Los médicos que tratan a la esposa del rey Guillermo de Orange creen que tiene una infección intestinal.
Máxima de Holanda ha anulado todas las citas de su agenda para las próximas tres semanas por consejo médico.
Según los especialistas que la tratan, puede tener una infección intestinal y necesita cuidados y descanso.
La Casa Real ha confirmado que la esposa del rey Guillermo de Orange ha cancelado un viaje a Tanzania, previsto para principios de noviembre, donde la esperaban en su calidad de Abogada Especial de la ONU para la Financiación Inclusiva para el Desarrollo.
Máxima sí ha acudido este viernes al décimo aniversario de la Fundación 113 para la Prevención del Suicidio.
Su hermana Inés, de 33 años, se quitó la vida en junio pasado tras años de lucha contra la anorexia y la depresión.
La página dedicada a la reina Máxima en la web de la Casa Real señala el 26 de noviembre como su primer compromiso firme de los próximos días.
Se trata de la entrega del premio Fondo Bernardo de Cultura al compositor y pianista Reinbert de Leeuw. Fundador del Schönberg Ensemble, ha dirigido, entre otras, la orquesta del Concertgebouw, de Ámsterdam.
Según el programa televisivo holandés Blauw Bloed, especializado en seguir a la realeza europea, “Máxima ha tenido que frenar su labor de golpe”.
Los médicos, añade el portal digital del programa, “siguen haciendo pruebas para obtener un diagnóstico”.
Este mismo viernes, vestida con un abrigo marrón, ha compartido el lanzamiento de la aplicación '113 Cuéntenos”, la última iniciativa de la Fundación para la Prevención de Suicidio.
Está pensada para animar a la gente a hablar de sus problemas de forma anónima, y Máxima, que trató siempre de proteger a su malograda hermana Inés, no ha querido faltar.
La reina mostró gran entereza tras su muerte, y se ganó el respeto de los expertos cuando reconoció las dificultades derivadas de la enfermedad que la aquejaba.
En octubre de 2015, la consorte holandesa tuvo una infección aguda del riñón que la obligó a interrumpir la visita de Estado que realizaba a China, junto con su esposo. Aunque la trataron con antibióticos y analgésicos, la fiebre y el dolor de espalda que padecía no remitieron, y regresó a Holanda. Un año después, en julio, se cayó y sufrió “una ligera conmoción cerebral”. Le aconsejaron guardar reposo.
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