La pareja, calificada como "perfecta" en las encuestas de popularidad, ha tenido que solventar en el pasado importantes problemas.
Ahora se enfrentan al cáncer de la periodista y a los problemas cardíacos del portero.
Mábel Galaz
En ellos dos, contaban los
expertos en imagen, se veía a una pareja joven, guapa y triunfadora.
Por eso, a la periodista se la rifaban las firmas para sus campañas de
imagen. Por eso, Iker Casillas se lanzó también al mundo de la
publicidad.
Pero no ha sido todo de color de rosa en estos años; aunque
nada tan dramático como que en 20 días el portero haya sufrido un infarto y que Carbonero haya sido operada de un cáncer de ovario.
En los últimos días, todas las miradas estaban puestas en Casillas, en su recuperación.
Y de ahí las especulaciones sobre si seguiría ligado al mundo del fútbol en el cuerpo técnico del Oporto o regresaría a España. Porque lo que él ya sabe es que los médicos le han desaconsejado colocarse de nuevo bajo los palos de la portería.
Pero la pareja, pocos días después de regresar a su hogar portugués con un convaleciente Iker, descubría que tenía por delante otra batalla que librar.
En un control rutinario, los doctores le detectaban a la periodista un tumor en uno de los ovarios.
Una vez operada —la intervención fue el pasado viernes 10 de mayo en la clínica Ruber de Madrid—, descubierto que era cancerígeno y diseñado el tratamiento posterior, Sara Carbonero decidió contarlo en Instagram.
Horas antes, ella había publicado un post deseando ánimo y mostrando su amor a su marido que cumplía 38 años, en un aniversario no muy feliz, como él mismo se encargó de contar. "Esta vez, no ha sido un gran cumpleaños", confesaba el propio Casillas en el arranque de su mensaje.
"Estoy seguro de que en algún momento de vuestras vidas os ha pasado alguna cosa, ese día o días atrás, que hace que no tengáis tan buen recuerdo.
No estamos exentos de que eso nos pase.
Aún así, he tenido que posar y mostrar esta cara algo alegre", relataba el integrante del Oporto.
Lo que nadie sospechaba era que el portero estaba pensando en su esposa, también convaleciente.
"Cuando aún no nos habíamos recuperado de un susto, la vida nos ha vuelto a sorprender.
Esta vez me ha tocado a mí, esa dichosa palabra de seis letras que todavía me cuesta escribir", cuenta Carbonero en su publicación en la red social y para sus 2,3 millones de seguidores.
"Hace unos días en una revisión, los médicos me vieron un tumor maligno de ovario y ya he sido operada.
Todo ha salido muy bien, afortunadamente lo hemos pillado muy a tiempo, pero todavía me quedan unos meses de lucha mientras sigo el tratamiento correspondiente.
Estoy tranquila y con la confianza de que todo va a salir bien.
Sé que el camino será duro pero también que tendrá un final feliz. Cuento con el apoyo de mi familia y amigos y con un gran equipo médico.
Aprovecho para pedir desde aquí a mis compañeros periodistas el respeto y la comprensión con los que siempre me habéis tratado, especialmente en estos momentos tan difíciles y delicados para mí y mi familia", concluye.
La periodista ha desvelado que, tras la operación, deberá someterse a
un tratamiento.
Si le cuesta pronunciar la palabra de seis letras, cáncer, lo mismo le sucede con la palabra quimioterapia.
Y es que, aunque el tumor ha sido detectado en una fase muy temprana, los médicos recomiendan seguir este procedimiento para asegurarse una total recuperación. Los pronósticos son muy optimistas.
La pareja, tras el tsunami de emociones vivido en solo 20 días, debe planificar su vida. Casillas quiere seguir ligado al fútbol pero el tratamiento de su esposa probablemente le lleve a decidir regresar a España.
Y de ahí las especulaciones sobre si seguiría ligado al mundo del fútbol en el cuerpo técnico del Oporto o regresaría a España. Porque lo que él ya sabe es que los médicos le han desaconsejado colocarse de nuevo bajo los palos de la portería.
Pero la pareja, pocos días después de regresar a su hogar portugués con un convaleciente Iker, descubría que tenía por delante otra batalla que librar.
En un control rutinario, los doctores le detectaban a la periodista un tumor en uno de los ovarios.
Una vez operada —la intervención fue el pasado viernes 10 de mayo en la clínica Ruber de Madrid—, descubierto que era cancerígeno y diseñado el tratamiento posterior, Sara Carbonero decidió contarlo en Instagram.
Horas antes, ella había publicado un post deseando ánimo y mostrando su amor a su marido que cumplía 38 años, en un aniversario no muy feliz, como él mismo se encargó de contar. "Esta vez, no ha sido un gran cumpleaños", confesaba el propio Casillas en el arranque de su mensaje.
"Estoy seguro de que en algún momento de vuestras vidas os ha pasado alguna cosa, ese día o días atrás, que hace que no tengáis tan buen recuerdo.
No estamos exentos de que eso nos pase.
Aún así, he tenido que posar y mostrar esta cara algo alegre", relataba el integrante del Oporto.
Lo que nadie sospechaba era que el portero estaba pensando en su esposa, también convaleciente.
"Cuando aún no nos habíamos recuperado de un susto, la vida nos ha vuelto a sorprender.
Esta vez me ha tocado a mí, esa dichosa palabra de seis letras que todavía me cuesta escribir", cuenta Carbonero en su publicación en la red social y para sus 2,3 millones de seguidores.
"Hace unos días en una revisión, los médicos me vieron un tumor maligno de ovario y ya he sido operada.
Todo ha salido muy bien, afortunadamente lo hemos pillado muy a tiempo, pero todavía me quedan unos meses de lucha mientras sigo el tratamiento correspondiente.
Estoy tranquila y con la confianza de que todo va a salir bien.
Sé que el camino será duro pero también que tendrá un final feliz. Cuento con el apoyo de mi familia y amigos y con un gran equipo médico.
Aprovecho para pedir desde aquí a mis compañeros periodistas el respeto y la comprensión con los que siempre me habéis tratado, especialmente en estos momentos tan difíciles y delicados para mí y mi familia", concluye.
Si le cuesta pronunciar la palabra de seis letras, cáncer, lo mismo le sucede con la palabra quimioterapia.
Y es que, aunque el tumor ha sido detectado en una fase muy temprana, los médicos recomiendan seguir este procedimiento para asegurarse una total recuperación. Los pronósticos son muy optimistas.
La pareja, tras el tsunami de emociones vivido en solo 20 días, debe planificar su vida. Casillas quiere seguir ligado al fútbol pero el tratamiento de su esposa probablemente le lleve a decidir regresar a España.
Carbonero, que tiene sus médicos en Madrid, parece
que prefiere volver para tener cerca a su madre y a su hermana. La pareja sigue teniendo su casa en la urbanización madrileña de La
Finca, en Pozuelo de Alarcón, donde puede instalarse con sus hijos
Martín y Lucas.
Precisamente la noticia de la enfermedad de Carbonero
llega cuando todavía resuenan unas declaraciones en las que aseguraba
que aún pensaba tener más hijos.
Lo que sí tendrá que dejar de momento la periodista es su trabajo en Cuatro,
donde regresó hace poco más de tres meses con un programa de
entrevistas a deportistas tras un tiempo dedicada a su familia y a sus negocios en la moda.
Fue realizando un reportaje en Tarifa cuando supo que Iker había sufrido un infarto.
En las últimas horas, las redes sociales se han llenado de mensajes de apoyo a ambos.
Desde Alejandro Sanz a Carles Puyol, todos hablan de su fortaleza para sortear los envites.
En la memoria están las críticas de tinte machista que Carbonero sufrió en la primera fase de su relación con Casillas.
Los problemas del portero con José Mourinho que forzaron su salida del Madrid y de la selección española.
Y, entre medias, las desavenencias familiares del futbolista con sus padres cuando este quiso hacerse con el control de sus financias y negocios, lo que provocó un largo periodo de incomunicación.
Detrás de toda historia, por muy de color de rosa que se vea desde fuera, hay sombras.
Casillas y Carbonero son un claro ejemplo de ello, pero también de superación.
Con 38 y 35 años respectivamente tienen por delante un nuevo reto que afrontan más unidos que nunca y con el cariño de siempre de la gente que sigue viéndoles como la pareja perfecta.
Fue realizando un reportaje en Tarifa cuando supo que Iker había sufrido un infarto.
En las últimas horas, las redes sociales se han llenado de mensajes de apoyo a ambos.
Desde Alejandro Sanz a Carles Puyol, todos hablan de su fortaleza para sortear los envites.
En la memoria están las críticas de tinte machista que Carbonero sufrió en la primera fase de su relación con Casillas.
Los problemas del portero con José Mourinho que forzaron su salida del Madrid y de la selección española.
Y, entre medias, las desavenencias familiares del futbolista con sus padres cuando este quiso hacerse con el control de sus financias y negocios, lo que provocó un largo periodo de incomunicación.
Detrás de toda historia, por muy de color de rosa que se vea desde fuera, hay sombras.
Casillas y Carbonero son un claro ejemplo de ello, pero también de superación.
Con 38 y 35 años respectivamente tienen por delante un nuevo reto que afrontan más unidos que nunca y con el cariño de siempre de la gente que sigue viéndoles como la pareja perfecta.
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