La hermana de una de las víctimas relata en su libro cómo las redes le ayudaron a localizar y a lograr que detuvieran finalmente al autor.
Casi cuatro décadas después de que los cuerpos de una pareja de
jóvenes británicos fueran rescatados con signos de tortura en aguas del
Caribe, la hermana de una de las víctimas consiguió localizar al asesino
—y a la postre que fuera apresado— a través de Facebook. Así lo relata
Penny Farmer, hoy de 57 años, en un libro que ha dedicado a las
pesquisas en las que nunca cejó su familia desde la desaparición del
médico Christopher Farmer y su novia, la abogada Peta Frampton, durante
un viaje desde Belice a México.
Los Farmer no dieron por perdido el rastro del hijo y su compañera, embarcados en un largo periplo vacacional, hasta muchas semanas después de su partida a principios de 1978.
Lo precario de las comunicaciones de aquel tiempo no avalaba, como sí sucede en la actualidad, el contacto inmediato y constante entre las personas separadas por miles de kilómetros.
La extraña falta de noticias, después de tantos meses, acabó sin embargo disparando las alarmas.
La larga investigación que sucedió a la certeza de que algo les había pasado acabó con el hallazgo de sus cadáveres cerca de la costa guatemalteca y la identificación de un firme sospechoso de la autoría del crimen: el estadounidense Silas Duane Boston.
Para entonces el individuo ya había emprendido la huida.
De la mano del título Dead in the Water (Muertos en el Agua), Penny Farmer, intenta desgranar la anatomía de lo que en el mundo anglosajón se denomina cold case,
un caso policial e irresuelto del pasado cuya carpeta vuelve a ser
revisada varios años después.
La del asesinato de su hermano volvió a acapar la atención porque un otoño del 2015 Penny se decidió a teclear desde su domicilio de Oxforshire (sudeste de Inglaterra) el nombre de Boston en el buscador de Facebook.
Y en la pantalla apareció la imagen de un individuo con barba gris, gorra de besibol encarada y gafas de sol.
Tras muchos años a la fuga, había regresado a su California natal.
Valiéndose de las mismas herramientas digitales, la mujer también consiguió localizar a los dos hijos de Boston que, una vez interrogados por la policía de Sacramento, confesaron haber sido testigos no solo del asesinato de Christopher y Peta sino también del de su propia madre.
Eran solo unos niños cuando el progenitor invitó a la pareja a compartir la travesía Belice-México en su barco.
A resultas de una discusión sobre su violento carácter hacia uno de los pequeños, acabó reduciendo a golpes a los dos ingleses, les ató a una cuerda encadenada a maquinaria pesada del barco y los arrojó al mar.
Silas Duane Boston fue detenido por la policía de Sacramento a finales de 2016.
Tenía 76 años cuando murió en la cárcel a raíz de la propia decisión de interrumpir su tratamiento de diálisis.
Penny Farmer, que era una adolescente cuando su hermano fue asesinado, nunca pudo llegar a ver celebrarse el juicio contra el perpetrador.
Los Farmer no dieron por perdido el rastro del hijo y su compañera, embarcados en un largo periplo vacacional, hasta muchas semanas después de su partida a principios de 1978.
Lo precario de las comunicaciones de aquel tiempo no avalaba, como sí sucede en la actualidad, el contacto inmediato y constante entre las personas separadas por miles de kilómetros.
La extraña falta de noticias, después de tantos meses, acabó sin embargo disparando las alarmas.
La larga investigación que sucedió a la certeza de que algo les había pasado acabó con el hallazgo de sus cadáveres cerca de la costa guatemalteca y la identificación de un firme sospechoso de la autoría del crimen: el estadounidense Silas Duane Boston.
Para entonces el individuo ya había emprendido la huida.
La del asesinato de su hermano volvió a acapar la atención porque un otoño del 2015 Penny se decidió a teclear desde su domicilio de Oxforshire (sudeste de Inglaterra) el nombre de Boston en el buscador de Facebook.
Y en la pantalla apareció la imagen de un individuo con barba gris, gorra de besibol encarada y gafas de sol.
Tras muchos años a la fuga, había regresado a su California natal.
Valiéndose de las mismas herramientas digitales, la mujer también consiguió localizar a los dos hijos de Boston que, una vez interrogados por la policía de Sacramento, confesaron haber sido testigos no solo del asesinato de Christopher y Peta sino también del de su propia madre.
Eran solo unos niños cuando el progenitor invitó a la pareja a compartir la travesía Belice-México en su barco.
A resultas de una discusión sobre su violento carácter hacia uno de los pequeños, acabó reduciendo a golpes a los dos ingleses, les ató a una cuerda encadenada a maquinaria pesada del barco y los arrojó al mar.
Silas Duane Boston fue detenido por la policía de Sacramento a finales de 2016.
Tenía 76 años cuando murió en la cárcel a raíz de la propia decisión de interrumpir su tratamiento de diálisis.
Penny Farmer, que era una adolescente cuando su hermano fue asesinado, nunca pudo llegar a ver celebrarse el juicio contra el perpetrador.
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