La actriz recibe el Premio Donostia y presenta el 'thriller' 'La red avispa', sobre el espionaje cubano en Estados Unidos en los noventa.
Es uno de los premios Donostia más jóvenes de la historia. Pero Penélope Cruz
es irrefutable.
Por currículo, por galardones, por resultados artísticos e incluso por sus apariciones públicas: bien por causas sociales o, como este viernes en San Sebastián, por un premio: la actriz iba de blanco impoluto, luciendo y enorgulleciéndose de sus 45 años.
Cruz empezó su encuentro con la prensa reflexionando sobre el cine: "Me ha enseñado mucho sobre mí misma.
He crecido en el cine.
Empecé a trabajar con 14 años, y rodé Jamón jamón con 18.
En el cine he aprendido sobre el comportamiento humano, algo que me fascina porque el ser humano y sus motivaciones no tienen fondo.
Eso me fascina en la interpretación. Yo jugaba de pequeña mucho sola a interpretar, lo que me obligaba a explorar dentro de mí.
El ego no tiene cabida en la preparación de un personaje".
Y ahondó: "Creces porque te hace tener empatía y comprensión por todos tus personajes, y eso que con algunos de ellos ni me tomaría a priori un café en la vida real".
¿Cómo es la vida hoy en España de una actriz de su talla?
"Paso bastante más tiempo ahora aquí que allí.
Hace años ocurrió al revés. Hoy soy madre y miro mucho dónde ruedo, y encajo los horarios.
Aún me doy de vez en cuando una vuelta por la calle de mi infancia, e impresiona", afirma la intérprete.
"Recordando mi viaje a Hollywood, mi historia nunca fue la de coger una maleta y un billete sin vuelta.
Eso me hubiera dado más miedo. Por eso, fui más tranquila aquella primera vez a rodar con Stephen Frears.
Durante los primeros cinco años, pasó así.
Nunca quise renunciar a rodar aquí o en el resto de Europa, en Francia o Italia", continúa. Cuando José Luis Rebordinos la llamó para anunciarle la concesión del premio Donostia, le preguntó si era el momento, por su juventud.
"Como soy un poco personaje Almodóvar pensé que algo malo ocurriría después.
Ya he hecho el trabajo de aceptación del premio", remató entre risas.
Una periodista le preguntó por tres creadores que la han ayudado a impulsar su carrera:
"A Pedro [Almodóvar] le leo la mente casi desde el primer día que le conocí.
A Bigas Luna le echo mucho de menos, más aún en días como hoy. Nos dio la primera oportunidad a Javier y a mí.
No nos pudimos despedir de él, porque mantuvo en secreto su enfermedad, decisión que respeto.
Y Fernando Trueba es también un cineasta muy importante en mi vida.
Recordad que Belle Epoque llegó justo después de Jamón jamón".
En el futuro de la ganadora del Oscar por Vicky Cristina Barcelona, siempre ha estado la dirección.
"La primera vez que verbalicé que quería dirigir fue con Pedro Almodóvar. Se lo dije en el bar Gloria.
Y me respondió que lo hiciera en ese momento, cuando era joven. Hoy tengo 45 años y sigo pensando en ello. No he tenido tiempo para ello, una buena señal, ¿no?".
En casa de la actriz no había referentes similares artísticos. "Cuando conté que quería ser actriz, les sonó igual que si hubiera dicho que deseaba ser astronauta.
Agradezco que nadie se riera de mí, su apoyo", contó con cierta emoción.
"En el cine he encontrado amigos como Goya Toledo, Salma Hayek y ahora Edgar Ramírez.
Por decir algunos.
Creas enlaces tan intensos en los rodajes que cuando se acabó el de Jamón jamón, el primero, me hundí.
Pensé que a lo mejor nunca repetiría, y Bigas Luna me espetó: 'Tranquila'. Gracias a Dios, así ha sido", comentó sobre sus compañeros de viaje.
A continuación, explicó: "Nosotros estamos para servir una historia y un personaje.
Nunca me ha atraído repetir roles o encarnar a alguien similar a mí. En el distanciamiento de ti mismo es cuando vuelas".
¿Cómo es la vida hoy en España de una actriz de su talla? "Paso bastante más tiempo ahora aquí que allí. Hace años ocurrió al revés. Hoy soy madre y miro mucho dónde ruedo, y encajo los horarios. Aún me doy de vez en cuando una vuelta por la calle de mi infancia, e impresiona", afirma la intérprete. "Recordando mi viaje a Hollywood, mi historia nunca fue la de coger una maleta y un billete sin vuelta. Eso me hubiera dado más miedo. Por eso, fui más tranquila aquella primera vez a rodar con Stephen Frears. Durante los primeros cinco años, pasó así. Nunca quise renunciar a rodar aquí o en el resto de Europa, en Francia o Italia", continúa.
Cuando José Luis Rebordinos la llamó para anunciarle la concesión del premio Donostia, le preguntó si era el momento, por su juventud. "Como soy un poco personaje Almodóvar pensé que algo malo ocurriría después. Ya he hecho el trabajo de aceptación del premio", remató entre risas.
Por currículo, por galardones, por resultados artísticos e incluso por sus apariciones públicas: bien por causas sociales o, como este viernes en San Sebastián, por un premio: la actriz iba de blanco impoluto, luciendo y enorgulleciéndose de sus 45 años.
Cruz empezó su encuentro con la prensa reflexionando sobre el cine: "Me ha enseñado mucho sobre mí misma.
He crecido en el cine.
Empecé a trabajar con 14 años, y rodé Jamón jamón con 18.
En el cine he aprendido sobre el comportamiento humano, algo que me fascina porque el ser humano y sus motivaciones no tienen fondo.
Eso me fascina en la interpretación. Yo jugaba de pequeña mucho sola a interpretar, lo que me obligaba a explorar dentro de mí.
El ego no tiene cabida en la preparación de un personaje".
Y ahondó: "Creces porque te hace tener empatía y comprensión por todos tus personajes, y eso que con algunos de ellos ni me tomaría a priori un café en la vida real".
¿Cómo es la vida hoy en España de una actriz de su talla?
"Paso bastante más tiempo ahora aquí que allí.
Hace años ocurrió al revés. Hoy soy madre y miro mucho dónde ruedo, y encajo los horarios.
Aún me doy de vez en cuando una vuelta por la calle de mi infancia, e impresiona", afirma la intérprete.
"Recordando mi viaje a Hollywood, mi historia nunca fue la de coger una maleta y un billete sin vuelta.
Eso me hubiera dado más miedo. Por eso, fui más tranquila aquella primera vez a rodar con Stephen Frears.
Durante los primeros cinco años, pasó así.
Nunca quise renunciar a rodar aquí o en el resto de Europa, en Francia o Italia", continúa. Cuando José Luis Rebordinos la llamó para anunciarle la concesión del premio Donostia, le preguntó si era el momento, por su juventud.
"Como soy un poco personaje Almodóvar pensé que algo malo ocurriría después.
Ya he hecho el trabajo de aceptación del premio", remató entre risas.
Una periodista le preguntó por tres creadores que la han ayudado a impulsar su carrera:
"A Pedro [Almodóvar] le leo la mente casi desde el primer día que le conocí.
A Bigas Luna le echo mucho de menos, más aún en días como hoy. Nos dio la primera oportunidad a Javier y a mí.
No nos pudimos despedir de él, porque mantuvo en secreto su enfermedad, decisión que respeto.
Y Fernando Trueba es también un cineasta muy importante en mi vida.
Recordad que Belle Epoque llegó justo después de Jamón jamón".
En el futuro de la ganadora del Oscar por Vicky Cristina Barcelona, siempre ha estado la dirección.
"La primera vez que verbalicé que quería dirigir fue con Pedro Almodóvar. Se lo dije en el bar Gloria.
Y me respondió que lo hiciera en ese momento, cuando era joven. Hoy tengo 45 años y sigo pensando en ello. No he tenido tiempo para ello, una buena señal, ¿no?".
En casa de la actriz no había referentes similares artísticos. "Cuando conté que quería ser actriz, les sonó igual que si hubiera dicho que deseaba ser astronauta.
Agradezco que nadie se riera de mí, su apoyo", contó con cierta emoción.
"En el cine he encontrado amigos como Goya Toledo, Salma Hayek y ahora Edgar Ramírez.
Por decir algunos.
Creas enlaces tan intensos en los rodajes que cuando se acabó el de Jamón jamón, el primero, me hundí.
Pensé que a lo mejor nunca repetiría, y Bigas Luna me espetó: 'Tranquila'. Gracias a Dios, así ha sido", comentó sobre sus compañeros de viaje.
A continuación, explicó: "Nosotros estamos para servir una historia y un personaje.
Nunca me ha atraído repetir roles o encarnar a alguien similar a mí. En el distanciamiento de ti mismo es cuando vuelas".
¿Cómo es la vida hoy en España de una actriz de su talla? "Paso bastante más tiempo ahora aquí que allí. Hace años ocurrió al revés. Hoy soy madre y miro mucho dónde ruedo, y encajo los horarios. Aún me doy de vez en cuando una vuelta por la calle de mi infancia, e impresiona", afirma la intérprete. "Recordando mi viaje a Hollywood, mi historia nunca fue la de coger una maleta y un billete sin vuelta. Eso me hubiera dado más miedo. Por eso, fui más tranquila aquella primera vez a rodar con Stephen Frears. Durante los primeros cinco años, pasó así. Nunca quise renunciar a rodar aquí o en el resto de Europa, en Francia o Italia", continúa.
Cuando José Luis Rebordinos la llamó para anunciarle la concesión del premio Donostia, le preguntó si era el momento, por su juventud. "Como soy un poco personaje Almodóvar pensé que algo malo ocurriría después. Ya he hecho el trabajo de aceptación del premio", remató entre risas.
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