Manuel de la Calva y Ramón Arcusa mantienen una relación personal y profesional intacta pese a vivir en dos continentes, y planean su próxima gira.
María Porcel
En esta época en la que apuñala la nostalgia, amenaza la
locura y en la moneda sale cruz, el mundo necesita de cánticos que
levanten los ánimos y las gargantas.
Y, bendecida por el destino, le ha
tocado a Resistiré,
la canción del Dúo Dinámico que Manuel de la Calva y Ramón Arcusa
llevan cantando desde 1988.
El tema lo compusieron De la Calva (la
música) y el letrista Carlos Toro, autor de más de 1.300 temas.
Ninguno
de los tres termina de creerse el dulce momento del que era un himno y
ahora es, casi, himno nacional.
Resistiré ha vuelto a poner de relieve al Dúo Dinámico.
Nadie les había olvidado, no, estaban en ese magma de clásicos que
subyace bajo la música de la radio, del día a día.
Pero ellos siguen
ahí, haciendo giras año tras año, cantando sus temas ante un público que
les es fiel desde hace más de seis décadas.
Aquellos dos jovencitos
sonrientes que ya han cumplido 83 años fueron los primeros en generar un
fenómeno fan en España y América Latina.
“En los sesenta, vendían más
discos que tocadiscos había en España”, anota Toro.
Ellos
saben que de aquello sembrado, esto recogido.
Son arduos trabajadores,
artistas, que no estrellas.
“Lo teníamos muy claro al principio, aunque
suene pretencioso.
Veníamos de trabajar en una empresa de motores de
aviación, en la que habíamos entrado de aprendices y recogido las
virutas de tornos y fresadoras.
Cuando decidimos emprender algo nuevo y
desconocido, tuvimos que renunciar a todo y comenzar otra vida”, explica
a EL PAÍS Manuel de la Calva, recordando cómo fueron pioneros.
“Incorporamos estilos novedosos en 1959: portadas en color y con fotos
con calidad (parece mentira, ¿no?); pasar de grabar con cuatro músicos a
grandes orquestas; inventar el merchandising vendiendo más de un millón de postales del Dúo en todos los quioscos de España…
Y rodamos cuatro películas”.
Una familia de Logroño posa disfrazada en su balcón. En vídeo, 'Resistiré', la canción de la cuarentena. RAQUEL MANZANARES (EFE | VÍDEO: EPV)
Estos días gestionaban la gira que les iba a llevar, como cada verano, por fiestas y teatros de toda España. El coronavirus, obviamente, lo ha frenado.
“No sabemos qué va a pasar”, reconoce la otra pata del dueto, Ramón Arcusa.
“Yo desde Miami y Manolo en Madrid estamos en total comunicación, y nuestro WhatsApp echa humo.
Pasamos la mayor parte del tiempo haciendo entrevistas y atendiendo a todos los que se interesan en estos momentos por lo que representa Resistiré”.
Y representa mucho.
Explican desde Spotify que “el tema ha aumentado sus escuchas en más de un 435% desde el 15 de marzo y, en España, la canción permanece en el Top 50 más virales”.
Cuenta Arcusa que son del todo conscientes del poder de la canción, que ya usó Pedro Almodóvar en ¡Átame!“Hemos cedido su uso a infinidad de grupos sociales: asociaciones de alzhéimer, de párkinson, de albergues juveniles, campañas de niños con cáncer, ahora a la Comunidad de Madrid, también nos lo han pedido para la patrulla Aspa del Ejército del Aire…
Y si sirve de alivio y de esperanza para la solución de los problemas y males que nos asolan estos días, estaremos muy satisfechos y más que orgullosos de contribuir.
Escuchar a millones de gargantas que cada día entonan nuestra canción nos impresiona y emociona”
Hablar de un grupo de 1958 en 2020 parece casi una reliquia,
o un milagro.
Más cuando el dúo se separó allá por 1973.
Pero no son un
grupo cualquiera. “Decidieron regresar a cantar en la fiesta de
presentación de El Periódico de Catalunya.
Era 1978. Su dueño,
Antonio Asensio, se empeñó.
La oferta fue tan irresistible que tuvieron
que aceptar”, recuerda Carlos Toro, que además de letrista es periodista
y editó una biografía oficial del grupo en 2001.
Ramón de la Calva
lanzará una nueva en junio.
“Cuando a principios de 1973
dejamos de cantar, no por necesidad sino porque estábamos demasiado bien
acostumbrados y pensamos que ese era el momento de retirarnos, llamamos
a José María Íñigo y le pedimos que nos dejara despedirnos en su
programa Estudio abierto.
Y empezamos a trabajar para otros
cantantes", recuerda Manuel de la Calva.
“Sería una lista interminable
de títulos y artistas a los que produjimos, les compusimos canciones o
hicimos los arreglos. Como productores, desde Los Chunguitos, José
Vélez, Paloma San Basilio, Manolo Otero, Ángela Carrasco, ¡los Pitufos!,
Massiel…, decenas de artistas, hasta trabajar más de 20 años con Julio
Iglesias”, explica Arcusa.
Tras su parón en 1973, vuelven
cinco años después.
“Julio Iglesias les prestó todo, su equipo, a sus
músicos", recuerda Toro.
Con él escribieron, a seis manos, Soy un truhán, soy un señor.
Tras una temporada en Miami, De la Calva regresó a España, pero Arcusa,
que colaboró con Iglesias hasta bien entrados los noventa, se asentó
allí.
Aún así, la comunicación intercontinental es fluida. “Somos ante todo
pragmáticos y el respeto ha sido la base de nuestra relación”, defiende
Arcusa.
“También porque el éxito une y el fracaso separa
. Casi nadie
sabe que las canciones que cantamos, aunque la mayor parte las hayamos
firmado juntos, son de uno o del otro, y aunque hemos sugerido mejoras a
las del otro, siempre ha primado la idea del original.
Una vez sí que
estuvimos distanciados por culpa de una chica, que primero eligió a uno y
después al otro.
Pero solo duró un mes. Y si no estamos de acuerdo en
algo y nos hemos de decir palabras gruesas, lo hacemos por e-mail y
santas pascuas.
Y nunca más hablamos de ello en persona. Así 60 años…
¡Qué cruz…!”, dice, en tono de broma, a lo que De la Calva salta con un
cariñoso. “¡Oye…!”
Todo
el que ha trabajado con el Dúo Dinámico destaca de ambos su sencillez,
su humildad. "Son de una naturalidad total. Eso les define.
En su vida,
con sus familias. Entras en sus casas y no sabes que estás en casa de un
artista, de un creador.
Tienen una total ausencia de divismo. Y por
añadidura son grandes profesionales”, explica Toro.
Hoy, son
profesionales del confinamiento: “A rajatabla”, confiesan.
En Miami, Ramón no pierde las buenas costumbres.
“Toca cocinar. Es de
los pocos momentos del día que alegra el confinamiento.
Es tiempo de
probar cosas, de inventar, ya que queda mucho tiempo después de lavarte
las manos 100 veces.
Mi esposa Shura y yo compramos pan el otro día, que
estamos dejando secar para hacer unas torrijas, que es tiempo. Y
esperaremos cada mañana las noticias, que las cifras y los gráficos dejen de ser tan negativos
y empecemos a ver la luz, y que más pronto que tarde recuperemos la
normalidad.
De esta, todos saldremos mejores y más fuertes, estamos
seguros”. Manolo, igual:
"Aprovecho para leer muchos libros que no había
terminado; hago un poco de ejercicio, hablo mucho con mi esposa, que es
una buena conversadora y cuando llegan las ocho, cinco minutos de
aplausos con todos los vecinos…”. Y, de fondo, siempre Resistiré.
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