Siempre entre las nubes hay esos huequitos de Sol que te dan valor.
Un Blues
Del material conque están hechos los sueños
28 sept 2019
La vida de ida y vuelta de los hijos de Miguel Bosé
Los cuatro
niños han alternado su verano entre el chalé del cantante en Madrid y
Chelva, el pueblo donde vive Nacho Palau y donde los pequeños han
disfrutado del reencuentro paseando en bicicleta y haciendo excursiones
por el monte.
Hace dos días Miguel Bosé
publicaba una imagen suya en Instagram en la que aparecía totalmente
vestido de blanco y con la que se despedía del verano:
"Adiós veranito
hoy empieza el otoño y con él, la plenitud del año".
Hacía referencia al
fin de una de las cuatro estaciones del año, pero ese tiempo que muchos
relacionan con las vacaciones y los momentos de ocio acabó para el
cantante semanas antes, cuando volvió a México a finales de agosto de
cara al inicio del curso escolar de los mellizos Tadeo y Diego, los dos hijos que viven con él en el país azteca.
Ivo y Telmo, los otros dos niños que el artista siempre presentó
como propios, y que son siete meses menores que sus hermanos, se
quedaron en Chelva, el pueblo del interior de Valencia en el que viven
junto a su padre, Nacho Palau, quien fue la pareja de Bosé durante 26
años.
Junio de 2018 fue el mes del cisma de esta familia no
convencional formada por Miguel Bosé, Nacho Palau y sus cuatro hijos,
todos ellos concebidos por vientre de alquiler: Tadeo y Diego son hijos
biológicos del cantante; Ivo y Telmo, hijos biológicos de Nacho Palau. Los cuatro se criaron juntos como hermanos durante casi 8 años y, aunque
las diferencias entre sus progenitores ya venían de antes, los niños
permanecieron unidos en el mismo domicilio hasta el inicio del verano de
2018 . Desde entonces no volvieron a verse en persona y las
conversaciones telemáticas sustituyeron durante meses a las
presenciales, una decisión que el entorno de la expareja asegura iba en
contra de los deseos de Palau. Sin embargo algo ha cambiado, porque 2019 ha sido el verano de su reencuentro.
Nacho Palau y Miguel Bosé.Instagram
A pesar de que los procedimientos judiciales que enfrentan a Bosé y Palau siguen su curso,
ambos consiguieron llegar a un acuerdo antes del fin del pasado curso
escolar y se establecieron medidas cautelares referidas exclusivamente
al régimen de visitas de los hermanos. Un concierto que básicamente
consiste en que se vean y estén juntos alternativamente con sus padres
en períodos vacacionales, fundamentalmente durante el verano ya que los
más de 9.000 kilómetros que les separan no facilitan otra fórmula por
ahora.
Bosé aterrizó en Madrid con Tadeo y Diego a finales de junio y
desde entonces y hasta su regreso a México los cuatro niños han
alternando una semana con cada uno de sus padres. En el chalet que
Miguel posee en la urbanización Somosaguas de Pozuelo de Alarcón, en
Madrid; y en la casa de la madre de Nacho en Chelva, con quien vive el
escultor y ceramista desde hace un año.
Dos estilos de vida muy distintos para cuatro niños que han
disfrutado de volver a estar unidos y también de poder ver al otro padre
que no está con ellos. Quienes saben cómo fue el reencuentro utilizan
la palabra "emocionante". "Al principio hubo muchos abrazos y muchas
ganas de contarse todo lo que no habían podido durante este tiempo",
afirma una persona próxima a ellos. "Después volvió la normalidad y unas
veces se adoraban y otras se peleaban como pasa con todos los
hermanos". Un retrato familiar al que se unía, durante el tiempo que
estaban en Valencia, la sobrina de Nacho Palau, Daniela que tiene casi
la misma edad que sus primos.
Bosé con sus cuatro hijos en Disneylandia en una fotografía que publicó en 2017 en su cuenta de Instagram.
Del tiempo que han pasado con Miguel Bosé se sabe muy poco. Alguna
imagen robada mostró a los hermanos entrando o saliendo de una furgoneta
con cristales tintados en Madrid y se presupone que en la casa de
Somosaguas han continuado el estilo de vida que llevaron siempre,
cuidados por personal de servicio y por Bosé, que ha recuperado la sonrisa y se muestra con mejor aspecto físico que hace unos meses.
En Chelva la convivencia fue distinta, más modesta y más libre. La consigna era relajarse, disfrutar y saltarse los horarios si hacía
falta. La gente del pueblo pudo ver a la familia montando en bicicleta,
paseando por el monte o en el utilitario que conduce Palau y en el que
por altura ya solo Ivo necesita silla portaniños. Ninguna imagen
atestigua su presencia pero muchos de los casi 1.500 habitantes del
pueblo se cruzaron con ellos e incluso advirtieron a Palau si vieron
algo extraño que pudiera delatar la presencia de cámaras. Desde finales de agosto, unos y otros han vuelto a sus respectivas
rutinas. También sus padres, que no han llegado a ningún acuerdo
económico que contemple una pensión de alimentos para los dos hijos que
se han quedado con Nacho Palau. Fue en octubre de 2018 cuando se conoció públicamente su existencia en la vida de Bosé. Ocurrió precisamente cuando Palau encargó a un despacho de abogados que
se ocupara de defender “sus derechos y los de sus hijos menores”. El
juicio en el que reclama la doble filiación de los niños
—es decir que se reconozca legalmente que los cuatro son hermanos con
igualdad de derechos y que ambos progenitores lo son legalmente de todos
ellos pese a su procedencia biológica — ya tiene fecha y se celebrará
antes de fin de año. Pero es previsible que la resolución final se
alargue con recursos que pueden llegar hasta el Tribunal Supremo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario