Emilia Wickstead, una de las creadoras favoritas de Kate Middleton, última en sumarse a las acusaciones, ha tenido que pedir disculpas.
María Porce
Si la boda del príncipe Enrique con Meghan Markle
se ha convertido en uno de los hitos mediáticos del momento, uno de sus
principales protagonistas fue el vestido de la novia.
Como en todo
casamiento clásico (y más en un enlace real), la indumentaria de la
novia se convirtió en el centro de las miradas. En el caso de la duquesa
de Sussex, su elección fue un vestido de seda cruda en blanco
de manga larga con escote barco, rematado por un imponente velo de
cinco metros que llevaba bordadas las 53 flores típicas de los países de
la Commonwealth.
El diseño elegido por Markle fue creado por la casa francesa Givenchy
(favorita de Audrey Hepburn) y se trataba de un traje de novia clásico,
limpio y sencillo.Tanto que las comparaciones han salido por todas partes y de todo tipo.
Son muchos quienes han querido ver en él un estilo muy similar al del que llevó la infanta Cristina en su boda con Iñaki Urdangarin en 1997, creado por Lorenzo Caprile.
También se comparó con un diseño que la actriz Jennifer López lució en el final de la película Planes de boda en 2001.
Pero no son los únicos a los que se parece, como se ha visto estos días en una gran polémica surgida en Reino Unido.
Al parecer, la publicación habló con la diseñadora hace unos días y ella aseguró sobre la flamante esposa del príncipe Enrique:
“Su vestido es idéntico a uno de los nuestros. Aparentemente un montón de comentaristas estaban diciendo: ‘Es un vestido de Emilia Wickstead”.
Por si eso no era suficiente, Wickstead —siempre según el Mail— echó más leña al fuego y añadió:
“Si eliges un diseño sencillo, debe quedar perfecto sobre tu cuerpo. Su vestido de boda estaba bastante suelto”.
Y para rematar la faena, también dejó algún comentario sobre el pelo de Meghan: “Sujétate esos mechones detrás. Es una boda real, por el amor de Dios”.
Todo ello ha hecho que las críticas hayan caído sobre la creadora; de hecho, su cuenta de Twitter ha sido cerrada (se desconoce si por ella misma o por la red) este fin de semana.
La polémica ha sido refrendada por las publicaciones de cuenta de Instagram de Wickstead.
En ella, la creadora (o su equipo) colgó una foto de los reales novios el domingo 20 de mayo, un día después de la boda, y otra el martes 22.
Desde entonces y durante una semana ha puesto nada menos cinco imágenes con un vestido similar al de la duquesa, aunque sin hacer comentarios acerca de su parecido con el de Meghan.
Finalmente, el domingo 27 de mayo la creadora colgó un comunicado en dicha red social pidiendo disculpas al respecto. “Estoy tremendamente triste por los comentarios que han aparecido en la prensa y en Internet durante los últimos días.
Su Alteza Real la duquesa de Sussex estaba absolutamente radiante en el día de su boda y siento la mayor admiración y respeto por ella.
No creo que su vestido de boda fuera una copia de cualquiera de mis diseños.
Tengo el mayor de los respetos por Clare Waight Keller y por la casa Givenchy, una enorme fuente de inspiración para mí.
Espero que Sus Altezas Reales, el duque y la duquesa de Sussex, tengan una vida maravillosa, feliz y llena de amor juntos”, ha escrito, firmando con su nombre, Emilia.
Los vestidos de Wickstead, también de estilo clásico, tienen un precio medio de unas 7.000 libras (unos 8.000 euros), según esta publicación, mientras que el de la duquesa de Sussex habría costado, aseguran, unas 200.000 libras (228.000 euros).
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