Carlos E. Cué
Pedro Sánchez (nacido en Madrid hace 47 años) camina lanzado hacia su primera victoria electoral después de dos durísimas derrotas, una destitución al frente de su partido,
un regreso triunfal en sus segundas primarias y una moción de censura
exitosa.
El presidente se prepara para gobernar con Podemos y otros
aliados pero no lo da ni mucho menos por hecho y trata de movilizar para
evitar que la derecha dé el vuelco y sume como en Andalucía.
Pregunta. Decenas de miles de jóvenes se manifiestan
en toda Europa y en España porque creen que sus políticos no hacen
frente a un problema gravísimo que es el cambio climático.
¿Por qué no
se habla de temas como este en la campaña electoral ni en los debates?
Respuesta. Suele ser un debate que no entra dentro
de las prioridades de la conversación mediática.
Pero este Gobierno ha
sentado las bases para esa transición ecológica de la economía.
Hemos
aprobado un plan nacional integrado de energía que ha situado en el año
2050 que nuestra economía sea neutra en carbón. En el año 2030 vamos a
tener en torno a un 47% de utilización de energías limpias, frente al
17% que tenemos ahora.
P. ¿Cree que los debates fueron espectáculos edificantes?
R. Yo creo que todo debate es positivo porque das a
conocer tu proyecto político.
Es evidente que la derecha está viviendo
unas primarias. Hay una batalla campal para a ver quién compite por la
medalla de plata, por el segundo puesto.
Pero también hay un riesgo
real. Nadie daba que Trump iba a ser presidente de EE UU y lo ha
conseguido. Nadie pensaba que Bolsonaro pudiera ser presidente de
Brasil.
Nadie pensaba que en Andalucía iba a gobernar la derecha con la
ultraderecha y lo está haciendo.
Tenemos un riesgo real, que sume la
derecha con la ultraderecha y puedan hacer en España lo que están
haciendo en Andalucía.
El único partido que puede frenar el paso a la
derecha y a la ultraderecha es el PSOE.
P. ¿Por qué crece tanto Vox? ¿Puede ser una respuesta a la moción de censura?
R. No. En las conversaciones que yo tuve con Mariano
Rajoy cuando era presidente del Gobierno, una de las cosas que más me
llamaba la atención es que él ya me hablaba de la ultraderecha en
España, de Vox.
Esto no lo he dicho nunca.
Cuando Rajoy era presidente,
Vox ya estaba en el radar de la derecha, en sus estudios demoscópicos.
Eso tiene mucho que ver con el fracaso del proyecto político de la derecha en cuanto a la regeneración democrática,
en cuanto a la lucha contra la desigualdad, que es uno de los
principales males que tiene nuestro país.
Y también su fracaso en evitar
la crispación territorial que se vivió en 2017.
La ultraderecha siempre
ha existido en nuestro país, fuera o dentro del PP.
Es una amenaza
real, y es una ultraderecha temible, porque estamos hablando de gente
que lleva a franquistas confesos en sus listas, que niega el Holocausto,
que piensa que esto de la violencia de género es un camelo, que el
cambio climático es algo que no existe y que las autonomías tienen que
ser suprimidas.
Y resulta que aquellos que se tachan de
constitucionalistas a quien le ponen un cordón sanitario es al PSOE.
Con independencia de que en otros momentos, incluso en las próximas
elecciones municipales y autonómicas, haya gente que vaya a votar a
otros, el próximo 28 de abril nos estamos jugando si gana el bloque de
la involución o lo frenamos votando al PSOE.
P. En los debates se le ha visto muy cómodo con Pablo Iglesias.
R. Yo con el señor Iglesias y con Unidas Podemos
solamente puedo tener palabras de gratitud.
Hay una lección de estos
diez meses y es que la izquierda puede entenderse cuando quiere y hacer
cosas buenas por la mayoría social de este país.
Esa es la enorme
oportunidad que tenemos a partir del próximo 28 de abril: dar respuestas
desde la izquierda a los nuevos desafíos de la España del siglo XXI.
P. ¿Y Ciudadanos?
R. Hay una enorme decepción. Ciudadanos ha abrazado a la ultraderecha y ha empezado su declive como proyecto político.
P. ¿Qué le pasa con Albert Rivera? ¿Es personal? En los debates parece que hay más que política.
R. No, en absoluto.
P. Estuvieron a punto de hacer un Gobierno y ahora todo el mundo da por imposible…
R. Es muy decepcionante.
Rivera apareció como un
líder político que venía a regenerar la vida democrática de este país y
acabó votando en contra de la moción de censura.
El señor Rivera dice
‘hay que echar a Sánchez, es una emergencia nacional’.
Pero también pone
un cordón sanitario en la Comunidad Valenciana o en Madrid. ¿Ángel
Gabilondo también es un peligro público?
P. Si la opción es acuerdo PSOE-Ciudadanos o repetir las elecciones, ¿cambiaría de opinión Rivera?
R. El lunes será el lunes, pero antes está el 28 de abril.
P. ¿Está utilizando a Vox para movilizar a la izquierda?
R. Es evidente que existe una amenaza real y yo no puedo ocultar algo que me parece que es importante que conozcan los españoles.Si el bloque de la involución triunfa, aquí habrá más desigualdad,
volverá la corrupción, porque el PP no se ha regenerado, y se enquistará
la crispación política y la confrontación territorial. Este país
necesita un horizonte de concordia nacional en torno a estos desafíos,
el de la transición ecológica, el de la desigualdad, el del empleo
digno, el de la protección de los autónomos, el de una contribución
positiva de España al proyecto europeo, que está debilitado.
P. ¿Qué le dice Macron sobre Ciudadanos?
R. Es evidente que yo tengo buena relación con el
presidente de la República Francesa.
No puedo desvelar mis
conversaciones privadas con los líderes europeos.
Lo que sí le puedo
garantizar es que en la familia liberal europea hay auténtico estupor
con la actitud de Rivera, no lo comprenden.
P. ¿Hay preocupación en los líderes europeos porque exista una fuerza antieuropea potente dentro del Parlamento Europeo?
R. Sin duda.
Los enemigos de Europa no solamente
están fuera. Están dentro. Hay un movimiento reaccionario.
Uno de los
datos que más me ha llamado la atención es que, según una encuesta que
leí hace pocos días, España es el segundo país del mundo donde se es más
pesimista respecto al futuro de nuestros hijos.
Ese caldo de cultivo,
ese miedo al futuro, es precisamente lo que alimenta la reacción.
Tenemos que luchar todos juntos contra ella.
P. ¿Por qué se niega a una coalición con Podemos?
¿Por qué hay tanta resistencia en España a las coaliciones que es lo más
normal en Europa?
R. No me he negado nunca.
P. Bueno, ha dicho que quiere gobernar en solitario. Podemos quiere una coalición.
R. Los españoles han podido ver que en estos diez
meses nosotros con 84 diputados hemos puesto en marcha el pacto de
Estado contra la violencia de género, hemos regularizado más de 240.000
empleos que eran precarios y ahora mismo son contratos indefinidos,
hemos recuperado el subsidio al desempleo para los parados de más de 52
años, hemos recuperado la cotización a la Seguridad Social de las
mujeres cuidadoras de los dependientes, hemos revertido los recortes
educativos...
P. ¿Pero si Podemos le pide entrar en el Gobierno, es un problema para usted?
R. ¿Para mí? Vamos a ver. ¿Cómo va a ser un problema para mí gobernar?
P. Que entre en el Gobierno Podemos.
R. No es ningún problema.
La extraordinaria noticia el próximo domingo sería que España continúa avanzando.
Yo no tengo un sentido patrimonialista ni tampoco monopolístico del
poder.
Pero, insisto, es que el problema no es ese, el desafío que tiene
España no es el 29 de abril, es el 28 de abril.
Por eso le decía a
Iglesias, vamos a hablar de que se movilice toda la ciudadanía
progresista.
P. ¿Es inviable gobernar con los independentistas?
R. No son de fiar.
Ellos saben que la independencia
no es posible. Los líderes independentistas están metidos en su
laberinto, cuando salgan ahí estaremos esperando para poder encontrar un
espacio de diálogo dentro de la Constitución que sirva para resolver un
conflicto de convivencia.
Es un laberinto que han creado a base de
mentiras.
No podemos hacer descansar el futuro y la estabilidad de
nuestro país en líderes que han demostrado todo menos coherencia.
P. Pero si ellos no son de fiar y con Ciudadanos ya
nos ha explicado la situación tan difícil, si con Podemos no le da, ¿con
quién va a gobernar?
R. Eso será el 29 de abril. Lo más importante es que el 28 este país siga mirando al futuro.
P. ¿Es posible un diálogo en Cataluña sin Ciudadanos?
R. No, pero por eso es importante que también ellos
sientan el reproche de la ciudadanía catalana y de la ciudadanía
española, que les digan por ahí no, no podemos continuar con la
confrontación y la crispación territorial.
P. ¿Convocará usted, si es presidente, una mesa para la reforma del Estatuto e invitará a Ciudadanos y al PP a participar en ella?
R. El único partido ahora mismo que está defendiendo
el Estado de las autonomías es el PSOE.
Ciudadanos, el PP y la
ultraderecha quieren recentralizar competencias.
El independentismo y,
desgraciadamente, también Unidas Podemos defienden un referéndum de
autodeterminación en Cataluña, que me parece una enorme equivocación,
porque lo que hace es fracturar aún más la convivencia.
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