Constantes vitales
A VECES ME pregunto cuántos difuntos hay en Madrid, no en el
cementerio, claro, sino en sus propias casas.
Quien dice Madrid dice Barcelona, Valencia, Bilbao, etcétera.
Es mucha la gente que fallece en su domicilio sin que nadie lo advierta hasta pasados unos meses, incluso unos años.
Guardo en la memoria el caso de una señora que se murió en el sofá del salón, viendo un programa de Tele 5 sin posibilidad alguna, lógicamente, de cambiar de canal.
Así permaneció la pobre todo ese tiempo. Piensa uno que no es lo mismo, aunque estés difunto, tragarse la programación de un canal de pago, con su cine de calidad y tal, que la de uno generalista, con Belén Esteban a todo trapo.
A lo mejor, el purgatorio consiste en pasar una temporada viendo Sálvame o Supervivientes por cruel que nos parezca.
Pero mucho mal tendría que haber hecho en vida esa mujer para merecerse tal castigo.
Quizá, en fin, no fuera más que un accidente.
Quien dice Madrid dice Barcelona, Valencia, Bilbao, etcétera.
Es mucha la gente que fallece en su domicilio sin que nadie lo advierta hasta pasados unos meses, incluso unos años.
Guardo en la memoria el caso de una señora que se murió en el sofá del salón, viendo un programa de Tele 5 sin posibilidad alguna, lógicamente, de cambiar de canal.
Así permaneció la pobre todo ese tiempo. Piensa uno que no es lo mismo, aunque estés difunto, tragarse la programación de un canal de pago, con su cine de calidad y tal, que la de uno generalista, con Belén Esteban a todo trapo.
A lo mejor, el purgatorio consiste en pasar una temporada viendo Sálvame o Supervivientes por cruel que nos parezca.
Pero mucho mal tendría que haber hecho en vida esa mujer para merecerse tal castigo.
Quizá, en fin, no fuera más que un accidente.
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