La serie de Telecinco tiene potencial porque tiene claro lo que es, a quién se dirige y lo que quiere dar.
No es 'Fariña', no es 'Narcos'. Es otra cosa. Y funciona.
Natalia Marcos
Telecinco sabe lo que le funciona y lo que quiere su público.
No se prodigan mucho en el campo de la ficción, pero tienen claro cuál es la fórmula que encaja con ellos.
Dejando a un lado La que se avecina, que les sigue funcionando como un tiro, El Príncipe fue su último gran éxito en cuanto a audiencias.
Por eso es lógico que hayan confiado en Aitor Gabilondo, uno de los creadores de aquella, para su nueva gran apuesta de ficción, Vivir sin permiso.
Eso detrás de las cámaras. Delante también repiten los dos protagonistas, Jose Coronado y Álex González.
La serie que ha estrenado este lunes Telecinco tiene los ingredientes para convertirse en un nuevo éxito.
Combina bien el thriller de narcotraficantes que tan buenos resultados está dando últimamente, con el drama centrado en una saga familiar.
En este caso, y en contra de lo que ocurría en Fariña, la historia se sitúa en el momento en el que Nemo Bandeira (Coronado), antiguo capo de la droga de la ficticia región gallega de Oeste y reconvertido en respetado empresario, busca sucesor para sus negocios entre sus hijos cuando se le diagnostica Alzhéimer. Mientras que sus descendientes biológicos huyen del mundo de su padre, su ahijado (González), que se ve a sí mismo como sucesor natural, queda fuera de la ecuación por no tener su misma sangre.
En el juego entra también una hija de un matrimonio anterior.
Un poco lioso todo, pero Coronado hace un estupendo trabajo, lo que no explica es ese lio que se trae con hijos no sé cual es de un matrimonio y cual es de otro.
Parece que más que "Sin Permiso debería llamarse "Sin Piedad...y recuerda mucho a los narcos de Barbate y su explicación posterior. Del Mar viene lo bueno para unos y lo malo para otros. Muy repetitiva la serie.y quizás por ser los mismos actores. Ahora que me expliquen lo de los hijos porque ya no sé quien es cada uno.
Rodada en localizaciones naturales con tomas en las que una luminosa Galicia se luce de una forma muy diferente de como lo hacía en Fariña, Vivir sin permiso
sabe hasta dónde puede llegar y da a sus espectadores todo lo que
esperan en un primer capítulo demasiado largo pero que sirve de
presentación de todas las tramas y las relaciones entre los numerosos
personajes.
Eso sí, chirría la mezcla de acentos, pero se perdona cuando te dan la oportunidad de disfrutar de Coronado como ese león herido que es Nemo Bandeira.
Coronado es un excelente actor y arrasa por donde pasa y hace invisibles a los demás actores.
Es pesadito ese hijo "adoptivo" siempre sin registros salvo cuando está con una chica.....por lo demás sobra.
Vivir sin permiso tiene potencial porque tiene claro lo que es, a quién se dirige y lo que quiere dar.
No es Fariña, no es Narcos. Es otra cosa. Y la combinación, al menos en su presentación y teniendo en cuenta esas características propias, funciona.
No se prodigan mucho en el campo de la ficción, pero tienen claro cuál es la fórmula que encaja con ellos.
Dejando a un lado La que se avecina, que les sigue funcionando como un tiro, El Príncipe fue su último gran éxito en cuanto a audiencias.
Por eso es lógico que hayan confiado en Aitor Gabilondo, uno de los creadores de aquella, para su nueva gran apuesta de ficción, Vivir sin permiso.
Eso detrás de las cámaras. Delante también repiten los dos protagonistas, Jose Coronado y Álex González.
La serie que ha estrenado este lunes Telecinco tiene los ingredientes para convertirse en un nuevo éxito.
Combina bien el thriller de narcotraficantes que tan buenos resultados está dando últimamente, con el drama centrado en una saga familiar.
En este caso, y en contra de lo que ocurría en Fariña, la historia se sitúa en el momento en el que Nemo Bandeira (Coronado), antiguo capo de la droga de la ficticia región gallega de Oeste y reconvertido en respetado empresario, busca sucesor para sus negocios entre sus hijos cuando se le diagnostica Alzhéimer. Mientras que sus descendientes biológicos huyen del mundo de su padre, su ahijado (González), que se ve a sí mismo como sucesor natural, queda fuera de la ecuación por no tener su misma sangre.
En el juego entra también una hija de un matrimonio anterior.
Un poco lioso todo, pero Coronado hace un estupendo trabajo, lo que no explica es ese lio que se trae con hijos no sé cual es de un matrimonio y cual es de otro.
Parece que más que "Sin Permiso debería llamarse "Sin Piedad...y recuerda mucho a los narcos de Barbate y su explicación posterior. Del Mar viene lo bueno para unos y lo malo para otros. Muy repetitiva la serie.y quizás por ser los mismos actores. Ahora que me expliquen lo de los hijos porque ya no sé quien es cada uno.
Eso sí, chirría la mezcla de acentos, pero se perdona cuando te dan la oportunidad de disfrutar de Coronado como ese león herido que es Nemo Bandeira.
Coronado es un excelente actor y arrasa por donde pasa y hace invisibles a los demás actores.
Es pesadito ese hijo "adoptivo" siempre sin registros salvo cuando está con una chica.....por lo demás sobra.
No es Fariña, no es Narcos. Es otra cosa. Y la combinación, al menos en su presentación y teniendo en cuenta esas características propias, funciona.
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