Cäcilie Albrecht, que falleció el pasado noviembre, ha dispuesto que sus nietos y la viuda de su hijo no puedan tomar ninguna decisión al frente de la cadena de supermercados.
M. P.
- Los supermercados Aldi nacieron de forma frugal en una familia discreta, y así se han mantenido a lo largo de sus setenta años de vida.
- Gracias a esa filosofía de la sobriedad han logrado convertirse en un imperio con establecimientos en Alemania, pero también en media Europa, incluida España (con más de 270 tiendas), China, Estados Unidos y Australia.
- Saltarse ese estilo de vida casi monacal se considera un pecado para los Albrecht, el clan que dio vida y sigue gestionando estos establecimientos.
- De ahí que un grupo de sus herederos haya sido expulsado de la toma de decisiones de este imperio comercial por fiesteros y derrochadores, y por gastar en champán y diamantes parte de los 41.500 millones en los que se calculan los bienes de la familia..
- La cadena nació en 1946 de una sencilla tienda de
ultramarinos en la ciudad de Essen, al noroeste de Alemania, fundada por
los hermanos Karl y Theodor Albrecht y por la esposa de este, Cäcilie.
Rápidamente lograron gran éxito: hoy las llamadas Aldi Norte y Aldi Sur
—así lo dividieron los hermanos para gestionar cada uno una región del
mundo— suman 10.000 tiendas y un valor que se calcula en 50.000 millones
de euros
. Theo falleció en 2010 y Karl en 2014. Desde entonces, el mando de Albrecht Diskont, nombre original de la empresa y de la que sale su acrónimo, lo ha tenido Cäcilie.
Apodada Cilly, Cäcilie murió el pasado noviembre y su testamento se ha conocido ahora.
En él hay una disposición clara: dejar al margen de las decisiones de la empresa a su nuera Babette —viuda de su hijo Berthold, fallecido en 2012— y a los cinco hijos de esta.
Según recoge The Guardian, la matriarca acusa a los seis de haber derrochado más de 100 millones de euros del patrimonio familiar.
Los Albrecht llevan sin abrir la boca durante décadas; una imagen que se blindó especialmente tras el secuestro de Theo, el patriarca, durante 18 días a finales de 1971.
A sus 60 años, Babette no casa con esa imagen de discreción, menos aún desde que se quedó viuda de Berthold Albrecht en diciembre de 2012, cuando el empresario falleció a los 58 años. A él se le calculaba una fortuna de 16.000 millones de euros y su discreción era tal que ni siquiera se conocieron las causas de su muerte.
Poco habituados a bailes y fiestas de sociedad —de hecho, no dan ni entrevistas—, ahora es fácil distinguir a Babette en el papel cuché, posando en el Oktoberfest, pero también en galas de beneficiencia, pasarelas de moda, fiestas de cumpleaños, exclusivas funciones de la Ópera de Viena y hasta programas de televisión.
Lejos de mantener una imagen sobria, es habitual verla con vestidos de gala e imponentes joyas.
Además, según The Guardian, es aficionada a las obras de arte y los coches. Caros, por supuesto.
Antes de morir, el propio Berthold dispuso la creación de varias fundaciones para gestionar las cuentas empresariales y que quedaran separadas de las familiares.
Las tres fundaciones son Markus (con el 61% de las acciones y que gestionó hasta su muerte la propia Cäcilie), Lukas (que maneja el segundo hijo de los fundadores, Theo Jr.) y Jakobus (que llevaba Berthold hasta que murió en 2012 y hasta ahora conducen Babette y los suyos).
Estas dos últimas suponen un 19,5% de las acciones de Aldi Norte.
Ahora el testamento de la matriarca se ha filtrado a los medios alemanes, en concreto al Bild, que afirma que su último deseo se dio a conocer en febrero en un tribunal de Essen pero que solo se ha hecho público ahora.
"Con este documento me comprometo a garantizar la conservación de la filosofía de nuestra familia, que es servir al grupo Aldi Norte y fomentarlo, al mismo tiempo que dejar de lado los intereses propios y practicar un estilo de vida modesto y abstemio", recoge el testamento, según The Guardian.
Las sospechas sobre la vida disoluta de Babette, a la que los medios alemanes llaman "la viuda alegre", no parten únicamente de Cäcilie.
El propio marido de Babette estaba preocupado por su comportamiento, según cuenta el testamento de la matriarca. "El propio Berthold dijo en vida que tenía considerables dudas de la idoneidad de sus hijos para respetar el trabajo que había hecho mi marido a lo largo de su vida que, con mi apoyo, creó el consorcio Aldi Norte, y para servir a ese trabajo con respeto y con la responsabilidad hacia sus miles de empleados".
Y para la propia Cäcilie, que la fundación Markus pasara a manos de sus nietos y que la trataran del modo en el que habían tratado a la que han heredado de su padre, la fundación Jakobus, la llenaba "de enorme tristeza y preocupación".
Los abogados de Babette y sus hijos aseguran que "desde la muerte de su padre, siempre han estado preocupados por el bienestar de Aldi Norte" y que no van a hablar públicamente al respecto.
Sin embargo, la viuda de Berthold ha concedido algunas entrevistas, como a la revista francesa Gala, en un gesto inédito en la familia.
Ahí charló de forma distendida sobre sus fiestas o sus comidas favoritas.
Algo que hizo que Cäcilie la quisiera lejos hasta en su muerte: ella y sus hijos fueron vetados de su funeral.
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