Siempre entre las nubes hay esos huequitos de Sol que te dan valor.
Un Blues
Del material conque están hechos los sueños
13 abr 2019
Cinco varones, cinco............................................. Elvira Lindo
La relevancia que se le conceda a RTVE está conectada íntimamente con la salud democrática.
Desde la izquierda, Pedro Sánchez, Pablo Casado, Albert Rivera, Pablo Iglesias y Santiago Abascal.Que haya paz: en el televisivo debate a cinco acordado como momento
estrella de esta campaña electoral no habrá que usar el lenguaje
inclusivo. Por mucho que Podemos se haya rebautizado con el femenino del
plural aún sabemos distinguir cuándo el componente femenino está
ausente del panel, aunque es posible que una parte cada vez más numerosa
de la ciudadanía sea sensible a esa ausencia. Cinco-varones-cinco
enfrentándose por el poder, y por lo que llevamos oído en la campaña ya
observamos que no quieren rebajar los tópicos que adornan a su género.
Ha sonado varias veces la palabra “cobarde” para definir al
contrincante. Cobarde ha sido, tradicionalmente, el peor insulto con el
que se podía calificar a un hombre, aunque por fortuna va quedándose patetiquillo,
perdiendo prestigio en la medida en que se reconoce la fortaleza
femenina, virtud que conjuga mejor con la prudencia, la valoración de
riesgos innecesarios y una resistencia que, sin duda, puede considerarse
valentía de fondo, que nada tiene que ver con la temeridad. Así que lo
que hay que temer de veras es que el debate descienda a esos términos de
descalificación rancia y bajuna.No sé cómo ha vuelto este tono tabernario, pero aquí está, como en
los viejos tiempos, con el “cobarde-gallina” escolar que unos niños
dedicaban a otros para entrenarse en la obligada y trabajosa
masculinidad. Jamás consideré la valentía (concepto discutible) de un
líder para votarlo. Cierto es que la imagen de Suárez sentado en el
Congreso mientras Tejero la emprendía a tiros ha pasado a la historia
como una manera de no rendirse a la brutalidad, pero tampoco considero
cobardes a los que se tiraron al suelo para salvar la vida. Espero de un presidente que sea inteligente, astuto, honesto, educado
siempre, que mantenga el tipo ante la burla, que no se deje arrollar
por esta ola de estupidez que trata de machacar al enemigo a base de
descalificaciones falconianas o injurias. Que defienda los
intereses del pueblo y no los intereses estrechos de su partido. En
realidad, lo que muchos deseamos es que se frene el desmantelamiento de
lo público, que el color verde entre en la agenda social, que caminemos a
una sociedad más igualitaria. No harían falta aspavientos ni
sobreactuaciones. Tal vez defendiendo con convencimiento la justicia
social perdida se consigan más votos que con cálculos electoralistas,
que de tan excesivos pueden resultar torpes. No sé si un debate a cuatro (tíos) hubiera sido más ineficaz que este
debate a cinco que por fin será, por aquello de que el presidente quiere
incidir en la imagen de esa derecha de tres cabezas con la que España
se pudiera levantar el 29 de abril, pero quienes diseñan las tácticas
electorales debieran tener en cuenta a los votantes, que anhelan que se
respeten unos principios ideológicos. Si se diera la circunstancia de
que el presidente tuviera en plena campaña un problema de salud, sería
incongruente verlo salir de un hospital privado, porque quienes lo votan
creen en la promoción y defensa de lo público. Así debiera ser con la
Radiotelevisión Española. Lo que le conviene, por encima de cualquier
estrategia partidista, a un líder socialista es demostrar que cree en
los medios de comunicación públicos, y que basándose en esta creencia
debate en ellos sometiéndose a sus reglas. La relevancia que se le
conceda a RTVE está conectada íntimamente con la salud democrática. Que
hay que mejorarla, lo sabemos todos, dotarla, exigir ecuanimidad, pero
tal vez ningunearla sea colaborar en su decadencia.
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