El presentador estrella de Telecinco será intervenido por un estrechamiento en uno de los 'stent' que le colocaron tras sufrir un ictus y prevé estar recuperado para presentar la gala final de 'Gran Hermano Vip', el 19 de diciembre.
Jorge Javier Vázquez será operado de nuevo el próximo martes 3 de diciembre del estrechamiento en uno de los stent que le colocaron cuando sufrió un ictus el pasado mes de marzo.El presentador de Telecinco conoce la fecha de la intervención desde su última revisión médica, pero habría preferido guardar el secreto para evitar el revuelo que se organiza alrededor de cualquier cosa que tenga que ver con su salud.
"Al principio sentí ansiedad cuando me dieron la noticia de que tenía que volver a pasar por el quirófano", afirmó hace unas semanas a EL PAÍS; "no me lo esperaba y cuando me lo dijeron pensé que no quería volver a pasar por un mes de inactividad y de sentirme como un viejo.
Pero esta intervención no tiene nada que ver con la anterior, es mucho más leve".
En realidad se trata de mejorar la situación de uno de los stent que le colocaron en marzo cuando tuvo que ser intervenido de urgencia tras ingresar después de varios días con fuertes dolores de cabeza y de haber sufrido un desmayo durante un viaje a Marruecos.
"Creo que los médicos están siendo muy precavidos conmigo y prefieren asegurar.
Se trata de un leve estrechamiento del stent, estaré un par de semanas tranquilo, el día 19 volveré a presentar la gala final de Gran Hermano Vip, y después me iré directamente de vacaciones", afirmó a este periódico hace unas semanas.
Enfrentarse de golpe con la enfermedad supuso un impacto para el presentador que, después de su recuperación, afirmó que el shock fue aún mayor porque se encontraba en uno de los mejores momentos físicos que recordaba en su vida.
Había adelgazado, combinaba sus apariciones casi diarias en la televisión con sus funciones de teatro, ese proyecto personal que comenzó en 2015 y que le apasiona.
Y de repente llegó el veredicto médico cuando se decidió a ir al hospital pensando que algún medicamento calmaría su dolor de cabeza:
"Esto es grave, hay que operar".
"El postoperatorio fue emocionalmente muy duro", contó a EL PAÍS,
"Cuando reaparecí un mes después de la operación en televisión una persona me envió un mensaje de Instagram preguntándome cómo lo había hecho y diciéndome que él estaba fatal de ánimo y no sabía que hacer.
No lo entendí porque yo me encontraba bien, pero a los cuatro meses sientes una especie de bajón emocional, parece que está tipificado.
Yo lo viví este verano y fue tremendo.
Se juntó con una crisis de edad.
Piensas que a los 49 años ya había finalizado todo, y en ese momento no te sirve de nada lo que te diga la gente, y aunque físicamente me sentía mejor que nunca se me juntó el bajón de ictus que es ese momento en el que te enfrentas a la muerte.
Lo pasé muy mal con mucha angustia y ansiedad".
Nada que ver con el espíritu con el que se enfrenta a esta nueva intervención:
"El ictus me ha servido para hacer una reflexión sobre qué es mi trabajo, lo que significa y no pelearme con él.
Voy todas las semanas a una psicóloga, pero lo hacía desde antes porque creo que para la gente que trabajamos en televisión es fundamental hacer terapia.
Sí, porque vives en una realidad paralela y hay que estar pendiente de no caer en la locura.
Para mí es fundamental", confesó.
Y concluyó: "He llegado a la conclusión de que soy una persona privilegiada, tengo algo importantísimo, la libertad de renunciar a esto.
Pero no lo voy a dejar.
Primero, porque después de tantísimos años trabajando en televisión empiezo a entender por primera vez mi trabajo, empiezo a disfrutarlo muchísimo y han desaparecido muchísimas ansiedades que me han acompañado durante tiempo.
Es un momento en el que me encuentro capacitado para seguir sin que me aporte angustia ni temor.".
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