Un Blues

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Del material conque están hechos los sueños

17 may 2018

Enrique de Inglaterrra, de príncipe díscolo a príncipe del pueblo

El hijo menor de Carlos y Diana representa un estilo de monarquía moderna lejos del encorsetamiento del protocolo que impera en la vida de su abuela, Isabel II.

Boda real en Inglaterra: Meghan y Harry
El príncipe Enrique de Inglaterra en una visita a Hamilton College, Inglaterra, el 21 de marzo de 2017. GETTY

Enrique de Inglaterra se casa el sábado locamente enamorado. Así define él su estado desde que conoció a Meghan Markle. "Me enamoré tan increíblemente rápido que comprendí que las estrellas estaban alineadas", ha dicho sobre su prometida.

 El menor de los hijos de Carlos y Diana le pidió matrimonio a Markle el pasado noviembre en el curso de "una noche típica y estándar" en su casa del palacio de Kensington (Londres), mientras preparaban un pollo asado. 

"Fue una sorpresa maravillosa", explicó Markle. 

"Fue dulce, natural y muy romántico", añadió. Andrew Morton, autor de un libro sobre la pareja y biógrafo de Lady Di, ha dicho del príncipe:

 "Está tan obsesionado con Meghan como Eduardo con Wallis Simpson". 

El hijo menor de Carlos y Diana, de 33 años, llega al matrimonio en un momento en el que su papel en la familia real británica está consolidado y goza de una buena aceptación pública.
 A esta posición ha ayudado la aparición de Meghan Markle.
 Atrás quedaron los tiempos en los que el príncipe protagonizaba sonados escándalos, como cuando se disfrazó de militar nazi en una fiesta en 2005, cuando se peleó con un fotógrafo a la salida de un pub en 2004 o cuando se filtraron unas fotografías del joven desnudo en una fiesta en Las Vegas en 2012.

Esta nueva imagen del nieto de Isabel II tiene que ver con sus reiteradas comparecencias en los medios para recordar a su madre con motivo del vigésimo aniversario de su muerte.

 En estas apariciones Enrique se ha mostrado cercano y familiar contando el trauma que vivió al quedarse huérfano y cómo la ausencia de Diana de Gales ha influido en su vida. 
Ahora el hijo menor de la princesa del pueblo dedica mucho de su tiempo a mantener en marcha las fundaciones que creó su madre, tarea en la que seguirá trabajando con la ayuda de su futura esposa.
Harry y Meghan 
Harry y Meghan el día del anuncio de su compromiso, el 27 de noviembre de 2017. GTRESONLINE
La llegada al mundo de los tres hijos de los duques de Cambridge ha alejado a Enrique de la posibilidad de un día reinar, lo que le ha permitido relajarse, aunque su abuela se encarga de que su presencia representando a la Corona sea muy visible.
 Se cuenta que él y Guillermo son los nietos favoritos de la soberana, y que ellos se atreven a decirle lo que nadie le cuenta. 
Por ellos, la estricta reina ha cedido en muchas de sus normas.
 La llegada a la familia de Meghan Markle es el mejor ejemplos: una actriz, divorciada y afroamericana.

En los últimos meses Enrique de muchas cosas, también de la monarquía como institución. Quinto en la línea de sucesión al trono británico, hace unos meses habló con la revista estadounidense Newsweek. "Estamos involucrados en la modernización de la monarquía británica. 
No hacemos esto por nosotros mismos, sino por el bien mayor de la gente. ¿Hay alguien de la familia real que quiera ser rey o reina? No lo creo, pero cumpliremos con nuestros deberes en el momento adecuado".
En esta misma entrevista explicó que trata de llevar una vida normal dentro de su extraordinaria posición en el mundo.
 Vive en un apartamento de dos habitaciones y afirma que hace la compra por decisión propia, pero también reconoce que es fácil burlarse de esta aspiración cuando viaja en limusinas con las ventanas tintadas y puede usar sus contactos para conseguir lo que quiere.
 Ahora comparte estas tareas con su prometida, con quien convive desde el otoño pasado.
Reconoce que admira el trabajo que ha realizado su abuela, Isabel II, durante su reinado y le dedica cariñosas palabras por su actitud hacia él y su hermano Guillermo:
 "La reina es fantástica porque nos ha dejado escoger lo que queremos hacer dentro de la institución y siempre insiste en que nos tomemos nuestro tiempo". 
Aunque admite que si él fuera el heredero, cumpliría su papel "por deber", también afirma que su hermano Guillermo "modernizará la monarquía" y que él quiere encontrar su propio camino en el campo benéfico pero que ni él ni los duques de Cambridge —Guillermo y Kate— quieren ser vistos como "un grupo de celebridades". "Queremos utilizar nuestro tiempo sabiamente. 
No subir, estrechar la mano y no involucrarnos", explica.
 
Harry y Meghan 
Harry, Meghan, Kate y Guillermo en un acto público en Londres en febrero de 2018. GTRESONLINE
Enrique de Inglaterra se despidió hace cuatro años de las armas, tras diez de carrera militar, aunque sigue vinculado al ejército y en concreto a los veteranos. 
Él sirvió en Afganistán en dos ocasiones como copiloto de helicóptero. 
Lleva años implicado en causas caritativas, como su ONG Sentebale, dedicada a los huérfanos de Lesotho, u organizaciones por la conservación de espacios naturales en África. 
Pero su gran creación fueron los Juegos Invictus en 2014, una especie de Juegos Olímpicos para veteranos de guerra, en los que precisamente se dejó fotografiar por primera vez con Meghan Markle.
Pese a que se han escrito muchas línea sobre él, todavía hay secretos que guarda como que durante los últimos 10 años ha estado tocando con la banda The Killers en conciertos improvisados. 
Así lo  desveló Ronnie Vannucci Jr, el batería de la banda liderada por Brandon Flowers y una de las más aclamadas del rock actual. "Apareció en un concierto una vez y nos entendimos muy bien. Supongo que han pasado unos 10 años.
 Ha habido muchas largas noches", contó a The Sun sobre sus jam sessions con quien es el sexto en la línea de sucesión al trono británico.
Apuesto desde sus 1,86 metros de altura, es simpático en las distancias cortas y a menudo dispuesto a romper el protocolo para hacerse un selfie
Ha confesado que necesitó ayuda de psicólogos para superar la muerte de su madre y que hasta hace muy poco no podía hablar de ella.
 La casa real, muy curtida tras los escándalos del Dianagate, está dispuesta a rentabilizar ese despliegue de encanto y de relaciones públicas tan parecido al de su madre para apuntalar su papel, el de príncipe del pueblo.



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