Siempre entre las nubes hay esos huequitos de Sol que te dan valor.
Un Blues
Del material conque están hechos los sueños
30 dic 2018
Millán Salcedo, una carrera de gloria, traiciones y sobresaltos: confesiones del que fue el rey de la Nochevieja
Como mitad
de Martes y 13 fue una presencia constante en el humor español durante
dos décadas.
Cuarenta años después del debut de aquel grupo, y con un
perfil mediático más bajo por decisión propia, se enfrenta a un futuro
en el que no sabe por dónde tirar.
Qué cosas más feas, ¿pero qué concepto hay
todavía, que estamos en el siglo XXI?
¿Usted ha notado homofobia en la televisión? Sí, la televisión ha sido imposible. Por eso te digo que con el Maricón de España, que lo hice en el año noventa, se la colé yo y todavía no doy ni crédito ni de cómo. ¿No le pidieron explicaciones por aquel número?
Nunca jamás. Hay una cosa que se llama vis cómica. Si una cosa tiene
gracia, déjala. No faltas al respeto a nadie. Lo que pasa es que ahora
solo hay polemistas y en los programas, si quieres destacar, tienes que
gritar. ¿No te has dado cuenta de que hoy todos los debates, incluso
políticos y deportivos, se parecen a Sálvame? Ya que ha nombrado Sálvame, ¿hay algo que no haya contado sobre el enfado que tuvo Encarna Sánchez con usted?
Aquello fue terrible, fue una persecución de lo más feroz. De
amenazarme con echarme de España, voces en mi contestador automático que
no conocía, recibir llamadas con voces distorsionadas… [Finge una voz
de ultratumba]: “Ojalá te mueras de cáncer”. Eso lo recibí yo a raíz de
aquello.
Para las nuevas generaciones que no están al tanto: la noche del 31 de diciembre de 1991, RTVE emitió el especial El 92 cava con todo,
escrito y protagonizado por Martes y 13. El hilo conductor del programa
consistía en las vacaciones de la tonadillera Isabel Pantoja y la
locutora de la COPE Encarna Sánchez, mediáticas amigas y personajes
constantes en la prensa rosa, en un bungaló en Palma de Mallorca. La
reacción de Encarna fue brutal. "Estos se van a tener que ir de este
país", dijo desde su programa de la COPE. "Sobre todo uno, Millán. [...] El tal Millán de feo te asusta [...] Tiene cara de mala gente, de amargao, de ir con gente, me han dicho, muy mayor, y no quiero hablar mal...". ¿Qué cree que le molestó tanto? Pero vamos a ver,
ese programa era absolutamente inocuo. Ya había salido publicado por la
prensa rosa que Encarna Sánchez e Isabel Pantoja habían estado pasando
unos días de vacaciones en Marbella en el chalé de Encarna. Y nosotros
teníamos todo el derecho ante Dios y ante los hombres de hacer una
parodia. Igual que ellas de ponernos una demanda. Me parece que Encarna
puso una querella a RTVE y a sus cómicos, o sea, a nosotros dos, y el
juez la desestimó. Es verdad que igual no éramos conscientes del poder
que teníamos nosotros saliendo en un programa como era el de fin de año. Creo que era un problema personal de ella, que no llevaba bien lo que
tenía que llevar, como llevan muchos o como llevamos muchos otras cosas. ¿Yo qué culpa tengo, tía, de que tú no tuvieras sentido del humor? Lo
que pasa es que luego se habló de que habíamos cortado cosas que
habíamos grabado con bollos, con tortillas… ¡juro que no! Josema y yo
hemos tenido mucho gusto siempre.
Por finiquitar el tema de Encarna, ¿cómo fue la reacción de la otra implicada, Isabel Pantoja?
Isabel y yo éramos amigos, trabajamos juntos. Cuándo Martes y 13 éramos
un trío estuvimos ocho meses de gira por Andalucía con ella. Ella era
guapísima, con ese pelo largo hasta los glúteos, y con ese pedazo de
torero guapo a rabiar de ojazos azules [el fallecido Francisco Rivera
Paquirri]. Hacían una pareja preciosa. Paco era un encanto.
Una vez contó que entró en el camerino de Paquirri cuando estaba duchándose y, vaya, había algo muy impresionante.
No, no cuento nada de eso, ¡fui incapaz de mirar! Yo llegué tarde una
vez que él toreaba en Linares y a él lo estaban vistiendo. Estaban en la
habitación Fernando Conde, Josema, la madre de la Pantoja y la Pantoja,
allí muy seria. Yo dije: “Perdón, pero me meo mucho”. ¿O tal vez dije
“me meo toa”? No lo sé. Y me responden: “Bueno, pues pasa al
baño, que Paco se está duchando”. Y yo: “¡Glups!”. Y yo entré, es que me
meaba mucho, joder. Me puse a mear, pero no había echado ni gota.
Entonces oigo que se descorre la cortina y yo pensé: “Ay, Dios mío, qué
situación”. Yo no le vi lo que tenía, si era grande o si era pequeña. Yo
no entré ahí para verle a él. Nunca ha sido mi tipo, además. ¿Qué opinión tiene de la Isabel Pantoja que conocemos hoy? Pues se me ocurren tantas frases… lo del boomerang,
lo de aquellos vientos traen estos lodos… Si tú eres altivo, que no lo
digo por nadie en concreto, vas a sembrar odio. Yo creo que Isabel ha
tenido demasiada ambición. Pero es lícito, allá cada uno. Pero hijo mío,
ser la alcaldesa de un punto de referencia tan importante como Marbella
a mí no me seduce. Y digo este caso como puedo decir otro. La ambición
es un pecado muy grande. ¿Qué le pasó con Mariló Montero? Para mí fue una
decepción. No tengo nada contra esta señora. Una vez comimos juntos
cuando estaba con Carlos Herrera y nos lo pasamos muy bien. Yo no quería
hacer más televisión, pero [en 2014] me ofrecieron un programa familiar
y blanco ” [El pueblo más divertido, en RTVE] y me pareció
bien ser copresentador con Mariló. Pero resulta que no me dejaron hacer
nada. ¡Yo no pintaba nada allí! No hubo feeling, no pegábamos ni con cola. Ella iba por un lado y yo por otro. “¡Ay, que me mancho, no quiero hacer esto!”. Yo, que soy muy destroyer,
hacía cosas como ponerme un pulpo a modo de peluca. Y ella: “¡Ay, no te
acerques!”. ¡Venga ya, tía! Aquello no funcionó y lo mejor que le pudo
pasar al programa fue que no lo viera nadie. De verdad que no estoy
quejándome, yo también tengo mi parte de culpa.
Últimamente también se habla mucho de la vida privada de otra
figura pública que es además cercano a ti, Miguel Bosé [el cantante, que
vio a Martes y 13 en un club en los setenta y los puso en contacto con
la discográfica CBS, fue considerado por el dúo como uno de sus
padrinos]. ¿Tú te crees que hay derecho a lo que le están
haciendo a Miguel Bosé? Luego ya se enfrentan las dos España. La
derecha, la izquierda, el rojo de mierda, el facha recalcitrante,
¡estamos siempre igual! Luego como profesional te gusta o no, pero hay
que ver que odios encontrados tenemos. Es una herencia que no vamos a
perder nunca. Un mal olor que nos perseguirá siempre. Mira Fernando
Trueba con su película, o lo que le pasó o el Willy Toledo, que ya ni te
cuento. Qué pena, si es un tío enrollado, muy majo y encantador, ¡en
qué berenjenal se ha metido! ¿Por qué?
Tal vez por defender sus ideas. ¿No está de acuerdo en que los artistas se signifiquen políticamente? No, no es que no esté de acuerdo, pero yo no lo voy a hacer nunca. Yo
tengo amigos de todos los lados: de arriba, de abajo, del este, del
oeste, heteros, homosexuales… maricones, que me gusta más decirlo. Pero
al que tiene la fama le sale inmediatamente una leyenda negra. La entrevista llega a su fin. Millán se levanta y pide un último
favor: “Sé bueno conmigo, que yo soy muy directo y muy dado a decirlo
todo y luego las frases se sacan de contexto. Es una indefensión y yo,
además, no tengo redes sociales. Me quedo con el WhatsApp".
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