja, este sábado.
El dispositivo de los Mossos, que optaron por dar margen a los ocupantes para abandonar la nave de forma voluntaria -algo que no ha ocurrido- puso en alerta al Departamento de Salud ya el día 1 de enero.
La consejera Alba Vergés (Esquerra Republicana) pidió al consejero de Interior, Miquel Sàmper, que pusiera fin de manera inmediata a la fiesta, identificara a los participantes e impusiera las sanciones oportunas.
La fiesta ilegal ha provocado malestar entre los vecinos y alcaldes de la zona. A las críticas se ha sumado la patronal del ocio nocturno, una de las más afectadas esta Nochevieja por el cierre forzado de las discotecas.
“Revisaremos con Interior cómo se han desarrollado los hechos para evitar que vuelva a pasar una situación de estas características y las actuaciones sean más rápidas”, afirmó, a través de Twitter, el vicepresidente de la Generalitat con funciones de presidente, Pere Aragonès. La candidata de Junts per Catalunya a la presidencia de la Generalitat, Laura Borràs, calificó de “inaceptable e indignante” que se haya tardado tanto en desmontar la fiesta ilegal. “Hay que tener los protocolos actualizados para que se pueda actuar sin demoras incomprensibles”.
Fuentes de Salud consideran que los Mossos debieron haber aplicado antes el protocolo habitual en caso de fiestas que incumplan la normativa contra el coronavirus.
E insisten en que es necesaria la identificación de los participantes para hacerles un seguimiento y evitar la expansión del virus. Buena parte de los asistentes a la rave proceden de países como Francia o Bélgica, y algunos de ellos han eludido los controles perimetrales de la policía escapando de la finca a través de caminos rurales.
Si al principio la fiesta congregó a más de 200 personas, este sábado apenas quedaba un centenar en el interior de la nave.
La prolongación de la fiesta y las tensiones políticas por la gestión de una fiesta ilegal provocaron la actuación de los Mossos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario