Esta es una reflexión que vino a raíz de unas cañas, que es donde se unen las dos Españas.
El último misterio del DNI español
Esta es una reflexión que vino a raíz de unas cañas, que es donde se unen las dos Españas
La policía española cree en la inmortalidad.
A partir de los 70 años no hay de qué preocuparse en España.
Si está de bajón, no sabe qué hacer o se siente un poco más viejo, vaya a la comisaría y hable con los funcionarios que renuevan el DNI. La fecha de caducidad a partir de esta edad es muy clara: 1 de enero de 9999.
A partir de los 70 años no hay de qué preocuparse en España.
Si está de bajón, no sabe qué hacer o se siente un poco más viejo, vaya a la comisaría y hable con los funcionarios que renuevan el DNI. La fecha de caducidad a partir de esta edad es muy clara: 1 de enero de 9999.
Si usted es de los que en 2018 cumplirá siete décadas (o más) sepa que le queda 7981 años para volver a renovar su documento.
El resto que haga sus propias cuentas.
Pero vayamos por partes.
La policía es demasiado confiada, las cosas como son.
Es cierto que a partir de los 70 el rostro humano cambia muy poco, pero hombre, en siete mil años deberíamos pasar un par de veces por la comisaría.
Al menos para que vean que seguimos igual, que su tesis es la correcta.
Sin que sirva de precedente, recomendaría que pudiéramos ir cada dos milenios para ver cómo están los funcionarios, si siguen los mismos trabajando o simplemente para confirmar que las infinitas colas para renovar el carné no han variado.
Esta reflexión vino a raíz de unas cañas, que es donde se unen las dos Españas.
Un amigo contó que acababa de acompañar a su abuelo a renovar el DNI y sin querer se encontró con la eternidad. Ninguno de los presentes conocía este dato.
Se ve que la policía, avispada, guarda la sorpresa para cuando tengamos 70 primaveras.
De modo que cada nieto cervecero llamó al patriarca de su familia para comprobar que, efectivamente, la policía española cree en la inmortalidad.
El madrileño Juan Castro, de 83 años, opina: “A mi edad pocas leches puedes hacer, no te vas a poner a atracar un banco”.
Castro desconocía esta fecha porque pensaba que en su documento ponía “validez permanente”.
En el Ministerio de Interior confirman que antes era así, pero que de un tiempo a esta parte un cambio informático propició que se asignara una fecha de caducidad.
Al parecer la más lejana es el 1 de enero de 9999.
Pero sin desacatar a la autoridad, y ya que estamos, lo más sensato habría sido poner el 31 de diciembre de 9999.
Además, existe un resquicio legal en la consideración policial.
Pongamos por caso que llegamos al último día del año 9998 sin problemas, con algún achaque, claro, pero en forma.
Al día siguiente vamos a renovar el DNI y… ¿Cuál sería la siguiente fecha?, ¿es que nadie piensa en el Matusalén español?
Y otro pero, el último; a la hora de facturar un billete de avión de Ryanair con 70 años o más, ¿qué fecha de caducidad hay que poner? Según los foros: “una muy lejana, la que sea”.
Y es lo correcto.
Creer en la inmortalidad está muy bien, pero al final la que tiene razón es la abuela onubense Rita García, de 95 años, que va por encima del más allá: “Lo único que digo es que algún día los muertos iremos andando al cementerio”.
Fin del misterio.
No hay comentarios:
Publicar un comentario