La Audiencia Provincial ha archivado definitivamente la querella por maltrato que interpuso contra él la hija de Rocío Jurado, de quien está separado desde 1999.
Atacado, injuriado y calumniado, así confiesa Antonio David Flores que se ha sentido durante los años en los que considera que su exmujer, Rocío Carrasco, hija de Rocío Jurado, ha manchado irremediablemente su imagen acusándole de maltratador y utilizando los poderosos contactos que tiene en televisión por la amistad que la une a colaboradores de distintos programas del corazón.Un hecho que durante los dos últimos años incluso ha significado perder el trabajo que ejercía como colaborador en televisión.
El exguardia civil y colaborador televisivo ha abandonado su silencio de los últimos 18 meses para contar cómo se ha sentido durante este tiempo en el que afirma, en una entrevista exclusiva concedida a la revista Lecturas, “han intentado tirar mi nombre por el suelo” y se ha sentido prejuzgado y condenado antes incluso de celebrarse el juicio por la demanda presentada por Rocío Carrasco. “Ella es poderosa”, explica refiriéndose a su exmujer, “y ese poder con gente de todos los ámbitos junto a que recibió una importante fortuna de su madre y que tiene mucho tiempo porque no trabaja y un odio contra mí extremadamente fuerte, es una combinación muy complicada”.
Las declaraciones llegan después de que la Audiencia Provincial de Madrid haya archivado definitivamente la querella por malos tratos que interpuso Rocío Carrasco contra Flores, quien afirma que aunque personas del entorno de la hija de Rocío Jurado aseguran que ella recurrirá al Tribunal de Estrasburgo, esa supuesta demanda se dirige contra los Estados y no contra particulares y por tanto no puede tener un efecto que signifique que se le pueda volver a juzgar por esta causa.
“Antes del juicio ya me habían metido en la cárcel.
Decían que la he maltratado psicológicamente”, explica Flores.
Él mismo contó que Carrasco le acusaba de haberla intentado tirar por una terraza cuando estaba embarazada de tres meses, y que ese detalle lo han tapado todos los que han hablado y escrito sobre este tema porque
“si lo hubieran contado en el minuto uno, nadie se lo habría creído”.
“Me ha podido denunciar en 15 o 18 ocasiones.
Siento que me acosa legalmente.
Esto de jugar con las emociones de tu familia es muy duro. Estamos en un continuo acoso”.
Flores califica de calvario lo que ha vivido en estos años en los que ha tenido incluso que recibir ayuda psicológica y farmacológica para sobrellevar la situación. “Ahora siento alivio no solo porque se haya acabado el tema judicial si no porque también, a pesar de lo que creo pretenden, también se ha acabado la condena social, en mi caso en televisión.
Llevo dos años sin ingresar dinero”, afirma en la entrevista en Lecturas.
También es conocido que todo este interminable enfrentamiento judicial que empezó desde el mismo momento en el que la pareja se separó en julio de 1999 ha afectado a los dos hijos que tuvieron juntos, Rocío y David.
Ninguno de ellos mantiene ahora relación alguna con su madre y hacen piña en torno a su padre y Olga, su actual esposa, con quienes viven desde hace años.
La querella por malos tratos ha sido el último gran escollo para que su relación se normalice: “Esta mentira ha provocado en mis hijos un dolor bestial y el miedo a que me metieran en prisión”, dice Flores al respecto.
“Yo no les hablo de su madre, pero supongo que para poder perdonar a alguien la otra persona debe tener un mínimo interés en ser perdonado y sobre todo no seguir haciendo daño ni a ellos ni a su familia”, explica sobre los sentimientos de sus hijos respecto a Rocío Carrasco
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