Un Blues

Un Blues
Del material conque están hechos los sueños

14 nov 2018

Cómo vestir a una novia

boris izaguirre
La elección del traje nupcial es la decisión más importante de una boda. 
 Y sobre esta prenda icónica se cimenta una enorme industria, de la que España es segunda potencia mundial. El programa de televisión ¡Sí, quiero ese vestido! se alía con las futuras contrayentes —y su séquito— para encontrar el diseño idealBoris Izaguirre, presentador de ¡Sí, quiero ese vestido!
NUNCA ME IMAGINÉ que presentaría un programa de televisión donde una novia encuentra su traje ideal.
 O donde un traje ideal encuentra a la novia perfecta. 
Mi madre se casó con un Dior de color tabaco en el registro civil del municipio donde residía en Caracas. En vez de velo, estaba embarazada de mí. 
Si ahora estuviese viva, le haría mucha gracia ver cómo se emocionan las mujeres que acuden al programa que presento cuando se ven en el espejo vestidas de novias. 
No importa el estilo, no importa la talla, no importa el presupuesto.
 Lo que importa es ese nudo en el estómago, ese instante que decide que estás en el vestido de novia que siempre quisiste.
 Pero ¿es de verdad así? ¿Puede tener tanto poder emocional un vestido de novia, aun en los tiempos del #MeToo? 
Me negaba a creerlo hasta que fui observando ese golpe de asombro sincero, esa mezcla de intuición y lágrima en los rostros de una y otra y otra mujer. “Es algo con lo que sueñas desde niña. Yo usaba las sábanas de mi cama y me hacía un traje y el velo”, me confesó una de ellas entre pruebas en la tienda de Madrid donde se graba el programa. 
Representa una línea del grupo Rosa Clará y la diseñadora será una de las invitadas estelares del programa. “La mayoría de los diseñadores son hombres y para mí fue difícil al principio”, dice Clará. “Pero hoy día ya no existe esa diferencia, para los jóvenes no hay distinción entre un diseñador o una diseñadora y me alegra formar parte de ese cambio”.
 ¿Qué hace que el traje de novia supere cualquier ideología, cualquier cambio en la lucha por los derechos de las mujeres? Clará enfatiza que “es una ilusión con la que naces y que no hace daño a nadie”. 
“Vestir a una novia es el lujo del lujo, estamos hablando de uno de los días más importantes de su vida”, me explica Victoria Martín Berrocal desde su taller de costura. 
  “Que te elijan como diseñadora es entrar en la historia de la vida de esa persona. Cuando empecé quise compartir mi locura sevillana, los volantes que traía conmigo de mis trajes para la Feria de Abril, y me apasionó el mundo de las novias. Es otra moda, es su propio mundo”
Prueba de vestido de Inmaculada, de 27 años, durante el programa.
Prueba de vestido de Inmaculada, de 27 años, durante el programa.
Un mundo que cada vez tiene más peso en la industria de la moda. Porque mueve millones.
 Los matrimonios en España han descendido considerablemente. Hace 10 años se celebraban 204.772, mientras que en 2017 esa cifra bajó a 171.454, la gran mayoría civiles. 
Pero el traje de novia ha conseguido colarse en las ceremonias civiles: lo que antes parecía propiedad de la boda eclesiástica ha conseguido democratizarse, y resulta indiferente la religión o el lugar donde se viste.
El vestido de novia que conocemos se introdujo en 1840, con la boda de la reina Victoria de Inglaterra con su prometido, el príncipe Alberto. 
Al día siguiente del magno evento, una fábrica replicó el modelo y no solo se agotó inmediatamente, sino que se impuso como elemento principal de cualquier casamiento formal.
 De una tacada popularizó los hábitos y los usos de la monarquía, haciéndolos accesibles.
 La corona, el velo, la cola del traje y, sobre todo, el blanco servían casi de propaganda para realzar la monarquía. Como novia, podías ser reina de tu propia vida. 
 Reina por un día. El traje adquiría poderes, como el de Superman.
 Era en sí mismo un símbolo de mando. 

Durante la grabación del programa ¡Sí, quiero ese vestido! han ­desfilado muchísimas novias con ideas que podrían ser consideradas modernas sobre el traje.
 Y sobre el matrimonio. Muchas querían una boda civil sin velo. 
“El velo me hace sentir mayor, es algo más de mi abuela”. Otras quieren que sea sexy pero elegante.
 Y ese sexy significa transparencias, escotes en el cuello o en la espalda.

Una diseñadora de novias, ¿piensa en ella o en la novia? “Haces lo que puedes para que se encuentren cómodas y divinas”, sostiene Martín Berrocal. Laura Ponte, modelo y diseñadora, se acerca al rodaje como asesora invitada. “Muchas veces, las novias se visten para agradar a su novio, a la madre de su novio y a la suya propia, o a ese hermano que admiran. Y yo siempre les digo lo mismo: vístete para ti. Es tu día, aprovéchalo”. Aun así, “he traído a mi madre y a mi mejor amiga” suele ser la frase con la que muchas novias llegan al momento de la prueba. E intentan mantener la compostura hasta que uno de los trajes hace que todos lloren a lágrima viva. “Es muy emocionante verla por primera vez vestida de novia”, reconocen muchos progenitores.
 

No hay comentarios: