La cruzada contra la imaginación
Es el viejo impulso represor y reaccionario de controlar a los artistas, o directamente de prohibirlos. Sólo el disfraz es nuevo.
En este diario, como es natural, la noticia ocupó una estrecha columna
de página par, pero en los Estados Unidos (y de cuanto ocurre en país
tan puritano e histérico hay que prevenirse mucho) ha tenido gran eco,
incluso en los talk shows televisivos.
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