Deva Cassel se incorpora al mediático mundo de sus padres y se convierte en imagen de la firma Dolce & Gabbana con solo 14 años.
Monica Bellucci y Vincent Cassel han sido durante dos décadas una de las parejas más poderosas del cine europeo y del star system global.
Tan glamurosos como discretos, salieron juntos desde mediados de los años noventa, se casaron en 1999 y su separación sorprendió a todos en 2013.
Sin embargo, la familia que formaron no ha dejado de acaparar la atención mediática y parece que ha encontrado repuesto generacional.
Su hija mayor, de solo 14 años, ya apunta maneras como modelo.
Deva Cassel nació en el año 2004, cuando sus padres llevaban cinco años casados.
Cumplirá los 15 el próximo septiembre, pero para entonces ya habrá dado sus primeros pasos como modelo.
Aunque todavía no se ha subido a las pasarelas (muchas de ellas no admiten menores de 16 o 18 años), ya ha grabado un anuncio nada menos que para la firma italiana Dolce&Gabbana.
Unas imágenes suyas se filtraron a primeros de abril y en ellas se la veía en la ciudad italiana de Ravello, con un vestido blanco y zapatillas de deporte, mientras rodaba el spot.
Según quienes allí estaban presentes, su madre, Monica Belluci, estuvo acompañando y muy atenta a cada paso que daba la pequeña.
Poco después la propia marca confirmó que Deva sería la imagen de sus perfumes en la próxima temporada primavera-verano 2020. Algo que la sitúa al nivel de Scarlett Johansson, Laetitia Casta, Gisele Bündchen o la actual representante de las fragancias de la casa, la actriz Emilia Clarke, Daenerys en Juego de Tronos.
Aunque sus padres no han escondido sus nacimientos —de hecho, Bellucci posó embarazada de la pequeña en una icónica portada de Vanity Fair— ni a las pequeñas, tampoco han estado expuestas al público, de ahí que llame la atención el salto mediático de Deva cuando todavía es casi una niña.
Su padre también colgó una foto junto a ella en sus redes en septiembre de 2017, cuando cumplió 13 años, pero cuando era un bebé.
"Eres el regalo más bonito que me ha dado el universo", escribía el actor en la imagen.
Cassel pronto recibirá otro regalo, puesto que su nueva esposa, la modelo francesa de 22 años Tina Kunakey, está esperando el que será su primer hijo en común.
La pareja contrajo matrimonio a finales de agosto en la localidad vasco francesa de Bidart en una ceremonia pequeña con un centenar de invitados, entre ellos actores como Elie Semoun, Gilles Lellouche y Adèle Exarchopoulos.
Sus padres, Monica Belluci, de 54 años, y Vincent Cassel, de 52, han aparecido con ella en paseos, aeropuertos y vacaciones, e incluso ha acompañado a su madre en alguna fiesta.
Alta, morena y de pelo ondulado, la joven guarda un evidente parecido con su madre.
Algo que se ha podido ver en las únicas tres imágenes que tiene en su perfil público de Instagram, donde tiene unos 3.200 seguidores.
Su padre también colgó una foto junto a ella en sus redes en septiembre de 2017, cuando cumplió 13 años, pero cuando era un bebé.
"Eres el regalo más bonito que me ha dado el universo", escribía el actor en la imagen.
Cassel pronto recibirá otro regalo, puesto que su nueva esposa, la modelo francesa de 22 años Tina Kunakey, está esperando el que será su primer hijo en común.
La pareja contrajo matrimonio a finales de agosto en la localidad vasco francesa de Bidart en una ceremonia pequeña con un centenar de invitados, entre ellos actores como Elie Semoun, Gilles Lellouche y Adèle Exarchopoulos.
"El hombre con el que comparto mi vida no se dedica a lo mismo que yo, pero viaja mucho", declaraba sobre él a Paris Match el pasado noviembre.
"Su ritmo de vida le permite entender la mía", aseguraba acerca del artista.
Poco después de separarse la actriz afirmaba en Vanity Fair que durante la mayor parte de su vida había tenido una pareja al lado y que ahora estaba "muy bien, muy conectada" consigo misma.
De hecho, ahora se ha convertido en imagen de marcas como Nivea, ha protagonizado portadas y editoriales para revistas como Elle, Grazia, Paris Match, Esquire o Madame Figaro y volvió a desfilar para Dolce&Gabbana hace un año, algo que no hacía desde 1992.
"Me gustaría trasmitir este mismo mensaje a mis hijas para que sean conscientes de que no es obligatorio tener un marido o un compañero.
La soledad no debe asustarnos", explicaba entonces la ganadora del premio Donostia.
El gusto por la soledad no parece haberle ha durado demasiado a la actriz, pero el amor que siente por la moda sí que ha sabido hacérselo llegar a sus retoños.
No hay comentarios:
Publicar un comentario