Las cosas en la meca del cine se hacen a lo grande. Todo el mundo ha tenido algún encontronazo con un compañero de trabajo, pero nada parecido con lo que ocurre entre estrellas.
¿Quién no se lleva mal con alguien de su trabajo? Pues en Hollywood
todo es más grande que en el mundo real: las emociones, los sueldos y
las broncas.
Ahora las estrellas se tiran pullas en las redes sociales y el público los jalea mediante likes, pero las enemistades entre famosos existen desde que existe la propia fama.
La historia, al fin y al cabo, no se podría escribir sin incluir rivalidades entre monarcas (María Reina de Escocia versus Isabel I), literatos (Byron versus Keats), científicos (Darwin versus Owen, quien llegó a escribir artículos anónimos desacreditando las teorías de la evolución de su rival), deportistas (Harding versus Kerrigan), filósofos (Martensen versus Kierkegaard, quien le definió con poca filosofía como “un pegote de mocos”) o visionarios (Edison versus Tesla, Jobs versus Gates). Pero las broncas de Hollywood tienen un elemento añadido: son puro entretenimiento. Sus protagonistas viven por y para el espectáculo, de modo que incluso para insultarse montan un gran show.
Estos son 14 ejemplos extranjeros y uno cañí, que a nuestro star system también le gusta la gresca.
Ahora las estrellas se tiran pullas en las redes sociales y el público los jalea mediante likes, pero las enemistades entre famosos existen desde que existe la propia fama.
La historia, al fin y al cabo, no se podría escribir sin incluir rivalidades entre monarcas (María Reina de Escocia versus Isabel I), literatos (Byron versus Keats), científicos (Darwin versus Owen, quien llegó a escribir artículos anónimos desacreditando las teorías de la evolución de su rival), deportistas (Harding versus Kerrigan), filósofos (Martensen versus Kierkegaard, quien le definió con poca filosofía como “un pegote de mocos”) o visionarios (Edison versus Tesla, Jobs versus Gates). Pero las broncas de Hollywood tienen un elemento añadido: son puro entretenimiento. Sus protagonistas viven por y para el espectáculo, de modo que incluso para insultarse montan un gran show.
Estos son 14 ejemplos extranjeros y uno cañí, que a nuestro star system también le gusta la gresca.
– Olivia de Havilland versus Joan Fontaine: hermanas que se odian desde niñas
Primer asalto. La rivalidad entre las dos hermanas por la atención de sus padres llevó a Olivia a romperle la clavícula a Joan durante una pelea infantil, a humillarla en el periódico del instituto (en un testamento ficticio, le legó a su hermana “la capacidad de ganarse los corazones de los niños, algo que ella no tiene en la actualidad”) y a darle la espalda cuando Joan se acercó a felicitarla por su Oscar. Y eso que Olivia, indirectamente, le debía su primer personaje de enjundia dramática a su hermana: cuando Joan fue rechazada para el papel de Melania en Lo que el viento se llevó le dijo al director “¿Que soy demasiado elegante para el papel?Pues entonces llama a mi hermana”.
Segundo asalto. “Olivia siempre dice que yo tengo que ser la primera en todo”, explicó Joan en People.
“Me casé antes. Gané el Oscar antes. Tuve un hijo antes.
Si muero antes que ella se pondrá furiosa porque hasta eso tuve que hacerlo primero”.
Precisamente un fallecimiento, el de su madre, puso fin definitivo a la relación de las hermanas: Olivia no invitó a Joan al funeral ni le consultó la decisión de incinerarla.
Joan llegó a dejarse de hablar con su propia hija cuando se enteró de que esta mantenía relación con su tía Olivia.
K. O. Joan cumplió su propia profecía y murió primero, en 2013, mientras que Olivia sobrevive como la penúltima leyenda viva (junto a Kirk Douglas) del Hollywood dorado.
Por fin ha ganado a su hermana en algo, aunque técnicamente Joan tenía razón: Olivia será segundona hasta en morirse.
– Shannen Doherty versus Jennie Garth: pelea en 'Sensación de vivir' y más allá
Primer asalto. El público de Sensación de vivir detestaba tanto a Brenda, considerada una repipi, que la tomó con su actriz Shannen Doherty.Ella reaccionó dándole al mundo motivos de verdad para criticarla: impuntualidad en los rodajes, actitud despótica con el equipo y juergas nocturnas que acababan a guantazos con cualquiera que se cruzase en su camino.
En una ocasión, se enzarzó en una pelea (a puñetazos o a arañazos, según las fuentes) con Jennie Garth, la intérprete de Kelly.
Segundo asalto. La tensión entre Doherty y el resto del mundo se volvió tan insostenible que el productor Aaron Spelling la despidió tras la cuarta temporada.
Años después le dio una segunda oportunidad en Embrujadas, pero al terminar la tercera temporada también fue despachada matando a su personaje fuera de plano.
El equipo entero de la serie celebró una fiesta en cuya pancarta se citaba la canción de El mago de Oz: “Ding, dong, la bruja ha muerto”.
K. O. En 2016 Jennie Garth le mandó ánimos a Shannen Doherty cuando esta fue diagnosticada con cáncer con una foto de Instagram de una pegatina que decía “lucha como Brenda” junto a un lazo rosa.
La actriz acabó superando la enfermedad: ni Brenda ni Shannon se habían achantado ante nada jamás, así que no iban a empezar ahora.
– Bette Davis versus Joan Crawford: el odio es esto
Primer asalto. Bette Davis se enamoró de Franchot Tone, su compañero en Peligrosa (1935), y Joan Crawford se prometió con él durante el rodaje.“Nunca la he perdonado y nunca lo haré”, declaró Davis 50 años después, “ella me lo robó con frialdad, deliberadamente y sin piedad”.
Crawford se defendió aclarando que Tone admiraba a Davis como actriz, pero nunca la vio como "una mujer".
Desde entonces su rivalidad se cimentó en esa competencia entre la belleza de Crawford (más estrella) y el prestigio de Davis (más actriz).
Segundo asalto. A Davis le perdía la boca (“Joan se ha acostado con todas las estrellas masculinas de la Metro Goldwyn Mayer excepto con Lassie [la perra]”, “no la mearía encima ni aunque estuviera en llamas”), pero cuando Crawford explotaba era más pirómana:
se puso piedras en los bolsillos para que a Davis le costase más arrastrarla en una escena de ¿Qué fue de Baby Jane? (1962) y complicar así sus problemas de espalda, se aseguró de recoger el Oscar en nombre de Anne Bancroft para protagonizar la derrota de Davis (nominada ese mismo año) y abandonó el rodaje de su siguiente película juntas, Canción de cuna para un cadáver, tras una semana por temor a que Davis volviese a conspirar contra ella y robarle el protagonismo.
K. O. Al tratarse de la rivalidad más legendaria de Hollywood, cuesta separar los hechos de la mitología.
Davis iba diciendo por ahí que Crawford sentía atracción sexual por ella (Joan le confesó a un amigo íntimo: “No me importaría darle un pipazo si me pilla de buenas”).
Tampoco está confirmado que Davis pronunciase realmente la frase que puso fin a su rivalidad (el día de la muerte de Crawford: “Nunca se debe hablar mal de los muertos, solo bien... Joan Crawford está muerta. Bien”), pero forma parte del espectáculo.
Y eso es algo que se les daba fenomenal a las dos.
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