Carlos Falcó dejó dispuesto en sus última voluntades que su hija llevara el título nobiliario más familiar de los que poseía.

Tamara Falcó, de 38 años, la única hija que tuvo Carlos Falcó con Isabel Preysler, es la nueva marquesa de Griñón. El fallecido aristócrata, que murió el 20 de marzo en Madrid a causa del coronavirus,
dejó dispuesto que ella fuera la heredera del título nobiliario más
familiar.
Manolo, su hijo mayor, se queda con el que posee el grado de
Grandeza de España, que es el de marqués de Castel-Moncayo. Xandra, la
segunda de sus vástagos, ya obtuvo de su abuela materna, Hilda Fernández
de Córdova, el título de marquesa de Mirabel.
La
nueva marquesa ha publicado tres fotos en su Instagram haciendo
referencia a su nueva condición:
“Gracias papi por dejarme el legado más
bonito que se le puede dejar a una hija: tu amor”.
En las imágenes se
la ve a ella con un libro de vinos en el que aparece su padre y en otro
momento reproduce el escudo de armas que le corresponde a este título
nobiliario. La heredera desconocía los planes de su padre recogidos en
el testamento.
Según explican fuentes conocedoras del caso a EL PAÍS, Carlos Falcó informó al Rey de España de su decisión.
El fallecido marqués siempre fue muy cercano
a la casa real.
De adolescente estudió junto al rey Juan Carlos.
El
marquesado fue otorgado a la familia el 25 de febrero de 1862 por la
reina Isabel II.
La difusión de esta noticia, que llega a través de las redes sociales de Tamara Falcó y de su revista de cabecera, ¡Hola!,
indica que ya ha comenzado el proceso de testamentaria.
Las fuentes
consultadas señalan que el aristócrata dejó todos sus asuntos muy bien
atados y no se esperan problemas entre sus herederos.
Esther Doña, su última esposa, se convierte automáticamente
en marquesa viuda de Griñón.
Doña permanece aún asilada en la finca
madrileña de El Rincón, donde vivió con el marqués hasta que este fue trasladado hasta la Fundación Jiménez Díaz.
Todo indica que la viuda dejará esta finca para instalarse en el centro de Madrid, donde Falcó poseía otra casa.
El
Rincón es la propiedad más valiosa de cuantas tenía y fue tasada en
2012 en cinco millones de euros.
Carlos Falcó también poseía una parte
del palacio Mirabel, en Plasencia, propiedades en Navalmoral de la Mata y
la Quinta Casa de Vacas.
De las fincas y de las sociedades ya tenían
desde hace tiempo participación sus hijos y en especial Manolo, el primogénito, que ejerce de brillante economista en Londres y que salió al rescate de los negocios de su padre cuando hizo falta liquidez.
Tamara,
en una entrevista con EL PAÍS el pasado diciembre, reveló lo unida que
estaba a su padre. “Siempre he vivido con mi madre, desde que ellos se
separaron. Pero mi padre siempre ha estado en los momentos importantes
de mi vida”.
Tamara y sus hermanos mantuvieron esa estrecha relación con
su progenitor hasta el final, pese a que la familia vivió momentos de
tensión cuando este decidió casarse con Esther Doña, en 2017.
La vida de la hija de Isabel Preysler y Carlos Falcó cambió el día en que decidió unirse al programa de Televisión Española MasterChef Celebrity.
No solo ganó el concurso, se ganó el favor de la gente. “Voy por la calle y muchas personas me paran. Eso no me pasaba antes del programa”, contó a este periódico.
“Había gente que pensaba que era pija y tonta, pero me daba igual.
Tantas horas de televisión permiten que se te conozca más. Creo que lo
he conseguido”.
Eso sí, siente pudor cuando se la compara con su madre o
cuando se habla de ella como heredera de su trono en el mundo de la
prensa social.
“Lo de mami es imposible de conseguir. Ella tiene una
fama mundial”, advierte.
El aristócrata también era padre de Aldara y Duarte, nacidos de su matrimonio con Fátima de la Cierva.
Pocos días después de su muerte sus cinco hijos enviaron un mensaje.
“Desde la familia Falcó queremos dar las gracias a todas las personas
que nos habéis mostrado tanto cariño y apoyo durante estas últimas
semanas.
En especial, nos gustaría agradecer a los médicos, sanitarios
de la Fundación Jiménez Díaz y del grupo Quirón la atención y cuidados
que recibió nuestro padre desde que ingresó hasta su fallecimiento”.
Tamara y sus cuatro hermanos han descrito a su padre como
“una persona excepcional, que amó a su país y trabajó por él sin
descanso, como agricultor, productor de vinos e importando tecnologías
que modernizaron la industria nacional”.
“Fue un idealista, bueno y
generoso con sus hijos y amigos y estará siempre vivo en nuestra
memoria”. Los hijos del marqués acompañaron esta nota con una foto de
todos ellos junto a su padre.
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