La novia y ¿futura? prometida del príncipe Harry tiene un escueto neceser con cinco productos que resultan tan baratos como accesibles para cualquiera. Aquí están todos.
Meghan Markle (36 años) ha demostrado que es una mujer de su tiempo.
Una chica sin reparos a la que no le importa confesar algunos de sus secretos de belleza.
Y estos interesan mucho a sus futuros 'súbditos' ya que todos admiramos su piel y su belleza.
Desde que se caso con el Príncipe Harry no ha parado de deleitarnos con los looks que todos esperábamos de la exactriz de Suits.
Peinados clásicos pero con un toque novedoso, sin llegar a lo estrafalario.
Maquillajes contenidos que resaltan siempre sus facciones... A nivel beauty le ponemos un 10.
Markle, en su afán por mostrarse como un espíritu libre y sin trabas, abierta y complaciente para con sus futuros vasallos, ha revelado a 'Beauty Banter' qué productos de belleza forman parte de su neceser.
De entre todos sus básicos beauty destaca uno que la acerca aún más si cabe al común de la población: su hidratante corporal.
En concreto se trata de la loción reafirmante Q10 de Nivea. Una crema que utiliza desde que iba al instituto, tal y como ha asegurado a este portal.
“No puedo vivir sin ella, la uso religiosamente, hace que mi piel tenga un aspecto increíble y me resulta muy asequible”, ha dicho. En concreto, su precio no llega a los cinco euros.
Pero no solo de cosmética low cost vive la ¿futura? princesa.
Entre su lista de productos favoritos, Markle ha demostrado que es una fanática de los productos de toda la vida.
En su neceser tampoco falta el célebre iluminador Touche Eclat de YSL, el rizador de pestañas Eyelash de Shu Uemura, el bálsamo de labios Sugar Rosé de Fresh, el colorete tono Orgasm de Nars, la prebase iluminador de Laura Mercier y el aceite facial The Renewal Oil by La Mer.
A pesar de esta guía de básicos beauty, la actriz sigue a rajatabla algunas normas para tener una piel perfecta:
“Beber mucha agua y sonreír”. ¿Contará también como secreto de belleza ser quien acabe con la soltería de uno de los royals más deseados?
La montaña de cosméticos en nuestro baño cada día es más alta y más difícil meterlos todos en el neceser. La pregunta es obligada: ¿realmente los necesita la piel?
Limpiar la piel: con una leche y un tónico basta
La limpieza de la cara, por ejemplo.
Sepultado el dúo limpiadora + tónico por los protocolos de limpieza que japonesas y coreanas siguen
para mantener una piel intacta y que incluyen hasta cinco o seis
cosméticos distintos para una higiene de la piel perfecta, ya no sabemos
dónde estamos.
¿De verdad la piel necesita tanto? Pedro Catalá, farmacéutico, doctor en cosmetología
y creador de Twelve Beauty, es tajante en su respuesta. “
Yo soy más de
utilizar pocos productos pero buenos.
La limpieza es importante en
nuestra rutina porque hay que limpiar pero sin agredir la piel.
Las
leches o cremas tradicionales que se retiran con agua y un tónico de
nueva generación, es decir, sin alcohol, son los cosméticos ideales para
que la piel esté limpia y equilibrada y sea receptiva a tratamientos
posteriores.
La exfoliación, en el punto de mira
El
doctor Catalá no es partidario de esta rutina: “Las células muertas que
se acumulan en la superficie de la piel ejercen una función de barrera protectora.
La piel se exfolia de manera natural cada 28 días, cuando las células
más maduras se van desprendiendo, a su aire.
Al forzar este ritmo con
una exfoliación, la epidermis queda desprotegida y más expuesta a
agresiones de todo tipo. Entiendo el encanto de la exfoliación.
La piel
queda más luminosa y suave, si, pero también mucho más frágil, así que
mi propuesta pasa por utilizar una mascarilla purificante una o dos veces por semana como plan B a una exfoliante”.
¿Cada cuántos días hay que lavarse el pelo?
Es
otro tema en el que las recomendaciones varían muchísimo, entre quienes
sostienen que hay que lavarlo siempre que se sienta la necesidad de
hacerlo y las posturas más austeras que aconsejan “aguantar un poco” y
lavar el pelo cada dos, tres o incluso cuatro días.
“Depende mucho del
estilo de vida y el lugar de residencia. No es lo mismo hacer deporte
que no hacerlo, vivir en una ciudad pequeña o en otra contaminada.
La
mala fama de los champús viene dada por la alta concentración de
tensioactivos.
De este rechazo nació el movimiento 'no-poo', que promueve el uso de champú sin espuma con fórmulas más delicadas y respetuosas con nuestro cabello”.
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